domingo, 28 de junio de 2020

Aquella Araña Negra - parte I

La ilustración:
La araña negra apoderándose poco a poco de España - Publicada en El Motin, 25 de diciembre de 1887


Una mañana, a finales de enero de 1892, algo insólito ocurría en las calles de Barcelona... 
El día siguiente, la prensa comentaba: 
En las fachadas de multitud de casas de Barcelona aparecieron en la madrugada de ayer letreros que decían: «La araña negra», y encima de ellos veíase una descomunal araña, todo ello pintado con tinta por medio de una plancha de zinc. La policía borró los letreros y detuvo á varios individuos, que se supone sean autores de la broma1.

Barcelona, calle de Bilbao, principios del siglo XX. Foto: L. Roisin
Algunas personas pusilánimes creen que esto puede ser una amenaza de los anarquistas: pero otros suponen que más de un asunto relacionado con el orden público, se trata del anuncio de un periódico satírico2

En Madrid se publicaban bajo el mismo rotulo de «Anarquistas en Barcelona», dos noticias telegrafiadas el 25 de enero desde la ciudad catalana: una, comunicaba que habían sido detenidos los que en la noche última se entretuvieron en pintar dichos letreros de las arañas. Se cree que son obra de una asociación secreta3; y la otra, mencionaba el meeting anarquista celebrado aquella tarde en el teatro Gayarre.
Aunque los dos eventos no tenían relación entre si, generaron tal confusión que días más tarde, otro periódico escribía:
Durante el último meeting anarquista celebrado en Barcelona fueron detenidos varios individuos por haber pintado en las paredes y en el pavimento grandes arañas con el siguiente letrero «La araña negra»4.

Valencia en  1888, calle Ruzafa. Foto: A. Esplugas
Aquellas extrañas figuras publicitarias aparecían también en las calles de Valencia, pero muy pronto la prensa desvelaba el misterio.
Comenzaba por comunicar que la araña que tanto preocupó a algunos timoratos es el anuncio de una obra que va a publicarse combatiendo a los jesuitas 5; y luego informaba que la insólita publicidad no tiene nada que ver con el anarquismo. Trátase del reclamo editorial de una novela del Sr. Blasco Ibáñez, titulada «La araña negra»6.
Parece que el mismo Gobierno se alarmó cuando supo que había aparecido la araña negra, que el creyó que era, cuando menos, una hermana de la mano ídem7... pero todo se aclaró cuando se supo que la misteriosa aparición no era más que
...un reclamo para anunciar la aparición de la novela La Araña Negra, que pronto se publicará en Barcelona, y finalmente el mismo Peris Mancheta concluía: Aunque la broma tiene ribetes de pesada, tiene gracia8.

Al parecer, el asunto no terminó aquí para todos. En los primeros días de febrero, la publicidad aparecía también en las aceras de Cartagena, pero de esta vez, según la prensa, algunos concejales, alarmados por el anuncio, pusiéronse en movimiento é hicieron prender á los libreros Sres. S. J. García, corresponsales de la casa que edita la obra.
Los serenos é inspectores han prestado un gran servicio al orden social, pero hay que convenir en que su celo y el de los concejales ha sido un poco ridículo9.

A pesar de que la prensa no precisaba exactamente a que hacía alusión la ingeniosa campaña publicitaria que tanto había sucintado la curiosidad de la gente, en realidad, muchos lo sabían. Probablemente, la confusión fue mayor para los valencianos; ellos podrían haber relacionado La araña negra con las fallas, las tradicionales fiestas valencianas de primavera, ya que en los últimos tres años (1889-1891) el llibret faller de la calle Maldonado, ubicada en el bario donde vivía Blasco, llevaba este titular. Es muy probable que estas publicaciones captasen la atención del joven escritor y, aunque él no lo menciona, existe la posibilidad de que le inspirase el nombre de su nueva novela. En julio del 1890 tuvo que huir a París por un año y, al parecer, durante su estancia allá comenzó la extensa obra que siguió escribiendo luego, en Valencia.


Sin embargo, tanto para Blasco revolucionario y republicano, como para los de ideologías distintas pero que, igual a él, cultivaban el anticlericalismo, La araña negra tenía un significado bastante concreto, resaltado por la prensa de la época. Así, en las paginas del popular periódico El Motín, se mencionaba frecuentemente la "araña negra" como la personificación del clero; por ejemplo, un articulo de 1884:
La araña negra aprisiona completamente la España del 20, del 35, del 54 y del 68, y allí donde posa cualquiera de sus innumerables y asquerosas patas, brota un convento, se mata una actividad y se profana una gloria10.
Luego, en 1887, o sea cinco años antes del lanzamiento de la novela de Blasco, publicando la ilustración con la caricatura de la araña negra apoderándose poco a poco de España, en la  revista se comentaba:
Mientras la vida se va haciendo más difícil para los españoles, la araña negra va apoderándose lentamente de todo. Hoy es un palacio, mañana una fábrica; ahora unos millones, luego una empresa marítima. El labrador trabaja para ella; el moribundo se ve por ella despojado; los padres se quedan sin hijas porque ella las envuelve en sus redes. Y domina en el Gobierno, y acapara la enseñanza, y organiza jubileos como el que actualmente se celebra, y siembra semilla de calumnia contra los honrados, y prepara en las sombras la guerra civil11
Es evidente que esta simbólica ilustración, inspiró a V. Blasco Ibáñez para su novela La araña negra publicada por primera vez en 1892, y así lo sugiere también la imagen que aparece en las portadas de los cuadernos del folletín.


Aunque La araña negra podría considerarse la primera novela ilustrada de Blasco, se desconoce si el escritor intervino de algún modo en la edición o en la campaña publicitaria de la obra. Tenía 25 años de edad y todavía no se había involucrado en el mundo editorial, pero probablemente, el éxito de esta novela estimuló su interés por la interacción entre la literatura y la imagen. Años más tarde, comentaba: "La araña negra que fue un gran éxito….editorial son los pecados de mi adolescencia literaria, cuyo recuerdo me avergüenza" 12 , y nunca más aceptó publicarla. En cambio, siguió inspirándose en las arte gráficas para algunos títulos de sus novelas y, cautivado por el poder de la imagen, supo establecer un dialogo interactivo con la cultura visual y enlazarlo a su larga trayectoria de escritor, político y editor.

(Continuara...)