tag:blogger.com,1999:blog-28201004633198326932024-03-27T16:54:39.693-07:00El Argonauta valencianoBlog dedicado a Vicente Blasco IbáñezMarga Predahttp://www.blogger.com/profile/07698563453867139965noreply@blogger.comBlogger56125tag:blogger.com,1999:blog-2820100463319832693.post-20751792679989393152021-01-27T05:02:01.293-08:002022-01-14T02:22:26.603-08:00BLASCO en vivo!!!<p> <a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgg1z8loW-9XRf1hU0BBkSPLtmC-TGLZnAXRQK9F8CazdXgBaCOHWVi8KgN7PHSZx_K_5RobUbPbH8gDmFySn29JcuKLlDPp1j53Id3ugDQjmCjRZ1CURWXVHvVDUAkVjmBCi5A-O2KStM/s812/Blasco_iba%25C3%25B1ez_en_norteam%25C3%25A9rica_1920.JPG" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-align: center;"><img border="0" data-original-height="636" data-original-width="812" height="502" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgg1z8loW-9XRf1hU0BBkSPLtmC-TGLZnAXRQK9F8CazdXgBaCOHWVi8KgN7PHSZx_K_5RobUbPbH8gDmFySn29JcuKLlDPp1j53Id3ugDQjmCjRZ1CURWXVHvVDUAkVjmBCi5A-O2KStM/w640-h502/Blasco_iba%25C3%25B1ez_en_norteam%25C3%25A9rica_1920.JPG" width="640" /></a></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">Vicente Blasco Ibáñez es, indudablemente, el valenciano más
universal.</div><p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal">Actualmente, al cumplirse 154 años de su nacimiento y 93 de su muerte, se observa entre las nuevas generaciones un interés creciente por conocer al ilustre personaje. El acercamiento a su figura está favorecido por las nuevas tecnologías; el fácil acceso a archivos que, por más de un siglo, han guardado información valiosa, la rapidez en la difusión de datos, el anhelo de colaborar o la curiosidad por saber más, estimulan a seguir investigando, enriquecer y compartir el conocimiento sobre la vida y obra de Blasco. </p><p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal">Con el propósito de dar a conocer a <b><i>Blasco en vida</i></b>, se comparten
– en orden cronológico– algunas grabaciones
fílmicas conservadas en varios archivos del mundo; todas pertenecen a la época de
gloria del novelista.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal"><span><b><span style="color: #cc0000;">ATENCIÓN</span></b><span style="color: #0b5394;">: Para ver las grabaciones a pantalla completa: abrir el vídeo
y, en su zona inferior derecha, pulsar sobre el icono que tiene cuatro esquinas blancas.</span></span></p><p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal">El éxito internacional de V. Blasco Ibáñez se inició en 1918, con la publicación en Nueva York de «<i>The Four Horsemen of
the Apocalypse</i>», la versión en inglés de <i>«Los cuatro jinetes del Apocalipsis»,</i> novela escrita en París durante la Primera Guerra
Mundial, y publicada por primera vez en la editorial <i>Prometeo </i>de Valencia (1916). En pocos meses, la obra se convertía en un <i>best seller</i> y su autor en un famoso
personaje. El 19 de octubre de 1919 Blasco partió para Norteamérica y, durante cinco
meses recorrió los Estados Unidos dando charlas y conferencias. A su llegada a Nueva York le
esperaban los principales representantes de la industria cinematográfica americana; firmó su primer contrato el 22 de noviembre, con <i>Metro Pictures Co</i>., la importante productora que llevaría su novela al cine.</p><p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p><p>
</p><p class="MsoNormal">En la siguiente grabación –conservada en de la Universidad de
Carolina del Sur– Blasco es el invitado de honor a la reunión organizada por actriz Pearl White, en su casa de Long Island, el día <b>22 de diciembre de 1919.</b> </p><p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-size: x-large;"><iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.blogger.com/video.g?token=AD6v5dxtFuLJSkzOIRBRdg2t1KJLQCvE2TC2TB1XulPIdjCLI97I3pvBk8BFky35OIKV0U2WHfWNH1WdCNvpbJ-RuQ' class='b-hbp-video b-uploaded' frameborder='0'></iframe></span></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><i>A la actriz de la
pantalla más célebre del mundo</i>, escribía el autor en su dedicatoria a la anfitriona. Años más tarde, probablemente, es Pearl White la estrella de
cine que le inspira al escritor su personaje del cuento titulado «<i>Piedra de luna</i>».</div><p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal">A finales de junio de <b>1920</b>, Blasco vuelve a Francia, su país de residencia desde 1913. El gran triunfo literario, llegado cuando menos lo esperaba,
le permitió mejorar rápidamente su modesta situación económica. Blasco Ibáñez
fue uno de los afortunados escritores que, en la última etapa de su vida, lograba enriquecerse con la literatura y
disfrutar de la celebridad. Enamorado del Mediterráneo, pero también por problemas de salud, había decidido vivir en la Costa Azul y, a su regreso de los Estados Unidos, toma en alquiler una villa en Niza, la villa Kristy. </p><p class="MsoNormal">El siguiente vídeo, grabado en los alrededores del Castillo de Crémat de Niza, probablemente es de esta época; forma parte de los fondos audiovisuales<i> Culturarts-IVAC</i> de la Generalidad Valenciana.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.blogger.com/video.g?token=AD6v5dzFPUPrQYfoOY3u1CTzBZQA3nDyvp9QwoT-0QgnJmB4TSiJZCEVXby3810kW5V8aKwUZYkg3Rhvj8k4Nlz74g' class='b-hbp-video b-uploaded' frameborder='0'></iframe></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><br /></div><p></p><p class="MsoNormal">En mayo de <b>1921</b>, Valencia celebró la <i>Semana Blasco Ibáñez</i>, un descomunal acto cultural en homenaje al prestigioso novelista. Momentos de aquel acontecimiento histórico, captados por la
cámara e inmortalizados en cinta cinematográfica, son fiel testimonio de la última visita oficial de Blasco a su ciudad natal. En la actualidad, estas grabaciones forman parte del patrimonio de la Generalidad Valenciana.</p><p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal">El siguiente vídeo corresponde a la llegada de Blasco a Valencia, el <b>15 de mayo de 1921</b>. En la Estación del Norte lo reciben las autoridades locales entre una inmensa multitud de valencianos emocionados y deseosos de saludar al importante personaje.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.blogger.com/video.g?token=AD6v5dxCf4bSzHjnCvoK64JENmLeT9gzyGYHDdZFMOSBpSpIobPhDwSbU_KkeW2shLa8gRobLtsipxJNIVJhojp7AA' class='b-hbp-video b-uploaded' frameborder='0'></iframe></div><p class="MsoNormal"><i>El landó iba precedido y rodeado de la guardia municipal de caballería, pero bien pronto los más entusiastas rodearon el coche y formaron su guardia de honor. Blasco Ibáñez entraba en Valencia con el Alcalde de la ciudad y rodeado completamente del pueblo que le admira, que le quiere, que le idolatra</i>. En su desplazamiento hacia el Palacio Municipal, recorre la calle de la Paz entre vítores y aclamaciones de bienvenida. </p><p class="MsoNormal"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.blogger.com/video.g?token=AD6v5dysaN_FqS_Y7JHbbU0F6D3l9eNPwK7p19vbmfah5SB-5xnwxT6UQvsQARsvAI1VWpA5UQwHFY_af7PFHHgXig' class='b-hbp-video b-uploaded' frameborder='0'></iframe></div><br /><span>En la recepción oficial celebrada en el Palacio Municipal participaron numerosos representantes de las principales organizaciones culturales y políticas valencianas. Blasco, </span><i>para todos tuvo frases de cariño y de afecto. En todas sus frases, en todas sus observaciones se veía al valenciano, al que se preocupa de la grandeza de su pueblo, de la cultura del mismo.</i><div><i><br /></i><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgJj0C791Dorjk_fp6XtPlf3tl4Cc95tcp_nMxPIE_wQUYMNDiezs9IcGr7FdB83qlbXSm6auz-hvpGmv7yo29doPeqV1lHzgfPhsWv2VGOM5aTs-TMdcQRqvAU42SzaFPunksi73nOd7s/s691/Blasco_iba%25C3%25B1ez_1921_palacio_valencia.+Municipal.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="486" data-original-width="691" height="450" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgJj0C791Dorjk_fp6XtPlf3tl4Cc95tcp_nMxPIE_wQUYMNDiezs9IcGr7FdB83qlbXSm6auz-hvpGmv7yo29doPeqV1lHzgfPhsWv2VGOM5aTs-TMdcQRqvAU42SzaFPunksi73nOd7s/w640-h450/Blasco_iba%25C3%25B1ez_1921_palacio_valencia.+Municipal.jpg" width="640" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.blogger.com/video.g?token=AD6v5dz_FIN9jNREGN5hTyjBImt97DgFAdeeIgDYroKziipIjbASaNQE_iWH_OXGnkCRYXTZwc1NYELKQjNL1LDNGQ' class='b-hbp-video b-uploaded' frameborder='0'></iframe></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">El 17 de mayo, en honor al novelista, se celebró en el Cabañal– antiguo barrio de pescadores – la <i>Fiesta de la Barraca. </i>Al finalizar su
discurso, pronunciado desde la tribuna improvisada entre dos antiguas barracas,
Blasco expresaba un conmovedor deseo que hoy todavía se sigue evocando:</div><p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal"><span style="text-align: center;"><span style="text-align: left;"><i>Quiero descansar en el más modesto cementerio valenciano,
junto al Mare Nostrum que llenó de ideal mi espíritu; quiero que mi cuerpo se
confunda con esta tierra de Valencia, que es el amor de todos mis amores</i>.</span> </span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.blogger.com/video.g?token=AD6v5dyRILfY7A9FK3iDN3pjXA_PSc4SXn1W21JG2qTYSAqey_vG3Sze94kmpjGqX4HmS88gx8JmCFbzffRrrT6WqQ' class='b-hbp-video b-uploaded' frameborder='0'></iframe></div><br /><p class="MsoNormal">El siguiente día tuvo lugar la <i>Fiesta de Cañas y barro</i> organizada en la Dehesa
del Saler. Aunque algunas actividades fueron suspendidas por la lluvia, hubo
una comida típica al aire libre, <i>se
celebró una fiesta valenciana, con bailes populares y guitarra, cantándose albaes
en honor del insigne novelista</i> y se dispararon las imprescindibles <i>tracas</i>.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.blogger.com/video.g?token=AD6v5dx6FdalsNz3Na3HTM2A74uhpNen0F-I0gLKO25sKlqJo3uluhQpFrPDIzeTcXAVYmjzh_UBLPBQD7KiTL3HQA' class='b-hbp-video b-uploaded' frameborder='0'></iframe></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><p class="MsoNormal"><span style="line-height: 20.7px;">Finalizada la celebración de</span> <span style="line-height: 20.7px;">la </span><i>Semana Blasco Ibáñez</i>, el escritor vuelve a Madrid, continuando su última visita oficial a España. <span style="line-height: 20.7px;">El domingo 3 de julio, en Zaragoza, asiste a la inauguración del monumento a Mariano de Cavia, ubicado en la Plaza de Aragón de esta ciudad. Desde 1897 –durante su destierro a Madrid– el novelista valenciano había establecido una estrecha amistad con</span> <span style="line-height: 20.7px;">el notable periodista zaragozano, afincado en la capital.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"></p><p class="MsoNormal"><span style="line-height: 20.7px;">En la inauguración del monumento, celebrada sólo unos días antes del primer aniversario de la muerte de Cavia –hecho que había ocurrido el 14 de julio de 1920– Blasco pronunció un emocionante discurso que entusiasmó al público asistente.</span></p><p class="MsoNormal"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.blogger.com/video.g?token=AD6v5dxrq8gIfCcFsz5Zq_DmSeu_q8mgzECkMXYSitVQwFTJIzlqor7lccR4-z1lU_vn8bBE70yuPn3xOCxZw864zA' class='b-hbp-video b-uploaded' frameborder='0'></iframe></div><br /><span style="line-height: 20.7px;"><br /></span><p></p><p class="MsoNormal">En <b>1923</b>, cuando tenía 56 años de edad, Blasco decide emprender
una nueva aventura: dar la vuelta al mundo. El 15 de noviembre, partía de Nueva York el <i>SS
Franconia</i>, un trasatlántico de lujo operado por Cunard Line, para iniciar su segundo crucero alrededor del
mundo. Blasco llegaba el 26 de octubre. Durante su estancia en la
gran ciudad estadounidense pudo comprobar la magnitud de su popularidad, consecuencia del enorme éxito alcanzado por las adaptaciones cinematográficas de sus
novelas.</p><p class="MsoNormal">La siguiente grabación nos permite ver al Blasco Ibáñez de aquella época. El vídeo forma parte de una película documental en blanco y negro, realizada
probablemente hacia 1940, que recopila eventos y personajes importantes de la primera mitad del siglo XX. Entre
las personalidades relacionadas con el año 1928 se menciona al famoso novelista valenciano cuyas obras literarias se habían convertido en exitosas adaptaciones cinematográficas; Blasco ya había muerto en enero de aquel año, pero la grabación corresponde a la presencia del
escritor en <b>Nueva York, en 1923</b>.<o:p></o:p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.blogger.com/video.g?token=AD6v5dw57bgEpmjj_imRpZnwUqrHbf-dTIBMX7DyOBjzGu2KomaMpggekgfRsfuu44pFo-TitDd76epH_AZ_dkn0sA' class='b-hbp-video b-uploaded' frameborder='0'></iframe></div><br /><p class="MsoNormal">Seguramente existen más grabaciones vídeo o audio de
Blasco –desconocidas u olvidadas en archivos públicos o privados–, pero confiamos en que
la permanente intercomunicación y la colaboración de los interesados en ampliar
y difundir el conocimiento, permitirá darlos
a conocer.</p></div>Marga Predahttp://www.blogger.com/profile/07698563453867139965noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-2820100463319832693.post-65663710559093109892020-12-31T03:31:00.006-08:002020-12-31T03:36:45.173-08:00Europa estremecida<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgFwNF6XljrjdN2CHDcft0H25t2uNUJrdwprD8_4TNDfchTyGttSOZHSa4c6MzgOrD1UAkxjd2wslkVHnzcpVmsk9anvqL2Gv8OwmTVZgfzTcAP9frpu3PP7-hIriwOfeLqKJ4YmhgQNlY/s2048/1962+-publicidad+de+los+4+jinetes-blog.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1221" data-original-width="2048" height="382" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgFwNF6XljrjdN2CHDcft0H25t2uNUJrdwprD8_4TNDfchTyGttSOZHSa4c6MzgOrD1UAkxjd2wslkVHnzcpVmsk9anvqL2Gv8OwmTVZgfzTcAP9frpu3PP7-hIriwOfeLqKJ4YmhgQNlY/w640-h382/1962+-publicidad+de+los+4+jinetes-blog.jpg" width="640" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><span style="color: #073763; font-family: verdana;">En estos momentos, inmersos en una creciente
incertidumbre, vivimos atónitos y temerosos, en una Europa estremecida por la
confusión, el miedo y la desconfianza. Es ahora cuando podemos reflexionar e
interpretar mejor el interesante artículo de prensa escrito por </span><b style="color: #073763; font-family: verdana;">V. Blasco
Ibáñez</b><span style="color: #073763; font-family: verdana;"> hace casi un siglo.</span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
<p class="MsoNormal"><span style="color: #073763; font-family: verdana;">El autor, una vez más, revela su amplio conocimiento acerca
de la conducta humana –a nivel individual, social y político– en situaciones
muy específicas, demuestra su extraordinaria capacidad de síntesis al analizar
los acontecimientos de la época y además, expresa abiertamente su acertada
visión respecto a los efectos de la Gran Guerra a mediano y a largo plazo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="color: #073763; font-family: verdana;">Blasco no vivió para ver los eventos que sucedieron a la
Primera Guerra mundial, pero nosotros los conocemos. Más aún, probablemente,
después de que <b><i>«Los cuatro jinetes del
Apocalipsis»</i> </b>– su primera novela ambientada en ese conflicto bélico,
llevada a la pantalla – había alcanzado un éxito enorme en 1921, el escritor
valenciano no imaginaba que la misma obra, mucho después, en 1962, sería
adaptada nuevamente para el cine, pero, de esta vez, en el escenario de otra
guerra: la Segunda Guerra Mundial. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="color: #073763; font-family: verdana;">El artículo reproducido a continuación fue publicado en <i>Hearst`s Internacional</i> de Nueva York, en
septiembre de 1922. </span><o:p></o:p></p></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><p class="MsoNormal"><span style="font-family: arial;">El eminente autor
de <i><b>Los cuatro jinetes del Apocalipsis</b></i>, recientemente regresado a su casa, reporta:<b><o:p></o:p></b></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: left;">
</p><p class="MsoNormal"><b><i><span style="color: #660000; font-family: arial;">‘‘Lo que escucho en Europa es hablar de paz, pero lo que veo es temor a
la guerra’’</span><o:p></o:p></i></b></p><p class="MsoNormal" style="text-align: left;"><o:p></o:p></p></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="color: #660000;"><span style="font-family: verdana; font-size: x-large;"><b>EUROPA ESTREMECIDA</b></span></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">Mientras duró la guerra, hubo un resurgimiento general de la
emoción religiosa. Las iglesias de cada credo recibieron más adoradores que
nunca antes, y las oraciones, al menos durante un tiempo, fueron sinceras, no
simples palabras vacías; por una vez surgían de los corazones de los hombres.
No había familia que no contara con alguien ya caído en el frente o que podría
perecer allí. Además, los crímenes de la bestia humana que había sido liberada
de su jaula por la guerra, los asesinatos, los incendios, los robos y las
violaciones cometidos, el pisoteo de todos los derechos humanos, la mutilación
de la libertad, hicieron que todas las miradas se volvieran con devoción hacia
las benévolas enseñanzas de la hermandad cristiana.</div><p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal">
</p><p class="MsoNormal">Y aquellos que presenciaron este renacimiento religioso durante
la guerra se apresuraron a profetizar: "Cuando por fin tengamos paz, este
progreso moral continuará a un ritmo aún más rápido. Los hombres finalmente se
convencerán de que la iglesia, en la medida en que es una asociación para
propósitos idealistas y generosos, es más competente que la política o los
gobiernos para tratar con los conflictos que inevitablemente surgen entre nosotros.
La guerra habrá servido para obligar a la humanidad a dar un gran paso hacia la
perfección. Dios, en sus caminos misteriosos, a menudo saca el bien del mal y
nos concede felicidad solo después de haber soportado y superado severas
pruebas”.<o:p></o:p></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjKO4jKm1LYqG02IF9cFXmpsbjRuF1Eo2yyMPaE9vxzvsuoJERj3I6QPSypZcBIDAnn3ucfBYpprFWfQ61hmihtAO_kFKyxxSNtnTibmdGvzPqd2TX1wlmWa6Q7TnYztvG_a7S8cQQ7s6k/s2048/1914+Guerra%252C+Blasco+Ib%25C3%25A1%25C3%25B1ez.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1229" data-original-width="2048" height="384" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjKO4jKm1LYqG02IF9cFXmpsbjRuF1Eo2yyMPaE9vxzvsuoJERj3I6QPSypZcBIDAnn3ucfBYpprFWfQ61hmihtAO_kFKyxxSNtnTibmdGvzPqd2TX1wlmWa6Q7TnYztvG_a7S8cQQ7s6k/w640-h384/1914+Guerra%252C+Blasco+Ib%25C3%25A1%25C3%25B1ez.jpg" width="640" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><p class="MsoNormal"><i>En un templo belga: Mientras
los fieles se entregan a sus oraciones, los soldados descansan después de
haberse batido con el invasor. </i>Dibujo de J. Simont, <b>Historia de la Guerra europea de 1914</b> de V. Blasco Ibáñez)</p></td></tr></tbody></table><p class="MsoNormal"></p><table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; margin-left: 1em; text-align: right;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEguLgE_Tx-ChDivQ57b4ivgjrYHPvjOTz6Z1nF-a6_7sO_UOuEE6K3_yYVDDiRgEX92aD0WKhl0PxB-ORtDAfFthaSdU4cxDuFJf46PO-7tpnmYeiThjhhVxf_-Y-i4wnMya-iLx8r_sFE/s576/paris-1920s-1-.jpg" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="576" data-original-width="573" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEguLgE_Tx-ChDivQ57b4ivgjrYHPvjOTz6Z1nF-a6_7sO_UOuEE6K3_yYVDDiRgEX92aD0WKhl0PxB-ORtDAfFthaSdU4cxDuFJf46PO-7tpnmYeiThjhhVxf_-Y-i4wnMya-iLx8r_sFE/w397-h400/paris-1920s-1-.jpg" width="397" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><p class="MsoNormal">París, enero de 1920. <o:p></o:p></p></td></tr></tbody></table><p class="MsoNormal"><br /></p><p class="MsoNormal">Pero una vez terminada la guerra, el peligro, la ansiedad y
el dolor también terminaron, y estas habían sido las causas reales de la
exaltación religiosa en la mayoría de los casos. El número de fieles en los
templos no siguió aumentando. Por el contrario, disminuyó; y en cuanto a la
contribución del espíritu religioso en la resolución de las dificultades
actuales, nadie pudo confirmar que tuvo el más mínimo efecto.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">La vida sigue sin cesar, descuidando nuestros dolores. Nos
atrapa en sus olas y nos arrastra en sus corrientes. Mantenemos nuestros
recuerdos adentro pero al evocarlos, cada vez están un poco más apagados,
porque la vida sigue sin parar... más lejos, más lejos... con la total
indiferencia de una maquinaria que es sorda e insensible a nuestros
sentimientos. Nos muestra nuevos cielos, nuevas tierras, y nos hace pensar cada
vez menos en el pasado, y finalmente, a pesar de nosotros mismos, llegamos a
olvidarlo...<o:p></o:p></p><div><p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">En las reuniones sociales en Europa, ahora, es de mal gusto
mencionar el conflicto mundial. Los productores no aceptarán, ninguna obra
alusiva a ella. Los editores rechazan, sin leerlo, cualquier manuscrito
relacionado con la reciente catástrofe; incluso los heridos y los combatientes
que volvieron sin lesiones importantes, pero que, durante esos terribles cuatro
años pasaron por todo tipo de sufrimientos, evitan hablar de esta parte del
pasado tanto como sea posible.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal">Europa es tan religiosa, o tan poco religiosa, como lo era
antes del verano de 1914. Ha recordado a Dios, ha orado, ha adorado, y luego,
ha olvidado. El código moral de todas las religiones ofrece una
recompensa por la virtud y un castigo por la maldad. En muchos casos se
considera que el castigo puede ser modificado por el perdón divino; pero
obviamente, antes de que se pueda conceder el perdón, el castigo debe haberse
iniciado.</p><p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal">
</p><p class="MsoNormal">Después de esa catástrofe de la guerra, tan oculta como un
terremoto o una tormenta en el mar, el observador ve los hechos de frente y
pregunta: "Bueno, ¿dónde está la recompensa de los virtuosos? ¿Quién ha
logrado ver castigados a los malos? "<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal"></p><table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjvcxyRahBPVhcmazQ7yYnTHmrP_fvtYy3P0g5nYLQBU_pdVy9b_F3uyz0eUZRNIqNMAh_NfkvAU89INMu_yJZvoItJzWl-arIP3LRWjwLJkSFGQ25d1OKWO-svmUNxj1l2ihARlquQ5BA/s1083/Blasco_Ibanez__1915.jpg" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="987" data-original-width="1083" height="365" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjvcxyRahBPVhcmazQ7yYnTHmrP_fvtYy3P0g5nYLQBU_pdVy9b_F3uyz0eUZRNIqNMAh_NfkvAU89INMu_yJZvoItJzWl-arIP3LRWjwLJkSFGQ25d1OKWO-svmUNxj1l2ihARlquQ5BA/w400-h365/Blasco_Ibanez__1915.jpg" width="400" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">V. Blasco Ibáñez en la zona de guerra. Francia, 1915</td></tr></tbody></table><p class="MsoNormal">Quince millones de hombres yacen enterrados en los recientes
campos de batalla; veinte o treinta millones de almas inocentes que no pudieron
luchar por ser débiles, y que por tanto no representaban un peligro para nadie,
murieron de miedo, hambre, frío y maltrato. Las ciudades destruidas, en su
mayor parte, permanecen en ruinas. Toda una serie de pequeñas tragedias que
ocurren en pleno corazón de la familia siguen siendo irreparables. Cientos de
miles de mujeres y niños esperan en vano que alguna intervención sobrehumana borre
la vergüenza y la humillación sufridas por sus familias, cuyo mero recuerdo les
llena de nuevo de horror. <o:p></o:p></p><p></p><p class="MsoNormal">Obviamente, el espectáculo que presenta el mundo en este
momento no está calculado para apoyar la piadosa creencia de que para el bien
hay recompensas, para el mal, castigos. Las enseñanzas de la guerra reciente no
podrían ser más inmorales de lo que son.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal">Muy pocos seres humanos pueden vivir sin especular, hasta
cierto punto al menos, sobre lo que les espera después de la muerte. Sólo
quienes han alcanzado esa serenidad que podría llamarse filosófica, están
dispuestos a seguir viviendo sin ninguna certeza de lo que hay más allá de la
tumba. La gran mayoría de los seres humanos quieren saber, claman por una
certeza, suplican por algo que los libere del terror de sus incertidumbres
sobre lo que hay más allá.<o:p></o:p></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhUupEANyfNvisxGmQtdxsWH-Pg1JbL4vraDM_E6INJJFUVQV3r1LfoC-zUUyYLBVtv02iQGZOS6Jb1bz35GnSQLeReBwo-A4_Rlm_Ow_fRKwNP7BtdsU67leu4Z2ka0mCD5Oy4tTApIyk/s799/Blasco_Ibanez__norteametica.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="442" data-original-width="799" height="354" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhUupEANyfNvisxGmQtdxsWH-Pg1JbL4vraDM_E6INJJFUVQV3r1LfoC-zUUyYLBVtv02iQGZOS6Jb1bz35GnSQLeReBwo-A4_Rlm_Ow_fRKwNP7BtdsU67leu4Z2ka0mCD5Oy4tTApIyk/w640-h354/Blasco_Ibanez__norteametica.jpg" width="640" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Escena
de la película <b>The Four Horsemen of the
Apocalypse</b>, de 1921</td></tr></tbody></table><p class="MsoNormal">Todas las religiones brindan esta certeza consoladora. Dicen
qué esperar después de la muerte, pero prometen una mirada más allá de la tumba
solo cuando hayamos dejado esta vida mortal, encontrándonos definitivamente en
el camino oscuro y misterioso que lleva a otro mundo. Ninguna religión reputada
y respetable promete ponernos en contacto directo con la vida sobrenatural, ni
está dispuesta a admitir que los seres vivos pueden comunicarse directamente
con los muertos. Más que eso, casi todas las religiones respetables consideran
el intento de hacer hablar a los muertos y de evocar la vida más allá de la tumba
como mera superstición, un remanente de la creencia en los espíritus que
prevalece entre los curanderos.</p><p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal"></p><table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjAVTa2Egd0Iwfn9CRNwskclF63qv6VOF9chkI2pVX_RP_19-Qc7J05G5ouUiBuKAnff_YQNEXkvpCdH7uis8_f5_dlFWL0zQ6puygyTFZemYVsFttNJSNkZV51wRW6XA9XbMLSywkeoqo/s572/Blasco_Ibanez__norteamerica.jpg" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="572" data-original-width="415" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjAVTa2Egd0Iwfn9CRNwskclF63qv6VOF9chkI2pVX_RP_19-Qc7J05G5ouUiBuKAnff_YQNEXkvpCdH7uis8_f5_dlFWL0zQ6puygyTFZemYVsFttNJSNkZV51wRW6XA9XbMLSywkeoqo/w290-h400/Blasco_Ibanez__norteamerica.jpg" width="290" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">1921. Rodolfo Valentino en <br /><i>The Four Horsemen of the Apocalypse</i><br /></td></tr></tbody></table><br />Pero los seres humanos siempre muestran una impaciencia
infantil cuando están realmente interesados en algo. El egoísmo nativo nos hace
asumir que somos el centro de todo lo que existe. Cuando experimentamos una
gran alegría pensamos que el mundo es perfecto, y llamamos ingrato y molesto al
pobre infeliz que se queja de su mala suerte. Cuando estamos tristes, nos
asombra que todos los demás no lo estén, y nos parece absurdamente cruel que el
cielo siga siendo azul y que el sol siga brillando.<o:p></o:p><p></p><p class="MsoNormal">¿Cómo puede el amor de uno por sus muertos, para siempre
perdidos, escuchar la voz de la religión o de la convicción científica o de
cualquier cosa que intervenga, poniendo una barrera, por muy fina que sea,
entre el perdedor y el perdido? Para nosotros, las emociones representan más
que la fe o la razón. Aparte de esto, nos encanta saber qué hay después de la
muerte sin tener que morir para obtener ese conocimiento. Nos gusta hablar con
nuestros muertos sin tener que pisar el estrecho camino hacia la tumba. Y de
todo esto se deriva el hecho de que en toda Europa el único resurgimiento del
sentimiento religioso que se produjo después de la guerra tomó la forma del
espiritismo; y utilizo este término para incluir todas las escuelas, sectas,
religiones o como se quiera llamar, que intentan poner al ser humano vivo en
contacto directo con el misterioso desconocido del que salió al nacer, y al que
volverá de nuevo cuando se sumerja en el abismo de la muerte.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal"><br /></p><p class="MsoNormal"></p><table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiGS3EsLseSEYaK4Atpz6cHqMuXWCT2Maa3pFB_AmEhoxTgDulJkY6iupMoRt6y6gVfKmvSAOeXoFHRrjhQQgEOq8vvelE2zp17Gcgl5NCxCAW5eJ-M8SXkPxMDAKNZX_f2TqZHgqHW1VE/s720/Blasco_Ibanez_norteamerica_1922.jpg" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="720" data-original-width="481" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiGS3EsLseSEYaK4Atpz6cHqMuXWCT2Maa3pFB_AmEhoxTgDulJkY6iupMoRt6y6gVfKmvSAOeXoFHRrjhQQgEOq8vvelE2zp17Gcgl5NCxCAW5eJ-M8SXkPxMDAKNZX_f2TqZHgqHW1VE/w268-h400/Blasco_Ibanez_norteamerica_1922.jpg" width="268" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">V. Blasco Ibáñez en la Costa Azul, años 20.</td></tr></tbody></table><br />No hace mucho, estaba cenando en uno de los palacios más
bellos y elegantes de la Costa Azul. Tuve la oportunidad de estar sentado en
una mesa junto a una señora que había perdido a su hijo en la guerra.<o:p></o:p><p></p><p class="MsoNormal">"Desde hace dos años que hablo con mi hijo semanalmente",
me dijo esta señora, con la mayor tranquilidad, como si hubiera mencionado que
había visto a su hijo esa tarde en el Casino de Monte-Carlo. Luego añadió:<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal">"¡Si supieras lo feliz que he sido desde esa sesión
cuando hablé con él por primera vez! Antes, la vida me parecía imposible. Ahora
puedo seguir esperando tranquilamente hasta que muera, y luego reunirme con él
allá, donde está...”<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal">Mientras escuchaba atentamente lo que me contaba esta devota
madre, ella siguió dándome detalles
sobre las felices conversaciones que había tenido con su hijo fallecido, con la
ayuda de trípodes, mesas y otros muebles.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal">Por regla general, estas conversaciones son tontas o, en el
mejor de los casos, incoherentes, y relatan que los pobres fallecidos hacen
declaraciones sin sentido que, sin duda, les harían sonrojarse si estuvieran
vivos para escucharlas.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal">Este pobre muchacho inglés, que mientras vivió no había
logrado más distinción que la de un buen soldado, probablemente no se liberara
de esa mediocridad intelectual que parece ser una de las señas de identidad de
los muertos cuando intentan hablar con los vivos. En todas las conversaciones
que había tenido con su madre, aparentemente nunca había dicho nada que no
fuera común, o al menos muy conocido, el tipo de cosas que su madre,
perfectamente, podría haber leído cuarenta y ocho horas antes en una revista o
periódico. Pero sucedió que la semana anterior a la ocasión de la que hablo, el
joven inglés de más allá de la tumba había sido más explícito y definido en sus
declaraciones sobre la eternidad.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal">"Aquí están pasando muchas cosas", le dijo a su
madre. "Estamos preparando el lugar para los que vienen. Dicen por aquí
que pronto habrá otra guerra... ¡Y sin
embargo, los que morimos pensamos que esta era la última y que nunca habría
otra!"<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal">Por primera vez en mi vida, me sentí impresionado por algo
que, según dicen, lo había dicho un
miembro del mundo de los espíritus; admití que los muertos no siempre dicen tonterías.</p><p class="MsoNormal">Como sucede siempre en los asuntos humanos, junto a la
sinceridad y la buena fe de quienes creen en las manifestaciones espirituales, también
se aloja el deseo de explotar y engañar. Como nunca hubo tanta gente en Europa
ansiosa por explorar el más allá y hablar con aquellos que han dejado de
existir, nunca ha habido tantos clarividentes, médiums, quirománticos y
adivinos del futuro de sus semejante. Basta con leer los anuncios de los
diarios de las grandes capitales de Europa para hacerse una idea del
florecimiento repentino y extenso de un vasto sector de seres que viven de la
explotación del sufrimiento y de la necesidad humana de consuelo. Incluso en
las ciudades más pequeñas y tranquilas, entre los que, con toda buena fe,
buscan el consuelo de los mensajes espirituales, se encuentra un número
sorprendente de audaces estafadores que, sin ninguna fe en las doctrinas que
profesan, hacen del espiritismo un instrumento de explotación.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">"¿Pero, qué ha dejado la guerra en Europa de positivo y
que cuente a largo plazo?" nos preguntamos algunos.<o:p></o:p></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjwv8GlslO90vu2IE7qmC-ZhLZ7ADv7Vckp1q4ML34HEZd5yH7RwQUN2lA3jk3iK32OhJcd8rWaskhyhm9SOOj78B1KBeCoAHCrpW_73SamTby8UIfT3fIEC8dceTHs6i3x-M-2Akvu4OU/s750/Blasco_Ibanez__norteamerica-ig.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="425" data-original-width="750" height="362" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjwv8GlslO90vu2IE7qmC-ZhLZ7ADv7Vckp1q4ML34HEZd5yH7RwQUN2lA3jk3iK32OhJcd8rWaskhyhm9SOOj78B1KBeCoAHCrpW_73SamTby8UIfT3fIEC8dceTHs6i3x-M-2Akvu4OU/w640-h362/Blasco_Ibanez__norteamerica-ig.jpg" width="640" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><p class="MsoNormal">Finalizando la guerra. Septiembre de 1918. Iglesia en
Neuvilly-en-Argonne, Francia<o:p></o:p></p></td></tr></tbody></table><p class="MsoNormal">En este punto al menos soy pesimista. Tal vez, cuando hayan
pasado muchos años, cuando los acontecimientos puedan verse en perspectiva, el
observador podrá discernir que algún beneficio real para la humanidad se ha
derivado de esta abominable catástrofe; es decir, si resulta una paz
definitiva, y si la guerra reciente resulta ser un drama completo en sí mismo y
no el primer acto de una larga tragedia de guerras horrorosas y suicidas.</p><p class="MsoNormal">Si la guerra nunca hubiera tenido lugar, la Revolución Rusa habría sido imposible; la Rusia de la república y de los soviéticos habría sido aún más. </p><p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal"></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhfIkKSVzGUltBNs4RTdzPrET9p2LwA0Q4rBZpvorImlh4eGabKMVagjKNmV3YvmpBuK8y92W_wioA5ZVD1vPB_7kHdQUUSKpRM6i8pBvZ8niAE0-vUNfPhfFEiE9Bpyuxwr_qSLza9iKk/s388/Blasco_Ibanez__norteamerica-+Trotsky.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="388" data-original-width="382" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhfIkKSVzGUltBNs4RTdzPrET9p2LwA0Q4rBZpvorImlh4eGabKMVagjKNmV3YvmpBuK8y92W_wioA5ZVD1vPB_7kHdQUUSKpRM6i8pBvZ8niAE0-vUNfPhfFEiE9Bpyuxwr_qSLza9iKk/w315-h320/Blasco_Ibanez__norteamerica-+Trotsky.jpg" width="315" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Trotsky con soldados del Ejercito Rojo</td></tr></tbody></table>Después de una guerra iniciada por los grandes duques y los generales
del zar, ahora contemplamos lo que hace ocho años se hubiera considerado el más
imposible de los absurdos, nada menos que esto; la formación de un Ejército
Rojo de varios millones de hombres organizados al más puro estilo militar, y
comandados por un periodista comunista, en otras palabras, ese Trotsky que,
hace unos años, vagabundeaba por todo el mundo, cuando no estaba en cárcel. <o:p></o:p><p></p>
<p class="MsoNormal">Este Ejército Rojo todavía no es una amenaza para el mundo
porque la inmensa y desorganizada nación detrás de él está en medio de la
hambruna. Además, la guerra moderna requiere el apoyo de un sistema industrial
completo, y esto es algo que Rusia no ha logrado desarrollar ni siguiera en
tiempos de paz, y mucho menos ahora en el desorden de la revolución. ¿Pero qué
pasaría si en el futuro, el espíritu revolucionario de Rusia invade Alemania y el
hormiguero ruso podría trabajar con los grandes almacenes de materiales
producidos por la industria alemana?</p><p class="MsoNormal">De hecho, este es el
peligro que amenaza el futuro.</p><p class="MsoNormal"><br /></p><p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">La única certeza del período de posguerra, tal como la
conocemos, es el hecho de que casi la mitad de Europa, con la mitad de Asia
apoyándola por detrás, está en abierta rebelión contra esa constitución social
que, desde los primeros siglos, ha gobernado la humanidad, una constitución
basada en la propiedad privada. Nunca los enemigos de la sociedad existente tuvieron
tanto poder en sus manos, nunca antes habían logrado adquirir una
individualidad nacional. Hasta 1918, en todo el largo curso de la historia de
la humanidad, los que no estaban satisfechos con la organización de la sociedad
tuvieron que contentarse con escribir u orar contra ella, y, si realmente
intentaron la acción directa, no hicieron más que celebrar reuniones que rápidamente
fueron suprimidas por la policía, o realizar ataques individuales, con
dinamita, contra los representantes de la orden a la que se oponían.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Por primera vez en la historia de la humanidad vemos un
gobierno, enemigo declarado de la propiedad privada y partidario del comunismo,
que posee un ejército de millones, una marina y representantes diplomáticos que
son recibidos en los congresos de naciones. En comparación con esta revolución,
todas las demás revoluciones parecen ligeras e inofensivas. Fueron simples
cambios políticos lo que afectaron la organización interna del país en el que
ocurrieron; ocasionalmente modificaron el alcance de los derechos de propiedad,
pero nunca los negaron ni los suprimieron.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal"></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; margin-left: 1em; text-align: right;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgLFG88rEls7kRU5xGGZs02MQJ8OHU54bzlsAJxUapOAOfpOGLtAbq0w51tX6mzR9zTTBOUhrsG7pkSqevQQNNtrqK1eKcKlLE8eanglr8uiX72-KFUKg10F_mBDkRCTf_CtufbLbJzuoU/s902/Blasco_Ibanez__norteamerica_1921.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="666" data-original-width="902" height="295" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgLFG88rEls7kRU5xGGZs02MQJ8OHU54bzlsAJxUapOAOfpOGLtAbq0w51tX6mzR9zTTBOUhrsG7pkSqevQQNNtrqK1eKcKlLE8eanglr8uiX72-KFUKg10F_mBDkRCTf_CtufbLbJzuoU/w400-h295/Blasco_Ibanez__norteamerica_1921.jpg" width="400" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">V. Blasco Ibáñez y A. Karensky en París, en1921</td></tr></tbody></table>Un día, caminando por los de los Campos Elíseos con
Kerensky, el famoso primer ministro de la primera república rusa, quien fue
expulsado de su cargo por Lenin y su partido, me dijo con aquella vehemencia que
lo convirtió en un orador tan conmovedor:<o:p></o:p><p></p>
<p class="MsoNormal">"Mientras los Aliados insistan en la intervención en
Rusia, Lenin seguirá en el poder. Los campesinos creen que los extranjeros les
quitarán las tierras que les dimos. Apoyarán a Lenin hasta la muerte si Europa
interviene. Pero es igualmente cierto que si se restablecen las relaciones de
Rusia con el resto de Europa, si se derriban las barreras en la frontera, para
que nuestra gente pueda ver lo que realmente está sucediendo en otros países,
estos millones de pequeños terratenientes, en lugar de preservar el comunismo,
se alzarán contra él y lo derrocarán”.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">En mi opinión, no hay nada nuevo en Lenin ni en los hombres
igualmente austeros y desinteresados asociados con él. Conozco a muchos de sus
parientes en la historia. También Robespierre fue llamado "el
virtuoso".<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Es cierto que los gobernantes de las grandes naciones
europeas que no están actualmente en revolución saben muy poco hacia dónde se
dirigen. Lloyd George sabe tanto como Lenin sobre la Europa del próximo año.
Ambos son igual de ciegos, viviendo solo en el presente, sin hacer hoy ninguna
previsión para lo que traerá el mañana.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Con todas sus conferencias y reuniones diplomáticas para mantener
la paz, Europa se asemeja a un barco enorme, que lucha, a pesar de su mástil
roto, por capear el temporal. Los oficiales se reúnen en el puente y hablan
interminablemente, cada uno de ellos convencido todo el tiempo de que no dice
más que palabras vacías. Las cartas e instrumentos náuticos sobre la mesa, los
libros, todo lo que han estudiado, toda la experiencia que han tenido, son
inútiles, porque la tormenta es una tempestad cuya furia sobrepasa todos los
cálculos de los hombres; la fuerza que se mueve en ella es algo misterioso más
allá de la comprensión humana; nuevas fuerzas desconocidas para la física
parecen moverse hoy por el mundo. Todos hablan como si tuvieran una convicción
y una fe; y todos, en su corazón, están convencidos de que nadie tiene el remedio
en el cual puedan confiar completamente los otros y que conjure el peligro.<o:p></o:p></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj4wICpRJQidHWvIPsFpq9soS9l6eUcJcpXKD4QkHfRJyBKEs-20R9Ek_oyhg6ThJVZ3uoY6sL-MY1WFSu4vukRlI0GfyGA4IiFft7KwdCav4viHtk3KfxnKnMllOU4P97YhdOvutEcZrs/s1000/Blasco_Ibanez__norteamerica_Paris.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="616" data-original-width="1000" height="394" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj4wICpRJQidHWvIPsFpq9soS9l6eUcJcpXKD4QkHfRJyBKEs-20R9Ek_oyhg6ThJVZ3uoY6sL-MY1WFSu4vukRlI0GfyGA4IiFft7KwdCav4viHtk3KfxnKnMllOU4P97YhdOvutEcZrs/w640-h394/Blasco_Ibanez__norteamerica_Paris.jpg" width="640" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">París, enero de 1919. Sesión
de apertura de la <i>Conferencia de Paz </i> .</td></tr></tbody></table><p class="MsoNormal">Lo único que se nota invariablemente, en estas reuniones
celebradas por una Europa inquieta, es el miedo a la guerra. Sin embargo, cada
representante hace todo lo que está en su poder para provocar la guerra. Todos
afirman que desean la paz; y podemos creer que la paz es realmente deseada, ya
que sin ella todas estas personas deben morir. Pero cada uno quiere la paz en
sus propios términos con suministros especiales a su conveniencia. Con toda una
serie de verdades cada uno apoya su propio proyecto de paz particular. ¡Pero
Ay! La verdad absoluta no es más que una ilusión diseñada para embellecer
nuestras vidas. De hecho, hay tantas verdades como intereses. Por esta razón,
mientras los hombres traten de establecer la paz sobre la verdad, y no sobre el
sacrificio y la abnegación mutua, estaremos condenados a la guerra.</p><p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Las empresas benéficas y pacíficas tienen dificultades para
obtener fondos porque estas empresas suelen ser administradas por individuos.
Como la guerra es un negocio de los gobiernos, siempre se pueden encontrar
fondos para su apoyo. Después de que se declaró la paz por última vez, en un
momento en el que todos los recursos parecían agotados, vimos a una serie de naciones
pobres y sin importancia seguir luchando entre sí en Asia Menor; aparentemente
no les falta dinero. Hacer el bien es lo difícil, es difícil entre los hombres,
más aún entre las naciones.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal"></p><div style="text-align: left;"><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhGjBZ8Vc_-EXnju6thN-KHBuvM_Ycj75Yz4VnseQzc-nV-CPIgCEVAS8f_xOxjR9f2RgzRnycRZPcGy7disVpt8fPEraBo6O13_7u0Ud4pmwD9YbIpld4n8PuS0fcOg8H3R0bDFU6AQVM/s737/conferencia-paz-paris%252C+Blasco+Iba%25C3%25B1ez.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="688" data-original-width="737" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhGjBZ8Vc_-EXnju6thN-KHBuvM_Ycj75Yz4VnseQzc-nV-CPIgCEVAS8f_xOxjR9f2RgzRnycRZPcGy7disVpt8fPEraBo6O13_7u0Ud4pmwD9YbIpld4n8PuS0fcOg8H3R0bDFU6AQVM/s320/conferencia-paz-paris%252C+Blasco+Iba%25C3%25B1ez.jpg" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">París 1919. <i>El Comité de los cuatro</i> <br />- George, Orlando, Clemenceau y Wilson-<br />en las negociaciones para la Paz.<br /></td></tr></tbody></table>Odio la guerra; y creo que mientras exista, la humanidad
seguirá viviendo en ese período prehistórico que comenzó cuando los hombres
hicieron sus guaridas en cuevas; no es en este período donde su real historia se
encuentra. Todo está en el futuro. Pero, aunque amo la paz, también amo la claridad
de visión.</div><o:p></o:p><p></p>
<p class="MsoNormal">Los comunistas rusos, antimilitaristas y enemigos de la
propiedad como son, mantienen un Ejército Rojo de tamaño cada vez mayor, con el
que aplastar a cualquier pequeña república que desobedezca el despotismo rojo
de Moscú, y, cuando sea el momento oportuno, para invadir Polonia y otros
estados fronterizos.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Los alemanes conservan intacta su clase guerrera, y es una
grande.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Inglaterra está buscando lo que sea de su interés, nada más.
Todo el mundo sabe, por supuesto, que Dios creó el resto del mundo para que
Inglaterra pudiera tener colonias.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Francia, al ver que su enemigo eterno sigue intacto y aun
amenazándola desde su propio patio, permanece en guardia, dispuesta a atacar para
no verse otra vez en la misma situación de incesante ansiedad que vivió durante
cuarenta y cuatro años.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Las naciones toman sus asientos en las mesas de conferencias
de la misma manera que lo hacen los toscos jinetes de ciertas tierras desérticas
de América del Sur, que se sientan a hablar y tomar una copa en la mesa de la
taberna, mientras mantienen sus revólveres en el cinturón, un dedo en la funda.
De repente, hay un estallido general y todos están disparando contra todos los
demás, mientras que nadie sabe exactamente quién comenzó la pelea.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal">No veo paz en esta Europa que se reúne constantemente para
buscarla. Europa cree que debe ganar con palabras, pero en los pensamientos que
se esconden detrás de las palabras, Europa no aparenta ni el más mínimo sentimiento
verdaderamente cristiano.</p><p class="MsoNormal" style="text-align: right;">por <b>VICENTE BLASCO IBÁÑEZ</b>, 1922</p></div>Marga Predahttp://www.blogger.com/profile/07698563453867139965noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-2820100463319832693.post-19198268044933043092020-07-21T08:38:00.000-07:002020-07-22T00:08:46.454-07:00Yo he asaltado «FONTANA ROSA»<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi81NLbCZYQpJ6Qy2Pb6ueA8VB1Z9MQVA8Drgl6ePEVqMb8_rvVTpAEhjVS2u5X1lceyAE96sk00Q2GzAHTvKKSHRV-69dYYADI6_ZJG1FYlNObGoRVh9mgHpRyL-KIm3wlEPR3UKUF3kY/s1600/blasco_+iba%25C3%25B1ez_fontana_rosa.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="548" data-original-width="1172" height="298" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi81NLbCZYQpJ6Qy2Pb6ueA8VB1Z9MQVA8Drgl6ePEVqMb8_rvVTpAEhjVS2u5X1lceyAE96sk00Q2GzAHTvKKSHRV-69dYYADI6_ZJG1FYlNObGoRVh9mgHpRyL-KIm3wlEPR3UKUF3kY/s640/blasco_+iba%25C3%25B1ez_fontana_rosa.jpg" width="640" /></a></div>
<br />
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Fumo. Fumo otra vez nervioso, quizá con rabia. Son unas
chupadas breves, intensas. El taxista –«pardon, monsieur»– ha ido a
preguntar una cosa. Ha aparcado aquí, en Menton, en esta plaza, donde hace un
sol que no hay quien lo aguante –«pardon, monsieur»– , junto a este coche
donde una señora joven y bonita se aburre también, en bikini, con un niño en
brazos. Vuelvo a fumar. Me mira esta señora. Me doy cuenta: la he sorprendido.
Me he vuelto a ver si regresa el taxista y se han cruzado nuestras miradas. Ha
sonreído. Vaya, hombre. Lo que faltaba. Y el taxista sin venir.</div>
<div class="MsoNormal">
Me gusta y me irrita Menton. Yo no he venido propiamente a
ver Menton. Luego vendré a ver Menton. Tomaré unas cuantas notas. Urdiré una
crónica. Intentaré una colección de octavas reales más larga y menos soporífera
que «La Araucana» a ser posible. Pero ahora no. Ahora no… Ahora, no.</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Ha vuelto el taxista. Tiene una pinta de Jean Gabin, de Jean
Gabin viejo, que no se la salta un gitano. Pero debe de ser joven. Ha vuelto
sudoroso, nervioso.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>«Pardon, monsieur».
Rápidamente se sienta, se pone al volante. Otro cigarrillo. Maniobra vamos a
salir pitando. La señora se ha dormido dentro del coche – por lo menos cabecea –,
con el niño dormido en sus brazos. Cruzamos Menton. Ahora vamos a Garavan, y
que está a la otra parte de Menton. Cruzamos por delante del Casino, torcemos
luego. Sobre la marcha, el taxista se vuelve apenas y repite, pero
preguntándome:<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
– ¿Vicent Blascó Ibáñez?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Mastico, trituro, o acaricio minuciosamente, las palabras:<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
– ¿Vi-cen-te Blas-co I-bá-ñez.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
– «Oui. Perdon, monsieur»<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Se agacha como Ocaña. Le da al acelerador. Se embala. Es un
golpe rápido y efímero. Para en seco. No hay nadie. No iba a matar a nadie.
¿Por qué se ha detenido? Se abandona en el asiento. Estira las piernas. Miro.
Casi me quemo los dedos con la colilla del cigarrillo. Me inclino más y miro
todavía. Lo veo en una esquina. Es una pequeña lápida de mármol. La inscripción
es en versales henchidas en la piedra. El color de las letras debió ser rojo en
tiempo. Leo «<i>Avenue de Vicente Blasco Ibáñez</i>». La hora de la verdad. No hay que
detenerse en pamplinas ni en emociones. Hay que hacer «el ánimo» y echarse al
ruedo como un espontáneo. O como un policía que sabe que en esta, a lo mejor,
se juega la vida. Bajo del coche. Miro a un lado y a otro. Me subo los
pantalones. Quizás me aseguro el cinturón.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Meto la cabeza por la ventanilla y le digo al taxista que me
voy a pie. Que es un camino que he de hacer a pie, que aunque él no lo
comprenda debe ser una especie de promesa que sin duda hice en algún momento
lejano y es imprescindible que vaya a pie y casi descalzo. Que me siga,
despacio, y que a la puerta de Fontana Rosa nos veremos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Evidentemente, el taxista no lo comprende, no lo entiende,
pero hay algo –en mi acento, en mi decisión–, que le embarca misteriosamente
en la aventura. Yo podría hacer en estos momentos lo que quisiera del taxista.
Podría mandarle a comprar un paquete de Winston o podría mandarle a Cannes a
que se me subiera cualquier cosa que se me hubiera olvidado. El me mira con
asombro, quizás con piedad, contagiado, los ojos. Me he vuelto seco al hablar.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
– «Oui, monsieur.»<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Lo confieso: estoy emocionado. Pero todavía no quiero que se
me note. Prácticamente he venido a Francia para esto: para ver, en esta esquina, esta inscripción, esta pequeña y vieja lapida, esta calle dedicada a Blasco
Ibáñez en Menton que no hay en Valencia. Y luego, lo que venga, lo que el
destino –ay el destino– me depare.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Vuelvo a asegurarme, no sé por qué, quizás sea cosa de los
nervios, el cinturón. Y avanzo; avanzo solo. Voy a iniciar, en solitario, un
largo y emocionante «traveling», calle –avenida – arriba. Solo ante el
peligro.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Camino, al principio, con cierta dificultad. Han sido muchas
horas, han sido muchos kilómetros dentro del coche, con este calor tan
insoportable. Pero, poco a poco, advierto como si se me independizaran los
pies, las piernas, y camino incluso con ligereza. Porque tengo prisa; quiero
acabar pronto.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Desciende un coche. Me aparto. El coche tuerce, antes de
llegar a mí, por una esquina. Ese idiota podía haber avisado. Sigo. Me vuelvo.
El taxista, al comienzo de la calle, espera. Inicia la maniobra para seguirme,
despacio.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
No veo Fontana Rosa. Enciendo otro cigarrillo. Una mujer
vuelve a casa con la compra. Sobresale, como siempre, el pan, los panes. Nos
cruzamos<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
– «Bonjour»<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
– «Bonjour»<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Voy cuesta arriba. Desde Mónaco no hemos dejado
prácticamente de ir cuesta arriba. La cuesta arriba, en realidad, comenzó apenas
abandonamos Niza. Hemos bajado y hemos subido. Pero hemos subido siempre. Y
sigo subiendo. Miro a derecha e izquierda. No encuentro a nadie en toda la
calle. Y de golpe…<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Fontana Rosa. Aquí, a mi derecha, está Fontana Rosa.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Hago de tripas corazón. Me detengo. Se me agolpan los
recuerdos, las ilusiones, los deseos. Recuerdo a mi abuelo, a quien apenas
conocí y de quien heredé las obras de Blasco. Recuerdo a aquel dulce vecino de
Burjasot, republicano y ateo, que, finalmente, recibió la comunión, poco antes
de morir, en calzoncillos, aquellos calzoncillos largos que se amarraban al
tobillo, con rayitas grises, arrodillado y tiritando sobre la cama. Temblaba
con los sudores de la muerte y tenía cruzadas las manos y abría la boca con una
avidez enorme. Recuerdo la nota que cerraba las novelas de Blasco Ibáñez en su
última etapa: «Fontana Rosa. Alpes Maritimos». Recuerdo… No hago literatura.
Que se vaya al cuerno toda la literatura. Pero se me escapan unas lágrimas. Por
fin… Me veo leyendo, tan niño todavía, «Cuentos valencianos», «La barraca»,
«Cañas y barro». Veo en una pared, en mi habitación, clavado con chinchetas,
aquel grabado de Blasco Ibáñez, entre amarillo y sepia, que divulgaron tanto a
raíz de la muerte del novelista. Y toco la aspereza de la pared con la punta de
los dedos como si tocara un nicho, como he acariciado un nicho – como si tocara
una mejilla. Fontana Rosa.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
El taxista, emocionado, me observa. No me lo dice. Pero le
noto, le sé a mis órdenes. Si le digo que se cargue la tapia, se la carga. Si
le digo que secuestre en Valencia los restos de Blasco Ibáñez, los secuestra.
Si le digo…<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Pero no le digo nada. Sobresalen por encima de la tapia,
polvorientos, unos árboles. No hay ninguna pizca de briza. El taxista suda por
todas partes. Tiene la cara colorada, congestionada, como si hubiera liquidado
él solo una botella de coñac.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Son más de las doce de la mañana del viernes, 24 de agosto
de 1973; cae un sol implacable. He querido subir a pie, como en otro tiempo
subía a San Miguel de Liria, esta breve y apenas sinuosa cuesta. Estoy, por
fin, ante Fontana Rosa. Me alejo unos pasos. Miro la fachada. En el hierro de
la puerta, en sus dos hojas, en el centro un anagrama a base de la B y la I
enlazadas: Blasco Ibáñez. La puerta está pintada de verde, un verde viejo;
detrás de la verja hay otra lámina, del mismo color, que impide ver lo que hay
dentro.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>En lo alto, campean, a la
izquierda, el busto de Balzac; en el centro, considerablemente más grande, el
Cervantes; a la derecha, el de Dickens, los tres a base de azulejos de Manises
en los que predomina el azul. Y el nombre de la villa: Fontana Rosa. Y el deseo
de Blasco Ibáñez: <i>El jardín de los novelistas</i>.<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>Esto mismo se repite, debajo de Balzac, en francés; debajo de Dickens,
en inglés. A la izquierda, en la pared, hay una larga lápida: sobre ella, el
perfil de Blasco Ibáñez, en bronce; luego, una larga prosa oficial hace memoria
de que allí vivió y murió don Vicente Blasco Ibáñez y de que, en octubre de
1933, el Gobierno francés decretó solemnes honras fúnebres por el novelista.
Asomas, por encima de las tapias, unos cipreses. Hay mucho silencio y mucha
soledad. De vez en cuando chirría una cigarra.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Me alejo unos pasos. Aquí fue donde el regimiento alpino
rindió honores militares cuando salía para siempre en cuerpo de Blasco Ibáñez
metido en el ataúd; descendió, cuesta abajo, por ahí. A la puerta de Fontana
Rosa –me doy cuenta ahora– hay, derribado, un enorme cubo de basura; revolotean,
zumban, unas moscas. Por todas partes hay el encendimiento de las flores.
Precisamente enfrente de Fontana Rosa hay otra villa, sencilla, pulcra,
deliciosa, que se llama «Ville des Fleurs».<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Me acerco a la puerta y llamo, a golpe de puño: no hay
timbre, no hay campanilla. Aguardo. Aguardo en vano. Y vuelvo a golpear. Miro,
por una rendija; veo el pabellón que fuera de la servidumbre; veo más allá, la
residencia de Blasco. Y veo una molla, no una alfombra, de hojas secas,
cobrizas. Tres gatos rojos mantienen una silenciosa tertulia estúpida. Un coche –un «Peugeot» gris– está abandonado allí. Golpeo con los puños, con los pies;
nadie contesta. El taxista me observa. No puedo contener la excitación. Cojo
una piedra y doy con ella contra el metal, furiosamente, muchas veces. En vano.
Todo en vano. Me irrita la luz. Me irrita esta paz. Me irrita este silencio. Me
lo cargaría todo. Impotente, me agarro a los hierros. Esta es mi última
tentativa de entrar en la Fontana Rosa. Y no me abre nadie. Y no hay nadie. Y
casi lloro y digo más de un taco.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Se me acerca el taxista. Comprueba por las rendijas, lo que
yo había visto. A rebato, con la piedra, con los pies, golpeo la puerta. Salen
probablemente escandalizados, de <span style="mso-bidi-font-style: normal;">Ville
des Fleurs</span>. Le preguntan al taxista qué pasa. Entré en la conversación. Me
creen familia de Blasco. No. No soy de su familia. Insinúan delicadamente la
posibilidad de que sea familia ilegitima. Ni hablar. Soy valenciano. He
admirado y he llegado a querer, <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>como
algo propio, a Blasco Ibáñez. Y hay más silencio alrededor. Lo han comprendido
todo. El taxista me pone una mano en el hombro, me atrae hacia sí. La señora de
<span style="mso-bidi-font-style: normal;">Ville des Fleurs</span> ha salido con un
platito y un vaso de agua. Pero yo he de seguir. Yo he de entrar en Fontana
Rosa.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
El taxista, rápido, se sitúa junto a la tapia, se inclina y
pone las manos como un estribo para que yo suba y trepe tapia o puerta de
arriba. Un niño de <span style="mso-bidi-font-style: normal;">Ville des Fleurs</span>
indica un sitio; el taxista corre hacia él. Espero. Lentamente, la puerta de
Fontana Rosa se abre para mí solo. El
taxista ha entrado por la parte trasera, donde la tapia ha caído o ha sido
derribada, ha quitado la burda estaca que mantenía cerrada la puerta y ha
abierto. Creo que se ha cuadrado, por lo menos ha estado en posición de firmes,
mientras yo, muy indigno, muy despacio, con mucha emoción, con mucho temor, con
mucha vergüenza, entro en Fontana Rosa, avanzando en el mar de hojas secas que
casi me alcanza las rodillas.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
¡Dios!... Quisiera callar, por pudor, por estricto pudor, el
descuido, el desaseo, la mierda que hay en Fontana Rosa. Nadie lo puede
imaginar. Y esto es lo que Blasco Ibáñez quería que, a su muerte, fuera el
jardín de los novelistas… Esto era el sueño que acariciaba con más íntima
fruición Blasco Ibáñez, mientras sentía sobre él, sobre su vida, sobre su obra,
la tibieza final del sol de la gloria, del sol de los muertos… Esto… Esto.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Aquí está la glorieta donde Blasco Ibáñez se sentaba con su
mujer y sus visitas de más postín. Dos gastados peldaños suben hasta ella. Aquí
está el busto de Cervantes, en bronce, sobre una columnita; aquí, como respaldo
del asiento, está, en chillones azulejos rojos, un compendio del «Quijote»…
¡Qué inútil, qué desesperado amor a España el de Blasco Ibáñez!...<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
No he querido sentarme. He sentido, legitimo, el deseo de
robar. He sacudido la columna que sostiene el busto de Dostoyevski, pero la
mala zorra de la piedra no ha cedido. Y he roto a llorar. No podría ya más;
compréndanlo.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>He roto a llorar mirando
alrededor los bustos de Zola, de Víctor Hugo, de Dostoyevski … He roto a llorar
mirando tanto abandono, tanto porquería, tan poco amor por la memoria de Blasco
Ibáñez. Y otra vez me ha puesto la mano en el hombro el taxista, maravillado y
asqueado de cuanto hay allí y de cómo se encuentra.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
He entrado en una especie de garaje o de hangar, donde, sin
duda, estuvo el cine particular del novelista. He salido otra vez. De un
puñetazo ha cedido una madera. He mirado, allá arriba, la prodigiosa terracita
desde la cual Blasco Ibáñez dominaba, en una extensa panorámica, Menton,
Mónaco, Montecarlo… Y persianas desvencijadas y rotas, y montones de
basura<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>domésticas y ventanas abiertas y
cayéndose.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
De pronto he advertido, bajo mis pies, un estremecimiento;
bajo mis pies y en las maderas, en los cristales. He esperado en silencio. He
roto en un grito:<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
– ¡El tren!<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Era el tren, sí; se ha escuchado el silbido. Era el tren del
primer capítulo de «Los enemigos de la mujer», solo que sin soldados, sin
gritos, sin voces. Era el tren que cruzaba los más humanos relatos de la guerra
hechos por Blasco Ibáñez –algunos de «El préstamo de la difunta», algunas
páginas de algunas novelas. A estas horas Blasco Ibáñez, con don Jaime de
Borbón y Josep Plá, bajaban a Menton, al Casino, y se iban a comer.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Se pierde, subterráneo, en la lejanía, hacia Italia, el
silbido insensato del tren. Y me quedo más solo. O me siento más solo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Me vuelvo. El taxista, de espaldas, pero al acecho, está
meando. Sorprendido, suplica:<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
– «Pardon monsieur»<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
La emoción, el nerviosismo, se ha ido por ahí. Bueno.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Recorremos la teoría de bustos, Víctor Hugo, Zola. El Dostoyevski
admirable; observa todo, con unos ojillos sutiles como cuchillos. Son los ojos,
quizá, de haber «visto» «Los hermanos Karamazov», «Crimen y castigo», «Los
endemoniados»… Por aquí paseaba y se sentía seguro… aquí sí que se sentía
seguro don Vicente Blasco Ibáñez.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
«– He ganado muchísimo dinero con mis novelas…» ¡Y el que se
gana todavía, don Vicent!</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Aquel Blasco Ibáñez, que tenía peseta a peseta, tan temprano
y tan arraigado, el sentido de la «propiedad inmobiliaria» –la Malvarrosa, Fontana Rosa… ¡Qué desastrado
final de sus casas (Fontana Rosa, la Malvarrosa)! Y en un vulgar nicho de
Valencia, sus restos, y eso gracias a la rápida gestión de un gobernador,
Solsona, harto de ver ¡cinco años! Aquel ataúd dando vueltas por el «depósito»
y sin recibir sepultura.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
¡Dios! Son demasiadas cosas juntas. Esto no se hace. La
cabeza me va a estallar. Me agarro la cabeza. Pero he de seguir. He de apurar
toda la amargura, toda la tristeza, toda la vergüenza, toda la desolación. Todo
este cáliz. A zancadas, a zancadas de borracho o de moribundo, recorro, en una
y otra dirección, todo el jardín. ¿Jardín?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
En sus últimos años, Blasco –lo escribió– se pasaba a
veces semanas sin salir de su casa, prácticamente paseando por «su» jardín,
porque se dedicaba afanosamente a escribir. Sabía que la muerte podía, iba a
subir, inesperadamente, por esta cuesta; sabía que entraría como Pedro por su
casa. Le irritaban los ladridos de los perros de doña Elena.
«Estos perros», lo ha recordado J.L. León Roca. Miro el pabellón donde vivía,
donde escribía, donde se lo llevó la muerte, arrancándolo de los brazos
súbitamente maternales, de su criada, mientras él, con la mano, torpemente,
buscaba todavía las gafas en la mesita de noche, como si con ponérselas, no se
fuera a morir. ¿Qué habrá sido de sus gafas, de su pluma? Todo eso son, ya,
virguerías.</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Ahora sí. Ahora –no podía ya más– me he sentado en uno de
los peldaños. El taxista, de pie, me ofrece un pitillo. Rechazo, obstinado, con
la cabeza. Procuro ser amable; levanto la cabeza y le sonrío. Pero él no me ve;
él mira estupefacto, aquella ordenada belleza de bustos, de posibles rosales,
de problemáticos jazmines, de sólidos cipreses, con una perplejidad
indescriptible. Tampoco él lo entiende. Esto no hay quien lo entienda.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
La puerta de Fontana Rosa sigue abierta. En el suelo, la
estanca vulgar que la aseguraba. En seguida, el armatoste del coche. Me hice la
ilusión, al principio, de que quizás fuera el que utilizó Blasco. Entiéndanme: pensé que se rendía «un» culto familiar a Blasco… Los tres gatos me observan
sentados en el mismo sitio.</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Brilla, enfrente, en la basura, debajo de las hojas secas.
Me abalanzo. Me sigue el taxista. Escarbamos afanosamente como si fuéramos a
desenterrar a alguien.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Es otro coche, enterrado en aquel estercolero. Sonrío. Da
pena, da asco.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
«Nada me falta. Todo lo que deseé ha llegado para mí; en
mayor o en menor cantidad, pero ha llegado. Ni uno sólo de los ensueños de mi
ambición y mi envidia, cuando era joven, dejó de realizarse…» Y cae el sol. No
es el sol de los muertos, tibio y leve…es un sol crispado de agosto; es un sol
colérico y reivindicativo que quizás convoca a los muertos a ponerse en pie.
Pero este muerto mío, este Blasco Ibáñez, no puede ponerse en pie y echar a
andar, lleno de agujeros.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Toda la ilusión, toda la larga tensión, toda la emoción, se
ha roto en mí, me ha roto los nervios y lloro y sudo mientras sigo mirando. Me
sorbo los mocos, luego me paseo estúpidamente el pañuelo, en un puñado, por la boca
seca, por las mejillas, por las narices. Noto como si aquella mañana no me
hubiera afeitado. Es lo que ocurre.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Estoy en la puerta de la casa, propiamente, en la que Blasco
Ibáñez vivió y murió. Un empujón y entro. Pero me detiene un último y muy casto temor.
No; esto no. Hubiera sido como destapar un ataúd con un muerto muy querido
dentro. No; esto no.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Las manazas del taxista parecen dispuestas; hubiera bastado
una indicación y se hubiera cargado la puerta. No; esto no…No.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
A espaldas de la casa, está desmochada, una tapia. Hay
señales de trabajo como de excavaciones. Un poco más allá hay una grúa
amarilla. En el suelo, empaquetadas, hay unas muestras de tierra. Luego me
dirán los vecinos que quizás van a venderse unas parcelas. Yo no lo sé. Luego
me dirán que el Gobierno francés quiso salvar todo esto – ¡el
Gobierno francés! – <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>y no se llegó a un
acuerdo. Yo no lo sé. Luego me dirán que alguien, probablemente inglés, robo, hace unos
meses, los bustos de Shakespeare y de Dickens, Y sonreiré. Yo también pude
robar cuanto hubiera querido en Fontana Rosa. Pero no lo hice. No lo podía
hacer. Eso, que lo hagan otros. Que lo haga otro que no piense nada más que en
la belleza de los bustos o en el peso de la chatarra. Eso yo no lo puedo hacer.
Pero cualquier día lo hará cualquiera.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Me encamino a la puerta como si saliera de un cementerio,
como si regresara de un doloroso entierro. Crujen las hojas secas bajo mis
zapatos. Levanto los ojos y delante de mí veo a unas señoras, a unos niños. Son
los vecinos de antes. Intento sonreír. Pero no les engaño. No nos decimos nada.
Dejo mi mano en la cabeza de un niño. El taxista, con la rapidez expeditiva de
un sepulturero, cierra la puerta –¡cómo me irrita este chirrido!– Me llevo
las manos a los oídos. Atranca otra vez la puerta. Esto se ha acabado. Como en
un cementerio, como en un entierro, doy la mano a estas buenas gentes. Una
vieja señora, que probablemente, niña aún, conoció a Blasco Ibáñez, retiene mi
mano en las suyas unos segundos, unos minutos, unas horas. La miro en los ojos.
En sus ojos hay fortaleza, la fortaleza que el silencio me pide. Intento
sonreír. Probablemente me sale una mueca desvencijada. Me meto en el taxi.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Arranca el coche, como el coche de los muertos, muy
despacio. Miro por última vez, a mi izquierda, Fontana Rosa. Esto se ha
acabado… Me despiden saludándome sin palabras, con la mano. Bajo la cabeza. Pero
no es el dolor. O no es el dolor sólo; es la vergüenza, es el asco. Estoy
dispuesto a pedir perdón de lo que yo no hice. Las palabras están demás. Calla
el taxista. Aplicado al volante, mirando enfrente –pero a mí no me engaña– me
alarga, sacándolo de no sé dónde, su cajetilla de «Gitanos». Cojo un cigarrillo
y fumo. Esto se ha acabado. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: right;">
por VICENT ANDRES ESTELLES,</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: right;">
(publicado en septiembre de 1973)</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: #0c343d; font-family: "verdana" , sans-serif;">En 1973, cuando el autor de este artículo visitó Fontana Rosa, habían pasado 43 años de la muerte de Blasco. Es un artículo emocionante, triste, desolador... sobre una realidad que pocos conocieron o conocen. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: #0c343d; font-family: "verdana" , sans-serif;">Ahora, casi medio siglo después de su dolorosa experiencia, somos otros los que, igual a él, </span><i style="color: #0c343d; font-family: verdana, sans-serif;">admiramos y hemos llegado a querer, como algo propio, a Blasco Ibáñez</i><span style="color: #0c343d; font-family: "verdana" , sans-serif;">. Y precisamente, en estos calurosos días de verano del 2020, nos embarcaremos en una nueva aventura: ir a conocer la actual Fontana Rosa, con la ilusión de lograr captar sensaciones, imagenes e impresiones singulares, y luego, compartir <span style="font-family: "times new roman";">–</span>vía Internet: en el blog, las redes sociales, etc.</span><span style="color: #0c343d;">–</span><span style="color: #0c343d; font-family: "verdana" , sans-serif;"> para todos los interesados.</span></div>
Marga Predahttp://www.blogger.com/profile/07698563453867139965noreply@blogger.com8tag:blogger.com,1999:blog-2820100463319832693.post-75930524725172044432020-06-28T14:01:00.003-07:002020-06-29T02:24:36.128-07:00Aquella Araña Negra - parte I<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhjephPiszNGVvmWHjbwOKNfMNuxG0PbT5MGJR_nEtMS04uQGzdfVZaLnJusZdiJj8-VCFM4YnQU2pcqH103Kz-LG0rAYxlak_nxAdQdaCCPAr510tkHD6Lu6diFdFNqfyF1pVeDWmPttI/s1600/1887-12-25+El+Mot%25C3%25ADn+%2528Madrid%2529.+25-12-1887%252C+n.%25C2%25BA+52%252C+p%25C3%25A1gina+3.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="635" data-original-width="986" height="412" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhjephPiszNGVvmWHjbwOKNfMNuxG0PbT5MGJR_nEtMS04uQGzdfVZaLnJusZdiJj8-VCFM4YnQU2pcqH103Kz-LG0rAYxlak_nxAdQdaCCPAr510tkHD6Lu6diFdFNqfyF1pVeDWmPttI/s640/1887-12-25+El+Mot%25C3%25ADn+%2528Madrid%2529.+25-12-1887%252C+n.%25C2%25BA+52%252C+p%25C3%25A1gina+3.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">La ilustración:<br />
<i>La araña negra apoderándose poco a poco de España </i>- Publicada en <i>El Motin</i>, 25 de diciembre de 1887<br />
<br /></td></tr>
</tbody></table>
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
<span style="font-family: inherit;">Una mañana, a finales de enero de 1892, algo insólito ocurría en las calles de Barcelona... </span><br />
<span style="font-family: inherit;">El día siguiente, la prensa comentaba:</span><span style="font-family: inherit;"> </span><br />
<div class="MsoNormal">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<i>En las fachadas de multitud de casas de Barcelona aparecieron en la madrugada de ayer letreros que decían: «La araña negra», y encima de ellos veíase una descomunal araña, todo ello pintado con tinta por medio de una plancha de zinc. </i><i>La policía borró los letreros y detuvo á varios individuos, que se supone sean autores de la broma</i><span style="vertical-align: super;"><span style="font-family: inherit; font-size: xx-small;">1</span></span>.<br />
<br />
<div class="MsoNormal">
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; margin-left: 1em; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgV3T64ED51I6phFMkXQv2eYT6bKjz6v0oQ5q-H5WtpMF9QcIkKq_EbQJ3kqhB5hqQ7I4YuG-70v5H_-QuZXfFUOLq-S59UIirQQPZVJLFC63wZaO26Zdy7ogOIhEbrawidBuqddDmLB3I/s1600/Barcelona+Aq.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1026" data-original-width="1522" height="268" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgV3T64ED51I6phFMkXQv2eYT6bKjz6v0oQ5q-H5WtpMF9QcIkKq_EbQJ3kqhB5hqQ7I4YuG-70v5H_-QuZXfFUOLq-S59UIirQQPZVJLFC63wZaO26Zdy7ogOIhEbrawidBuqddDmLB3I/s400/Barcelona+Aq.jpg" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Barcelona, calle de Bilbao, principios del siglo XX. Foto: L. Roisin</td></tr>
</tbody></table>
<i>Algunas personas pusilánimes creen que esto puede ser una amenaza de los anarquistas: pero otros suponen que más de un asunto relacionado con el orden público, se trata del anuncio de un periódico satírico</i><span style="vertical-align: super;"><span style="font-family: inherit; font-size: xx-small;">2</span></span>. </div>
<br />
En Madrid se publicaban bajo el mismo rotulo de «<i>Anarquistas en Barcelona</i>», dos noticias telegrafiadas el 25 de enero desde la ciudad catalana: una, comunicaba que habían sido<i> detenidos los que en la noche última se entretuvieron en pintar dichos letreros de las arañas. Se cree que son obra de una asociación secreta</i><span style="vertical-align: super;"><span style="font-family: inherit; font-size: xx-small;">3</span></span>;<i> </i>y la otra, mencionaba el <i>meeting</i> anarquista celebrado aquella tarde en el teatro Gayarre.<br />
Aunque los dos eventos no tenían relación entre si, generaron tal confusión que días más tarde, otro periódico escribía:<br />
<i>Durante el último meeting anarquista celebrado en Barcelona fueron detenidos varios individuos por haber pintado en las paredes y en el pavimento grandes arañas con el siguiente letrero </i>«<i>La araña negra</i>»<span style="vertical-align: super;"><span style="font-family: inherit; font-size: xx-small;">4</span></span>.<br />
<br />
<div class="MsoNormal">
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjnCpDg7pM1f6Xyh3HsmT3cT4dEUZ-AnAuEvuHHhx-S8m2WSmqfIwW0-ljWShk-6CMFGQngPqMKHAvvYpoD-ZRjLirbVxhrCqj9KYvmK5sJeZEQh-BkiZZ6X3fGS5uvpzoH1tpc4hcjEIY/s1600/1888-+Valencia+Imprenta+Ortega.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="869" data-original-width="652" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjnCpDg7pM1f6Xyh3HsmT3cT4dEUZ-AnAuEvuHHhx-S8m2WSmqfIwW0-ljWShk-6CMFGQngPqMKHAvvYpoD-ZRjLirbVxhrCqj9KYvmK5sJeZEQh-BkiZZ6X3fGS5uvpzoH1tpc4hcjEIY/s400/1888-+Valencia+Imprenta+Ortega.jpg" width="300" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Valencia en 1888, calle Ruzafa. Foto: A. Esplugas</td></tr>
</tbody></table>
Aquellas extrañas figuras publicitarias aparecían también en las calles de Valencia, pero muy pronto la prensa desvelaba el misterio.<br />
Comenzaba por comunicar que la araña <i>que tanto preocupó a algunos timoratos es el anuncio de una obra que va a publicarse combatiendo a los jesuitas </i><span style="vertical-align: super;"><i><span style="font-family: inherit; font-size: xx-small;">5</span></i></span>; y luego informaba que la insólita publicidad <i>no tiene nada que ver con el anarquismo. Trátase del reclamo editorial de una novela del Sr. Blasco Ibáñez, titulada </i><b>«<i>La araña negra</i>»</b><span style="vertical-align: super;"><span style="font-family: inherit; font-size: xx-small;">6</span></span>.</div>
<div class="MsoNormal">
Parece que el mismo<i> Gobierno se alarmó cuando supo que había aparecido la araña negra, que el creyó que era, cuando menos, una hermana de la mano ídem</i><span style="vertical-align: super;"><span style="font-family: inherit; font-size: xx-small;">7</span></span>... pero todo se aclaró cuando se supo que la misteriosa aparición no era más que<br />
...<i>un reclamo para anunciar la aparición de la novela La Araña Negra, que pronto se publicará en Barcelona</i>, y finalmente el mismo Peris Mancheta concluía: <i>Aunque la broma tiene ribetes de pesada, tiene gracia</i><span style="vertical-align: super;"><span style="font-family: inherit; font-size: xx-small;">8</span></span>.<br />
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br />
Al parecer, el asunto no terminó aquí para todos. En los primeros días de febrero, la publicidad aparecía también en las aceras de Cartagena, pero de esta vez, según la prensa, <i>algunos concejales, alarmados por el anuncio, pusiéronse en movimiento é hicieron prender á los libreros Sres. S. J. García, corresponsales de la casa que edita la obra.</i></div>
<div class="MsoNormal">
</div>
<div class="MsoNormal">
<i>Los serenos é inspectores han prestado un gran servicio al orden social, pero hay que convenir en que su celo y el de los concejales ha sido un poco ridículo</i><span style="vertical-align: super;"><span style="font-family: inherit; font-size: xx-small;">9</span></span>.<br />
<br />
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: inherit;">A pesar de que l</span>a prensa no precisaba exactamente a que hacía alusión la ingeniosa campaña publicitaria que tanto había sucintado <span style="font-family: inherit;">la curiosidad de la gente, </span>en realidad, muchos lo sabían. Probablemente, la confusión fue mayor para los valencianos; ellos podrían haber relacionado <i>La araña negra</i> con<i> </i>las fallas, las tradicionales fiestas valencianas de primavera, ya que en los últimos tres años (1889-1891) el <i>llibret faller</i> de la calle Maldonado, ubicada en el bario donde vivía Blasco, llevaba este titular. Es muy probable que estas publicaciones captasen la atención del joven escritor y, aunque él no lo menciona, existe la posibilidad de que le inspirase el nombre de su nueva novela. En julio del 1890 tuvo que huir a París por un año y, al parecer, durante su estancia allá comenzó la extensa obra que siguió escribiendo luego, en Valencia.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjTKjO6vyE-ROwyUvbFOkSIgN14Sed0e_sxxpMrtQIAm9mh05B6LmPRM0v8Oy4qoGVM9S9YuAfdHtMZaoiLY4ocTlFzRQ3AaclHwn4vs8LQ2NKCzh9jUxneIgUbN026L5_LmCLZNtiEpXU/s1600/1890+pt.+Blog.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="803" data-original-width="1600" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjTKjO6vyE-ROwyUvbFOkSIgN14Sed0e_sxxpMrtQIAm9mh05B6LmPRM0v8Oy4qoGVM9S9YuAfdHtMZaoiLY4ocTlFzRQ3AaclHwn4vs8LQ2NKCzh9jUxneIgUbN026L5_LmCLZNtiEpXU/s640/1890+pt.+Blog.jpg" width="640" /></a></div>
<br />
Sin embargo, tanto para Blasco revolucionario y republicano,
como para los de ideologías distintas pero que, igual a él, cultivaban el anticlericalismo,
<i><b>La araña negra</b></i> tenía un significado bastante concreto, resaltado por la prensa
de la época. Así, en las paginas del popular periódico <i>El Motín</i>, se mencionaba frecuentemente<i> </i>la <i>"araña negra" </i>como la personificación del clero; por ejemplo, un articulo de 1884:<br />
<div class="MsoNormal">
<i>La araña negra aprisiona completamente la España del 20, del 35, del 54 y del 68, y allí donde posa cualquiera de sus innumerables y asquerosas patas, brota un convento, se mata una actividad y se profana una gloria</i><span style="vertical-align: super;"><span style="font-family: inherit; font-size: xx-small;">10</span></span>.<br />
Luego, en 1887, o sea cinco años antes del lanzamiento de la novela de Blasco, publicando <u>la ilustración</u> con la caricatura de <i>la araña negra apoderándose poco a poco de España</i>, en la revista se comentaba:<br />
<div class="MsoNormal">
<i><o:p></o:p></i></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<i>Mientras la vida se va haciendo más difícil para los españoles, la araña negra va apoderándose lentamente de todo. Hoy es un palacio, mañana una fábrica; ahora unos millones, luego una empresa marítima. El labrador trabaja para ella; el moribundo se ve por ella despojado; los padres se quedan sin hijas porque ella las envuelve en sus redes. Y domina en el Gobierno, y acapara la enseñanza, y organiza jubileos como el que actualmente se celebra, y siembra semilla de calumnia contra los honrados, y prepara en las sombras la guerra civil</i><span style="vertical-align: super;"><span style="font-family: inherit; font-size: xx-small;">11</span></span><i>. </i><br />
Es evidente que esta simbólica ilustración, inspiró a V. Blasco Ibáñez para su novela <b><i>La araña negra</i></b> publicada por primera vez en 1892, y así lo sugiere también la imagen que aparece en las portadas de los cuadernos del folletín.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg060PcEil5suk-Fs3isYbYOsXjPprTUEHrd4VKRkWxzkg8xwDWr3vj-IH8CeAGEgW4WM9fPHQwvzIHBl6zq2TlB0Gps-xpoKcT9TBnxrteoGJIrKmoadHCD2sO0pvsDmsiT7Tlj7ys018/s1600/Blasco+Iba%25C3%25B1ez%252C+1892%252C+la+ara%25C3%25B1a+negra.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1076" data-original-width="1600" height="430" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg060PcEil5suk-Fs3isYbYOsXjPprTUEHrd4VKRkWxzkg8xwDWr3vj-IH8CeAGEgW4WM9fPHQwvzIHBl6zq2TlB0Gps-xpoKcT9TBnxrteoGJIrKmoadHCD2sO0pvsDmsiT7Tlj7ys018/s640/Blasco+Iba%25C3%25B1ez%252C+1892%252C+la+ara%25C3%25B1a+negra.jpg" width="640" /></a></div>
<br />
Aunque <b><i>La araña negra </i></b>podría considerarse la primera novela ilustrada de Blasco, se desconoce si el escritor intervino de algún modo en la edición o en la campaña publicitaria de la obra. Tenía 25 años de edad y todavía no se había involucrado en el mundo editorial, pero probablemente, el éxito de esta novela estimuló su interés por la interacción entre la literatura y la imagen. Años más tarde, comentaba: <i>"<b>La araña negra</b> que fue un gran éxito….editorial son los pecados de mi adolescencia literaria, cuyo recuerdo me avergüenza"</i><sup> <span style="font-size: xx-small;">12 </span></sup>, y nunca más aceptó publicarla. En cambio, siguió inspirándose en las arte gráficas para algunos títulos de sus novelas y, cautivado por el poder de la imagen, supo establecer un dialogo interactivo con la cultura visual y enlazarlo a su larga trayectoria de escritor, político y editor.<br />
<br />
<div style="text-align: right;">
<span style="color: #073763; font-size: large;">(Continuara...)</span></div>
<div>
<div class="MsoNormal">
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; margin-left: 1em; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"></td></tr>
</tbody></table>
</div>
</div>
</div>
</div>
</div>
</div>
Marga Predahttp://www.blogger.com/profile/07698563453867139965noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2820100463319832693.post-20811013917389379182020-02-23T08:16:00.002-08:002020-02-23T08:28:57.978-08:00Blasco Ibáñez - Doctor Honoris Causa<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhoNd1kYR2j9wmrIiJA7YBUFPSXvDnbAXI63Gncx-Q_9vgvnFZMrgdoQGxo69W75_3-u2XClXYZEt1-RP2bFY6xDgNTPrgJGZfim_4aYBHw6NfZglu0ZOq1S9w6_qQGojwj9zEA56zP8HE/s1600/Blasco+Ib%25C3%25A1%25C3%25B1ez+en+Norteamerica+1920+-Honoris.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1518" data-original-width="1067" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhoNd1kYR2j9wmrIiJA7YBUFPSXvDnbAXI63Gncx-Q_9vgvnFZMrgdoQGxo69W75_3-u2XClXYZEt1-RP2bFY6xDgNTPrgJGZfim_4aYBHw6NfZglu0ZOq1S9w6_qQGojwj9zEA56zP8HE/s640/Blasco+Ib%25C3%25A1%25C3%25B1ez+en+Norteamerica+1920+-Honoris.jpg" width="448" /></a></div>
<span style="color: #134f5c; font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span>
<span style="color: #134f5c; font-family: "verdana" , sans-serif;">Hace un siglo, el día 23 de febrero del 1920, la <b>Universidad George Washington</b> de los Estados Unidos confería el grado de <b><i>Doctor «Honoris Causa»</i></b><i><b> en Letras</b></i> al novelista valenciano <b>VICENTE BLASCO IBÁÑEZ</b>.</span><br />
<div class="MsoNormal">
<span style="color: #134f5c; font-family: "verdana" , sans-serif;"><o:p></o:p></span></div>
<span style="color: #134f5c; font-family: "verdana" , sans-serif;">A continuación se reproducen los discursos pronunciados en la ceremonia de investidura. </span><br />
<br />
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span style="color: #990000;">DISCURSO PRONUNCIADO POR EL DOCTOR <b>WILLIAM MILLER COLLIER</b></span><o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiLl87M-yitsZDcb0ZrsEl4GylCvwFoJZRKn3JW-9_F6LQweFDnps4sVeDlp0gqTPiA3766gtUY9mNgnboNHJM1oR1K8ShjI_5W9ZvXflOIpovywJKcwIkPPhC59uvkW2AVpRsMADW-Rh0/s1600/William+Miller+Collier%252C+Blasco+iba%25C3%25B1ez+en+norteamerica+1920.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="446" data-original-width="324" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiLl87M-yitsZDcb0ZrsEl4GylCvwFoJZRKn3JW-9_F6LQweFDnps4sVeDlp0gqTPiA3766gtUY9mNgnboNHJM1oR1K8ShjI_5W9ZvXflOIpovywJKcwIkPPhC59uvkW2AVpRsMADW-Rh0/s400/William+Miller+Collier%252C+Blasco+iba%25C3%25B1ez+en+norteamerica+1920.jpg" width="290" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
William Miller Collier (1867-1956)<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal">
Esta Universidad se honra hoy con la presencia en ella de
don Vicente Blasco Ibáñez. Sus libros han sido traducidos a muchas lenguas;
pero, al escribirlos, él se ha circunscrito a su idioma nativo, el sonoro y
expresivo castellano, lengua en la que también prefiere dirigirse a vosotros
esta tarde. Así, pues, expresaré, primero en inglés, nuestra bienvenida al huésped
y la admiración que nos merece, para luego, al dirigirme directamente a él,
repetir estas palabras en castellano. Señor:<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
En nombre de la Universidad George Washington os doy la
bienvenida a este recinto; y, valiéndome de una hermosa expresión de la hospitalidad
española, os digo: <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
«Señor, estáis en vuestra casa.»<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Abrigo la seguridad de que en todo lo que voy a decir acerca
de vos interpretaré fielmente los sentimientos no solo de los administradores,
consejeros y profesores de la Universidad y de sus estudiantes, los cuales
pasan de cuatro mil, sino de los habitantes de esta ciudad, capital de la
nación. Por lo demás, sus saludos y alabanzas no son sino débil eco del
creciente coro con que, del uno al otro océano, todo el pueblo americano ha
expresado, en el curso de vuestro viaje al través del Continente, la admiración
que siente por vos. Sinceramente lamentamos vuestra reciente y grave
enfermedad, regocijándonos de que hayáis recuperado completa-mente la salud.
Vuestra presencia entre nosotros nos llena de placer.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Los americanos del Norte y del Sur alimentamos de consuno un
sentimiento de gratitud por la gran reina española que se llamó Isabel la
Católica y que poseyó la fe, el valor y el desprendimiento necesarios para
equipar de su propio peculio las carabelas que, guiadas por Colón, realizaron
aquel viaje que dio por resultado el descubrimiento de América y el presente de
un Nuevo Mundo, ofrecido no solo a Castilla y a León, sino a toda la humanidad.
También llevamos en la mente el recuerdo de los numerosos, grandes, espléndidos
e imperecederos servicios que, en su pasado de más de dos mil años, le ha
prestado España a la humanidad. Os damos, de consiguiente, la bienvenida como
español.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEibDw2XczF-rkhNuKRGlu5m1XEdVVft2dMWVLd32tL27Pf6LDykPr2F7Ip_UCxivsY43BCEVgdCJjq-DFG_y5jcnXcG2V6QtSx7uYwvQLSrfCQpEKi9nnFhLAqcUzzuPPVhtMbntJFL6cg/s1600/Blasco+iba%25C3%25B1ez%252C+norteamerica+1920%252C+washington+.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="627" data-original-width="1031" height="388" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEibDw2XczF-rkhNuKRGlu5m1XEdVVft2dMWVLd32tL27Pf6LDykPr2F7Ip_UCxivsY43BCEVgdCJjq-DFG_y5jcnXcG2V6QtSx7uYwvQLSrfCQpEKi9nnFhLAqcUzzuPPVhtMbntJFL6cg/s640/Blasco+iba%25C3%25B1ez%252C+norteamerica+1920%252C+washington+.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
Washington, D.C. en los años veinte<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; margin-left: 1em; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhDzstxc1OnKChcPwjgUbnBrSes4ZT4umRsjexLRKgUG9lpv6tZPlmIa0Q2MJhbKtP0xEI-C0zBq7ZCjiJZVQpWldZs86qbR8gcsFkQyTrYEpdzlyMMEfUXVZ5No8H4-eOlbKM9HeyLYbY/s1600/Blasco+Ib%25C3%25A1%25C3%25B1ez+Norteamerica+1912+-+1920.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1389" data-original-width="945" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhDzstxc1OnKChcPwjgUbnBrSes4ZT4umRsjexLRKgUG9lpv6tZPlmIa0Q2MJhbKtP0xEI-C0zBq7ZCjiJZVQpWldZs86qbR8gcsFkQyTrYEpdzlyMMEfUXVZ5No8H4-eOlbKM9HeyLYbY/s320/Blasco+Ib%25C3%25A1%25C3%25B1ez+Norteamerica+1912+-+1920.jpg" width="217" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Blasco Ibáñez, en la prensa americana del 1912</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Comoquiera que nacisteis en Valencia, la ciudad del Cid,
gran caudillo que luchó por emanciparse de un opresor extranjero; puesto que
descendéis de ese viejo Aragón, indomable y amante de la justicia; y puesto que
en vuestra vida habéis dado muestras de ese individualismo, de esa confianza en
sí mismo y de esa energía y virilidad que caracterizan el individualismo
español y que la raza heredó de los guerreros <o:p></o:p>que, casi incesantemente y por espacio de siete centurias,
batallaron por reconquistar a España del poder musulmán, nosotros os damos la
bienvenida como español de la Península, como español españolisimo. </div>
<div class="MsoNormal">
También nos son conocidos vuestros largos viajes, vuestra permanencia un tiempo y el constante interés que os inspiran los dilatados países que se extienden al sur del nuestro, y a los cuales fue llevada la civilización europea por los intrépidos descubridores y exploradores que durante el reinado del gran emperador Carlos V, e inspirados por el «Plus Ultra» de su divisa, se aventuraron más allá de las columnas de Hércules y fundaron las colonias que, con el transcurso del tiempo, debían ser las naciones independientes a quienes, según opinión de un gran secretario de Estado norteamericano, Elihu Root, les corresponde el siglo veinte y en cuyas manos se encuentran en gran parte los destinos de la humanidad.<br />
En presencia de
los embajadores y ministros que tan dignamente representan a España y a las
diversas naciones de habla española, así como en la de muchos laureados de las
Universidades de esos países, os saludamos como representante de la por extremo
difundida y diseminada raza española, de gloriosas tradiciones, de soberbias
conquistas, de inextinguible vitalidad y de constante y creciente influjo.</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Siempre habéis demostrado un universal sentimiento de
simpatía; habéis comprendido el espíritu irresistible de la época; habéis
conmovido los corazones y hecho vibrar el alma de los hombres de todas las
razas y climas; y, para valerme de una expresión española muy usada pero harto
expresiva, en vuestras relaciones con las gentes de otras naciones habéis sido
siempre muy simpático. Amante de la libertad universal y de la igualdad de
oportunidades para todos, sentís, como el poeta romano, que nada de lo que
pertenece a la humanidad os es indiferente. </div>
<div class="MsoNormal">
Os saludamos, pues, como ciudadano
del mundo.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgCRP5a1YmbyhSiSs3mG38wtxHbkojjQQkbEXMc8r5wdVPATOswVcoLGWNhzV6-OWLbpbL8E5MlZCBXQVVcnnuSuBjtzgG9M2DbpWe9HMG3rYWWlIBdso-HrUZYkx69vwrjqvssRGEflVA/s1600/1920+Blasco+iba%25C3%25B1ez%252C1++E.+P.+Dutton+and+Co.+New+York.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="558" data-original-width="377" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgCRP5a1YmbyhSiSs3mG38wtxHbkojjQQkbEXMc8r5wdVPATOswVcoLGWNhzV6-OWLbpbL8E5MlZCBXQVVcnnuSuBjtzgG9M2DbpWe9HMG3rYWWlIBdso-HrUZYkx69vwrjqvssRGEflVA/s400/1920+Blasco+iba%25C3%25B1ez%252C1++E.+P.+Dutton+and+Co.+New+York.jpg" width="270" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
Simpatizasteis con nosotros y con nuestros aliados durante
la última guerra. Tuvisteis la comprensión e interpretasteis para el mundo en «<i>Los cuatro jinetes del Apocalipsis</i>» el
espíritu triunfante de Francia en la hora de prueba. Apreciasteis los móviles
del pueblo de los Estados Unidos y en vuestra última novela, «<i>Los enemigos de la mujer</i>», le habéis
acordado generosa alabanza por su intervención. Os consternó la espantosa
destrucción de vidas y propiedades y fuisteis inspirado por una mente y un
espíritu brillantemente desarrollados. Habéis descrito con la mayor intensidad
el bestial horror de la lucha, y revelado con la mayor sencillez la gloria
sublime del sacrificio. Habéis sido no solo camarada leal, sino también
camarada muy útil, pues habéis esgrimido una pluma mucho más poderosa que diez
mil espadas. Os aclamamos, pues, como defensor de nuestra causa.</div>
<div class="MsoNormal">
En el campo de las letras, España es y siempre ha sido
soberana. Así, en proverbios y en dichos agudos como en obras descriptivas y de
imaginación, su literatura es extraordinaria. La gran mayoría de los proverbios
de uso común tuvieron su origen en el pueblo de Don Quijote y Sancho. El
cristalizado sentido común del campesino español halla delicada expresión en
metáforas de aplicación universal. El drama siempre ha florecido en ella,
desarrollándose en ocasiones con exuberancia, como en el caso de Lope de Vega,
de quien se dice que escribió dos mil piezas teatrales. La poesía es en esa
tierra forma espontánea de expresión; pero es en la novela en la que la
preeminencia de los <o:p></o:p>españoles es por todos reconocida. </div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Nunca se escribió novela
más grande ni de más constante frescura e interés que «<i>El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha</i>». Así como los
hombres de todos los tiempos han aclamado a Shakespeare como el más grande de
los dramaturgos, los hombres de todas las naciones le conceden a Cervantes la
primacía como novelista.</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Desde sus días hasta los nuestros España ha contado con
numerosos escritores. Su firmamento literario se halla tan densamente poblado
de estrellas como la Vía Láctea, en tanto que muchos nombres resplandecen con
fulgor inextinguible, cual grandes planetas o soles incendiados.<o:p></o:p></div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; margin-left: 1em; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEihHkEQ1b-JApIKOygiWgrqbe1pZaBQ2dGsftYSgZ-97UUwe9Tbna0w81zoOdPCKUFfPfcGG5c1jc2urQnsoju28-8xQfiulmB3hgxPlnJ6gSPUkymlIKTc8cQJc6tJrVmFUTEmOake4_o/s1600/William+Dean+Howells.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="600" data-original-width="438" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEihHkEQ1b-JApIKOygiWgrqbe1pZaBQ2dGsftYSgZ-97UUwe9Tbna0w81zoOdPCKUFfPfcGG5c1jc2urQnsoju28-8xQfiulmB3hgxPlnJ6gSPUkymlIKTc8cQJc6tJrVmFUTEmOake4_o/s400/William+Dean+Howells.jpg" width="291" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
William Dean Howells (1837-1920)</div>
<div class="MsoNormal">
escritor estadounidense, hispanista.<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal">
En vuestra persona, señor, vemos esplender la gloria moderna
de la literatura española. Habéis escrito mucho y vuestros lectores se cuentan
por millones y viven en todas las tierras. Vuestros <i>«Cuatro jinetes»</i> han galopado ya alrededor del globo y más de
doscientas ediciones de esa novela han sido impresas. Vuestras obras ponen de
manifiesto el más elevado genio literario. Poseéis no solo la facultad de
describir vívidamente las cosas, sino la de interpretar su recóndito
significado. Profundamente realista, hay en todo lo que habéis descrito una
abundante corriente de sentimiento y emoción humanos. En los caracteres que
habéis creado se advierten una fuerza y un vigor que hacen recordar las
estatuas de Rodin. En las páginas del libro, vos, escritor español, habéis
trazado cuadros que poseen toda la vital energía y todo el apasionado realismo
que distinguen los lienzos de vuestros grandes compatriotas Sorolla y Zuloaga.
Los críticos no han emitido vanos cumplidos al decir de vos que «Zola no fue
más realista ni Víctor Hugo más brillante». <o:p></o:p></div>
<div style="text-align: right;">
</div>
<div class="MsoNormal">
Nosotros los norteamericanos no recusamos el dictamen formulado acerca de una de vuestras novelas por uno de nuestros más grandes novelistas, <b>Willlam Dean Howells</b>, dictamen según el cual aquella <i>«es una de las obras de ficción más robustas y ricas, digna de ser colocada al lado de las más excelsas producciones rusas y muy por encima de cuanto se ha escrito en inglés, siendo en su desenlace tan lógica y cruelmente trágica como todo lo que el espíritu español ha imaginado hasta ahora».</i></div>
Aceptamos el veredicto de cuantos os han consagrado como el primero de los
novelistas vivos, y declarado que vuestras obras ocupan un sitio permanente en
la literatura universal.<br />
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
En reconocimiento de vuestro talento y de vuestros
servicios, de vuestras prendas y merecimientos, y en vista del nombramiento
efectuado por la comisión de Grados Honorarios y de la recomendación emanada
del Consejo del Rector, los administradores de la Universidad George Washington
han resuelto por voto unánime conferiros el grado de <b>Doctor en Letras «honoris causa»</b>.</div>
<div class="MsoNormal">
Por tanto, en virtud de las facultades que las leyes de los
Estados Unidos le conceden a la Universidad George Washington y que sus
administradores me han delegado, vengo en conferir a vos, don Vicente Blasco
Ibáñez, el grado de <b>Doctor en Letras</b>.
En prueba de lo cual os hago entrega de este diploma, ordenando que se os
invista con la muceta académica, insignia del grado, muceta orlada de
terciopelo blanco, color que en las Universidades de los Estados Unidos sirve
para designar a los que poseen grados en artes y letras, y forrada en seda
anteada y azul, colores distintivos de la Universidad George Washington, y que
fueron adoptados en razón de haber sido los del uniforme llevado por George
Washington cuando <o:p></o:p>fue comandante en jefe de los Ejércitos de los Estados
Unidos en la guerra de Independencia.<br />
<span style="color: #134f5c;">Después de haber sido investido el señor Blasco Ibáñez con
la muceta, el rector de la Universidad, extendiendo la mano, dijo:</span><br />
<span style="color: #134f5c;">- </span><i style="text-align: center;"><b>Doctor Blasco Ibáñez: Os recibo en el seno de los miembros
de la Universidad George Washington.</b></i></div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: center;">
<o:p></o:p></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
</div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiDqB4Ov2No8jDts8uweJHsB3dAQHQrOI9YVcI6EtixnQWju_KocHFyBqbdggkUzwmVrMi2yVkeGnrBhreg-ixi3jCu8vCWxl12XZdWjZqrujbks4Jm8MmYfNhLHIYHe0iE7wymdX7Ntq8/s1600/Blasco+iba%25C3%25B1ez+en+norteamerica-+1920%252C+washington+.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="871" data-original-width="1547" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiDqB4Ov2No8jDts8uweJHsB3dAQHQrOI9YVcI6EtixnQWju_KocHFyBqbdggkUzwmVrMi2yVkeGnrBhreg-ixi3jCu8vCWxl12XZdWjZqrujbks4Jm8MmYfNhLHIYHe0iE7wymdX7Ntq8/s640/Blasco+iba%25C3%25B1ez+en+norteamerica-+1920%252C+washington+.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
23 de febrero de 1920, el Auditorio de Central High School,
Washington, D.C. </div>
<div class="MsoNormal">
El presidente Collier confiriendo el grado de <b>Doctor en Letras</b> a Vicente Blasco
Ibáñez. A la izquierda de Blasco Ibáñez, sentados (de derecha a izquierda)
están el senador Calder, Herbert Hoover y el exsecretario MacVeagh<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="MsoNormal">
<div class="MsoNormal">
<span style="color: #990000;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: #990000;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span style="color: #990000; font-family: inherit; font-size: large;">DISCURSO DE DON <b>VICENTE BLASCO IBAÑEZ</b> SOBRE</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span style="color: #990000; font-family: inherit; font-size: large;"><i>«LA PRIMERA DE
LAS NOVELAS»</i></span><o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="MsoNormal">
Desde hace cuatro
meses, o sea desde que pisé el suelo
de los Estados Unidos, he sido objeto de grandes muestras de simpatía.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
He hablado en los más diversos locales y ante los públicos
más distintos; en templos de diferentes confesiones religiosas ; en grandes
establecimientos de enseñanza; en colegios de señoritas, ante una masa de más
de mil alumnas; en la Escuela Militar de West Point, ante futuros oficiales de
vuestro ejército.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
He hablado también en los más diversos climas y latitudes de
vuestra República, que es grande como un mundo. Unas veces, por las ventanas
del local donde daba mi conferencia, he visto inmensas montañas cubiertas de
nieve, con bosques de negros abetos; otras veces he visto el epitalámico
naranjo, con sus frutos que parecen cápsulas de miel envueltos en esferas de
oro, y sus flores, nieve perfumada, que son el símbolo de la virginidad y del
amor.<o:p></o:p></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="MsoNormal">
Pero de todos los honores inmerecidos de que he sido objeto,
de todas las muestras de simpatía, producto de la bondad con que el pueblo
americano acoge al extranjero, ninguna más digna de agradecimiento que la que
recibo en este instante al serme conferido este grado de Doctor y por una
Universidad que lleva el nombre de George Washington, el héroe más admirado por
mí, el personaje más sublime y más bueno entre los hombres que ciñeron espada.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; margin-left: 1em; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhx4rykTpaHZNKDE80g3n3Ucuqn36gUXoNfhQcwfOn2yP0Zj6cXlxJtcOEJVS6leK6xN5F1G5Z8U4igPNvYo0PwNZflc56IrrKx6io5v3DuyzjRs0EGiEeWd0vYoEV7uHVQpPM8-O4i3MA/s1600/Blasco+Iba%25C3%25B1ez_+norteamerica%252C+honiris+causa+.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="964" data-original-width="702" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhx4rykTpaHZNKDE80g3n3Ucuqn36gUXoNfhQcwfOn2yP0Zj6cXlxJtcOEJVS6leK6xN5F1G5Z8U4igPNvYo0PwNZflc56IrrKx6io5v3DuyzjRs0EGiEeWd0vYoEV7uHVQpPM8-O4i3MA/s400/Blasco+Iba%25C3%25B1ez_+norteamerica%252C+honiris+causa+.jpg" width="291" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">V. Blasco Ibáñez, Doctor <i>Honoris Causa</i>, febrero, 1920</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal">
Este honor que me concedéis yo lo agradeceré en la forma que
puede agradecerlo un novelista. Yo escribiré varias novelas con el propósito de
pintar la grandeza monstruosa de Nueva York, la noble distinción de Washington,
la actividad industrial de los Estados del Este y el Centro, la hermosura
poética y romántica de los Estados del Pacífico. Yo procuraré reproducir
exactamente las grandezas de mi original, pero tengo la seguridad de no
conseguirlo. ¡Juzgad cuan exagerada es mi ambición! </div>
<div class="MsoNormal">
Los Estados Unidos son hoy,
después de haber salvado al mundo en la guerra reciente, el primer país de la
tierra. Para que mis novelas resultasen dignas de la grandeza de este pueblo,
tendrían que ser las mejores novelas que se hubiesen escrito jamás, y esta
empresa, desgraciadamente, está muy por encima de mis fuerzas.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Como debía escoger un tema literario para este breve
discurso, he preferido hablaros de la novela y especialmente de la primera y
más eterna de las novelas.</div>
<div class="MsoNormal">
Hay cierta predisposición a considerar la novela como una
lectura frívola, buena únicamente para jóvenes y para señoras faltas de un
quehacer más serio. Hablar de novela en una ceremonia universitaria parecerá tal
vez a muchos algo que supone ligereza de carácter y falta de estudio
científico. Sin embargo, esta idea es completamente errónea. La novela, como
diré más adelante, es el más completo y definitivo de todos los géneros
literarios.</div>
<div class="MsoNormal">
La novela es tan respetable científicamente como la historia
es simplemente «una historia que fue» y la novela es simplemente «una historia
que pudo ser». Digámoslo de otra forma: «la historia es la novela vivida de los
pueblos» y la novela es «la historia particular de un individuo o de una
familia».</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Los historiadores, por graves y solemnes que parezcan, no
son más que novelistas que se han quedado a mitad del camino, evocadores del
pasado, que no saben inventar personajes nuevos y emplean los procedimientos de
inducción y resurrección con personajes que existieron. Los historiadores más
célebres y populares fueron aquellos que tuvieron mejores condiciones de
novelista. Michelet será inmortal; el pintoresco y artista Michelet, que
definió de este modo su ciencia: «La historia es una resurrección.»<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
La novela representa para todos los humanos una necesidad
intelectual, tan inevitable e imperiosa como las más vulgares necesidades
materiales.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Recordad todo vuestro pasado; remontaos a través de los años hasta llegar a los primeros de vuestra infancia. Cuando erais niños y, sintiendo satisfechas vuestras necesidades materiales, sentíais el deseo de un deleite intelectual, ¿qué es lo que pedíais a vuestra madre o a la vieja criada encargada de vuestro cuidado? «Cuéntame un cuento—decíais—, un cuento que sea muy largo, que dure toda la noche.»</div>
<div class="MsoNormal">
Y luego, al ser mayores, todos sentimos la misma necesidad de que nos cuenten cuentos para hermosear nuestra vida y ahuyentar el tedio que acompaña las más de las horas. Pero nuestra madre ha muerto ya o, aunque viviera, somos tan maliciosos, que su pobre cuento nos parecería aburrido e inocente. Y por esto nos dirigimos a nuestra biblioteca y, sacando un libro, le decimos al novelista: «Cuéntame un cuento que me haga olvidar la realidad; un cuento que me permita vivir por unas horas en un mundo extraordinario o que embellezca el mundo presente».</div>
<div class="MsoNormal">
Nadie escapa al poder mágico de la novela. Los personajes más graves que parecen despreciarla son los que más intensamente sufren la esclavitud de la literatura novelesca, cuando se ponen en contacto con ella.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhOsL6y8OpicbW_k2UkdZW3jNKimLLW_CLFy-YTTmNZ7Q745Wy49ZTSmXUQHj7b7FgpbChx9-Kgw1uzHCxYSfH2BnNsJ5s9u4lihb206uWXgAbTqEnxDGv1PYjKtjib5a4-mGdsN_5aSm8/s1600/Blasco+Iba%25C3%25B1ez_+norteamerica%252C1920+.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="649" data-original-width="526" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhOsL6y8OpicbW_k2UkdZW3jNKimLLW_CLFy-YTTmNZ7Q745Wy49ZTSmXUQHj7b7FgpbChx9-Kgw1uzHCxYSfH2BnNsJ5s9u4lihb206uWXgAbTqEnxDGv1PYjKtjib5a4-mGdsN_5aSm8/s400/Blasco+Iba%25C3%25B1ez_+norteamerica%252C1920+.jpg" width="323" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">V. Blasco Ibáñez en Norteamérica 1919-1920</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal">
Bien conocida es la anécdota de Gladstone que, pocas horas antes
de ir al Parlamento, donde había de pronunciar un gran discurso como jefe del
gobierno, se entretuvo en hojear una novela de Stevenson que alguien de su
familia había dejado sobre una mesa y, cautivado por el relato, se olvidó de
asistir a la sesión hasta que sus amigos vinieron en su busca.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Es más: la novela se venga de los personajes graves,
haciéndoles admirar las peores y más grotescas de sus invenciones. </div>
<div class="MsoNormal">
El férreo
Bismarck hizo la guerra de 1870 llevando en las pistoleras de su silla de
montar las interminables novelas folletinescas de Ponson du Terrail. Uno de los
mayores disgustos de su vida fue cuando terminó el último volumen de las
aventuras de Rocambole. El Can<o:p></o:p>ciller de Hierro deseaba nuevos volúmenes como cualquier
portera de París.</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
La novela es el género literario más importante de nuestra
época. La música y la novela son los dos grandes descubrimientos intelectuales
de los tiempos modernos. </div>
<div class="MsoNormal">
Anatole France llama a la novela «el opio de los
occidentales». De sus páginas se escapa el humo embriagador de la ilusión que
nos eleva a otros mundos mejores, o nos inspira el deseo de ser más generosos y
más buenos en el mundo presente.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
En la historia de todas las literaturas el último género que
aparece, como un producto superior y completo, es la novela. Todos vosotros
conocéis cómo evoluciona la literatura en la vida de los pueblos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Primeramente surge la poesía lírica. El hombre solitario
siente la necesidad de cantar los espectáculos sublimes de la Naturaleza, la
emoción religiosa ante las fuerzas desconocidas. </div>
<div class="MsoNormal">
Las guerras entre las tribus y
las audaces navegaciones sirven de inspiración a la poesía épica. Las
aglomeraciones populares en el momento de las siegas y las vendimias crean
lentamente el teatro; luego a la comedia satírica sucede la tragedia. Y
únicamente cuando ya han llegado a su mayor desarrollo la poesía lírica, la
poesía épica y el teatro, como suprema y última floración, conjunto y compendio
de todos los anteriores géneros, surge la novela, que lo es todo al mismo
tiempo, pues es drama, tragedia, comedia, epopeya y canto lírico.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
El único país de la tierra donde la novela no esperó para
surgir a que se hubieran consolidado los demás géneros literarios fue España.
En España surgió por primera vez la novela, tal como hoy la aceptamos y la
admiramos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Los pueblos de la antigüedad tuvieron grandes literaturas,
pero no conocieron la novela. Grecia y Roma, maestras en tantas cosas, apenas
si figuran en la historia de la novela. Solo produjeron unos cuantos relatos
licenciosos, que sirven cuando más para conocer las malas costumbres de la
época.</div>
<div class="MsoNormal">
En el mundo antiguo era imposible la literatura novelesca. La novela es la epopeya del hogar, y en las sociedades antiguas la vida pública lo absorbía todo, sin dejar espacio al relato de las existencias privadas. Además, la novela es imposible sin la mujer, y la mujer desempeñaba un papel muy secundario en el mundo antiguo. Fueron precisos el cristianismo y la vida particularista y fragmentaria de la Edad Media para que el hogar y la mujer adquiriesen la importancia que hace de ellos los principales elementos de la novela moderna.</div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; margin-left: 1em; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj_MQqs9RhJrgHLjhuvl95alTg3nLTiltJh5QMgcqYIwwFJAjANYnuR7vP36PlMtnkFdFbJ13ZDg1lUL3pTZracwovYG-PDl1FvhzD42Lqwrov2sFqQfmYnEN-JRSEjJ5OmQAD4PtxeU08/s1600/El+noveno+libro+de+Amadis+de+Gaula+1542.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1166" data-original-width="796" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj_MQqs9RhJrgHLjhuvl95alTg3nLTiltJh5QMgcqYIwwFJAjANYnuR7vP36PlMtnkFdFbJ13ZDg1lUL3pTZracwovYG-PDl1FvhzD42Lqwrov2sFqQfmYnEN-JRSEjJ5OmQAD4PtxeU08/s400/El+noveno+libro+de+Amadis+de+Gaula+1542.jpg" width="272" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
El noveno libro de <i>Amadis
de Gaula</i>, 1542<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal">
Repito que esta novela surgió por primera vez en España dos siglos antes que en el resto de la tierra, como una de esas floraciones primaverales que un capricho de la Naturaleza hace surgir en pleno invierno.</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
En realidad, la novela no podía surgir en otro lugar de Europa. España, por su situación geográfica, ha sido en la historia a modo de un camino por el que han pasado todas las emigraciones y todas las invasiones; un campo de combate en el que han venido a chocar todas las razas.</div>
<div class="MsoNormal">
El sentimiento caballeresco de la Edad Media produjo dos
literaturas paralelas, igualmente abundantes en prodigios, heroísmos y hazañas
inauditos. El cristianismo septentrional produjo los romances heroicos, las
leyendas bretonas de los héroes de la Tabla Redonda y otros paladines. El
mahometismo de los gue<o:p></o:p>rreros semitas, poetas y combatientes a un tiempo, produjo
los inimitables relatos que conocemos con el título de <i>Las mil y una noches</i>.</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div style="text-align: right;">
</div>
<div class="MsoNormal">
Fue en España, lugar de combate de cristianos y moros,
abierto durante siete siglos, donde vinieron a encontrarse y a chocar estas dos
corrientes literarias, y como producto de tal choque surgieron las novelas de
caballerías, el <i>Amadís de Gaula</i> y
todas sus innumerables imitaciones, libros del esfuerzo heroico de la ilusión
quimérica, que más adelante pasaron a ser la Biblia de todos los conquistadores
y navegantes, que en menos de un siglo descubrieron y colonizaron casi todo el
continente de las dos Américas.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
El abuso de esta literatura sobrehumana, llegando a las
mayores extravagancias imaginativas, hizo necesaria una reacción. Y esta
reacción produjo la primera, la más grande y la más inmortal de las novelas
modernas: <i>Don Quijote</i>.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Se abusa mucho, señores, en literatura, de la palabra
inmortal. Existen muchas obras respetadas por todos, pero que muy pocos se
atreven a leer: la mayor parte de las obras clásicas son reputadas como
inmortales porque nadie pone en peligro la dormida tranquilidad de sus páginas,
abriéndolas para leerlas. Solamente los filólogos o los profesores de crítica
registran estas obras, universalmente admiradas e ignoradas, como se pueden
examinar los organismos petrificados procedentes de las épocas prehistóricas.</div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhKBJ03z1hYzXiC2NzvvK9_qTuMIM7ms22ngVqBjUzF_Mr8_A8WD8ompgNr8Ze3ATHX6ZrRlf0qqrrXswMV0M7jJJdQAn-Nuvum8AhUTYBobMeNW3xW1iBdhrbCXMJHtz7Z8mHCZY3S6Yw/s1600/Don+Quijote+en+su+estudio+%25E2%2580%2593+composici%25C3%25B3n+fotogr%25C3%25A1fica+de+Lake+Price%252C+1857.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1569" data-original-width="1528" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhKBJ03z1hYzXiC2NzvvK9_qTuMIM7ms22ngVqBjUzF_Mr8_A8WD8ompgNr8Ze3ATHX6ZrRlf0qqrrXswMV0M7jJJdQAn-Nuvum8AhUTYBobMeNW3xW1iBdhrbCXMJHtz7Z8mHCZY3S6Yw/s400/Don+Quijote+en+su+estudio+%25E2%2580%2593+composici%25C3%25B3n+fotogr%25C3%25A1fica+de+Lake+Price%252C+1857.jpg" width="388" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
<i>Don Quijote en su estudio</i> – composición fotográfica de Lake
Price, 1857<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal">
Esta aversión del público a sumirse en la pesadez de tales
obras que ostentan títulos famosos está completamente justificada. Obras que
fueron y que ya no son, carecen de vida y no pueden interesar a las gentes de
nuestra época. Son momias gloriosas, noblemente empaquetadas, y su perfume es
de ungüentos sepulcrales. <i>Don Quijote</i>,
forma aparte: <i>Don Quijote</i> vive y
vivirá eternamente mientras haya lectores en el
mundo; <i>Don Quijote</i> no necesita la
recomendación de los siglos para ser gustado y admirado. Dádselo a un
ignorante, sin decirle quién fue el autor, sin relatarle la historia del libro,
y reirá o se emocionará desde sus primeros capítulos. Don Quijote es hasta
ahora la primera de las novelas, y puede afirmarse que transcurrirán siglos y
siglos sin que pase a ser la segunda. Todas las literaturas del mundo están
impregnadas de él. Todos los personajes novelescos más famosos, aunque nacidos
en diversos países, son hijos, nietos o, cuando menos, sobrinos del esforzado
hidalgo que imaginó Cervantes. El Pickwick de Dickens, el Tartarín de Daudet, y
tantos otros personajes inmortales, no existirían si Cervantes hubiera dejado
de crear hace tres siglos su caballero manchego.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Se comprende tanta grandeza. <i>Don Quijote</i> no es un libro: es algo más que un libro célebre, está
más allá de lo que llamamos literatura. Es la vida, simplemente, eternizada en
palabras; de la misma manera que el cuadro de <i>Las meninas</i> de Velázquez no es pintura, es algo más que pintura, es
la vida hecha color y línea; del mismo modo también que la <i>Novena Sinfonía de Beethoven</i> no es música, es la más suprema
concepción de humanidad encerrada en sonidos y armonías.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
El gran secreto del genio estriba en la condensación, en
producir una obra que sea el símbolo de una fase de la vida o de la vida
entera. En esto Cervantes descuella por encima de todos los genios literarios.
Su libro es simplemente la síntesis de la vida completa. Ha creado a Don Quijote, ha creado a Sancho Panza, y después de esto
puede decir: «Ya no hay más.»</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Seamos como seamos, no encontraremos lugar más allá de estas
dos clasificaciones. O somos Don Quijote o somos Sancho; y si no somos
absolutamente ni el uno ni el otro es porque seremos los dos a la vez,
procediendo en nuestra vida, siempre irregular e ilógica, unas veces con
desinterés e idealismo, otras con egoísmo y miras vulgares.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Además, yo no conozco libro que simbolice mejor que este la superioridad del idealista y del soñador sobre el vulgo burlón y positivo, y esto a pesar de que Cervantes parece reírse algunas veces de las desdichas y desilusiones de su personaje.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Sancho, que es el espíritu práctico, la representación de la inmensa mayoría de la humanidad, figura como criado y servidor del loco, del idealista, que es el que marcha siempre delante y señala el camino. Sancho, representante de la humanidad cuerda y enemiga de fantasías, cabalga cómodamente sobre mullidas mantas y con alforjas bien llenas de provisiones, pero su cabalgadura es un burro.</div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; margin-left: 1em; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh5gJ4Y7BflX9S1F97j5dM8iJoGPzmiys-t9A7U_cyS4mHx-plX3j-ZA1KtfJBHaxLUW6mJIgzUzt5KF84wp9Tw0O-u1bxkHtqWkgwLLN-s8-nhXfQGY7pRY-tcDCiJ5LzcFDQlMa_51wY/s1600/1915-02-05+Quijote%252C+penagos.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1444" data-original-width="1010" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh5gJ4Y7BflX9S1F97j5dM8iJoGPzmiys-t9A7U_cyS4mHx-plX3j-ZA1KtfJBHaxLUW6mJIgzUzt5KF84wp9Tw0O-u1bxkHtqWkgwLLN-s8-nhXfQGY7pRY-tcDCiJ5LzcFDQlMa_51wY/s400/1915-02-05+Quijote%252C+penagos.jpg" width="278" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Don Quijote y Sancho, según Penagos (1915)</td></tr>
</tbody></table>
<div style="text-align: right;">
</div>
<div class="MsoNormal">
Don Quijote va a caballo. Este caballo no es gran cosa. La
escasez del pienso hace que el esqueleto marque bajo la piel sus agudas
aristas; pero al destacarse sobre el cielo, en la hora de la puesta del sol, tiene
la noble silueta de un Pegaso hambriento, y a pesar de su anemia, encuentra
fuerzas para trotar contra los maléficos encantadores que se convierten en
molinos de viento.</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Yo no conozco en ninguna de las grandes obras literarias
nada tan profundamente humano como el final de este libro.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Don Quijote está enfermo: Don Quijote está en la cama; Don
Quijote va a morir. Y en este momento supremo le ocurre lo que a todos los
soñadores, a todos los poetas de la acción, que antes de morir ven derrumbarse
las ilusiones que guiaron su existencia, sufren el tormento de la vulgar
realidad que estrangula el mundo imaginario en que han vivido hasta entonces.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Don Quijote, antes de morir, sabe que no es Don Quijote,
sino el hidalgo Alonso Quijano, apodado <i>el
Bueno</i>. Y precisamente en el momento que él se vuelve tristemente cuerdo, es
cuando empiezan a volverse locos todos los seres razonables y vulgarísimos que
se reían antes de él. Sancho, que tantas veces le ha hecho objeto de sus burlas
disimuladas y sus malicias, llega ahora y le dice con convicción:<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
«No se muera, señor, y salgamos otra vez en busca de
aventuras.»<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Cuando el amo empieza a sentirse cuerdo para morir, el
criado, antes burlón, hereda su locura.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Así ocurre en la vida. El vulgo, la inmensa muchedumbre
positiva, práctica, sirve de criado sin saberlo a la minoría de los soñadores y
los locos que caminan por los espacios ideales en busca de nuevos inventos, de
nuevas concepciones que hagan nuestro mundo mejor de lo que es. La inmensa masa
de Sanchos se ríe de su señor, encontrando graciosamente disparatadas sus
aventuras, y cuando el soñador duda en el momento de la muerte de toda su vida
de ilusiones, es la humanidad burlona la que hereda estas ilusiones, la que las
toma como si fuesen suyas, y no ceja hasta conseguir su compleja realización.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Don Quijote está en todas partes. Representa las mayores
virtudes humanas, el desinterés, la defensa del débil, la supresión de los
sentimientos egoístas, la abnegación por los semejantes.</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Si la humanidad no hubiese producido el tipo de Don Quijote,
no valdría la pena que existiese, ni merecería continuar su vida sobre el planeta.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgN7AK8szboSNNhU30BhPJV7e-_zqizrCBbfE2Vewp0LruUvF-uVFWwElKqoo29RR-3QhPhw0IpVAePpjTAyl0yLuFi4lgtDAP0Z_3veFVIMgpILGoKsJ2FkovMpLBQoVf4xWrlStKHlxM/s1600/Blasco_Ibanez___a%25C3%25B1os+1920.jpeg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1281" data-original-width="961" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgN7AK8szboSNNhU30BhPJV7e-_zqizrCBbfE2Vewp0LruUvF-uVFWwElKqoo29RR-3QhPhw0IpVAePpjTAyl0yLuFi4lgtDAP0Z_3veFVIMgpILGoKsJ2FkovMpLBQoVf4xWrlStKHlxM/s400/Blasco_Ibanez___a%25C3%25B1os+1920.jpeg" width="298" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
El espíritu de Don Quijote surge donde menos se le espera.
No es patrimonio especial de ningún pueblo; lo creó España, pero es ya del
mundo entero. Allí donde exista una noción exacta de la justicia y del derecho,
allí donde se odie la opresión y la violencia, allí está su patria.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Vosotros, hasta hace poco tiempo, erais para el resto del
mundo el país del materialismo, el país del dólar. Esta idea falsa nada tiene
de extraordinaria. </div>
<div class="MsoNormal">
Todos los pueblos de la tierra parecen tener la obligación
de desconocerse y calumniarse mutuamente.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Este país materialista y sin otra ilusión que la del dólar
es, sin embargo, en su historia, el más romántico e idealista de todos los
países.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Dos guerras tenéis en vuestra historia: la una, guerra civil
del Norte contra el Sur que puso en peligro vuestra existencia, fue por una
simple cuestión de derecho, por suprimir la esclavitud y declarar la igualdad
de todos los hombres, sin distinción de razas ni colores. </div>
<div class="MsoNormal">
La otra, guerra
reciente, ha sido también por puros ideales. Los aliados de Europa, por una
herencia histórica, al mismo tiempo que defendían la libertad y el derecho,
defendían también ciertos intereses materiales. Francia pedía, con razón,
Alsacia y Lorena; Italia, los territorios italianos dominados por los austriacos;
Inglaterra, el imperio de los mares. La República de los Estados Unidos es el
único país que ha hecho la guerra gratuita y desinteresadamente, sin pedir
indemnizaciones ni pedazos de territorio.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
¡Cuán mal la conocía el mundo!</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
«Materialista y amigo del dólar», el error universal se
imaginaba a vuestro país como un Sancho Panza incapaz de moverse sin preguntar
antes: «¿Cuánto voy ganando?»<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Y, sin embargo, bastó que atravesase el océano el lamento de
las pequeñas naciones oprimidas, bastó la simple convicción de que la libertad
y el progreso moral del mundo estaban en peligro por la resurrección de un
imperialismo incompatible con el espíritu moderno, para que os lanzaseis
generosamente en socorro de Europa, improvisando ejércitos con una rapidez que
nadie podía imaginarse, realizando esfuerzos nunca vistos en la historia.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Fuisteis el refuerzo decisivo que llega a su hora, el peso
que inclina la balanza, y el mundo os debe su salvación.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Todo esto lo habéis realizado generosa y gratuitamente. No
hubiese hecho más el noble héroe imaginado por Cervantes.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Don Quijote se cansó de vivir en Europa y está ahora en
América.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Pero lo que nadie sabe es cuánto tiempo se quedará aquí. <o:p></o:p></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
Marga Predahttp://www.blogger.com/profile/07698563453867139965noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2820100463319832693.post-16429484569084938152020-02-16T08:00:00.002-08:002020-02-16T08:07:06.971-08:00Hablando con Blasco, en 1919<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgkSuWYhXdPXdEUQVly8S0sr6J2JG9_gfVohV2ng9ikht-wdPI0RsyKBwzNM2kcluzNjJbvNd20-eEiH57BWXjctnJyV3Dv2P5IEZU98IHByVN7U9uvM7ZzDv-eGGglaPJg33I9kNAwMKs/s1600/Blasco+iba%25C3%25B1ez+en+norteam%25C3%25A9rica+%252C+1919+nov.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1377" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgkSuWYhXdPXdEUQVly8S0sr6J2JG9_gfVohV2ng9ikht-wdPI0RsyKBwzNM2kcluzNjJbvNd20-eEiH57BWXjctnJyV3Dv2P5IEZU98IHByVN7U9uvM7ZzDv-eGGglaPJg33I9kNAwMKs/s640/Blasco+iba%25C3%25B1ez+en+norteam%25C3%25A9rica+%252C+1919+nov.jpg" width="550" /></a></div>
<br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: large;"><span style="color: #134f5c;">La entrevista acordada por V. Blasco Ibáñez en noviembre del
1919, en Nueva York, y publicada por Francisco José Ariza, en la revista </span><i style="color: #134f5c;">Cine Mundial</i><span style="color: #134f5c;"> de enero 1920:</span></span><br />
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<b><span style="color: #990000; font-family: "verdana" , sans-serif; font-size: large;">El Cinematógrafo es
la Novela de las Imágenes</span></b><o:p></o:p></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: left;">
Peregrino del arte, Vicente Blasco Ibáñez, cuyo talento fue
coronado de laureles en los Estados Unidos mucho antes de su reciente arribo a
estas playas, no podía eximirse de la tortura, un poco vulgar y un poco artificial,
de las entrevistas. Los enjambres reporteriles cayeron sobre él apenas puso los
pies en el territorio de la Unión y, a fuerza de aguijoneo, le dejaron la
epidermis excesivamente sensible a la intrusión periodística.</div>
En este país, los hombres públicos son propiedad de todo el
mundo y cada uno se cree con derecho para inquirir, hurgar, escarbar y abrumar
a preguntas a cuanto novelista, político, poeta, escritor o publicista se pone
a tiro. Y es natural que los jue llegan, un tanto deslumbrados por la novedad
de lo exótico, a la nación norteamericana, padezcan con menos paciencia que los
radicados aquí, esas indiscreciones de los cronistas que no por bien
intencionadas, dejan de ser, a veces, robrado penosas para el sacrificado.<br />
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<i>Cine Mundial</i> tenía
la obligación de pedir al autor de <i>La
bodega</i> media hora de charla porque el cine es una expresión de arte y si
los artistas y los hombres de letras de la talla de Blasco Ibáñez no hablan de
eso, entonces es hora de que nos aliemos todos. Pero, sin embargo, nos
sentíamos cohibidos al presentarnos ante el novelista porque han sido tantas
las revistas y publicaciones que lo han obligado a hablar, que era de rigor
presumir en él justificado cansancio.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Y no nos equivocamos; pero la cortesía del entrevistado nos
prestó audacia, y al cabo de cinco minutos de conversación, ya estábamos, como
si dijéramos, al cabo de la calle.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Estas líneas preliminares son indispensables porque queremos
hacer hincapié en el interés que una entrevista con el incansable escritor
tiene. Un hombre que duerme cinco horas nada más, porque lo abruman las
visitas, las excursiones, los <span style="font-family: "arial" , "sans-serif";">b</span>anquetes,
los periodistas, los maniáticos, los promotores y toda la
gente de pluma, de teatro, de ley y de negocios; un hombre que, acostumbrado a
escribir centenares le cuartillas, no ha trazado una línea desde que llegó a
Nueva York y se comunica con su familia por cable porque no le queda tiempo
para otra cosa, casi realiza una heroicidad cuando despilfarra un poco del oro
de ese tiempo precioso que tanta falta le hace, charlando de cine, para regalo
de nuestros lectores.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Pearl White hablaba por teléfono con Blasco Ibáñez cuando
llegamos a su habitación. Y como nos sorprendiera que tan pronto estuviese en contacto
con uno le los astros de la pantalla que más lucen, nos dijo, sonriendo...<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
—Pero si el domingo comí con <b>Mary Pickford</b>...</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgxIctp7OrkPS0Y9O8dlskcWYkvCQoMDCwwkWcGtpzXnixpDKKFkb1tLQard9XqWFZib-PjtHcZ391bxHejD_c64kUuj9y77noUomvpuLKKtpJByFdYat44AK8utyzAhEBzK0ZdM89i0Mc/s1600/mary-pickford-+Blasco+iba%25C3%25B1ez+norteam%25C3%25A9rica+-1919.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1117" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgxIctp7OrkPS0Y9O8dlskcWYkvCQoMDCwwkWcGtpzXnixpDKKFkb1tLQard9XqWFZib-PjtHcZ391bxHejD_c64kUuj9y77noUomvpuLKKtpJByFdYat44AK8utyzAhEBzK0ZdM89i0Mc/s400/mary-pickford-+Blasco+iba%25C3%25B1ez+norteam%25C3%25A9rica+-1919.jpg" width="278" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Mary Pickford en1919</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal">
Con lo cual ya nos sentimos como en terreno propio, e
iniciamos la entrevista sin más averiguaciones.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
—Por lo visto, usted ya ha entrado en relaciones con la
gente de cine...</div>
<div class="MsoNormal">
—Ya lo ha oído usted. De Nueva York no conozco absolutamente
nada, porque cuando salgo del Hotel es siempre encerrado en un automóvil que me
lleva aquí y allá, de visita, a alguna conferencia o a algún negocio, pero, en
cambio, ya he estado en <i>Famous Players</i>,
con <b>William Fox</b>, con <b>Farnum </b>y con los <b>Barrymore</b>... El que el cine es para mí
tan importante como la literatura, y tengo interés personal en la pantalla
porque me propongo llevar a ella mis obras...</div>
<div class="MsoNormal">
— ¿Ya han tomado forma esos propósitos?</div>
<div class="MsoNormal">
—Sí, pero aún no puedo decir a usted nada a este respecto,
porque los arreglos definitivos están todavía pendientes. Sin embargo, uno de
los objetos de mi viaje transcontinental es el visitar Los Angeles, centro de
producción cinematográfica, para atender a los detalles de ese arreglo de que
hablo.</div>
<div class="MsoNormal">
—De modo que el cine...</div>
<div class="MsoNormal">
—El Cine es la novela hecha con imágenes, y como yo soy
novelista, considero el arte mudo en el mismo plano que a aquella modalidad de
la literatura. El Teatro y el Cine no son solamente cosas distintas sino
perfectamente opuestas. El teatro es la encarnación de lo artificial; el Cine,
la realidad en toda su asombrosa belleza. En el teatro, los actores tienen que
amoldarse a las exigencias de escenario, a su escualidez y a sus limitaciones.
En el Cine, el campo de actuación es ilimitado, la interpretación carece de
restricciones y la escena tiene la inmensidad de la naturaleza...</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgYcbfPQUCDLqf53S0rpmNdhhJlFCiHJX_dAs7VXOhbvbtNcQaEjDJGpXdZCu4ZX6yUlvQH5NNsU-L28UZKoSkfFHXAGCHjtpundQkE10h_kDPtUWdWjHpQAcqhkQeVkEGCiILcnzqZefQ/s1600/Blasco+iba%25C3%25B1ez+en+Norteam%25C3%25A9rica+1919.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1145" data-original-width="1600" height="458" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgYcbfPQUCDLqf53S0rpmNdhhJlFCiHJX_dAs7VXOhbvbtNcQaEjDJGpXdZCu4ZX6yUlvQH5NNsU-L28UZKoSkfFHXAGCHjtpundQkE10h_kDPtUWdWjHpQAcqhkQeVkEGCiILcnzqZefQ/s640/Blasco+iba%25C3%25B1ez+en+Norteam%25C3%25A9rica+1919.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
31 octubre, Nueva Yersi. V. Blasco Ibáñez durante su visita
a <b><i>Fox</i></b>, con William Farnum<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjqMsWBs47sD3ATYQMnvfkxOsY5_l8sR9a-3IKBULBilVo294mMCg6Cqpe1NP4mP-XN7ctJW3pJFxxpQRR4VVk02-K4sjHoTIZGQgWMzca7xOgwghkqiSJXPgVKDt2etRIMAbf7dWinAIE/s1600/Blasco+iba%25C3%25B1ez+en+norteam%25C3%25A9rica+%252C+1919+%252C+fox.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="273" data-original-width="426" height="410" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjqMsWBs47sD3ATYQMnvfkxOsY5_l8sR9a-3IKBULBilVo294mMCg6Cqpe1NP4mP-XN7ctJW3pJFxxpQRR4VVk02-K4sjHoTIZGQgWMzca7xOgwghkqiSJXPgVKDt2etRIMAbf7dWinAIE/s640/Blasco+iba%25C3%25B1ez+en+norteam%25C3%25A9rica+%252C+1919+%252C+fox.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
V. Blasco Ibáñez, en los estudios cinematográficos <b><i>Fox</i></b>,
octubre 1919<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
—Y la novela...</div>
<div class="MsoNormal">
—El cine es una novela, ya lo he dicho. Tiene idéntico
desarrollo, idénticas modalidades. Está dividido en capítulos, como los de un
libro. La acción se traslada de un lugar a otro, sin que haya necesidad, como
en las tablas, de bajar el telón. Dos o tres distintos temas independientes
unos de los otros, pueden ser desarrollados al mismo tiempo sin que haya
forzamiento ninguno ni sufra para nada la unidad estética. Las series
cinematográficas en que hay palos, tiros, porrazos y hazañas increíbles es la
novela folletinesca. Los dramas del lienzo representan la novela en su forma
más estimada, en tanto que las comedias son el estilo picaresco...</div>
<div class="MsoNormal">
—De modo que usted es un entusiasta del Cine...</div>
<div class="MsoNormal">
— ¡Ya lo creo que lo soy! Como que una de las razones de mi
viaje ha sido el deseo de hacer la novela de la cinematografía americana. Y
además, voy a filmar <o:p></o:p>varias de mis obras... Ya tengo ofertas que estoy
estudiando. Yo mismo supervisaré la producción.</div>
<div class="MsoNormal">
— ¿Usted cree que sus obras se prestan a la adaptación?</div>
<div class="MsoNormal">
—Es indudable. Tenga usted en cuenta que, precisamente por
lo que le decía yo antes acerca de la relación o parentesco entre la novela y
el Cine, siempre fueron un fracaso las adaptaciones de las obras teatrales al
lienzo; y, en cambio, hay cintas clásicas cuyo argumento apareció primero en
forma de novela, de <i>Los miserables</i>
para acá. La semejanza en el procedimiento de desarrollo y presentación
facilita la adaptación de novelas, en tanto que la artificialidad del drama
hace casi siempre imposible que su filmación tenga éxito. La variedad de las
decoraciones, la facilidad para transportar a los personajes y los mil detalles
que solamente en el Cine puede un autor encontrar para dar forma apropiada a
sus ideas, son un motivo más de belleza y añaden atractivo y arte a un
argumento bien presentado.</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
— ¿Podemos preguntar cuáles de sus obras se presentarán primero
en el Cine?<br />
<br /></div>
<div style="text-align: right;">
</div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; margin-left: 1em; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhsxxU2ukOMw0mb9ELQv1hk-YRGu6CrlJbITjCdaId_vtAflObYDQ3_xWAfiseBMKKvX9Nxct2oibq2S2cfaZc0icB7gulbFNPPaXreHzkTR9UpbBbwIA3CpD1V6rbws4pSf-YoDcFwLKs/s1600/Blasco+iba%25C3%25B1ez+en+Norteam%25C3%25A9rica%252C+John+Barrymore+1922.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="768" data-original-width="572" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhsxxU2ukOMw0mb9ELQv1hk-YRGu6CrlJbITjCdaId_vtAflObYDQ3_xWAfiseBMKKvX9Nxct2oibq2S2cfaZc0icB7gulbFNPPaXreHzkTR9UpbBbwIA3CpD1V6rbws4pSf-YoDcFwLKs/s400/Blasco+iba%25C3%25B1ez+en+Norteam%25C3%25A9rica%252C+John+Barrymore+1922.jpg" width="297" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
John Barrymore como Hamlet, en 1922.<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal">
—<b>John Barrymore</b> va a presentar <b><i>Sangre y arena</i></b> en las
tablas dentro de poco, y después se adaptará a la pantalla. Barrymore es uno de
los mejores actores que haya yo conocido. No me sorprendió su vasta cultura, de
la que ya tenía noticias, pero sí me llamó la atención la excelencia de su
interpretación escénica. Ha leído todas mis obras y me dijo que le
entusiasmaban y que quería interpretarlas, ya en las tablas o ya para el Cine...
El señor Sheldon será quien haga la adaptación. Además, tengo ya a punto de
firmar el contrato de adaptación de <b><i>Los cuatro jinetes del Apocalipsis</i></b> y
de <b><i>Mare
Nostrum</i></b>.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
— ¿Quién va a hacer la película...?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
El novelista sonrió y no dijo una palabra. Comprendimos que
era una indiscreción insistir en un asunto que no estaba aún terminado y
pasamos a otra cosa. Quizá antes de cerrar esta edición sepamos ya cuál será la
casa productora encargada de llevar al lienzo la genial novela.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
— ¿Qué opinión tiene usted de la cinematografía americana? <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
—Todo lo que diga es poco. A mi juicio está por encima de
todas las demás, no solamente desde el punto de vista de la presentación y la
dirección, sino desde el punto de vista artístico. Es cierto que su lado flaco
son los argumentos, pero es esa enfermedad de la que está tratando de curarse a
gran prisa, y ya comienzan a verse los efectos... Yo, que vengo de Europa,
puedo darme cuenta mejor que ustedes del influjo y poderío de la Cinematografía
de los Estados Unidos tanto en el viejo continente como en el resto del mundo.
París ha sido verdaderamente tomado por <o:p></o:p>asalto por los productores norteamericanos, que pueden
envanecerse, en estos momentos, de dominar el bulevar. Por todas partes ve
usted no solo anuncios de películas yanquis, sino teatros, letreros, carteles y
fantásticas manifestaciones de <i>réclame</i>,
al estilo de por aquí, cuyas luces incandescentes deslumbran a los parisienses
sorprendidos...</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
— ¿De modo que es una victoria norteamericana...?<o:p></o:p><br />
—Indudablemente. Han ido al terreno enemigo a plantar sus tiendas, es decir, a comprar sus teatros, a imponer sus producciones y a inundar las capitales europeas con sus cintas, sus anuncios y... sus dólares. Y únicamente mirándolo puede uno formarse idea cabal de la influencia que eso tiene, no solo desde el punto de vista comercial sino desde el punto de vista psíquico...</div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhoCrjb2F0c9TKmgPH5KDdnnsjVNIkgOegT5DTy-DTa84bDP9SbXV5kE_CetmZALZ0L518d6AsZvYEXODP8xAc-I4amxOxMDNsSwqbG7KRgsEc2TJaRyUjQiWYMnFrEADoc3fRJXBSCUb8/s1600/Blasco+iba%25C3%25B1ez+en+Norteam%25C3%25A9rica%252C+los+angeles+1920.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="600" data-original-width="763" height="502" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhoCrjb2F0c9TKmgPH5KDdnnsjVNIkgOegT5DTy-DTa84bDP9SbXV5kE_CetmZALZ0L518d6AsZvYEXODP8xAc-I4amxOxMDNsSwqbG7KRgsEc2TJaRyUjQiWYMnFrEADoc3fRJXBSCUb8/s640/Blasco+iba%25C3%25B1ez+en+Norteam%25C3%25A9rica%252C+los+angeles+1920.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
Los Ángeles de noche, en 1920<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal">
— ¿Por qué dice usted eso?</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
—El Cine es uno de los medios más formidables de cultura que
existen. Mirando en Europa las cosas que en el mundo ocurren a través de la
mentalidad yanqui, es decir, por medio del cine de este país, por fuerza tiene
la gente que formarse una opinión de ellas idéntica a la norteamericana. Y esto
es de una trascendencia inaudita. Además, significa un acercamiento de
mentalidad que tiene que resultar provechoso. La excelencia de la producción
norteamericana, por otra parte, servirá para estimular a los manufactureros de
otros países y para mejorar la producción general de películas. En Europa, hay
que tener en cuenta, asimismo, que nadie hace películas, porque no hay dinero;
de manera que ahí, como en el resto del mundo, se están acostumbrando a la
producción yanqui, y la piden, la aplauden y la hacen subir incesantemente.
Esto es una maravilla de audacia que a mí me sorprendió. El espectáculo de un
productor norteamericano apoderándose de París y lanzando sobre las aceras del
bulevar el reflejo de oro de su marca, reproducida en innumerables foquillos
eléctricos, es una de las conquistas más evidentes del genio mercantil y
artístico de esta gente.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
—Usted nos dijo que iba a hacer una película suya... ¿Se
trata acaso de la adaptación de alguna de sus obras, aparte de las que ya ha
mencionado?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
—No. Es una ilusión que he tenido desde hace mucho tiempo y
que espero ver realizada pronto. Ocho años llevo de preparar, en mi propia
mente, esa película que deseo llevar al lienzo con el mismo afecto que una
novela. Quiero que sea el mejor capítulo de mi vida de hombre de letras. Y la
haré por puro entusiasmo patriótico y artístico... Una obra española, clásica,
que encarne toda la psicología de nuestra raza...</div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; margin-left: 1em; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgde2_nA1CGopVYqLlTcAmPbFyWBFYoa4Xsl_4NlBIOni5aAyr5CRK3laNloPQULUhj2c3A3eH-EEAuxRUS0L5I12aFjHJWHX6CT_eJh3DqBWsDlpiFjrLVN6oxXBGRejBf0_mqx-V8Wy4/s1600/Blasco+iba%25C3%25B1ez+en+Norteam%25C3%25A9rica%252C+quijote+de+Luis+de+Ocharan%252C+1906.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="933" data-original-width="705" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgde2_nA1CGopVYqLlTcAmPbFyWBFYoa4Xsl_4NlBIOni5aAyr5CRK3laNloPQULUhj2c3A3eH-EEAuxRUS0L5I12aFjHJWHX6CT_eJh3DqBWsDlpiFjrLVN6oxXBGRejBf0_mqx-V8Wy4/s400/Blasco+iba%25C3%25B1ez+en+Norteam%25C3%25A9rica%252C+quijote+de+Luis+de+Ocharan%252C+1906.jpg" width="301" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
<b>Quijote </b>- composición fotografía de Luis de Ocharan, 1906<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal">
—Un nombre, señor Blasco... Díganos...</div>
<div class="MsoNormal">
— ¿Un nombre?... Don
Quijote...</div>
<div class="MsoNormal">
— ¡Don Quijote!</div>
<div class="MsoNormal">
—No se precipite usted. No será el Quijote escrito por don
Miguel de Cervantes y llevado al lienzo, como cualquiera adaptación de la
excelsa obra. Eso no. Quiero hacer una película de <b>lo que soñó el Quijote</b>..., de lo que no está en el libro de
Cervantes, pero que todos adivinamos en el reblandecido cerebro del Caballero
de la Triste Figura... Quiero llevar al lienzo, no la venta desastrada, sino el
palacio de plata que esa venta fingía a ojos de Don Quijote... Quiero...</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Pero no nos dijo más. Al contrario, pareció arrepentido de
haber hecho vislumbrar, en su entusiasmo, un poco de esa obra que con tanto
cariño está preparando. No obstante, la revelación era bastante. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
El entusiasmo que se traslucía a través de la forzada
reserva del entrevistado —luchando entre el deseo de callar y la fuerza de las
imágenes que la idea despertaba en él— nos hizo recordar la frase clásica, que
resumió el primer encuentro de Lamartine con Napoleón: «Y el genio se halló
frente a frente»...<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Cervantes y su imperecedero monumento de gloria, más alto
que todos los mármoles y que todas las torres, frente al crisol de un
temperamento que lo comprende y que quiere interpretarlo en una forma nueva y a
través del moderno criterio estético.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
El genio estaba frente al genio.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Y, satisfechos y agradecidos, dimos por terminada la
entrevista.<o:p></o:p></div>
<br />Marga Predahttp://www.blogger.com/profile/07698563453867139965noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2820100463319832693.post-29511654281661536642019-10-18T13:06:00.000-07:002020-07-21T04:48:33.889-07:00ARIADNA - un relato inédito<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgmQA4lJZ0j72GLZx9jr7O17ekqPFXyyP2YQr73QbCtHHG7XuJFRHXdLcUxCgwAD9NSgg8TAS39J7lX8nIDX_9FEpJUoExS8yiFpzwsaX7_vZWlPQ7qVkfdwCHWiGIIAihVL9FgrqR7n9Y/s1600/1919+Blasco+ibanez+en+norteam%25C3%25A9rica.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1030" data-original-width="732" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgmQA4lJZ0j72GLZx9jr7O17ekqPFXyyP2YQr73QbCtHHG7XuJFRHXdLcUxCgwAD9NSgg8TAS39J7lX8nIDX_9FEpJUoExS8yiFpzwsaX7_vZWlPQ7qVkfdwCHWiGIIAihVL9FgrqR7n9Y/s640/1919+Blasco+ibanez+en+norteam%25C3%25A9rica.jpg" width="454" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 18.4px;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><span style="line-height: 18.4px;"><span style="color: #0c343d;"><b style="font-size: 12pt;">ARIADNA</b><span style="font-size: 12pt;">, es una narración breve escrita por V. Blasco Ibáñez en 1919, pero desconocida al lector español durante los últimos </span><span style="font-size: 12pt;">cien años. Al parecer fue publicada únicamente su versión en inglés; ilustrada por </span></span></span><span style="font-size: 12pt;"><span style="color: #0c343d; font-family: "verdana" , sans-serif;">J. Allen St. John, aparecía </span></span><span style="color: #0c343d; font-size: 12pt;">en </span><span style="color: #0c343d; font-size: 16px;">agosto de este año, en</span><span style="color: #0c343d; font-size: 12pt;"> </span><span style="color: #0c343d; font-family: "verdana" , sans-serif;"><span style="font-size: 12pt;"><i>The Green Book Magazine</i>, la </span></span><span style="color: #0c343d; font-family: "verdana" , sans-serif;"><span style="font-size: 12pt;">revista mensual de <i>The Story-Press Corporation</i> de </span><span style="font-size: 12pt;">Chicago.</span></span></span><br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjBGpz7GeA-qQ_5OD4nRJDRmqtR9Mj8BH_9_yt7McbwSHVyEjBd9aKw5UQLr7xieuYcPU_7RnnQpMHPy8n8cZJtPa_i5yQF4LZo_Y4MfhmeUEGrbhya8PopF5TDwOHcOQBtgukclENUD18/s1600/Blasco-Ib%25C3%25A1%25C3%25B1ez-Norteam%25C3%25A9rica+1919%252C++Francia.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="608" data-original-width="432" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjBGpz7GeA-qQ_5OD4nRJDRmqtR9Mj8BH_9_yt7McbwSHVyEjBd9aKw5UQLr7xieuYcPU_7RnnQpMHPy8n8cZJtPa_i5yQF4LZo_Y4MfhmeUEGrbhya8PopF5TDwOHcOQBtgukclENUD18/s400/Blasco-Ib%25C3%25A1%25C3%25B1ez-Norteam%25C3%25A9rica+1919%252C++Francia.jpg" width="283" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Vicente Blasco Ibáñez en 1919</td></tr>
</tbody></table>
<div style="text-align: left;">
</div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "verdana" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><span style="color: #0c343d;">Ya había pasado un año del lanzamiento, en Nueva York,
de <i>The Four Horseman of the Apocalypse</i>
– la versión en inglés de la novela de Blasco – cuyo vertiginoso éxito había
superado rápidamente todas las expectativas y había convertido al autor en un
famoso personaje para el público americano. Aunque Blasco no llegaría a los
Estados Unidos hasta finales de octubre del 1919, la prensa del país
promocionaba continuamente su obra y, desde enero, había comenzado a incluir en
sus páginas creaciones literarias cortas del novelista. Así, numerosos cuentos
y relatos de V. Blasco Ibáñez suscitaban la atención del público estadounidense
motivando, aún más, la admiración hacia el valenciano. Eran narraciones que,
anteriormente, habían sido publicadas en su versión original por la prensa
española o, recopiladas por las editoriales, formaban parte de las conocidas
colecciones de cuentos del escritor. Algunas eran creaciones recientes,
inspiradas en la Gran Guerra, mientras que otras correspondían a la producción
literaria de la etapa de juventud del autor.</span><o:p></o:p></span></div>
<span style="color: #0c343d; font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span>
<span style="color: #0c343d; font-family: "verdana" , sans-serif; font-size: 12pt;"><b><i>Ariadne</i></b> es la excepción; según parece, nunca se ha publicado en español. Ahora, que ya ha pasado un siglo desde entonces, lo publicaremos en este blog y, como no disponemos del original en español, se reproducirá la correspondiente traducción a partir de su versión en ingles. </span><span style="color: #0c343d; font-family: "verdana" , sans-serif; font-size: 12pt;"> </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: #0c343d; font-family: "verdana" , sans-serif; font-size: 12pt;"> </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span style="color: #660000;"><span style="font-family: "verdana" , sans-serif; font-size: x-large;">ARIADNA</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: right;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: right;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 18.4px;">por VICENTE BLASCO IBÁÑEZ</span><br />
(<i>The Green Book Magazine</i>, agosto 1919, pp. 33-34 y 109)<br />
<div style="text-align: left;">
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: inherit;">Georges de Sommiére había abandonado París con la intención
de reunirse con cierta dama en Florencia. La señora era Teresa, la condesa
Olivieri, con quien había estado durante cinco años en relaciones de estrecha
intimidad. Interrumpió su viaje en Niza para darse un descanso y ver a algunos
amigos que pasaban el invierno allí. Sommiére era un soltero de treinta años,
bien educado, rico y agradable; sin embargo, no estaba dentro de lo común; por
el contrario, era un idealista de un estilo singularmente romántico, y esto lo
hizo enormemente atractivo en una sociedad donde el entusiasmo era cada vez más
raro.</span><o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Se hizo extremadamente popular en Niza, y le gustó la sensación, pretendiendo que durante estos pocos días estaba disfrutando de la irresponsabilidad propia de un soltero alegre.</div>
</div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; margin-left: 1em; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjLHgUEW3eE0NOf1Mwz4cJ4T9rpYJRLJeM7GlAX8MgakOSE4fYvFbth1a_IP76DKF7IHtE7lrmALX0Tgvqcl2_BOrAp_ImZtYkR6V733uGN4tOayxA6PQ1kC4QObXe90HkABJGJ0UpenyM/s1600/Blasco-Ib%25C3%25A1%25C3%25B1ez-Norteam%25C3%25A9rica+1919%252C++Francia-+Nice.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="637" data-original-width="427" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjLHgUEW3eE0NOf1Mwz4cJ4T9rpYJRLJeM7GlAX8MgakOSE4fYvFbth1a_IP76DKF7IHtE7lrmALX0Tgvqcl2_BOrAp_ImZtYkR6V733uGN4tOayxA6PQ1kC4QObXe90HkABJGJ0UpenyM/s400/Blasco-Ib%25C3%25A1%25C3%25B1ez-Norteam%25C3%25A9rica+1919%252C++Francia-+Nice.jpg" width="268" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Niza. Cartel publicitario de la época.</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal">
Como la cadena que le unía a
Teresa Olivieri era casi matrimonial, y ahora que estaba a punto de
reenlazarla, se divertía interiormente con la fantasía de que estaba tomando su
copa de adiós a la libertad.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Indudablemente, Georges aún sentía un sincero afecto por la
condesa, pero su amor por ella, después de haber comenzado siendo una autentica
gran pasión, ahora había llegado a un estado más frío en el que la ausencia no
parece tanto una privación dolorosa como un intervalo de descanso.</div>
<div class="MsoNormal">
Teresa era una rubia veneciana de ojos oscuros, sutil y fascinante,
imperiosa y apasionada, la mujer de quien los hombres dicen que te da momentos
de éxtasis para horas de disgusto. Era una hechicera, en cuerpo y alma, pero el
aroma embriagador del amor respirado de su persona era como el de ciertas
flores tropicales, abrumando y aturdiendo a quienes lo inhalan durante
demasiado tiempo. Lejos de ella, Sommiére experimentaba una inconfesable
sensación de alivio; era solo cuando volvía a estar con ella que el encanto
recuperaba poder, y él se tornaba su prisionero en cuerpo y alma. En sus venas,
Teresa había infundido un filtro sutil que perdía su efectividad a distancia,
pero convertía a Georges en su esclavo y su propiedad en el momento en que sus
ojos se encontraban con los de su Circe.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi-dJnZz3nBiZaW9gu_CRsmsex27qnu6LmPdUb5qownOu4umo6HKARx0NS1-rFPYwn_ZPhy2zRoSWRDdX9lSl5jlLnO9nncc8XBSeJNUqu7LJV7Om6XN9XRgB93swEejZSTDbF3n2wK77M/s1600/Blasco-Ib%25C3%25A1%25C3%25B1ez-Norteam%25C3%25A9rica+Gaden+Party.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="480" data-original-width="353" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi-dJnZz3nBiZaW9gu_CRsmsex27qnu6LmPdUb5qownOu4umo6HKARx0NS1-rFPYwn_ZPhy2zRoSWRDdX9lSl5jlLnO9nncc8XBSeJNUqu7LJV7Om6XN9XRgB93swEejZSTDbF3n2wK77M/s400/Blasco-Ib%25C3%25A1%25C3%25B1ez-Norteam%25C3%25A9rica+Gaden+Party.jpg" width="293" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i>Garden party</i> en los años 20.</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Mientras Sommiere estaba en Niza, sus amigos lo llevaron a
un <i>garden party</i> ofrecido por un
americano en una de esas adorables villas donde los jardines descienden desde
la colina hasta el mar a través de huertos de limoneros y exuberantes túneles
de rosas. Una banda de músicos gitanos, oculta detrás de un seto de azaleas,
tocaba un <i>czardas</i>. El aire, vibrando
con la música, estaba impregnado de los aromas de primavera; por encima de los
rosales florecidos se vislumbraba un cielo de un azul demasiado sublime para
las palabras, mientras que, a través de los arcos verdes, el mar resplandecía
con un brillo igual de azul que el cielo y tornasolado de zafiro. Fue en uno de
estos paseos adornado de flores donde Georges de Sommiere se encontró cara a
cara con una mujer joven, esbelta, frágil y exquisitamente bella; tenía ojos
violetas y una espléndida cabellera castaña recogida sobre el cuello. La
primera vista le causó un fuerte impacto. Su figura parecía irradiar un perfume
de fascinación poética; sus grandes ojos eran puros, abiertos y confiados como
los de un niño. Ella era como uno de esos lirios de montaña que brotan junto a
los glaciares, cuya belleza salvaje y color ideal tienen algo tan virginal que
dudamos en arrancarlos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<br />
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; margin-left: 1em; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEibAZT9M0-hhxX_oHW4PyXJqRq_t1pqzMbNTgdQT4rOe9CKcg6X7jZ-dvBjwtpPI9hvcbA9QAppA1mw8Hr6-UQpdrfl25lnCKMfN0gHSwdSicrqi3R7TXGifnthI_lei3KKo_mI2Rb1mQ0/s1600/jardin-fontana-rosa+Blasco-iba%25C3%25B1ez-1919.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1042" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEibAZT9M0-hhxX_oHW4PyXJqRq_t1pqzMbNTgdQT4rOe9CKcg6X7jZ-dvBjwtpPI9hvcbA9QAppA1mw8Hr6-UQpdrfl25lnCKMfN0gHSwdSicrqi3R7TXGifnthI_lei3KKo_mI2Rb1mQ0/s400/jardin-fontana-rosa+Blasco-iba%25C3%25B1ez-1919.jpg" width="260" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Arcos de rosales en el jardín de <i>Fontana Rosa</i></td></tr>
</tbody></table>
<div style="text-align: left;">
</div>
<div class="MsoNormal">
Sommiére pidió ser presentado y se enteró de que la joven
era de origen griego y se llamaba Helen Michalis. Toda esa tarde apenas se
apartó de su lado, aprovechando la libertad de flirtear tan fácilmente
concedida por la sociedad cosmopolita de la Costa Azul. Cuando quería, Georges
era un interlocutor fascinante, y en esta ocasión puso toda su alma a su conversación.
La joven sintió el atractivo de este hombre ingenioso y entusiasta: con una
franqueza no estudiada que era la esencia de su carácter, le dejó ver que
estaba encantada; y luego, a su vez, descubrió ante él su alma ingenua. Cuando
se separaron, era como si ya fueran viejos amigos.</div>
<div class="MsoNormal">
Sommiére solicitó formalmente permiso para visitarla, y ella
le dijo que siempre estaba en casa entre las cinco y las siete. Él fue al día
siguiente y al siguiente; olvidó que era esperado en Florencia; Teresa Olivieri
parecía retroceder en una niebla muy lejana donde se iba borrando y se perdía.
Georges ahora solo pensaba en esta frágil alma virgen del romántico Oriente, en
cuyos ojos puros y dulces había mirado con una nueva devoción bajo los arcos de
rosas de Beaulieu. Él no le hablaba de amor con palabras, pero había en su voz
y en sus ojos una suavidad tan seductora que Helen Michalis no podía entenderlo
mal; hace mucho que se sentía completamente conquistada por la calidez de su
simpatía y, cada vez que venía, lo recibía con una estrechez de mano más
confidencial.</div>
<div class="MsoNormal">
Una noche, cuando le agradecía su visita, añadió lo conmovida que
estaba por su atención, y Georges ya no pudo contenerse. La atrajo hacia él, la
apretó contra su corazón y le confesó que la adoraba, diciendo que ella le
había enseñado el verdadero significado del amor y a ella, con mucho gusto, le
dedicaría toda su vida.</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Con el impulso de una niña confiada, Helen apoyó su cabeza
sobre el hombro de su amado.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
—Yo también, desde ese primer día, me sentí atraída por ti,
y no hay nada que pueda desear tanto como ser completamente tuya. Pero, por
desgracia, no soy libre! Estoy casada en Rumanía con un hombre a quien detesto;
nos hemos separado de mutuo acuerdo. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
— ¿No puedes divorciarte de él?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
—Siempre lo he rehuido por mi familia, que teme al escándalo
de los tribunales.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
—La vida es injusta — suspiró Sommiére. — Oh, ¿por qué no
nos encontramos cinco años antes?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Y correspondiendo a la confianza de Mme. Michalis, él le
confesó su vínculo con la condesa Olivieri.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
—Entiende— dijo él al concluir—que yo también estoy medio
casado. Pero a pesar de que será lamentable causarle dolor a la compañera de
estos últimos años que todavía me ama, no debería dudar ni un momento en romper
este enlace, ya que en el futuro no podré amar a nadie más que a ti. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Por inocente que sea una mujer, sigue siendo una mujer.
Cuando Helen Michalis se enteró de que tenía un rival, una rival que era, a la
vez, celosa y apasionada, sintió un ansioso deseo de reinar como la única dueña
del corazón de Georges de Sommiére. Sus celos recién nacidos alteraron todo la
gama de sus sentimientos; y el futuro, al que una vez se había resignado, ahora
parecía imposible. En resumen, se dejó convencer y prometió solicitar el
divorcio. Georges, por su parte, juró emplear el tiempo en las formalidades
judiciales requeridas para resolver la ruptura definitiva con Teresa Olivieri.</div>
<div class="MsoNormal">
Helen se dirigió inmediatamente a Bucarest para poner en
marcha la ley; y como puede imaginarse, Georges evitó cuidadosamente continuar
su viaje a la Toscana.</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
</div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhM5YPDCVvoJsD4m5OyMbcRht3mDj4Fu6-zCWEaJIQi3-BK76fE48d9fcTOq5z1Qh4mX-hRvdxmtXp4TgXkgjYFRas7SMYJsWVS4I2A2pMQ16Q4QE3HKDaqszMmoSUqIm5ln_upLriQHBk/s1600/Blasco-Ib%25C3%25A1%25C3%25B1ez-Norteam%25C3%25A9rica+1919%252C+Rumania.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="497" data-original-width="790" height="402" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhM5YPDCVvoJsD4m5OyMbcRht3mDj4Fu6-zCWEaJIQi3-BK76fE48d9fcTOq5z1Qh4mX-hRvdxmtXp4TgXkgjYFRas7SMYJsWVS4I2A2pMQ16Q4QE3HKDaqszMmoSUqIm5ln_upLriQHBk/s640/Blasco-Ib%25C3%25A1%25C3%25B1ez-Norteam%25C3%25A9rica+1919%252C+Rumania.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Centro de Bucarest. (1910-1920)</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal">
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
En lugar de eso, se regresó y viajó hacia el norte,
escribiéndole todo el tiempo a la condesa las más elaboradas disculpas sobre
urgentes negocios que le reclamaban en París. Conocía demasiado bien el
temperamento de Teresa como para revelar repentinamente el cambio transcurrido
en sus sentimientos; la creía capaz de venir directamente a París para pedirle
cuentas, y estaba ansioso por evitar a toda costa un conflicto personal con
ella, teniendo la sospecha de que, si llegaba, él podría no resultar como
vencedor. Prefería hacer las cosas con cuidado y no dar el golpe final hasta la
víspera de su matrimonio.</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; margin-left: 1em; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgMl6ZYzlwiHYAxQf7dGJs6LypFPV88sYSMqatoH4KumgX0GP2RMQ2vSqLdp84zLr0hXxUx3SY6qj1qV3r8N_UvnFIa25eZfqREZ0kg920vAu6drCC9oDUgzVlP0jW57xXILxHHwrbd5Yk/s1600/Blasco-Ib%25C3%25A1%25C3%25B1ez-Norteam%25C3%25A9rica+Paris+1920.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="265" data-original-width="465" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgMl6ZYzlwiHYAxQf7dGJs6LypFPV88sYSMqatoH4KumgX0GP2RMQ2vSqLdp84zLr0hXxUx3SY6qj1qV3r8N_UvnFIa25eZfqREZ0kg920vAu6drCC9oDUgzVlP0jW57xXILxHHwrbd5Yk/s1600/Blasco-Ib%25C3%25A1%25C3%25B1ez-Norteam%25C3%25A9rica+Paris+1920.jpg" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">París, hacia 1920.</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
En consecuencia, Georges se inclinó por el engaño de
extender su correspondencia, explicando ampliamente cómo sus negocios le
retendrían en Francia hasta el final del otoño, y poco a poco, fue modificando
astutamente el tono de sus cartas desde la nota de amor a la nota de amistad.
Pero una mujer enamorada no es fácil de engañar, y la transformación no fue del
gusto de la ardiente condesa. Se puso tan inquieta como un caballo que olfatea
un peligro oculto; regañó a Sommiére por sus frías cartas; revelo su sospecha y
amenazó con viajar por él a París, lo que tanto había temido. Y estaba a punto
de llevar a cabo su amenaza cuando, por fin, Georges recibió la tan deseada
carta que esperaba de Helen, para decirle que su asunto estaba resuelto, que
ahora había regresado a Niza como una mujer absolutamente libre y lo esperaba
allí. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Sommiére decidió poner fin de inmediato al odiado engaño que
se había impuesto. En una carta llena de delicados eufemismos, que un hombre
galante sabe usar para romper con una mujer, confesó a Teresa que estaba a
punto de casarse. Imploró su perdón por la ruptura de un enlace que él
atesoraría como el más dulce recuerdo, y expresó la esperanza de que si sus
relaciones se volvieran menos íntimas, aún podían conservar una amistad sincera
y cordial. Habiendo confesado así, se subió al tren de Niza, y la noche
siguiente estaba estrechando al corazón a su bella novia de ojos violetas del
este. </div>
<div class="MsoNormal">
Esta vez Georges encontró a Helen libre, feliz y cariñosa; y
durante los precipitados preparativos para la boda, la pareja de los verdaderos
enamorados disfrutó de largos <i>têtes-à-tête</i>
esas anticipaciones de la dicha que son aún más dulces que la misma dicha... Y
entonces Sommiére recibió la contestación de Teresa Olivieri.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
</div>
<div class="MsoNormal">
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; margin-left: 1em; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgd3IJgV2c_QYG7f-7UahW3_0wXgDPoZa28_rxHJj6Vf6VSsXiB588vR_yIZ8ArBCiacqG6JhwlFRRaFbHTcQv1sQJH0mDFVXpQZseeieLMcg3caJKKrk-o9mBSBVPUQ9gN9vON_WiZe5o/s1600/Blasco-Ib%25C3%25A1%25C3%25B1ez-Norteam%25C3%25A9rica+1919-2.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="422" data-original-width="250" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgd3IJgV2c_QYG7f-7UahW3_0wXgDPoZa28_rxHJj6Vf6VSsXiB588vR_yIZ8ArBCiacqG6JhwlFRRaFbHTcQv1sQJH0mDFVXpQZseeieLMcg3caJKKrk-o9mBSBVPUQ9gN9vON_WiZe5o/s1600/Blasco-Ib%25C3%25A1%25C3%25B1ez-Norteam%25C3%25A9rica+1919-2.jpg" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Ilustración de J. Allen St. John</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal">
«La noticia de tu matrimonio —escribía— ha sido una cruel
puñalada para mí. Pensé que moriría. Durante veinticuatro horas lloré en voz
alta mi dolor y mi ira a las paredes mudas de la habitación. ¡Se acabó
entonces, se acabó para siempre! ¡Ah, cruel, me estás matando! Pero en mi
agonía al menos me esforzaré a no atormentarte con mis lamentos. Encuentra tu
felicidad, ya que puedes encontrarla sin mí. A cambio de todo el amor que te he
dado, solo pido un favor, y si te queda una chispa de lástima, no me lo
rechazarás. Déjame verte una vez, solo una vez, antes de la separación
definitiva. Sólo por una hora, el tiempo justo para darle un último apretón de
manos, y eso será todo. Luego me iré y me ocultaré en aislamiento como una
cierva herida, y nunca más volverás a oír mi nombre.»<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Sommière estaba muy molesto y le contó a su novia la
solicitud. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
—No le contestaré —dijo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Pero Helen estaba demasiado segura del amor que ella le
inspiraba como para no mostrarse generosa. Con su ingenuo candor natural, en un
súbito acceso de compasión, exclamó:<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
— ¡Pobre mujer! No puedes rechazarla. Ve a Florencia, pero
ve solo por el día y recuerda que te estoy esperando.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Georges era de una naturaleza menos honesta que Mme.
Michalis, pero estaba tan profundamente enamorado que se creía invulnerable para
el futuro.</div>
<div class="MsoNormal">
Partió esa noche, y al mediodía del siguiente día estaba
llamando a la puerta de su antiguo amor. Lo llevaron al salón, donde Teresa
llegó tan pronto como supo de que él estaba allí; estaba desarreglada, con el
pelo suelto y el pecho agitado. Al verlo, dio un grito y se lanzó a su cuello
con pasión; sus cabellos sueltos se desparramaron a su alrededor; y lo
entrelazó en esos brazos, esos brazos fuertes, flexibles y apasionados que
nunca más iban a soltar su control sobre la presa.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
</div>
<div style="text-align: left;">
</div>
<div class="MsoNormal">
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjK_W7hmzkAOqvspI9cBHjZp5cu3CXzn0-uyWivDso4v0p1azkpu1cgJwUstntNhGSiLz7-EXfUjaX6pOJRle2oLNew9iz8DSn_KdxuISGm_bJ8DReLHj0EVpvUf0SHCj3nVZtdR7dUNug/s1600/Blasco-Ib%25C3%25A1%25C3%25B1ez-Norteam%25C3%25A9rica+1919.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="461" data-original-width="303" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjK_W7hmzkAOqvspI9cBHjZp5cu3CXzn0-uyWivDso4v0p1azkpu1cgJwUstntNhGSiLz7-EXfUjaX6pOJRle2oLNew9iz8DSn_KdxuISGm_bJ8DReLHj0EVpvUf0SHCj3nVZtdR7dUNug/s400/Blasco-Ib%25C3%25A1%25C3%25B1ez-Norteam%25C3%25A9rica+1919.jpg" width="262" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Ilustración de J. Allen St. John</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Mientras tanto, en Niza, Helen Michalis contando las horas,
esperaba el regreso de su amado. ¡Ay! Pasaron días y semanas, y Georges de
Sommiére jamás reapareció. Teresa Olivieri había reclamado lo suyo. Segura de
la victoria desde el momento que tuvo a su amante errante al alcance de sus
labios y ojos, lo llevó a un rincón secreto de los Apeninos, donde, como la
diosa de Venusberg, prodigaba en su Tannhäuser las irresistibles caricias que
hacían olvidar todo lo demás.</div>
<div class="MsoNormal">
Avergonzado de su rendición, Sommiére no se
atrevió a confesar su debilidad a la novia abandonada que lo esperaba, la novia
que se negó a creer en un abandono tan cruel.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Y todavía lo espera allí, en su villa de Les Lauriers, a
mitad del valle de San Bartolomé. </div>
<div class="MsoNormal">
Vive como una monja y no recibe a nadie.</div>
<div class="MsoNormal">
Me llamó la atención una noche mientras paseaba por la
terraza sombreada de pinos de la villa. Frágil, delgada y pálida, vestida de
negro, el atuendo de luto del amor traicionado, caminaba a la luz del último
rubor rojo del sol moribundo.</div>
<div class="MsoNormal">
A veces se apoyaba en la pared de su terraza, y
como Ariadna en las rocas de Naxos, observaba con ojos afligidos, a través de
las sombras, la fría superficie azul del mar que se extendía, más allá de las
nieblas, hacia el Este, hacia Bordighera, hacia esa Italia donde su antiguo
amado se había olvidado de ella en los brazos todopoderosos de Teresa Olivieri.</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgDo6YqD89eMzWUTvMznqvUchxrCRlp64jY_YSmIukEYk2tLrGedwBNriAbGtV6QtziMvrbB49o8jE-4XrnWNyB1qKMdl8h2iagxtUROGQbs1oBKV9dlY5jQwTDpOc6jrJDW4sKIB86UHQ/s1600/Blasco-Ib%25C3%25A1%25C3%25B1ez-Norteam%25C3%25A9rica+1919%252C+Ariadna.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="635" data-original-width="488" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgDo6YqD89eMzWUTvMznqvUchxrCRlp64jY_YSmIukEYk2tLrGedwBNriAbGtV6QtziMvrbB49o8jE-4XrnWNyB1qKMdl8h2iagxtUROGQbs1oBKV9dlY5jQwTDpOc6jrJDW4sKIB86UHQ/s1600/Blasco-Ib%25C3%25A1%25C3%25B1ez-Norteam%25C3%25A9rica+1919%252C+Ariadna.jpg" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i>Ariadna abandonada</i> en Nexos <br />
por Angelica Kauffmann, antes del 1782</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
</div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 18.4px;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: right;">
<br /></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 18.4px;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<br />
<br />Marga Predahttp://www.blogger.com/profile/07698563453867139965noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2820100463319832693.post-39357244466431511202019-09-15T12:34:00.000-07:002019-09-15T14:24:52.477-07:00La riada del 1897<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEghTdbujzUExWsrEWTbGKtZ4r_8parYPR7hl_8ft88KfZ0nFLRaRx3_Nt86bgWpdRPs7zSgIqOsRsjaaWSu3D4Ho2lFpL0DIfgllgZYoEXlwGuQetiw7o0x5VsNTad5fgDEokBaQv6PrJo/s1600/1897+Blasco+iba%25C3%25B1ez+valencia++Riada-+0-capa.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="358" data-original-width="1600" height="142" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEghTdbujzUExWsrEWTbGKtZ4r_8parYPR7hl_8ft88KfZ0nFLRaRx3_Nt86bgWpdRPs7zSgIqOsRsjaaWSu3D4Ho2lFpL0DIfgllgZYoEXlwGuQetiw7o0x5VsNTad5fgDEokBaQv6PrJo/s640/1897+Blasco+iba%25C3%25B1ez+valencia++Riada-+0-capa.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
Noviembre de 1897. Valencia durante la riada.<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<br />
El sábado, 13 de noviembre de 1897, en Valencia, tras varios
días de lluvias intensas y una gran riada, continuaba el temporal y la prensa informaba:
<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><br />
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Durante todo el día de
ayer continuó la alarma, porqué el cielo seguía nublado, oscureciéndose
amenazador con frecuencia. La lluvia continuó, arreciando a veces con fuerza y
cesando a intervalos.<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Tan copiosamente
llovió, que muchas casas de Valencia y sus arrabales se inundaron, y algunos
sitios de los dañados el miércoles y que ya iban enjugándose, volvieron a
llenarse de agua.<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Los lodazales han
aumentado y hay infinidad de trayectos que no están inundados y, <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>sin embargo, es imposible transitar por ellos sin
hundirse en el barro hasta las rodillas.<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;">El temor de que el rió
creciese nuevamente, como se había anunciado desde la parte alta de su curso,;
llevó mucha gente a las orillas del Turía.<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;">El caudal del mismo no
aumentó, y esto tranquilizó algo al público.<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Por la noche llovió en
abundancia, pero el río no llegó a engrosar.</i><br />
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><br /></i>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg7meQb-7PXEfHJYHe8gQg80wzsqGrdNDafXOvivNM8PnNr3cHimlcUAQ3E-1cmUAvnbAqAffSg9yr6ogRf8nbosiDa_rPpiF6r_-twzsOUirgyC24S2QAN3s018dhaAg_DmLC8xknZjWc/s1600/1897+Riada%252C+Blasco+Ib%25C3%25A1%25C3%25B1ez+.+fot+A.+Garcia.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="393" data-original-width="659" height="380" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg7meQb-7PXEfHJYHe8gQg80wzsqGrdNDafXOvivNM8PnNr3cHimlcUAQ3E-1cmUAvnbAqAffSg9yr6ogRf8nbosiDa_rPpiF6r_-twzsOUirgyC24S2QAN3s018dhaAg_DmLC8xknZjWc/s640/1897+Riada%252C+Blasco+Ib%25C3%25A1%25C3%25B1ez+.+fot+A.+Garcia.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
Noviembre de 1897. Valencia, Puente de San José (Foto: A.
García)<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiMoVc7a_9rUaGKd1fB4SdS2vFbiGz9gYaRKpwH0zjwRY9KMwtcAd1pYa4sSmbUYVKh97O0lUYi4k86ClJz85UFqepkhtIJpkMsELfOml9i7hNrRrDXjZSLEJXoXszlt3PUezZT5tE1sh0/s1600/1897-11-10+Valencia+de+blasco+iba%25C3%25B1ez%252C+B.+San+francisco+Antonio+Garc%25C3%25ADa.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="387" data-original-width="554" height="446" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiMoVc7a_9rUaGKd1fB4SdS2vFbiGz9gYaRKpwH0zjwRY9KMwtcAd1pYa4sSmbUYVKh97O0lUYi4k86ClJz85UFqepkhtIJpkMsELfOml9i7hNrRrDXjZSLEJXoXszlt3PUezZT5tE1sh0/s640/1897-11-10+Valencia+de+blasco+iba%25C3%25B1ez%252C+B.+San+francisco+Antonio+Garc%25C3%25ADa.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Noviembre de 1897 Valencia, principios de la inundación en la Plaza San francisco (Foto: A. García)</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEguIfoOW_HGp038x9ZFUNdBQQLEdnjyqv8s3jSFf7Cir-0LeTgnf_l71yUe2U40xSwI3v48zuvJxNO6iGyn4t3VzCPdH50Btr5ratM21d-ExwQb_AfZuTT3GsZ8d43837Ql37A-QiKMddo/s1600/1897+Blasco+iba%25C3%25B1ez+valencia++Riada-+22b.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="395" data-original-width="578" height="436" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEguIfoOW_HGp038x9ZFUNdBQQLEdnjyqv8s3jSFf7Cir-0LeTgnf_l71yUe2U40xSwI3v48zuvJxNO6iGyn4t3VzCPdH50Btr5ratM21d-ExwQb_AfZuTT3GsZ8d43837Ql37A-QiKMddo/s640/1897+Blasco+iba%25C3%25B1ez+valencia++Riada-+22b.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
Noviembre de 1897. Valencia. <i>El barrio Marchalenes y el camino de Burjasot al principio de las
inundaciones.<o:p></o:p></i></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhhNd_mdzDdi5VMUPhgZ35FyGeu7d6GEA1XRszk7q9pfZv_eTlAFIOo3ATJAP-AqJOQvcy5nLMX9Qrvt3C3s0MRcBwWyxScOM6QAnmMmtoqlYoSCOSSwRQnX52QlvNBHdM2EosRsbohs1M/s1600/15.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="871" data-original-width="645" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhhNd_mdzDdi5VMUPhgZ35FyGeu7d6GEA1XRszk7q9pfZv_eTlAFIOo3ATJAP-AqJOQvcy5nLMX9Qrvt3C3s0MRcBwWyxScOM6QAnmMmtoqlYoSCOSSwRQnX52QlvNBHdM2EosRsbohs1M/s400/15.jpg" width="295" /></a></div>
<br />
<span style="color: #0c343d; font-size: large;">En aquellos días, </span><span style="font-size: large;"><b style="color: #0c343d;">Vicente Blasco Ibáñez</b><span style="color: #0c343d;">, con </span></span><span style="color: #0c343d; font-size: large;">30 años de edad, vivía en su ciudad natal,
más preciso, en la calle Juan de Austria número 14, encima de la redacción de </span><i style="color: #0c343d;"><span style="font-size: large;">El Pueblo</span></i><span style="color: #0c343d; font-size: large;">, periódico que él mismo había fundado en 1894. </span><br />
<span style="color: #0c343d; font-size: large;">El escritor <span style="font-family: "calibri" , sans-serif; line-height: 115%;">– </span>y además, por ese entonces, agitador político <span style="font-family: "calibri" , sans-serif; line-height: 115%;">– </span>había llegado recientemente a Valencia, después de un destierro de seis meses en Madrid.</span><br />
<span style="color: #0c343d; font-size: large;">Continuando con la actividad periodística y literaria, publica en el número del 13 de noviembre de su periódico republicano, en la sección <i>Lo del día, </i>el articulo titulado <b><i>Arriba y abajo</i></b>,</span><span style="color: #0c343d; font-size: large;"> </span><span style="color: #0c343d; font-size: large;">referente a la situación producida por el temporal que azotaba la región levantina. Testigo de la histórica riada, Blasco, con aquel innegable talento descriptivo, expone sus impresiones y reflexiones.</span><br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjPesSg0aiInSrIKsRF-rpfATb8kvypsz1D9IbLOI8gR4tvLffcTc1frcfz9QERzjFF71Q0ELULnXIcx5ss4jcYmgzWG2dWlZEJqMi2XNMwcfBQycICrq4z6B6Y6iZBcufs2u-pOCeFi5o/s1600/1897+puebl.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="511" data-original-width="888" height="368" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjPesSg0aiInSrIKsRF-rpfATb8kvypsz1D9IbLOI8gR4tvLffcTc1frcfz9QERzjFF71Q0ELULnXIcx5ss4jcYmgzWG2dWlZEJqMi2XNMwcfBQycICrq4z6B6Y6iZBcufs2u-pOCeFi5o/s640/1897+puebl.JPG" width="640" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<i style="color: #990000; font-family: verdana, sans-serif; font-size: xx-large; text-indent: -24px;"><br /></i></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<i style="color: #990000; font-family: verdana, sans-serif; font-size: xx-large; text-indent: -24px;">ARRIBA Y ABAJO</i></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br />
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEibWN_rpaD79nyoX8LJx-WMIEqVEgjvKeznZnIwQMvrwGTLpgWwkRJIjs_tEORmbpvlNSaTY5B4CN6FwsZNH2UR0L5Q9UyQX85if0p_ihFwvtmvU86kYpay10eKXsqt7Oq-gF9wulMcS9Y/s1600/1897+Blasco+iba%25C3%25B1ez+valencia++Riada-CAUCE-..jpg" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="467" data-original-width="628" height="296" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEibWN_rpaD79nyoX8LJx-WMIEqVEgjvKeznZnIwQMvrwGTLpgWwkRJIjs_tEORmbpvlNSaTY5B4CN6FwsZNH2UR0L5Q9UyQX85if0p_ihFwvtmvU86kYpay10eKXsqt7Oq-gF9wulMcS9Y/s400/1897+Blasco+iba%25C3%25B1ez+valencia++Riada-CAUCE-..jpg" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Noviembre de 1897. Valencia; el cauce del río Turia</td></tr>
</tbody></table>
Extiende el río su sábana de aguas rojas sobre el azul
Mediterráneo y la avenida sale tumultuosa de la estrechura del cauce, destrozando
y barriendo todas las obras que audazmente se construyeron en tiempos de
tranquilidad junto a la angosta garganta de desagüe.<o:p></o:p><br />
Bien se ríe el Turia de los que, fiando en su proverbial mansedumbre, le robaron pedazos de sus entrañas e intentaron oprimirle con pretiles y paredones. Causado de oírse llamar <i style="mso-bidi-font-style: normal;">manso</i> por los poetas, el río se venga de sus explotadores.<br />
¡Al mar los campos y plantaciones de los que, abusando de la sequedad de su cauce, fueron extendiendo lentamente los límites de sus fincas, haciendo producir cosechas al lecho de las aguas que estas acaban de reconquistar!<br />
¡Abajo los paredones, las vallas, las obras de que los ingenieros se mostraban orgullosos, como si la ciencia pudiera a la larga vencer la fuerza de los elementos!<br />
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="MsoNormal">
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiy59WbmtWDUHB7NcLR9uI8MqA0cSabfB3kovhkbsQlYgi-ADLjC0vgIxbG-v1Ie6la4CyDvz6Pv8CHl14PP-LwKCWeDP9TAH2YjElEK0TMgslMh1oPMxNW0Qly4z-54cnuX6_vGIxFGvE/s1600/1897+Blasco+iba%25C3%25B1ez+valencia+H.+Militar+Riada-l.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="374" data-original-width="773" height="308" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiy59WbmtWDUHB7NcLR9uI8MqA0cSabfB3kovhkbsQlYgi-ADLjC0vgIxbG-v1Ie6la4CyDvz6Pv8CHl14PP-LwKCWeDP9TAH2YjElEK0TMgslMh1oPMxNW0Qly4z-54cnuX6_vGIxFGvE/s640/1897+Blasco+iba%25C3%25B1ez+valencia+H.+Militar+Riada-l.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
Noviembre de 1897. Valencia, el Hospital Militar.<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><img border="0" data-original-height="463" data-original-width="668" height="442" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj35oLJ9jVUn1gx_NTFSFmD68FZ0RYbDpxS9-uixaHYDqPxgHZSPPzWvflU_td_xMI_vE1yrLStO48ByKZd0Gc39CQMRhlmTtFldI0yi4RNf5FIPb4y54hMMN270QLDgKtK3TJWcTjc0dU/s640/1897+Blasco+iba%25C3%25B1ez+valencia+Alameda+Riada-mm.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;" width="640" /></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Noviembre de 1897. <i>En la Alameda. El Cuartel de Infantería de San Juan de la Ribera</i></td></tr>
</tbody></table>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhuHChShwKiOxCq2jocshlJoVZwKhbstw8HS98CceuxdPzgpfdnA7SHaj8Uxg6UJvNufu8Uu5jFG391Xkd7EuLrPcq_-ZwwNegv5T0sdAXShSs4ee5KIlrS5Y2hpWqVJz65SFvBP5w-rSw/s1600/1897+valencia+de+Blasco+iba%25C3%25B1ez-.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="387" data-original-width="539" height="458" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhuHChShwKiOxCq2jocshlJoVZwKhbstw8HS98CceuxdPzgpfdnA7SHaj8Uxg6UJvNufu8Uu5jFG391Xkd7EuLrPcq_-ZwwNegv5T0sdAXShSs4ee5KIlrS5Y2hpWqVJz65SFvBP5w-rSw/s640/1897+valencia+de+Blasco+iba%25C3%25B1ez-.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
Noviembre de 1897. Valencia. Puente del Mar<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjP4zGyCroyhius3HylRLlcz1E-r0qqOyrL88psIUPIE1QggnpoH4krTS2U4j9lQQzFu1JcjFTIb_13Wqq_CdiW5Um7veg3UqTh_BZI7Pqv4z47h5sxlYcz_WK-AVV1_HwOuL1w3d2rcNg/s1600/1897+Blasco+iba%25C3%25B1ez+valencia++Riada-+P.+Real++.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="967" data-original-width="650" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjP4zGyCroyhius3HylRLlcz1E-r0qqOyrL88psIUPIE1QggnpoH4krTS2U4j9lQQzFu1JcjFTIb_13Wqq_CdiW5Um7veg3UqTh_BZI7Pqv4z47h5sxlYcz_WK-AVV1_HwOuL1w3d2rcNg/s640/1897+Blasco+iba%25C3%25B1ez+valencia++Riada-+P.+Real++.jpg" width="430" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
Noviembre de 1897. Valencia. Puente del Real (Foto: A. García)<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
La presión
hidráulica infinita como las matemáticas vence todos los cálculos del sabio.
Ante las aguas que se desbordan sólo hay que pensar como los ingenieros
italianos, que los ríos van por donde deben ir, notabilísima perogrullada
mediante la cual se evitan muchas catástrofes, pues lo lógico es ensanchar y
limpiar los cauces en vez de construir obras de defensa.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhNB6TuCFrnUSR9ysXm5JAFyVeRKhy8v1h2spj58MvBF8CNBczrilOmUcs-O-gkCTDy3nSBOgIbnNiOLW7FsWYkm4GV24OR4et4AV9ClIWcFUwxwPRej2li31-c6ETKNotKfKnlxnlmvuE/s1600/1897+Pont+de+Fusta%252C+riada+del+rio+Turia+el+10+de+noviembre+de+1897..jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="757" data-original-width="1070" height="452" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhNB6TuCFrnUSR9ysXm5JAFyVeRKhy8v1h2spj58MvBF8CNBczrilOmUcs-O-gkCTDy3nSBOgIbnNiOLW7FsWYkm4GV24OR4et4AV9ClIWcFUwxwPRej2li31-c6ETKNotKfKnlxnlmvuE/s640/1897+Pont+de+Fusta%252C+riada+del+rio+Turia+el+10+de+noviembre+de+1897..jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Noviembre de 1897. Valencia. Pont de fusta</td></tr>
</tbody></table>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjC8uKUu8kyoyo4BCIWcLl6KH424UvMe9K494ax5-Ap_UKoAQGXHzudy9pPbwqenFBzc_0dJnXOToI8htGREImZHYmBAw1_KeknpnsQ9_uyu3od2x7rpOj6Gmr8NqWyMhM0ootIv_Slugw/s1600/1897+Blasco+iba%25C3%25B1ez+valencia++Riada-+4b.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="452" data-original-width="637" height="454" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjC8uKUu8kyoyo4BCIWcLl6KH424UvMe9K494ax5-Ap_UKoAQGXHzudy9pPbwqenFBzc_0dJnXOToI8htGREImZHYmBAw1_KeknpnsQ9_uyu3od2x7rpOj6Gmr8NqWyMhM0ootIv_Slugw/s640/1897+Blasco+iba%25C3%25B1ez+valencia++Riada-+4b.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
Noviembre de 1897. Valencia. <i>El puente de la Compañía de tranvías,
destruido por la riada</i> <o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgWUC5U_RgVJf4HwjSyNNOAkkKQmTYWHiwK-4d4IMtZ_ZGPZ6LFzR4FJDzt7zrZXYOXExtOkfhLpX33u717qhF3AGzWjPDamGK_nGmN4M_zvWb5X_jQIek197o17GBQ-bgRLmsoAqewFCA/s1600/1897+Blasco+iba%25C3%25B1ez+valencia++Riada-+Puente+hier-r.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="438" data-original-width="631" height="442" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgWUC5U_RgVJf4HwjSyNNOAkkKQmTYWHiwK-4d4IMtZ_ZGPZ6LFzR4FJDzt7zrZXYOXExtOkfhLpX33u717qhF3AGzWjPDamGK_nGmN4M_zvWb5X_jQIek197o17GBQ-bgRLmsoAqewFCA/s640/1897+Blasco+iba%25C3%25B1ez+valencia++Riada-+Puente+hier-r.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
Noviembre de 1897. Valencia. <i>Puente de hierro de la Sociedad de Tranvías, destruido por las aguas.<o:p></o:p></i></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgIefiOhxGI18QdUAW7qfYK7LmQ8Go3QDGcUfBurTpieug4zXhT-SFesrBEyEYEcw8Dtepmh2bYLXvu_J7HpUPSyZXDXfcIwL0-kwdDcsf0-9h4GtG41VOrsowyIh5o6B7nf5tbmBeXw4o/s1600/1897+Blasco+iba%25C3%25B1ez+valencia++Riada-+3b.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="509" data-original-width="805" height="404" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgIefiOhxGI18QdUAW7qfYK7LmQ8Go3QDGcUfBurTpieug4zXhT-SFesrBEyEYEcw8Dtepmh2bYLXvu_J7HpUPSyZXDXfcIwL0-kwdDcsf0-9h4GtG41VOrsowyIh5o6B7nf5tbmBeXw4o/s640/1897+Blasco+iba%25C3%25B1ez+valencia++Riada-+3b.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
Noviembre de 1897. Valencia. <i>Campos inmediatos a la vía férrea<o:p></o:p></i></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi6-lpJLZQswfOYj1u8qRYiHgUBadhJwghiLwb1mlQJAifYoU-YaSZXoZCOrGF3hcFXfxT95fPp969Z_LbCFZIOvNuh35uIhDx0cxWRAGM2AeHyG32GAQcocFuX8q7_l5qYc8S9pnh6ixg/s1600/1897+Blasco+iba%25C3%25B1ez+valencia++Riada-+6b.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="440" data-original-width="814" height="344" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi6-lpJLZQswfOYj1u8qRYiHgUBadhJwghiLwb1mlQJAifYoU-YaSZXoZCOrGF3hcFXfxT95fPp969Z_LbCFZIOvNuh35uIhDx0cxWRAGM2AeHyG32GAQcocFuX8q7_l5qYc8S9pnh6ixg/s640/1897+Blasco+iba%25C3%25B1ez+valencia++Riada-+6b.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Noviembre de 1897. Valencia. <i>Puente del ferrocarril; el agua subiendo hasta la vía.</i></td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal">
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgeEzkulC-AYz_zpvCqcqCGnDsM9FU9zM_MLecuSDrvKq-0NWjmaBMC1dR7OXkbQY7KvClogr-s-N9HlXeS2e9lSVWv9_Yt9_taIksjtfK9KW4rx1fYpmUqjwklc5_Fsp1RseHPx1ispA4/s1600/1897+Blasco+iba%25C3%25B1ez+valencia++Riada-+9b.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="452" data-original-width="675" height="428" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgeEzkulC-AYz_zpvCqcqCGnDsM9FU9zM_MLecuSDrvKq-0NWjmaBMC1dR7OXkbQY7KvClogr-s-N9HlXeS2e9lSVWv9_Yt9_taIksjtfK9KW4rx1fYpmUqjwklc5_Fsp1RseHPx1ispA4/s640/1897+Blasco+iba%25C3%25B1ez+valencia++Riada-+9b.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
Noviembre de 1897. Valencia. <i>Destrozos causados en las balsas de sedimentación de las Aguas potables.<o:p></o:p></i></div>
</td></tr>
</tbody></table>
Sigue el río su obra de destrucción, arrastrando hacía el
mar todo cuanto encuentra; muebles y víveres, bestias y viviendas; y ¡oh
contraste de la vida!: lo que allá arriba, en los campos, es destrucción y
muerto, abajo, en la playa, es remedio de la miseria.</div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Pasa la inundación junto a los pueblos de la vega, talando
cosechas, derrumbando viviendas, arrebatando seres, destrozando fortunas; flota
sobre el líquido barro los despojos del naufragio de toda una región; corren y
saltan hacía el mar sobre los rojos remolinos de la riada, y cuando llegan a los
límites de tierra firme, donde el suelo fértil se convierte en húmeda arena
coronada de juncos, centenares de seres se lanzan en sus viscosas ondas,
luchando con la corriente, buscando, bregando, exponiendo su vida para arrancar
a la inundación los despojos que arrastra.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjgqPeT12-kiuph4RAFad6YDjA6yo4rIq6Q8s8Dcqe8b_K1W-ejXajfohQqRrlEoICb6m1aYqIF0VTkQCiMRDM2fHRl1DSYoXrbQTuQnmi4cIoiwLXisi25g_LyLuvhvntHPhw8PoV4UHQ/s1600/a4888f77bcae9a7c96a7acc2e18d7ab0o.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="647" data-original-width="873" height="474" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjgqPeT12-kiuph4RAFad6YDjA6yo4rIq6Q8s8Dcqe8b_K1W-ejXajfohQqRrlEoICb6m1aYqIF0VTkQCiMRDM2fHRl1DSYoXrbQTuQnmi4cIoiwLXisi25g_LyLuvhvntHPhw8PoV4UHQ/s640/a4888f77bcae9a7c96a7acc2e18d7ab0o.jpg" width="640" /></a></div>
Son los pescadores del <i style="mso-bidi-font-style: normal;">rio
revuelto</i>, los hijos de la miseria que, exponiendo su vida, encuentran
medios de subsistencia en la misma desgracia, registrando las entrañas a la
avenida para apoderarse de lo que ha robado.</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
El saco de harina que arrebataron las aguas de algún molino
de lo más alto de la provincia será mañana pan tierno y caliente en muchas
barracas; el cerdo ahogado estará pronto convertido en embutidos: el vino de
tos llanos de Liria calienta gratuitamente los estómagos de esos extraños
pescadores del cataclismo; los maderos que cabeceaban sobre la avenida se
transformarán en nuevas viviendas; y las sillas, las cómodas, los espejos,
vueltos en si después de una loca carrera de tumbos y choques, no podrán
explicarse cómo han pasado del <i style="mso-bidi-font-style: normal;">estudi</i>
del labriego, perfumado por el olor acre del trigo y las frutas, al cuartucho
adornado con redes, por cuyas ventanas entra el soplo salitroso y vivificante
del mar.<o:p></o:p><br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiNERxCt8WW_F_UNER80uXSjtLhMLsw29W1AV77u_61SV8QBkshrsDp3MsQGY1IW7dpQjlkfvWK5eBagpjA6LZDvyjHgQ70N9tBXf9EBh65khnyp_XhL748KeYvnO38iMJeZiUUg9ktFPg/s1600/1897+Blasco+iba%25C3%25B1ez+valencia++Riada-Ruinas+marchanes9bbb.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="444" data-original-width="639" height="444" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiNERxCt8WW_F_UNER80uXSjtLhMLsw29W1AV77u_61SV8QBkshrsDp3MsQGY1IW7dpQjlkfvWK5eBagpjA6LZDvyjHgQ70N9tBXf9EBh65khnyp_XhL748KeYvnO38iMJeZiUUg9ktFPg/s640/1897+Blasco+iba%25C3%25B1ez+valencia++Riada-Ruinas+marchanes9bbb.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
Noviembre de 1897. Valencia. <i>Ruinas del barrio de Marchalenes</i><o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
Esta es la obra del río. Ladrón sin entrañas, asesino de
familias, verdugo de pueblos enteros, ¿quién sabe si en medio de sus infames
delitos es uno de aquellos bandidos <i style="mso-bidi-font-style: normal;">justicieros</i>,
como el <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Carlos Moore</i> de Schiller, que
robaba a unos para favorecer a otros?</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Causa asombro el contrasto que ofrece este cataclismo. Lo
que arriba entristece abajo sirve para remediar miserias.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Lo mismo ocurre en la vida. Muchas veces del mal nuestro
procede la felicidad del vecino.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: right;">
BLASCO IBAÑEZ</div>
<br />
<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgYBejJXFLN8BXmrhP2J7iCMJWKkQ0ZbxPXd5r1X0yy15H_4O37411CKmeaVC-60QAAhZCopHktTgqO9E-fTXRmkCV5s_MT6fI34wRNqkjLPmKatOH-JsTUrlSGSCgbCPswuCJJrk6qvzg/s1600/1900-segunda+ed.Entre+naranjos-LP.JPG" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="415" data-original-width="267" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgYBejJXFLN8BXmrhP2J7iCMJWKkQ0ZbxPXd5r1X0yy15H_4O37411CKmeaVC-60QAAhZCopHktTgqO9E-fTXRmkCV5s_MT6fI34wRNqkjLPmKatOH-JsTUrlSGSCgbCPswuCJJrk6qvzg/s400/1900-segunda+ed.Entre+naranjos-LP.JPG" width="256" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: #0c343d; font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: #0c343d; font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: #0c343d; font-family: "verdana" , sans-serif;">Los siguentes días volvió el diluvio y, el 18 de noviembre,
el río Júcar vuelve a desbordarse inundando nuevamente varias de las poblaciones que
atravesaba en su recorrido, entre esas Alcira, la pequeña ciudad valenciana que Blasco eligió luego, como escenario de su novela <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Entre naranjos</i>.</b> <span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: #0c343d; font-family: "verdana" , sans-serif;">Con una prosa evocadora y descriptiva, el escritor, que
había contemplado de cerca aquel desastre natural con sus desoladoras estampas,
supo reflejarlo fielmente en su libro, publicado en Valencia, en el año 1900.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><span style="color: #0c343d;">Además, a través de esta novela, Blasco dio a conocer a nivel
mundial su región natal con todas sus peculiaridades, difundió su cultura, las costumbres
y tradiciones</span>. </span><o:p></o:p></div>
<br />
<br />
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjZp88OEMUEpJFCdHswXaQlSeWVWjywWNS0U0vMS3Rn2UZL8uBykYuTmm2thLVgJAsCe3R0Y0f0rdz9ey7lDhZy_WTf9pYgOwjHTZ4Kr62p5lhP6Y7YS1B_etL2gVR02rv_CyHQ9XeW7yA/s1600/EP+Dutton%252C+Nueva+York-..jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="389" data-original-width="283" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjZp88OEMUEpJFCdHswXaQlSeWVWjywWNS0U0vMS3Rn2UZL8uBykYuTmm2thLVgJAsCe3R0Y0f0rdz9ey7lDhZy_WTf9pYgOwjHTZ4Kr62p5lhP6Y7YS1B_etL2gVR02rv_CyHQ9XeW7yA/s640/EP+Dutton%252C+Nueva+York-..jpg" width="464" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
1921. Nueva York: <i><b>The Torrent</b></i> 1ª edición;</div>
<div class="MsoNormal">
la versión inglesa de la novela <b><i>Entre Naranjos</i></b> de V. Blasco Ibáñez</div>
</td></tr>
</tbody></table>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi3BjlO2KiqZCG_cZC9Ii6pyNGUIS1lgh63aeA2Lb9H6zw7GvbNrXI2eMm7OEf-AKEgdMzbPkN7FuGFJ05tSPUDCpsCDEDSffLSxhP2sLUfOE6HHdiSJUnCrFNaUAz2QwtqxYw9AwJZYhA/s1600/1921+%252C+blasco+iba%25C3%25B1ez%252C+naranjos%252C+Dean+Cornwell.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1025" data-original-width="1265" height="518" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi3BjlO2KiqZCG_cZC9Ii6pyNGUIS1lgh63aeA2Lb9H6zw7GvbNrXI2eMm7OEf-AKEgdMzbPkN7FuGFJ05tSPUDCpsCDEDSffLSxhP2sLUfOE6HHdiSJUnCrFNaUAz2QwtqxYw9AwJZYhA/s640/1921+%252C+blasco+iba%25C3%25B1ez%252C+naranjos%252C+Dean+Cornwell.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
Pintura al óleo de Dean Cornwell ; ilustración para <b><i>The
Torrent</i></b> (1921)</div>
<div class="MsoNormal">
- la versión inglesa de la novela <b><i>Entre Naranjos</i></b> de V. Blasco Ibáñez<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEinOx2Fy-seKn_BZd2KJ_UPX0lp77DVXMl3S8jDFnFePI9e5BE6UQLVDQ-rPzcwcYooAfFYgNfPwu-qSW3Wb04sz8ZNBSSqPbAsTfNy39TCTRF6_oG6FLU_rY4JZH3NH8HQkBVGiWUqFdo/s1600/6+-+1926+The+Torrent+%25281926+-+febrero%2529+de+M.+Stiller+y+Monta+Bell-%252C.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="513" data-original-width="697" height="470" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEinOx2Fy-seKn_BZd2KJ_UPX0lp77DVXMl3S8jDFnFePI9e5BE6UQLVDQ-rPzcwcYooAfFYgNfPwu-qSW3Wb04sz8ZNBSSqPbAsTfNy39TCTRF6_oG6FLU_rY4JZH3NH8HQkBVGiWUqFdo/s640/6+-+1926+The+Torrent+%25281926+-+febrero%2529+de+M.+Stiller+y+Monta+Bell-%252C.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">1926. <b><i>The Torrent </i></b>- la adaptación cinematográfica de la novela <b><i>Entre Naranjos</i></b> de V. Blasco Ibáñez</td></tr>
</tbody></table>
<br /></div>
Marga Predahttp://www.blogger.com/profile/07698563453867139965noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2820100463319832693.post-50624952389515066172019-09-13T08:50:00.000-07:002019-10-05T03:03:26.879-07:00de Aguilar<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div style="text-align: left;">
</div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; margin-left: 1em; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgogXGIGG_ijVI2lmI1S6Xbf1BtYhPFKFcrjtZNG9aSBvt0NLIxxmUbTSzPqIjBBa24tVUeWD7yVacO0t5oCT-KcrUlX1x7cKE9DWw-6w4rz1b97rWOOoLOnltIVWqtNVnsoKt5xtJzppI/s1600/Aguilar+manuel+1964.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="555" data-original-width="511" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgogXGIGG_ijVI2lmI1S6Xbf1BtYhPFKFcrjtZNG9aSBvt0NLIxxmUbTSzPqIjBBa24tVUeWD7yVacO0t5oCT-KcrUlX1x7cKE9DWw-6w4rz1b97rWOOoLOnltIVWqtNVnsoKt5xtJzppI/s400/Aguilar+manuel+1964.jpg" width="367" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
Manuel Aguilar Muñoz (1888 – 1965), </div>
<div class="MsoNormal">
fundador, en 1923, de la
empresa <b><i>M. Aguilar, Editor.</i></b><o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><span style="color: #134f5c;"><b><br /></b></span></span>
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><span style="color: #134f5c;"><b><br /></b></span></span>
<span style="color: #0c343d; font-family: "verdana" , sans-serif;"><span style="color: #134f5c;"><b><br /></b></span></span><br />
<span style="color: #0c343d; font-family: "verdana" , sans-serif;"><span style="color: #134f5c;"><b>Manuel Aguilar Muñoz</b> </span></span><br />
<span style="color: #0c343d; font-family: "verdana" , sans-serif;"><span style="color: #134f5c;">(Tuéjar, Valencia, 1888 – Madrid, 1965),
uno de los más importantes editores españoles del siglo XX, publicó sus memorias en 1963, bajo el título </span><i>Una experiencia
editorial</i><span style="color: #134f5c;">.</span></span><br />
<span style="color: #0c343d; font-family: "verdana" , sans-serif;">A través de una amena lectura, el autor
relata su intensa actividad como editor y librero, su difícil lucha para
mejorar y difundir la cultura, a cuál dedicó más de cuatro décadas de vida.</span><br />
<div class="MsoNormal">
<span style="color: #0c343d;"><o:p></o:p></span></div>
<span style="color: #0c343d;"><br /></span>
<br />
<div class="MsoNormal">
<span style="color: #0c343d; font-family: "verdana" , sans-serif;">Ese mítico personaje se había iniciado en el mundo del libro siendo
casi un niño; con 12 años de edad, entró a trabajar como “chico para todo” en
la <i>Editorial Sempere</i>, de Valencia, de la que <b>Vicente Blasco Ibáñez</b> era el
director y copropietario. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: #0c343d; font-family: "verdana" , sans-serif;">Rememorando aquella época, Manuel Aguilar escribía:</span><o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: #134f5c; font-size: large;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></span></div>
<div style="text-align: right;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Un amigo de mi padre consiguió que en la Casa Editorial
Sempere, de Valencia, obtuviese yo el empleo de «chico para todo». Acababa de
cumplir los doce años. Curtido ya por el trabajo y la Naturaleza, no me
preocupe de analizar aquel «para todo», cuya vaguedad, ciertamente, podía
causar algo de inquietud. El trabajo era el único medio de vivir en Valencia.
Con muchos ensueños y un hatillo de ropa, bajé desde las montañas, crucé las
vertientes de viñedos y algarrobos, entré en los vergeles de la vega valenciana
y me asome al azul Mediterráneo.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg2feknMSunqtwIFihDzhtkSkpsy-z501HI63bvySXfyYocbzhpsehPfNg3UFwqhu9iqaJx-RhPq8d4ErcRJa7iIIKH3DMge5EvGnTVezkMoZS6t3LuKGbDsDrmkPnXIvixW1p5ZeJ7BCE/s1600/Valencia+%252C+blasco+iba%25C3%25B1ez+1900.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="573" data-original-width="1092" height="334" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg2feknMSunqtwIFihDzhtkSkpsy-z501HI63bvySXfyYocbzhpsehPfNg3UFwqhu9iqaJx-RhPq8d4ErcRJa7iIIKH3DMge5EvGnTVezkMoZS6t3LuKGbDsDrmkPnXIvixW1p5ZeJ7BCE/s640/Valencia+%252C+blasco+iba%25C3%25B1ez+1900.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Valencia hacia 1900</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal">
Mi incorporación a la ciudad representó, notoria, más
casualmente, el primer contacto con lo que sería mi definitivo futuro. ¿Estaba
escrito que había de ser editor? Mi camino hacia la profesión y la empresa fue
largo de caminar—como el célebre de <i>Tipperary</i>—y
accidentado.</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Ocurrió en 1901. Desde el primitivismo tranquilo de las
altas serranías caí en la Editorial Sempere. Empleo deliberadamente ese verbo
caer, porque la impresión recibida fue por el estilo de la que sufre quien está
contemplando un río caudaloso y es lanzado de golpe al centro de las aguas.
Había un desnivel de siglos entre mi procedencia y el lugar al que arribaba.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
La Editorial Sempere, en aquellos años, se encarnaba en
Vicente Blasco Ibáñez. </div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjbbHuCT3m6dp48244RQXCzDC3gg8cxcGhB90lme6SMv7DWpwg5QFxGAuPXnT0bBav_n6pCWlsP6ATfk5mf_3rCNudmyIrksS3nf_arH5BElC6UcpWNXfpB-XIXsxxZMF1rECcIdYApM1U/s1600/1900+-+Blasco+iba%25C3%25B1ez+y+miembros+de+la+redacci%25C3%25B3n++El+Pueblo.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="567" data-original-width="876" height="414" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjbbHuCT3m6dp48244RQXCzDC3gg8cxcGhB90lme6SMv7DWpwg5QFxGAuPXnT0bBav_n6pCWlsP6ATfk5mf_3rCNudmyIrksS3nf_arH5BElC6UcpWNXfpB-XIXsxxZMF1rECcIdYApM1U/s640/1900+-+Blasco+iba%25C3%25B1ez+y+miembros+de+la+redacci%25C3%25B3n++El+Pueblo.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
Vicente Blasco Ibáñez con los miembros de la redacción del periódico
<i>El Pueblo</i>, año 1900 (apox.) <o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal">
El la dirigía y vivificaba, como hizo más adelante con otras
editoriales de Madrid y Valencia. Había en él una dualidad poco frecuente: la
del escritor-editor. Creo, sin vacilar, que el editor que Blasco llevaba dentro
proporcionó al escritor algunos de sus éxitos más sonados.</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Aquella dualidad
existió en la primera etapa de la historia del libro. Esta ofreció tres
variedades: el impresor-editor, el librero-editor y el autor-editor. Y alguna
vez aparecía el traductor-editor, como aquel que Cervantes hizo que <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Don Quijote</i> conociese en Barcelona,
imprimiendo por su propia cuenta, la versión que había escrito de La <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Bagatelle</i>.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
La Editorial Sempere presentaba un cruce de
autor-impresor-editor, perfectamente desconocido y, en cualquier caso,
indescifrable para mí.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; margin-left: 1em; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgrxzSklr1FJrvjectx4-n4QlTOaRvuqHnVSStoCJKvOFHsOu6PHtXdA9FSNZ8cU2yHr2IGhiwc5f7dHonewLlKVcDm01sLg0BGNa8CVJR52HyoNVt6Lq7t50r2WWzGdqw3B05CKTO7xJk/s1600/Valencia%252C+blasco+ib%25C3%25A1%25C3%25B1ez.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1347" data-original-width="882" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgrxzSklr1FJrvjectx4-n4QlTOaRvuqHnVSStoCJKvOFHsOu6PHtXdA9FSNZ8cU2yHr2IGhiwc5f7dHonewLlKVcDm01sLg0BGNa8CVJR52HyoNVt6Lq7t50r2WWzGdqw3B05CKTO7xJk/s640/Valencia%252C+blasco+ib%25C3%25A1%25C3%25B1ez.jpg" width="417" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Valencia hacia principios del siglo XX. </td></tr>
</tbody></table>
<br />
Viví en una casa situada en el centro de aquella Valencia de
primeros del siglo, a cargo de unos parientes muy lejanos. Mi salario era de
quince pesetas mensuales, a las que algunas veces podía añadir unas monedas,
muy escasas, que sin periodicidad me enviaban mis padres a la mano, por medio
de convecinos o amigos que llegaban a la capital. Aun en tales días, a pesar de
la baratura de los alimentos y de que la cocina de mi hospedaje no se basaba en
la opulencia ni en el refinamiento, el precio que yo pagaba por la cama, la
mesa y la ropa limpia y cosida, era muy bajo. Para compensar esa pequeñez
aquellas buenas gentes pasaban el verano en nuestra casa de Tuéjar.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Carecía yo de otras necesidades que las del sustento y el
techo. El espectáculo de la ciudad, llena de colorido, muy pintoresca y amena;
del Grao y de la Malvarrosa; de la huerta adyacente, con sus innumerables
barracas a la vera de los arrozales, bastaba para llenar mis horas libres. Es
decir, las que no estaban ocupadas por el trabajo y por la pasión de lector.
Esta podía satisfacerla sin tregua y sin gasto.<br />
¿Leía yo la literatura de la Editorial Sempere que, según
supe más adelante, despeluznaba a la intelectualidad exquisita y a las clases
conservadoras? Pues sí: la leía toda, y digo mal, pues la devoraba. Sin comprenderla,
como es natural. Pero me sonaba bien: como aquella citada arenga de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Don Quijote</i> a los cabreros. Esta era una
lamentación por la supuesta felicidad perdida, y las obras de la Editorial
Sempere excitaban a la conquista o a la reconquista de la plena felicidad. Mi niñez experimentaba la sensación de la injusticia que es semilla de rebeldía.<br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiMSjDpI-12BVhoW2yeSO19XGtIbrsMt7hh79xDZyCs1Lkd-VF2SdfPO_yxF6sjrD5ZqTNutbjx2Ca9NKxb75qwjjGSRLqX28-C6KSq6bMzc5EMK8RM-x4-NDbWJ28EAkJXyO04GzSaXGM/s1600/Cuentos+Valencianos%253B+V.+Blasco+Ib%25C3%25A1%25C3%25B1ez+-+F.+Sempere+Y+C%25C3%25ADa%252C+Editores%252C+segunda+edici%25C3%25B3n.4.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="460" data-original-width="314" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiMSjDpI-12BVhoW2yeSO19XGtIbrsMt7hh79xDZyCs1Lkd-VF2SdfPO_yxF6sjrD5ZqTNutbjx2Ca9NKxb75qwjjGSRLqX28-C6KSq6bMzc5EMK8RM-x4-NDbWJ28EAkJXyO04GzSaXGM/s320/Cuentos+Valencianos%253B+V.+Blasco+Ib%25C3%25A1%25C3%25B1ez+-+F.+Sempere+Y+C%25C3%25ADa%252C+Editores%252C+segunda+edici%25C3%25B3n.4.jpg" width="218" /></a></div>
Creo que aquellas lecturas encontraron clima propicio. ¿Puerilidades? ¡Evidentemente, al considerarlas y analizarlas después! Pero ¡qué impulsos me acometían a veces de tomar parte en las frecuentes algaradas callejeras! Y a la par escuchaba, con entusiasmo y pasión, la única voz que sonaba fuerte en Valencia.<br />
Esa voz la percibía, pero con distinto acento y refiriéndose
a cuestiones profesionales, en la Editorial Sempere. Y contemplaba al
personaje, eruptivo, impetuoso: Vicente Blasco Ibáñez.<br />
La primera vez que me
vio, me gritó en valenciano:<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
—¡Eh, monigote, lleva esto a las cajas!<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Me alargaba unas cuartillas manuscritas, que llevé sin
rechistar al regente. Blasco escribía inmerso en el tráfago del taller,
corregía galeradas, amoldaba los originales—los propios y los ajenos—a la
medida del número de páginas, este al precio, y el precio a la medida del bolsillo
de los presuntos compradores.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Blasco Ibáñez se manifestaba, en sus tarcas profesionales,
con prisas, con voces y brusquedad.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
— ¿Quién es el <i style="mso-bidi-font-style: normal;">lladre</i>—es
decir, el ladrón—que ha compuesto esto? —me dijo otra vez, saliendo del lavabo
con las galeradas de un libro suyo (creo que eran los <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Cuentos valencianos</i>) en una mano, mientras sostenía el pantalón a
medio abrochar.<o:p></o:p><br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br />
Pues este hombre—novelista, orador, periodista, editor,
político—, tenía convulsionada a Valencia con sus apasionados artículos y sus
fogosas arengas; con su diario <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El Pueblo</i>:
las manifestaciones y las algaradas que promovía; la organización de comités y
casinos; de la minoría en el Ayuntamiento; escuelas; con su literatura embebida
de naturalismo y los libros de la Editorial Sempere, erizados de rebeldías
sociales.<o:p></o:p><br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgDoI5brA3zlyp7GjOUKx-TTqmMCYbqBYDTzbfPnbTsZWSSZx04dNQI0fj7-SGMVlK8bm9dao-HUXRUovxeXGKEyux7FYgraI-ycarQ8klqNlcY08vjbDOTGbYEWrmwDVfcQpzzBNOVtEE/s1600/blasco+iba%25C3%25B1ez%252C+valencia+1905.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="940" data-original-width="1600" height="376" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgDoI5brA3zlyp7GjOUKx-TTqmMCYbqBYDTzbfPnbTsZWSSZx04dNQI0fj7-SGMVlK8bm9dao-HUXRUovxeXGKEyux7FYgraI-ycarQ8klqNlcY08vjbDOTGbYEWrmwDVfcQpzzBNOVtEE/s640/blasco+iba%25C3%25B1ez%252C+valencia+1905.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
1905. V. Blasco Ibáñez en las calles de Valencia el día de
las elecciones. <o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
Estas notas y recuerdos producirán, entre los que no
conocieron los primeros años del siglo XX, el mismo efecto que puede suscitar
la visión de una multitud que danza si no se escucha la música que la hace moverse.
O el poner fondo de vals a una escena de gentes que bailan el twist. España se
encrespaba después del estupor de 1898 y estaba sacudida también por el oleaje
de las inquietudes mundiales. Los editores españoles lanzaban, unos, el mensaje
de la generación llamada de 1898, y otros, como Sempere, el de los precursores
del seísmo social. Ni siquiera los muchachos de doce años podíamos sustraernos
a la presión del ambiente. Así, recién llegado de la serranía, recibí en plena
inocencia los primeros ramalazos de la galerna.<br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; margin-left: 1em; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjiQ4TGT4lthPumeVXACFYNQDasXWVOIH79zbJ6AvdN353zW38Otu1Gn8mxdyRPYqHgspgWicMjTmU4p8vPGBhTqSHixTZfoWLo7Bi4zSyPVvAYHDTxhUapp66N2l131sAVoTmGvbaoqEU/s1600/1903-+-El+Pueblo-.JPG" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="551" data-original-width="732" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjiQ4TGT4lthPumeVXACFYNQDasXWVOIH79zbJ6AvdN353zW38Otu1Gn8mxdyRPYqHgspgWicMjTmU4p8vPGBhTqSHixTZfoWLo7Bi4zSyPVvAYHDTxhUapp66N2l131sAVoTmGvbaoqEU/s400/1903-+-El+Pueblo-.JPG" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">1903, Valencia c/ Juan de Austria 14. Sede de <i>El Pueblo</i>,<br />
donde se imprimían también los libros de la Editorial Sempere. </td></tr>
</tbody></table>
Fui<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>en la Editorial,
el auténtico «chico para todo», con la excepción de las tareas tipográficas, de
las que estaba apañado por otras obligaciones. Si hubiera sentido vocación, es
seguro que a pesar de la falla de oportunidades para aprender, me hubiese
esforzado para conseguirlo. Pero nunca llegué a tomar un componedor ni a
imprimir un papel. Sin embargo, observaba con interés el proceso de la
fabricación del libro. Aún no habían hecho irrupción las linotipias que
acabarían con los maravillosos cajistas que despertaron mi asombro. Los
cajistas me interesaban en mayor medida que las máquinas de imprimir, minervas
y planas: aquellas «Marinoni» tan difundidas... Más tarde averigüe que la
habilidad insuperada de los cajistas era una de las claves de la baratura de
los libros españoles.<o:p></o:p><br />
Me sentía feliz en el trabajo—y en Valencia—; aprendía, en
vivo, la fabricación del libro y asistía a su lanzamiento y a su difusión.<br />
Se
desvaneció la pueril idea que yo me había forjado en el pueblo de que el libro
iba del autor al lector, como un mensaje directo y sin intermediarios.<br />
Vi que
era un producto de elaboración muy complicada y que se fabricaba para ganar
dinero. Venía a ser—pensaba yo—como las telas que había vendido. La elaboración
del libro la dirigía el editor, quien daba cuerpo al mensaje de los autores y
arriesgaba su dinero, al modo de los fabricantes de telas. Procuro seguir,
fielmente, el hilo de mis razonamientos de «chico para todo», sin escatimar la
referencia a puerilidades dialécticas. El valor comercial del libro, tan fácil
de descubrir, acaso me decepcionó. No lo recuerdo con exactitud. Pero ya
entonces mi carácter me inclinaba a comprender la inexorabilidad de ciertos
hechos sociales, más poderosos que la voluntad y la imaginación de un hombre
solo.<br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj7PT0vdrfIrAUSlwocxInU7etd2gH2-qbR6QWXU3OPvxtlN6HSMlaKWt8SIZ3P1lU5rcLDlUijRl6LBc9stPyNBtjA36w1S6875Tha3qMSVYIbpD4a7-M3TN0Rbp2mn9xUDmW6zDfUCFQ/s1600/Sempere-+Francisco.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="215" data-original-width="215" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj7PT0vdrfIrAUSlwocxInU7etd2gH2-qbR6QWXU3OPvxtlN6HSMlaKWt8SIZ3P1lU5rcLDlUijRl6LBc9stPyNBtjA36w1S6875Tha3qMSVYIbpD4a7-M3TN0Rbp2mn9xUDmW6zDfUCFQ/s320/Sempere-+Francisco.jpg" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Francisco Sempere Masía</td></tr>
</tbody></table>
El gerente de la Editorial era don Francisco Sempere,
personaje bonachón y laborioso. Años después, averigüé que el orgullo máximo de
Sempere se concentraba en los retratos de los autores de la Casa, que adornaban
las paredes de su despacho. Todos tenían dedicatoria autógrafa. Los retratos
solían aparecer en la cubierta de los libros. En aquella galería figuraban
Máximo Gorki, Pedro Kropotkin, Elíseo Reclus, Sebastián Faure... Muchos de esos
autores han tramontado. Pero en el tiempo de que hablo, tenían vasta
popularidad en España, en el resto de Europa y en América, especialmente en
Argentina.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Don Francisco Sempere, desde su escritorio, veía los
talleres de imprenta y encuadernación. Venía a ser el consabido puente de mando
de buque. El gerente asistía al proceso entero de la fabricación del libro.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
La voz de mando podía ser la de Blasco Ibáñez al decirme:<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
—¡Eh, monigote, lleva esto a la imprenta!<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Yo corría con el original a la imprenta. Así empezaba la
tarea. A veces me tocaba llevar al recién nacido, ya fajado y arreglado—el
primer ejemplar—, al señor Sempere o a don Vicente. De aquellos días de la
Editorial Sempere provino la impaciencia, acaso febril, que me acució desde que
entregaba un original mecanografiado a la sección de Fabricación de mi casa,
hasta que veía el libro dispuesto para los escaparates y llevar el mensaje del
autor a los lectores. (Hablo en pretérito. Hoy, cuando imprimo centenares de
títulos cada año, tengo en preparación muchas docenas de originales y otras
tantas en curso de gestión, se ha descaecido la febril ansiedad de otrora.) La
profesión de editor tiene, naturalmente, muchos sinsabores, mas reporta, en
compensación, grandes satisfacciones íntimas y plurales.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
La Editorial Sempere tenía vasto mercado en España y en
Hispanoamérica. El tipo de libro popular y barato, que solía salir de sus
talleres, alcanzaba gran difusión. Entre mis obligaciones, figuró la de ayudar
al envío, en grandes cajas, de los libros exportados. Imaginaba su llegada a
América, su presencia en los escaparates de las librerías, cómo serían las
gentes que los compraban... ¿Y por qué razones adquirían los americanos
aquellos libros editados en España? Seguía el hilo de mis reflexiones, y ya no
distinguía entre los lectores de América y los de España, sino que a todos los
reunía o englobaba en otra interrogación: ¿Cómo y por qué se vendían los
libros? ¿Cuáles serían los motivos de que ciertas obras tuvieran que
reimprimirse con frecuencia, y otras no alcanzaran compradores?<o:p></o:p><br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg5uggEM5vuB6hyphenhyphenFYcyuhmrX7G7Ko7Yba34Bpl05gSolkNCAQI0NCt4nkVn4owIFo8yLbAPrATGAOaY8SewOPVYr4POpH11V8VFjwE7_MLxhrW-dQhWS3x83XqaTa4e2b41C9HSeexYdQM/s1600/1909+Sempere-+Blasco+Ima%25C3%25B1ez.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="617" data-original-width="729" height="540" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg5uggEM5vuB6hyphenhyphenFYcyuhmrX7G7Ko7Yba34Bpl05gSolkNCAQI0NCt4nkVn4owIFo8yLbAPrATGAOaY8SewOPVYr4POpH11V8VFjwE7_MLxhrW-dQhWS3x83XqaTa4e2b41C9HSeexYdQM/s640/1909+Sempere-+Blasco+Ima%25C3%25B1ez.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Publicidad de la <i>Editorial F. Sempere</i>, año 1909</td></tr>
</tbody></table>
Mi aprendizaje de vendedor de tejidos me hizo saber que las
aldeanas nos compraban telas adamascadas para colchones o manteles y, buscaba
yo, instintivamente, el método de aplicar al libro lo que había entrevisto en
aquel comercio. Pero no acertaba a distinguir entre la necesidad, el placer, la
curiosidad, la fama, la propaganda... El problema se encarecía con sus
numerosas dificultades, inasequibles para un muchachito. Me di por vencido,
considerándolo superior a mis pocos años. Humildemente declaro que ya rebasados
los setenta, no he acabado de resolverlo de modo cumplido y satisfactorio.</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Los envíos de libros a América—en ocasiones fui sobre los
carros hasta el Grao y vi los grandes cajones izados desde el muelle para
almacenarse en las bodegas del buque—suscitaban en mi ánimo una indefinible sensación
de curiosidad por las tierras lejanas, a las que un español podía acudir sin
necesidad de utilizar otro idioma.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhgjyy1PZjCcwQ4b2QpA83u9mhkv5mC16r93KIbgAcMMJrrMCG9_l_Z566Culj9W0IZd3F_Xt449Jx1zRJfTQksMZASR7jSAYYKaFERiYRG3fDpqc6-rfh4nZcr17iHKuBwQ1m4pHnjUSQ/s1600/puerto+valencia.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="568" data-original-width="969" height="374" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhgjyy1PZjCcwQ4b2QpA83u9mhkv5mC16r93KIbgAcMMJrrMCG9_l_Z566Culj9W0IZd3F_Xt449Jx1zRJfTQksMZASR7jSAYYKaFERiYRG3fDpqc6-rfh4nZcr17iHKuBwQ1m4pHnjUSQ/s640/puerto+valencia.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">El antiguo Puerto de Valencia.</td></tr>
</tbody></table>
La punzada se parecía a la nostalgia, lo que
hoy llega a parecerme absurdo: yo no había estado en América. Pero en lo
absurdo hay, o puede haber, ciertos mecanismos lógicos o casi lógicos. Existen,
del mismo modo, en lo onírico. No conocía yo América táctil, física,
materialmente; pero ya la «había leído». En mi futuro, las nociones de América
y de lo americano transmitidas por la palabra del maestro Aguilar y redondeadas
por los libros de historia leídos en la serranía valenciana, debían influir,
según puede verse en el repertorio de las obras que he editado, algunas de las
cuales fueron escritas por mi inducción.<br />
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Mas el futuro estaba muy lejos. Si en esta hora de la
recapitulación y del examen introspectivo riguroso, cuando se cumplen los
cuarenta años de mi empresa editorial, me dejase llevar de la retórica y de los
convencionalismos, compondría una especie de cromo en el que me tocaría
aparecer soñando con la capitanía de una editorial mientras hacía paquetes de
libros; recados; rellenaba cajones; obedecía a Sempere y a Blasco; me
introducía en la imprenta... Podría aplicarme una frase sagaz del escritor y
político francés Louis Barthou, muerto trágicamente junto al rey de Yugoslavia,
Alejandro I, el año 1934 y en Marsella. El pirenaico Barthou escribió: «Se
sueña con un acta desde los bancos de la escuela.»<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Mi sueño era distinto al de ser capitán editorial. Quería
ser escritor, autor de libros. Me impresionaban los personajes de la galería
fotográfica, ornato del escritorio de don Francisco Sempere; sin embargo, me
parecían más lejanos que las costas de América. Tampoco conseguía descifrarlos
del todo a través de aquella jerga de los traductores de la Editorial. Había
páginas claras de Gorki. de Reclus y de Kropotkin —por ejemplo—, seguidas de
párrafos enrevesados o laberínticos que me dejaban perplejo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
La supuesta vocación de escritor provenía de aquel ejemplar
de bulto y ruido, de carne y hueso, que tenía delante en mis horas de trabajo,
en las de lectura y en la calle valenciana: Vicente Blasco Ibáñez. Soñaba ser
un escritor a la manera de Blasco, pero sin imitarle. Despertaba en mi cierto
asombro temeroso y quizá, allá en lo íntimo de la conciencia, alguna envidia
que no podía ser maligna o engendrar despecho. No hubiera querido ser, como
político ni como editor, a imagen de don Vicente, pero me sentía arrastrado
hacia su fórmula naturalista de literato.<o:p></o:p><br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjcTLLf_6d8Ofobzi37X6u6t_4wX9PS4u60TcZMOJSjg3f3WVXpqZSeMSf0XvFKHL3p5ozIKicB-InUZ8O7OcklCUXJjziOpkojiEYkzJHMMdrYdft8TILeztsnoWOwdGpCeD9kcliFl64/s1600/Blasco+iba%25C3%25B1ez+1946+Aguilar.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="815" data-original-width="763" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjcTLLf_6d8Ofobzi37X6u6t_4wX9PS4u60TcZMOJSjg3f3WVXpqZSeMSf0XvFKHL3p5ozIKicB-InUZ8O7OcklCUXJjziOpkojiEYkzJHMMdrYdft8TILeztsnoWOwdGpCeD9kcliFl64/s640/Blasco+iba%25C3%25B1ez+1946+Aguilar.jpg" width="598" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
<i>Obras completas</i> de V. Blasco Ibáñez. La primera edición publicada
por M. Aguilar en 1946<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<br /></div>
<span style="color: #134f5c; font-size: large;"><span style="font-family: inherit;"></span></span>Marga Predahttp://www.blogger.com/profile/07698563453867139965noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-2820100463319832693.post-74419889812363165792019-07-22T14:36:00.000-07:002020-07-22T12:14:12.595-07:00El Mesón del Sevillano<br />
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgQ19jwc8HKRK-1oX7ZilDsANWl2uEgZ4cdsQMjdXsfsZmNfTSYrqptPjLlzOMsMUucDYCdhKIy9d81PpAEtH5fzjc3CGp4PE1mleTzrkLV2IgYV5uTB4ux0_taSUUgkbJ-lEafnAJxGoI/s1600/Blasco+iba%25C3%25B1ez+1896-.JPG" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="1012" data-original-width="596" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgQ19jwc8HKRK-1oX7ZilDsANWl2uEgZ4cdsQMjdXsfsZmNfTSYrqptPjLlzOMsMUucDYCdhKIy9d81PpAEtH5fzjc3CGp4PE1mleTzrkLV2IgYV5uTB4ux0_taSUUgkbJ-lEafnAJxGoI/s400/Blasco+iba%25C3%25B1ez+1896-.JPG" width="235" /></a></div>
<span style="color: #134f5c; font-family: "verdana" , sans-serif;">En 1897, Vicente Blasco Ibáñez tenia 30 años y estaba desterrado en Madrid.</span><br />
<div class="MsoNormal">
<span style="color: #134f5c; font-family: "verdana" , sans-serif;">Un año antes, el 8 de marzo de 1896, había participado en
una manifestación en la Plaza de Toros de Valencia para protestar contra la
guerra de Cuba; al proclamarse el estado de sitio, Blasco tuvo que huir, por
tres meses, a Italia. Regresando en junio, se presentó ante los juzgados y fue puesto en
libertad provisional pero en septiembre, es detenido; el juez militar de
Valencia ordenaba <i>la prisión de Blasco Ibáñez por suponer que se ha ausentado
de esta capital sin el competente permiso</i>. Condenado a dos años de prisión
correccional, el novelista permaneció encarcelado por medio año en el Convento de San
Gregorio de Valencia - convertido en prisión - hasta el 31 de marzo del 1897,
cuando su pena fue conmutada con el destierro y él salió para Madrid. Allá, en
contacto con el mundo cultural y político de la capital, establece nuevas amistades,</span><span style="color: #134f5c; font-family: "verdana" , sans-serif;"> la más notable siendo la fraternal amistad con Rodrigo Soriano que finalmente, por motivos políticos,
se deterioró hasta límites insospechados.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: #134f5c; font-family: "verdana" , sans-serif;">Tanto durante su estancia en Italia como en su permanencia
en Madrid, Blasco aprovechó para convertir en literatura lo que
observaba; sus impresiones quedaron reflejadas en las crónicas que se
publicaron en <i>El Pueblo</i>, el periódico republicano que había fundado en
Valencia, en 1894. Así, el novelista se iniciaba como autor de literatura de viajes, un
género que seguiría siempre presente en su obra posterior.<o:p></o:p></span></div>
<span style="color: #134f5c; font-family: "verdana" , sans-serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal">
<span style="color: #134f5c;"><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">A continuación se reproduce un artículo publicado en 1897, después
de un viaje a Toledo con sus buenos amigos, Mariano de Cavia y Rodrigo Soriano.</span><o:p></o:p></span></div>
<span style="color: #134f5c;"><br /></span>
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: center;">
<span style="color: #660000; font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: x-large;">EL MESON DEL SEVILLANO</span></div>
<br />
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj_F8hFWvnT0GD27B0ty7e6yBge6QUVhuXXwhqb32lx9lwDELUz7lP_48muMpehC-fq-H9YuDfj2M-M3BQnzg_K7QjwJwwIrJ61xIktCMvA5VaMWs6-20vSxFauCKsfoy8IXZUIbead0E0/s1600/posada+de+la+sangre%252C+cervantes%252C+Blasco+iba%25C3%25B1ez+-.JPG" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="490" data-original-width="360" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj_F8hFWvnT0GD27B0ty7e6yBge6QUVhuXXwhqb32lx9lwDELUz7lP_48muMpehC-fq-H9YuDfj2M-M3BQnzg_K7QjwJwwIrJ61xIktCMvA5VaMWs6-20vSxFauCKsfoy8IXZUIbead0E0/s400/posada+de+la+sangre%252C+cervantes%252C+Blasco+iba%25C3%25B1ez+-.JPG" width="293" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Posada de la sangre, Toledo</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<br />
Bajando una estrecha escalinata que arranca de la plaza de
Zocodover y desciende por un arco que por lo profundo parece túnel, se llega a
la Posada de la Sangre, una casucha agrietada, fea, sucia y mal oliente, como
todos los establecimientos de su clase.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Arrieros y pastores forman corrillo en su puerta; en el
patio corretean las gallinas, picoteando entre los guijarros del pavimento; de
los postes de madera blanqueada, columnata que sostiene la galería del piso
superior, penden los arneses de las recuas, y en el fondo se ve una monumental
y antiquísima caja con remiendos de madera nueva; el famoso arcón de la cebada,
que es como mostrador u oficina de toda posada española, pues sobre su
mugrienta tapa se verifican pagos y cobros y el posadero inscribe en viejo
libro todas sus cuentas.<o:p></o:p><br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Los cuartos, rotulados con estrambóticos números, son pocos
y malos; las paredes de cal están ahumadas por el tufo de los grandes velones
de bronce, única iluminación de la posada; las maritornes, arremangadas,
rollizas y sucias, van de la cuadra a la cocina, y lo mismo aquietan al asno
revoltoso que se rebela ante el pesebre vacío, como cuidan la chirriante
sartén, en la que danzan con el oleaje del aceite frito las tiernas y jugosas
magras.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjcuyY4ctK9lMVH537vVrQF4oXmB2321d6JvNHvdK4CJPfssrVye096UzoGAX5Az7rbN9gdbXHA59yzNPsSjWD59MqUlm20MtvQoNrv4JIB7D2MymiXmp-yUJKh44TQ4p5QaM4OForwny0/s1600/Meson+sevillano+posada+de+la+sangre+Blasco+iba%25C3%25B1ez+1897-.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="493" data-original-width="711" height="442" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjcuyY4ctK9lMVH537vVrQF4oXmB2321d6JvNHvdK4CJPfssrVye096UzoGAX5Az7rbN9gdbXHA59yzNPsSjWD59MqUlm20MtvQoNrv4JIB7D2MymiXmp-yUJKh44TQ4p5QaM4OForwny0/s640/Meson+sevillano+posada+de+la+sangre+Blasco+iba%25C3%25B1ez+1897-.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i>Mesón del Sevillano</i>. Posada de la sangre.</td></tr>
</tbody></table>
Es una decoración del <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Don Quijote</i>; y parece que ante la puerta va a surgir la escueta figura del héroe manchego con la vacía encasquetada y la lanza en ristre llamando al alcaide de tan estrafalario castillo, y pidiéndole hospitalidad en nombre de los derechos y pragmáticas que son debidos a la caballería andante.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiMIXiu85rwgnKT0u8oUQYnUQL5M6JCaeyeF_nf2UZlUMqCGBt2XGWLS7AKvI4nv_YK5JxFgHj_iN1IZF5ci8Gwg51kkJJfXylPilX83UyWhtMuHkQo2DwXRipWvrQYwdsQwIJOfSjdrHU/s1600/Don+Quijote+y+Sancho%252C+blasco+ib%25C3%25A1%25C3%25B1ez+Dor%25C3%25A9+de+Don+Quijote.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="890" data-original-width="710" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiMIXiu85rwgnKT0u8oUQYnUQL5M6JCaeyeF_nf2UZlUMqCGBt2XGWLS7AKvI4nv_YK5JxFgHj_iN1IZF5ci8Gwg51kkJJfXylPilX83UyWhtMuHkQo2DwXRipWvrQYwdsQwIJOfSjdrHU/s400/Don+Quijote+y+Sancho%252C+blasco+ib%25C3%25A1%25C3%25B1ez+Dor%25C3%25A9+de+Don+Quijote.jpg" width="318" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i>Don Quijote</i>. Ilustración de Gustave Doré </td></tr>
</tbody></table>
<br />
Nada presenta de extraordinario la posada de la Sangre: es
uno de tantos mesones como existen en Toledo, y sin embargo no visita la ciudad
un solo hombre culto que deje de pasar por tal establecimiento. Y es que los
grandes hombres de fama imperecedera comunican palpitante interés a todos los
lugares donde vivieron.<o:p></o:p><br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Hace poco más de tres siglos se alojaba en esta posada
largas temporadas un hidalgo de tez avellanada, perilla cana y duro entrecejo,
cuyos ojos luminosos y fijos sabían hacer bajar la mirada al más audaz. Iba
pobremente vestido, y sin embargo tenía aires de príncipe; hablaba con los
arrieros y demás gente popular, alegrándolos con la gracia de su conversación
chispeante, y cuando se presentaba ocasión hablaba en francés, en italiano, en
árabe argelino, como hombre de accidentada vida que ha pasado los más de sus
años en largos viajes.<br />
<br />
Era un antiguo soldado; un náufrago de aquellas
terribles luchas que entonces se desarrollaban en todas partes, pues el planeta
entero era campo de batalla para el guerrero español; su mano estaba deforme,
mutilada en un combate, pero con tal seguridad se apoyaba en la empuñadura de
la rabitiesa tizona, que todos adivinaban una temible prontitud en el
desenvainar y un firme propósito de no volver el acero a la vaina sin
consecuencias.<br />
<br />
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgyxKGGfhEdxRJXbsyI-lx8vg0NjTXd1AYTeL6ZEVCEr-JKazd5ypyUGKxsHgzkbQRP0KNG540ipf6BKoMl61FwLoI1CH76tZbSX2hBFjKYehqlxLZX82rTrCS1piaeSRDEGirubAxbZ24/s1600/Cervantes++1769-blasco+iba%25C3%25B1ez.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="489" data-original-width="306" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgyxKGGfhEdxRJXbsyI-lx8vg0NjTXd1AYTeL6ZEVCEr-JKazd5ypyUGKxsHgzkbQRP0KNG540ipf6BKoMl61FwLoI1CH76tZbSX2hBFjKYehqlxLZX82rTrCS1piaeSRDEGirubAxbZ24/s400/Cervantes++1769-blasco+iba%25C3%25B1ez.jpg" width="250" /></a></div>
Y este hombre interesante sólo era un empleado del fisco, un
pobre alcabalero que recorría la tierra toledana haciendo efectivas sus
cédulas; pero en las largas temporadas que pasaba en la posada, las maritornes
tenían que echar gran cantidad de aceite en el velón de cuatro mecheros, y por
las mañanas, al revolver el camastro para mayor comodidad de las pulgas, veían
sobre la mesa pliegos cubiertos de desiguales renglones o un grueso cuaderno
cada vez más lleno de apretada escritura, en cuya cabecera, a guisa de título,
leíanse estas palabras: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La ilustre
fregona</i>.<o:p></o:p><br />
Aquel pobre alcabalero con aspecto de gran señor era D. Miguel de Cervantes Saavedra, y en esta posada de la Sangre que entonces se titulaba <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El mesón del Sevillano</i> (nombre con el que figura en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La ilustre fregona</i>), escribió el sublime ingenio la indicada novela.<br />
<br /></div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhl96zMmzrwNXcFpjBqRUxuEsYyd8iyvB-DnL8e_bsebo_KeQuE6F-uUZE5tusbTI0iD5DKzwkMk8qUR3zS6UOfnC-EfOAVkf1fozf0XjNZeSdCumsK_mKtgagc82sRsmloPWkLmFjGF3s/s1600/La+ilustre+fregona%252C+Cervantes+Blasco+iba%25C3%25B1ez.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1088" data-original-width="607" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhl96zMmzrwNXcFpjBqRUxuEsYyd8iyvB-DnL8e_bsebo_KeQuE6F-uUZE5tusbTI0iD5DKzwkMk8qUR3zS6UOfnC-EfOAVkf1fozf0XjNZeSdCumsK_mKtgagc82sRsmloPWkLmFjGF3s/s400/La+ilustre+fregona%252C+Cervantes+Blasco+iba%25C3%25B1ez.jpg" width="221" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
Ilustración de Paret (1810) para <i>La ilustre fregona</i>.<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<div style="text-align: right;">
</div>
<div class="MsoNormal">
Tres siglos antes de que viniesen al mundo Flaubert, los
Goncourt, Zola y demás con su novela naturalista, ya iba por el mundo nuestro
Don Miguel observándolo todo; sorprendiendo la verdad como nadie ha sabido
hacerlo; copiando el natural con esa sencillez artística, difícil facilidad que
sólo se encuentra en los grandes maestros.</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br />
Debió interesarle la historia de alguna mocetona guapa que
servía en el mesón del Sevillano, y las noches toledanas, monótonas y pesadas,
las entretuvo escribiendo su <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Ilustre
fregona</i>, en la que apenas si desfiguró los personajes ni cambió nada al
describir el lugar de acción cuando ésta transcurre en Toledo. La hermosa
criada debió morirse sin sospechar siquiera que su nombre y su historia andaba
en papeles, gracias a aquel simpático señor del cuarto número 7, el cual, a
pesar de su austera gravedad de hidalgo castellano, más de una vez debió
interrumpir su trabajo para saludarla con indiscretos pellizcos, pues sabido es
que el D. Miguel tenía los pies del diablo, lo mismo para correr tras el
vencido enemigo, como para perseguir a toda buena moza con que topaba.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Igual está la posada de la Sangre que cuando era mesón del
Sevillano. Como nada tuvo jamás de artístico, nada notable se conserva en ella;
pero la decoración, el carácter, el sabor de época no han variado.<o:p></o:p><br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjpTz_kPEcZddXCK0Wmf1vicSReBSu5PX-mjkbMANc8G75zGkPI6qDjEbJLTgp7c8aryjjUj8yEycDbJhCkNUzloc9IllF0H0wEkRNN1_qnawgt9R6Anj0eylX_HRg1MiZi-gzA4syHQXA/s1600/Meson+sevillano+posada+de+la+sangre+Blasco+iba%25C3%25B1ez+1897-pu.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="529" data-original-width="736" height="460" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjpTz_kPEcZddXCK0Wmf1vicSReBSu5PX-mjkbMANc8G75zGkPI6qDjEbJLTgp7c8aryjjUj8yEycDbJhCkNUzloc9IllF0H0wEkRNN1_qnawgt9R6Anj0eylX_HRg1MiZi-gzA4syHQXA/s640/Meson+sevillano+posada+de+la+sangre+Blasco+iba%25C3%25B1ez+1897-pu.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i>Meson del Sevillano</i>. Posada de la sangre. Toledo</td></tr>
</tbody></table>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Hace un mes gocé en esta posada los banquetes más alegres de
mi vida. La mesa estaba en el patio, alfombrado con el excremento de las recuas;
la vecina cuadra exhalaba un hálito de podredumbre; pasaban los arrieros
punzándonos el olfato con sus pantalones de cuero, impregnados de un vaho
irresistible de vida; las moscas de asno, pegajosas y temibles, rozaban con sus
patas la comida; y sin embargo la bohemia cuadrilla, Cavia, Rodrigo, yo y unos
cuantos artistas y aficionados toledanos que nos escoltaban, abandonábamos la
elegante mesa del suntuoso hotel Castilla para ir a comer en aquella venta
quijotesca nuestro cocido castellano a las doce en punto y la tortilla de
torreznos con otros platos menos clásicos al toque de ánimas; todo regado abundantemente
con el blanquillo de Yepes que, enturbiándonos la imaginación, nos obligaba a
saltar hacia atrás tres siglos, y nublándonos los ojos, hacía que nos viéramos
con greguescos, valona y chambergo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
— ¡A la eterna gloria de D. Miguel!<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Y bebíamos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
—¡Que baje D. Miguel! <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Y la gente de la posada nos miraba como una tropa de locos,
a los que había que aguantar porque no regateaban; y tal era su sencillez, que
miraban arriba como nosotros, creyendo que el don Miguel era alguno de la banda
que se había ocultado en los cuartos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Yo juro solemnemente: tal era el extraño espejismo que
sufría en la posada de la Sangre, que no habría dado un grito de sorpresa si,
abriéndose la puerta del número 7, hubiese visto descender por la escalera de
madera a un señor pequeño y nervioso, de afilados bigotes, envuelto en su capilla,
y que nos tendiera la manca mano, y al ocupar el sitio que le reservábamos en
la mesa (cubierto vacante como el del Comendador), hubiese dicho con gravedad
castellana:<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
—Dios guarde a vuestras mercedes; vengo a hacer colación con
personas que tan bien me quieren.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Hace un mes que comimos allí, teniendo como compañero
invisible al gran don Miguel, y sin embargo parece que han pasado años.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: center;">
<span style="font-size: medium;">*</span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-size: medium;">* *</span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
Un suceso triste se ha interpuesto. Como nos interesaba todo
lo de la posada de la Sangre, a los pocos días de regresar a Madrid, un amigo
de Toledo nos remitió este telegrama:<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
«El dueño de la posada de la Sangre se ha suicidado.»<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Ni su nombre sabíamos. Era un hombre insignificante, triste
y enfermucho. Si hubiera sido el propietario de todo el barrio de Salamanca o
de la puerta del Sol, habríamos llamado imbécil al que gastaba una peseta por
darnos la noticia; pero ser dueño de una posada en la que vivió y escribió
Cervantes, es algo más simpático e interesante que ser senador vitalicio o
primer accionista del Banco.<o:p></o:p><br />
Ayer llegué hasta la puerta de la posada de la Sangre. Iba a recordar lo de un mes antes, como los viejos recuerdan lo de su juventud: quería comer solo en el sucio patio, mirando el cuarto famoso; pero el edificio me pareció menos risueño; le daba sombra el recuerdo de la desgracia o mi soledad, pues me faltaban los alegres camaradas.<br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgc_Y8-ONN1RgQWaXzvQnBE-i4MguTL9A4xzUeQG6LN4j3Ql3Oei1a9vwHYwifE3jD5n2oDXAizKb70RvgRh5rhv1AbOs2XKXHLIkMuIzUYS_oC9qR8Y2bPLIKK1udBUtCv1_6dOF15Yss/s1600/Meson+sevillano+posada+de+la+sangre+Blasco+iba%25C3%25B1ez+.JPG" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="525" data-original-width="825" height="253" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgc_Y8-ONN1RgQWaXzvQnBE-i4MguTL9A4xzUeQG6LN4j3Ql3Oei1a9vwHYwifE3jD5n2oDXAizKb70RvgRh5rhv1AbOs2XKXHLIkMuIzUYS_oC9qR8Y2bPLIKK1udBUtCv1_6dOF15Yss/s400/Meson+sevillano+posada+de+la+sangre+Blasco+iba%25C3%25B1ez+.JPG" width="400" /></a></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
Vi en el fondo del patio, sobre el viejo arcón, a la posadera
vestida de luto; los niños con trajes negros correteaban persiguiendo a las
gallinas; ni siquiera se oían las risas de los arrieros y las coplas de las
criadas.<br />
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
No; atrás. Si la imagen de D. Miguel viene a sentarse a mi
mesa, indudablemente rondará en torno de ella el triste posadero con la cabeza
perforada por agujero sangriento, pues cuando la imaginación se abre, ábrese
para todos los recuerdos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
«Nunca segundas partes fueron buenas.» <o:p></o:p><br />
Y me alejé pensando en la inmensa fuerza de voluntad que proporciona un cerebro poderoso y bien equilibrado: en aquellos dos hombres tan diferentes por su importancia como por su vida.<br />
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
¿Por qué se suicidó el pobre diablo?... ¡Quién sabe! Disgustos de familia, penalidades físicas, cuestiones de dinero; tal vez por cansancio de la vida.</div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<br />
Y pensaba en mi D. Miguel, soldado heroico jamás
recompensado; batiéndose como una fiera para que otros se llevasen la gloria;
esclavo y tratado a latigazos como una bestia; en continuo contacto con los
grandes y siempre sin blanca; obligado a mendigar con serviles dedicatorias, él
tan altivo, tan pundonoroso, que por la más leve ofensa echaba mano a la
espada; sufriendo hambre cuando escribía el primer libro del mundo; batallando
con la desgracia y la miseria, sin desmayar jamás ni perder la alegría;
cobrando cédulas de alcabalero cuando tenía plena conciencia de su genio;
cargando resignado con la albarda de asno de la vulgaridad, sabiendo como sabía
que era soberbio león del arte.</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Nadie tuvo mayor derecho que él para quitarse la vida, para
salir cuanto antes de un mundo en que sólo ingratitudes y humillaciones
encontró; y sin embargo permaneció firme en su puesto, como soldado
disciplinado, como aquel Valentín hermano de Margarita que, fiel a la consigna,
no se presenta a Dios hasta que éste le llama.<o:p></o:p></div>
<br />Marga Predahttp://www.blogger.com/profile/07698563453867139965noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-2820100463319832693.post-31113639215136372102019-07-14T07:20:00.000-07:002019-07-14T10:00:50.515-07:00con León Roca<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi5aHD7qdbeZIyQgQkk7SYdabsAolM2iNrBbvQow1CSZp7nLN88b__gji9x9hh3_baiQ6ykzRLV8l1cKVtH3_PnOngPeIDxiIwZJtjHkqLs7-e2VQPjn6_uYo4-GC0P6zKtOwXf_8lvOLw/s1600/Roca-+director+CM-.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="378" data-original-width="264" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi5aHD7qdbeZIyQgQkk7SYdabsAolM2iNrBbvQow1CSZp7nLN88b__gji9x9hh3_baiQ6ykzRLV8l1cKVtH3_PnOngPeIDxiIwZJtjHkqLs7-e2VQPjn6_uYo4-GC0P6zKtOwXf_8lvOLw/s320/Roca-+director+CM-.jpg" width="223" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: #134f5c; font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: #134f5c; font-family: inherit;"> </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: #134f5c; font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: #134f5c; font-family: inherit;"> Probablemente, todos los que deseamos conocer mejor a Vicente Blasco Ibáñez, los que buscamos datos concretos e información confiable en las publicaciones –
libros o artículos de la hemeroteca – encontramos muchas veces referencias relacionadas con la actividad de José Luis León Roca (Valencia, 1916
– 2007), el conocido personaje valenciano que, de manera autodidacta, dedicó gran parte de su vida a la investigación sobre la figura del novelista. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: #134f5c; font-family: inherit;">Fruto de su pasión son los estudios publicados a finales del siglo pasado – entre los que destaca la conocida biografía del escritor –, los numerosos eventos organizando en Valencia, exposiciones, congresos, productos editoriales y audiovisuales, los comentarios en la prensa local, etc. todo ello con el proposito de reivindicar la importancia de Blasco en la cultura universal y de <i>reconstruir </i>su figura en la ciudad natal. En aquella época, Leon Roca fue Director honorífico de la casa-Museo
Blasco Ibáñez, inaugurada en 1997.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: #134f5c; font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhY7iUC6rj4xRIbefd5DyWwDGhP4soYSArKZQTdOY1LfQo4rjEczKtMWFw8kQrzo6WAMmOiCKv_aL_mHvk_WRBZa2sO_0X-IOrAfgmU40wJ20vSCNc6ngZTifn4DZyk8qUQgZkWCvYHGEo/s1600/1998-05-27+++Roca-.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1160" data-original-width="1204" height="616" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhY7iUC6rj4xRIbefd5DyWwDGhP4soYSArKZQTdOY1LfQo4rjEczKtMWFw8kQrzo6WAMmOiCKv_aL_mHvk_WRBZa2sO_0X-IOrAfgmU40wJ20vSCNc6ngZTifn4DZyk8qUQgZkWCvYHGEo/s640/1998-05-27+++Roca-.jpg" width="640" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjZp6P3zu-DSOwwZ8mEhuKr8Y1H96DUlQDFLf2Pav0VIW0F40cCoDeIv5kNVsHGQR6_OwgKGlJ0csUJ61YvQz21GBVJUjWK_WzKY-qngSggW-Kc8rRe8ejsve1sDLrGElNqbelR46pacA4/s1600/1998-05-27++Las+Provincias+Roca-.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1060" data-original-width="1600" height="424" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjZp6P3zu-DSOwwZ8mEhuKr8Y1H96DUlQDFLf2Pav0VIW0F40cCoDeIv5kNVsHGQR6_OwgKGlJ0csUJ61YvQz21GBVJUjWK_WzKY-qngSggW-Kc8rRe8ejsve1sDLrGElNqbelR46pacA4/s640/1998-05-27++Las+Provincias+Roca-.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">León Roca con M. Beneyto y F. Carsí en la Exposición de la Casa-Museo Blasco Ibáñez, mayo 1998<br />
(Foto: V. Martinez, <i>Las Provincias</i>)</td></tr>
</tbody></table>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
A continuación se reproduce el artículo titulado <i><span style="color: #990000;">Valencia aún está en deuda con Blasco</span></i>,
publicado el 6 de mayo del 2001, en el <i>Diario
de Valencia</i>; es una entrevista realizada por María Consuelo Reyna (MCR) a
José Luis León Roca (JLLR)</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Lógicamente, León Roca expresa su opinión personal que, en
ciertos aspectos, denota su propia orientación política y la influencia del
medio donde vivía. Además, al parecer, no tuvo acceso a toda la documentación
que hoy conocemos. </div>
<div class="MsoNormal">
Aunque así, es interesante conocer su punto de vista.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-spacerun: yes;"><br /></span></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiySHV7xMPb8ihOzXMSJUBPnO9Jk5P7e6ZFA6eMKlvvi4SKW8wbcSMsQ9lbRZn9rOXJ3-IOMxor5idD6Wya0J5YLMfrspNwipDKTX9TyTMy66N2X_Qx_hMYbRfERemyTL5oSczV-Vd1caw/s1600/Roca+2001+-1f.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1182" data-original-width="1600" height="472" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiySHV7xMPb8ihOzXMSJUBPnO9Jk5P7e6ZFA6eMKlvvi4SKW8wbcSMsQ9lbRZn9rOXJ3-IOMxor5idD6Wya0J5YLMfrspNwipDKTX9TyTMy66N2X_Qx_hMYbRfERemyTL5oSczV-Vd1caw/s640/Roca+2001+-1f.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
Valencia 2001. J.L. León Roca y María Consuelo Reyna, durante
la entrevista </div>
<div class="MsoNormal">
(Foto: Marcelo Ullúa, <i>Diario
de Valencia</i>)<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-spacerun: yes;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-spacerun: yes;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span style="font-family: "calibri" , sans-serif; line-height: 115%;"><span style="color: #990000; font-size: x-large;"><i>Valencia
aún está en deuda con Blasco</i></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-spacerun: yes;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-spacerun: yes;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<b>María Consuelo Reyna</b>: <b>¿Cómo, cuándo y por qué decide ser el gran estudioso de
Blasco Ibáñez?</b></div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<b>José Luis León Roca</b>: Cuando, el 29 de octubre de 1933, trasladaron los restos de
Blasco a Valencia, me acerqué al puerto a esperarlo. Creí que el recibimiento
sería normal, discreto, pero me encontré con que media Valencia estaba en la
calle. Se bajó el féretro del barco, se puso en marcha el cortejo siendo
llevado el ataúd, el primer tramo, por los pescadores valencianos y después,
cada 25 metros, había relevos. La multitud se puso en marcha y fue algo
extraordinario. Jamás había visto yo tantísima gente con tanto silencio y tanta
emoción. A medida que avanzaba el duelo, la gente iba afluyendo y yo estaba
totalmente asombrado por el gentío que afluía y se sumaba. Entonces fue cuando
empecé a preguntarme quién era este hombre para suscitar tales muestras de
respeto y afecto. Era un literato, desde luego, pero era algo más porque la
devoción del pueblo no se manifiesta porque un señor haya escrito una buena
novela. Ni veinte. La inquietud mía era descubrir el porqué de la devoción por
Blasco. Y por ahí comencé el estudio.</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgtDmkN1BnKss8vMKgPPvpgfQHEH2bckJ6beEsL5YuDsyaUR2p-Vg8pH5csb-f8wgC85TQTV-smKnXAJFBuAapaKZUIlEDYzpsOmLtkrYAAhEuFS24HURPCdkq65oK-WqUkryDptTxQUXs/s1600/Roca+2001+-2f.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1013" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgtDmkN1BnKss8vMKgPPvpgfQHEH2bckJ6beEsL5YuDsyaUR2p-Vg8pH5csb-f8wgC85TQTV-smKnXAJFBuAapaKZUIlEDYzpsOmLtkrYAAhEuFS24HURPCdkq65oK-WqUkryDptTxQUXs/s400/Roca+2001+-2f.jpg" width="252" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
J.L. León Roca durante la entrevista </div>
<div class="MsoNormal">
(Foto: Marcelo Ullúa, <i>Diario
de Valencia</i>)<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal">
<b><br /></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b>M.C.R.: ¿Qué fue lo
primero que le llamó la atención?<o:p></o:p></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b>J.L.L.R</b>.: Vi que,
antes que novelista, antes que nada, era un excelente periodista, un magnífico
observador.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<b>M.C.R.: ¿Y descubrió
el porqué de la devoción del pueblo por Blasco? ¿Por novelista? ¿Por periodista?
¿Por político?<o:p></o:p></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b>J.L.L.R.</b>: Por
hombre. La gente quería más que nada al Blasco hombre, a una personalidad
extraordinaria.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<b>M.C.R.: También hubo
mucho odio hacia él.<o:p></o:p></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b>J.L.L.R</b>.: Pero
jamás por parte del pueblo. Políticos e intelectuales, sí. Tuvieron hacia él
todo el odio que usted quiera, pero el pueblo lo adoraba y lo que más lamentó
fue la ausencia de Blasco de Valencia. Se sentían solos, abandonados.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<b>M.C.R.: ¿Cuál fue la
razón real de su marcha de Valencia?<o:p></o:p></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b>J.L.L.R.</b>: Por
culpa de la política, con la que termina en el año 1903 o 1904. Estaba cansado
de que le metiesen en la cárcel una y otra vez sin ninguna razón, tan sólo por
rivalidad política.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<b>M.C.R.: ¿Tanto miedo
tenían sus adversarios a la influencia política de Blasco que no paraban de
meterlo en la cárcel?<o:p></o:p></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b>J.L.L.R</b>.: Yo creo
que no era miedo sino odio. Blasco jamás se dejó engañar, ni abatir. Proclamó
lo que él quería con toda la fuerza y energía y lo hizo desde muy joven, cuando
era aún director de <i>La Bandera Federal</i>.
Y no se lo perdonaron.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<b>M.C.R.: ¿Cuál era el
mayor enemigo de Blasco?<o:p></o:p></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b>J.L.L.R</b>.: La
Iglesia.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<b>M.C.R.: Ir contra el
poder de la Iglesia...</b></div>
<div class="MsoNormal">
<b><br /></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b><br /></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b>J.L.L.R</b>.: No.
Blasco Luchaba contra la manifestación de lujo asiático que hacía la Iglesia de
su tiempo. La Iglesia para él era humildad, quería que la gente fuese
comprensiva, bondadosa, buena y se encontró con una Iglesia que, por primera
vez, no recibía a los obreros. Y lo denunció muy duramente en un artículo en el
que decía que a él lo encontrarían siempre y a un obispo no lo encontrarían
jamás.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<b>M.C.R.: ¿Y era
cierto?<o:p></o:p></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b>J.L.L.R</b>.:
Totalmente. Atendía a todos los que iban a verle. Si podía les daba dinero y,
de no ser así, les facilitaba recomendaciones para encontrar trabajo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<b>M.C.R.: ¿Era ya un
hombre rico?<o:p></o:p></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b>J.L.L.R</b>.: No.
Sólo lo fue al final de su vida. Para darse cuenta cómo era Blasco, en lo que
al dinero se refiere, hay que recordar que vendió los derechos para traducir al
inglés <i>"Los cuatro jinetes del Apocalipsis"</i>
por 600 dólares, ¡y creía que había hecho un gran negocio! Pasó el tiempo, la
novela tuvo un éxito enorme en Estados Unidos y su editor, no sé si por
remordimiento de conciencia, le dio 20.000 dólares, sin que Blasco exigiera
nada, al alcanzar los 250.000 ejemplares vendidos. Al final, la novela llegó al
millón de ejemplares. Y, sinceramente, yo no veo en "<i>Los cuatro jinetes</i>" nada que pudiera atraer a los americanos.
Pienso que creyeron, por el título, que era una evocación de la Apocalipsis de
San Juan.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<b>M.C.R.: Está usted
hablando del éxito arrollador de Blasco ¿por qué jamás ha sido reconocido por
los críticos?<o:p></o:p></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b>J.L.L.R</b>.:
Envidia. Le tratan de grosero, de mal gusto, de que no sabía escribir...
Bien... Esto mismo se le dijo a Balzac que era grosero, que se enamoraba de la
primera que pasaba.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<b>M.C.R.: Igual que
Blasco...<o:p></o:p></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b>J.L.L.R</b>.: Sí,
pero en Francia se admite y aquí no. ¿Que Blasco tenía sus defectos? Yo soy el
primero que lo reconozco, pero también hay que reconocer lo mucho de bueno que
tiene, el gran novelista que fue.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<b>M.C.R.: Lo triste es
que sea precisamente en Valencia donde ciertos sectores ¿intelectuales? parece
que le tienen mayor inquina que en ninguna otra parte...<o:p></o:p></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b>J.L.L.R</b>.: Yo
estuve hablando con Bas Carbonell y con Oleza y dijeron "Blasco no llega
al canon".<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<b>M.C.R.: Me deja usted
asombrada.<o:p></o:p></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b>J.L.L.R</b>.: Así me
quedé yo también. ¿Cómo no va a llegar al canon un hombre reconocido en todo el
mundo? ¿Qué más quieren? ¿Qué escriba la Biblia? Pero, a estas alturas, ya he
dejado algunas cosas por imposibles.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<b>M.C.R.: Pero, ¿por
qué esa actitud?<o:p></o:p></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b>J.L.L.R</b>.: Pura
cuestión de envidia de gente que jamás podrá llegar a escribir como Blasco, ni
a alcanzar su gloria internacional. Bien claro lo dijo el otro día Fernando
Millán. Blasco también es rechazado por ciertos sectores de la crítica y la
literaria por algo que todos sabemos: porque decidió escribir en castellano y
entonces es un autor que no les interesa.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<b>M.C.R.: También
escribió en castellano Miguel Hernández...<o:p></o:p></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b>J.L.L.R</b>.: Pero
tenía otras connotaciones de izquierdas y Blasco, al fin y al cabo, muere muy
aburguesado. Yo he visto muchas cosas absurdas que se han escrito sobre Blasco.
Los mismos que consideran una gran novelista a Virginia Woolf y desprecian a
Blasco Ibáñez que, con una sola novela suya, con una sola página de su obra,
podría haber entrado en la Academia como quería Armando Palacio Valdés que era
un gran blasquista.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<b>M.C.R.: Nunca entró.<o:p></o:p></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b>J.L.L.R.:</b> No.
Blasco relevó a Palacio Valdés de su compromiso de proponerlo porque, tras lo
que había escrito contra Alfonso XIII era muy conflictivo. Y los acólitos de
Alfonso XII hasta intentaron montarle una encerrona.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; margin-left: 1em; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEinh4FaUF03f7TF-cU4_Q8bYbgv0W_zIUdwrX4aJUgoQAZupdgZHicicR0wZ_5QOwL2GRZwO2382FnZZqHP0UBeV659QvdCh2d2uxkR5Gkwd0U79NXf9y2oOoYMpnGHfrpb50YEw-IxPNs/s1600/1999-01-31+Roca++las+provincias.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1372" data-original-width="1600" height="342" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEinh4FaUF03f7TF-cU4_Q8bYbgv0W_zIUdwrX4aJUgoQAZupdgZHicicR0wZ_5QOwL2GRZwO2382FnZZqHP0UBeV659QvdCh2d2uxkR5Gkwd0U79NXf9y2oOoYMpnGHfrpb50YEw-IxPNs/s400/1999-01-31+Roca++las+provincias.jpg" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
León Roca en enero del 1999 (Foto: Manuel Llorent, <i>Las
Provincias</i>)<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal">
<b>M.C.R.: ¿Le queda
algo por estudiar de Blasco Ibáñez?<o:p></o:p></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b>J.L.L.R.:</b>
Estudiar... ¡Yo ya estoy cansado de estudiar!<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<b>M.C.R.: ¿Cuántos años
le ha dedicado? ¿Cincuenta?<o:p></o:p></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b>J.L.L.R</b>.: Más,
más: sesenta... Toda una vida.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<b>M.C.R.: ¿Le ha
compensado?<o:p></o:p></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b>J.L.L.R.:</b> No.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<b>M.C.R: ¿Y eso?<o:p></o:p></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b>J.L.L.R</b>: He sido,
¿cómo le diría yo?, absorbido por la personalidad de Blasco. Dejé de lado mis
pinitos como novelista para dedicarme a bucear en la vida de Blasco.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<b>M.C.R.: Antes me
hablaba usted de los defectos ¿cuál considera que es la obra cumbre de Blasco y
cuál no debería haber escrito jamás?<o:p></o:p></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b>J.L.L.R</b>: Blasco
Ibáñez cometió el error de querer cambiar de táctica en las novelas. Fue solo
durante un año. Lo hizo a raíz de la publicación de "La Voluntad" de
Azorín en la que Yuste va criticando todo. Blasco quiso hacer lo mismo con
"La Catedral".<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<b>M.C.R.: ¿Y cree que
lo estropeó?<o:p></o:p></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b><br /></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b><br /></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b>J.L.L.R</b>: No, no
lo estropeó porque Blasco tenía más personalidad que Azorín y trató de ser el
anarquista de "La Catedral", Gabriel Luna. Lo describe todo muy
bien, cuenta su vida en una época de bárbara represión, habla de todo lo que se
puede hablar con el profesor de música... "La Catedral", en realidad,
es la conciencia de Blasco por eso ha trascendido al público, aunque no a los
críticos, y ha hecho el milagro que sea la novela que más se ha vendido en
Prometeo.</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<b>M.C.R: ¿Pero qué
juicio le merece "La catedral" que no me lo ha dicho?<o:p></o:p></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b>J.L.L.R.</b>: Es la
más débil aunque inicia un periodo que a mí me gusta, más social, que continuará
con "El intruso".<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<b>M.C.R.: ¿Y la que
prefiere?<o:p></o:p></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b>J.L.L.R.</b>:
"Cañas y barro".<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<b>M.C.R.: ¿Qué novela
define mejor la personalidad de Blasco?<o:p></o:p></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b>J.L.L.R</b>.:
"La barraca". Hay que estudiarla con sentimiento y con profundidad.
Blasco es Batiste y toda la fuerza y energía que tiene Batiste es la misma que
él tiene. Un hombre capaz de aguantar todo, de resistir cualquier envite, un
hombre capaz de sacrificarse por el progreso frente al fanático y reaccionario
Pimentó que no le ataca nunca de cara, sino siempre por detrás. Blasco vivió lo
mismo que Batiste. Sufrió en política la guerra continua, le hicieron la vida
imposible, como a Batiste, para que se fuera de Valencia.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<b>M.C.R.: ¿Qué novela
le generó más problemas?<o:p></o:p></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b>J.L.L.R</b>.:
"Los cuatro jinetes del Apocalipsis". Los alemanes no le perdonaron
lo que decía del nazismo y le persiguieron durante mucho tiempo intentando, en
Argentina, hacerle la vida imposible en el terreno económico con toda suerte de
jugadas oscuras.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjHHUh_qaTmnHZWelGba7cRNAf6qKED5fkguA9q7aQdnvpTXozWOBndveC0UchyphenhyphencV7jLND3b7OA6NQWzx85nWWEg7Wh0kBLS2wZvxVPBRHApVujKQMZlMkOv-nt-FTtEgygmvazGf5SrDU/s1600/Blasco+iba%25C3%25B1ez%252C+le%25C3%25B3n+Roca+1997.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1079" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjHHUh_qaTmnHZWelGba7cRNAf6qKED5fkguA9q7aQdnvpTXozWOBndveC0UchyphenhyphencV7jLND3b7OA6NQWzx85nWWEg7Wh0kBLS2wZvxVPBRHApVujKQMZlMkOv-nt-FTtEgygmvazGf5SrDU/s640/Blasco+iba%25C3%25B1ez%252C+le%25C3%25B3n+Roca+1997.jpg" width="428" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">La biografía
de <i>V. Blasco Ibáñez</i> de J.L. León Roca<br />
publicada por el <i>Ayuntamiento </i>de
Valencia,1997</td></tr>
</tbody></table>
<div style="text-align: left;">
</div>
<div class="MsoNormal">
<b>M.C.R.: ¿Cómo
definiría usted a Blasco?<o:p></o:p></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b>J.L.L.R</b>.: Como
una bola de nieve que siempre crece y crece y crece. Por eso me captó y empecé
a estudiarlo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<b>M.C.R.: Para que la
gente se haga una idea, ¿a qué político se le podría comprar?<o:p></o:p></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b>J.L.L.R</b>.:
¿Actualmente? A nadie. Políticamente era muy superior a todos, conectaba con la
masa como nadie.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<b>M.C.R.: ¿Era cierto
eso de que "en Valencia no se movía una hoja sin su permiso"?<o:p></o:p></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b>J.L.L.R.</b>: Eso se
lo dijeron en el Consejo de Guerra.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<b>M.C.R.: ¿Y era
cierto?<o:p></o:p></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b>J.L.L.R.</b>:
Tampoco.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<b>M.C.R.: Pero era
capaz de montar un motín cuando se le ocurría...<o:p></o:p></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b>J.L.L.R.</b>: Eso sí.
Hubo en Valencia una concentración de peregrinos para ir a Roma y él se encargó
de que esos peregrinos tuviesen su ración de piedras y palos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<b>M.C.R.: Un poco
fuerte ¿no?<o:p></o:p></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b>J.L.L.R.</b>: Es que
él decía que todos aquellos peregrinos se estaban dedicando a ensuciar Valencia
y que era intolerable.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<b>M.C.R.: Blasco parece
que contribuyó mucho a dar impulso al crecimiento de Valencia.<o:p></o:p></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b>J.L.L.R.</b>: Así es.
Amaba a Valencia y quería levantarla. Fue el impulsor de infinidad de reformas
y proyectos. Gracias a él se limpió el barrio de pescadores, se hizo el mercado
de hierro y cristal, se hicieron puentes más amplios, se construyeron colegios
más soleados y su última propuesta fue "vamos a hacer la gran avenida que
vaya desde los Viveros hasta el Mar". Pero un buen día se le ocurrió reunir
a todas las fuerzas vivas de Valencia para hacerles partícipes de sus ideas y
darle impulso a Valencia. Pero se enfadó con ellos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<b>M.C.R.: ¿Qué pasó?</b></div>
<div class="MsoNormal">
<b><br /></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b>J.L.L.R.</b>:
Presentó un programa pero le dijeron "tenga en cuenta, amigo Blasco, que
esto sólo se puede hacer bajo un impulso, el de la Virgen de los
Desamparados". Y Blasco dobló la carpeta y se fue. Evidentemente, no
estaba de acuerdo.</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<b>M.C.R: Una de las
cosas, inexplicables es por qué Blasco, con todo su amor por Valencia, nunca
quiso volver.<o:p></o:p></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b>J.L.L.R.</b>: Esa es
la pregunta que yo me he hecho muchas veces. Está enquistado ya con la política
alta, Maura le odia hasta el punto de que lo hubiera matado. Y Blasco decide
marcharse de España. Hubo un intento cuando publicó "La voluntad de
vivir" que relataba los amores con doña Elena, se presenta a las elecciones,
sale diputado otra vez. Pero como en él todo se mezclaba, aquella misma noche,
recibe un telegrama de Alicante de la dama en cuestión y le pide que vaya a
verla. Y va. Se reconcilian y Blasco, tan caballeroso, destruye toda la edición
de la novela en la que relataba sus amores. Durante muchas noches quemaron
ejemplares frente al chale de la Malvarrosa. Aquel fue su último intento de volver
a Valencia.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<b>M.C.R.: ¿Cree que
Valencia está en deuda con Blasco?<o:p></o:p></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b>J.L.L.R.</b>: Yo
diría que sí.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<b>M.C.R.: ¿Cuál sería
el gran homenaje que se le podría hacer?<o:p></o:p></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b>J.L.L.R</b>.: Yo me
inclinaría por la intelectualidad. Me gustaría que doblasen y reconociesen su
valía y dejasen ya de decir cosas como que no da la talla, no da el canon o que
fue simplemente un escritor para las masas.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<b>M.C.R.: ¿Y qué tiene
de malo ser un escritor de masas?<o:p></o:p></b></div>
<div class="MsoNormal">
</div>
<div class="MsoNormal">
<b>J.L.L.R</b>.: Pues
nada. Todos escriben con el deseo de llegar a las masas, no para una minoría de
intelectuales. Lo que pasa es que casi nadie consigue la proyección internacional
que logró Blasco Ibáñez con sus novelas. Y eso no se perdona.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-spacerun: yes;"><br /></span></div>
<br />Marga Predahttp://www.blogger.com/profile/07698563453867139965noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2820100463319832693.post-87161164414283323392019-06-24T13:59:00.001-07:002019-06-24T14:53:34.585-07:00«Entre naranjos» en imagenes <br />
<div class="MsoNormal">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj9ViRalLWWikeEw8ieF24p2v8cb9M3B5hCDCh27LNG_JW2JxtuqRD5jyYSqRh38ApYgIwGPefPR41JyyKvzMnimBHue_bl74gZVVrxqPploj8GLl6izW3Ny-erBZxY2yhGHlNGOaJEx6E/s1600/1+1921+%252C+blasco+iba%25C3%25B1ez%252C+naranjos%252C+Dean+Cornwell.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1025" data-original-width="1265" height="518" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj9ViRalLWWikeEw8ieF24p2v8cb9M3B5hCDCh27LNG_JW2JxtuqRD5jyYSqRh38ApYgIwGPefPR41JyyKvzMnimBHue_bl74gZVVrxqPploj8GLl6izW3Ny-erBZxY2yhGHlNGOaJEx6E/s640/1+1921+%252C+blasco+iba%25C3%25B1ez%252C+naranjos%252C+Dean+Cornwell.jpg" width="640" /></a></div>
<br />
Es bien conocida la pasión de V. Blasco Ibáñez por la ilustración, por la imagen artística, en general.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Desde sus inicios como escritor, antes (y también luego) de fundar “La novela ilustrada” (Madrid, 1905) y mucho
antes de estrenar su primera película (París, 1916), Blasco buscaba inspiración para el titulo de sus novelas en imagenes del mundo gráfico. Así, ilustraciones de la época, dibujos o pinturas clásicas dieron el nombre a varios de sus libros: «La araña negra», «Flor de mayo», «La maya desnuda», «Los cuatro jinetes del Apocalipsis», etc.</div>
<div class="MsoNormal">
Además, desde muy joven, el escritor valenciano consagró gran parte de su tiempo y su inagotable creatividad a la actividad editorial; siendo el director artístico, elegía a los colaboradores, opinaba, aconsejaba, sugería y finalmente, seleccionaba el diseño para la portada de los libros a publicar.<br />
En los últimos años de vida, desde su residencia de Mentón (Francia), Blasco intentó llevar a cabo uno de sus proyectos, el de publicar en <i>Prometeo</i> - la editorial que había fundado en Valencia, en 1914 - una edición ilustrada de sus novelas; había elegido (como siempre) a artistas valencianos: José Benlliure para ilustrar <b>La Barraca</b> y el joven Josep Segrelles para <b>Flor de mayo</b>, <b>La Catedral</b>, <b>El Intruso</b> y <b>Los muertes mandan</b>. </div>
<div class="MsoNormal">
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjCyaBIjDHP3kMWbKbOEMVxaVHKQCSDlVJ8xNHX4qtyK-o65ucE4wys9cf-mC50-bC_mjpVk0zousmgttCM7G5MwyOCY7pqt5jIh755Cc5keHljy4BmgSe55TzSD3NC3dy1jnrSOQVeYYQ/s1600/Jos%25C3%25A9+Benlliure+Gil+y+D+Vicente+Blasco+Iba%25C3%25B1ez+valencia+1921.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="635" data-original-width="960" height="422" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjCyaBIjDHP3kMWbKbOEMVxaVHKQCSDlVJ8xNHX4qtyK-o65ucE4wys9cf-mC50-bC_mjpVk0zousmgttCM7G5MwyOCY7pqt5jIh755Cc5keHljy4BmgSe55TzSD3NC3dy1jnrSOQVeYYQ/s640/Jos%25C3%25A9+Benlliure+Gil+y+D+Vicente+Blasco+Iba%25C3%25B1ez+valencia+1921.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
Valencia, 1921. V, Blasco Ibáñez visitanbo a José Benlliure </div>
<div class="MsoNormal">
para ver las ilustraciones que éste hizo de «La Barraca».<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
Pero, según él mismo comentaba en 1924, en una carta dirigida a Segrelles, la prioridad de las publicaciones en la editorial valenciana no dependía de su deseo ni de su voluntad:<br />
<blockquote class="tr_bq">
<i>... ocurre que lo de mis obras ilustradas no marcha, e
ignoro porque. Yo soy el primero interesado en que aparezcan cuanto antes,
escribo con frecuencia a Llorca y a mis hijos, y me dicen que va a ser
enseguida; pero así vamos más de dos años. Crea usted que el asunto este me
tiene fastidiado.</i></blockquote>
<blockquote class="tr_bq">
<i>Con Pepe Benlliure, antiguo amigo mío, me encuentro en la
misma situación. Innumerables veces me ha preguntado cuando sale “La Barraca”
ilustrada por él y de “Prometeo” me contestan vaguedades o promesas que no se
cumplen</i>.</blockquote>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEitgNdIwuRxWGYZ7bEgn9UXjzY2ZFF9_JEUZnl6Tn5rZyVvt5Osxu5ypkChzW0bYoOccSmXLr3-G8PudQFnaGnsq2uDjVburCQbniGtFfjTMq61S6_jbKrHyWn1UpZcvfbkKBkSw5IZFqM/s1600/Blasco+iba%25C3%25B1ez+y+Segrelles+exposicion+1921.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="907" data-original-width="1334" height="434" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEitgNdIwuRxWGYZ7bEgn9UXjzY2ZFF9_JEUZnl6Tn5rZyVvt5Osxu5ypkChzW0bYoOccSmXLr3-G8PudQFnaGnsq2uDjVburCQbniGtFfjTMq61S6_jbKrHyWn1UpZcvfbkKBkSw5IZFqM/s640/Blasco+iba%25C3%25B1ez+y+Segrelles+exposicion+1921.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
Barcelona, 1921. V. Blasco Ibáñez visitando la exposición de J. Segrelles.<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<br />
Luego, pasaron varios años y finalmente, todo quedó en un simple proyecto, un sueño más que Blasco no pudo cumplir; el novelista murió en Francia, en 1928, sin lograr alcanzar aquella meta. Cabe suponer que, mediante el anhelado proyecto, el autor aspiraba a fusionar el arte gráfico valenciano con su obra literaria, sus destacadas novelas que habían alcanzado en los años veinte el éxito mundial.<br />
<br />
La inmensa popularidad y el prestigio internacional del escritor se había iniciado en los Estados Unidos, en 1919 <span style="font-family: "calibri" , "sans-serif"; font-size: 11.0pt; line-height: 115%;">– </span> a partir del éxito literario de <b>Los cuatro jinetes del Apocalipsis</b>, el primer <i>best seller</i> español <span style="font-family: "calibri" , "sans-serif"; font-size: 11.0pt; line-height: 115%;">– </span>, y fue aumentando rápidamente. Sus novelas se traducían en todo el mundo, y varias de ellas, adaptadas con gran éxito para la cinematografía estadounidense, junto con algunos guiones suyos, llegaban a un inmenso publico; daban a conocer al autor, a su región natal y a su país.<br />
<br />
Al mismo tiempo, la prensa literaria de Nueva York publicaba parte de sus novelas, ilustradas por los mejores artistas de la época. La versión inglesa de <b>Entre naranjos</b>, representada mediante la obra Dean Cornwell (1892-1960) <span style="font-family: "calibri" , sans-serif; font-size: 14.6667px;">–</span> importante figuras de la ilustración
estadounidense en la primera mitad del siglo <span style="font-family: "calibri" , sans-serif; font-size: 14.6667px;">–,</span> apareció en 1921. Las imagenes correspondían a pinturas al oleo del artista que hoy, por su alta cotización en el mundo del arte, se conservan en colecciones privadas o participan en importantes subastas internacionales.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhfZYObtCwhZF7_gRbHeymg9CY0qViy1kgvuaerO6ixgTRPbtQgJNEnIHnVGS1lNKkT5dFcjgdmt1zPABtlpHJwPlIJ8zanqt1uNC7thtpMd8Zlu-skTKJtrfhfwbfyddWNTgqKtBwFwgY/s1600/Dean+Cornwell%252C+blasco+iba%25C3%25B1ez+..jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1357" data-original-width="1053" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhfZYObtCwhZF7_gRbHeymg9CY0qViy1kgvuaerO6ixgTRPbtQgJNEnIHnVGS1lNKkT5dFcjgdmt1zPABtlpHJwPlIJ8zanqt1uNC7thtpMd8Zlu-skTKJtrfhfwbfyddWNTgqKtBwFwgY/s400/Dean+Cornwell%252C+blasco+iba%25C3%25B1ez+..jpg" width="310" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Dean Cornwell en su estudio. </td></tr>
</tbody></table>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjT8wWiVOtRoijSWseZAguyYKYZcI6SElrmyus-Br1dBca-yJvrjqf_Tk46_BYHg1z9f-ZBEWfAvFge1PuvKw-_QLdRVf0xz6mCZ6tIkyfpG5XpIOrhOiMHQs4wryTAcTlpsYzVHXETNcQ/s1600/Captura+goo+1.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="465" data-original-width="418" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjT8wWiVOtRoijSWseZAguyYKYZcI6SElrmyus-Br1dBca-yJvrjqf_Tk46_BYHg1z9f-ZBEWfAvFge1PuvKw-_QLdRVf0xz6mCZ6tIkyfpG5XpIOrhOiMHQs4wryTAcTlpsYzVHXETNcQ/s640/Captura+goo+1.JPG" width="574" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
Pintura al óleo de Dean Cornwell ; ilustración para “The Torrent” (1921)<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhff3DTew4WJPmPDMu2_odJH_OjRqQIChSfdyuFgjUVal0xMbtf6JvPLKhqr7ThS6-aEz7z9axzeTKnwuaBT375S2r7palqn7_XhWCbtN1mkFJoAmsI5JFuYROjBs0lg7AozsOKHXuebqY/s1600/The+Artist+and+His+Model+%25281921%2529+by+Dean+Cornwell.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1219" data-original-width="1280" height="608" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhff3DTew4WJPmPDMu2_odJH_OjRqQIChSfdyuFgjUVal0xMbtf6JvPLKhqr7ThS6-aEz7z9axzeTKnwuaBT375S2r7palqn7_XhWCbtN1mkFJoAmsI5JFuYROjBs0lg7AozsOKHXuebqY/s640/The+Artist+and+His+Model+%25281921%2529+by+Dean+Cornwell.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
Pintura al óleo de Dean Cornwell; ilustración para “The
Torrent” (1921)<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjgAGnKYi28esZuW0DzY2zVSh-PNJJPIu6OhZJzbTLgfSHiN-E8qlNnpsoEgpp8ctVGt-XSerf5CXj76FSMkJWUF1NOK94Sx2qTRdYbxCsJNTZuqrltUkWboOiTHWqP03iI_TP6586S08s/s1600/Dean+Cornwell+1921.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1125" data-original-width="1280" height="562" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjgAGnKYi28esZuW0DzY2zVSh-PNJJPIu6OhZJzbTLgfSHiN-E8qlNnpsoEgpp8ctVGt-XSerf5CXj76FSMkJWUF1NOK94Sx2qTRdYbxCsJNTZuqrltUkWboOiTHWqP03iI_TP6586S08s/s640/Dean+Cornwell+1921.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
Pintura al óleo de Dean Cornwell ; ilustración para “The Torrent” (1921)<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj3lMG-LiGF1wkMohL545iVwiWL_STumWm-JOdX42ew_APUSvTEdvSCW0J9i8rIvZIDcqWsKg08ezIhTkhs-KlVBEp0VaDJcpJbpPrDXlPB_b2IJjM5cFF1PqJWgwur8ZPYpSiTOOCfRZg/s1600/Dean+Cornwell+1921+t.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="377" data-original-width="398" height="378" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj3lMG-LiGF1wkMohL545iVwiWL_STumWm-JOdX42ew_APUSvTEdvSCW0J9i8rIvZIDcqWsKg08ezIhTkhs-KlVBEp0VaDJcpJbpPrDXlPB_b2IJjM5cFF1PqJWgwur8ZPYpSiTOOCfRZg/s400/Dean+Cornwell+1921+t.jpg" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
Pintura al óleo de Dean Cornwell ; ilustración para “The Torrent” (1921)<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<div style="text-align: center;">
<span style="font-size: x-large;"> *</span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-size: x-large;"> * *</span></div>
<span style="color: #073763; font-size: large;"> A continuación se reproducen las imagenes que acompañan el texto de la novela publicado en 1921, por <i>Hearst´s International</i> de Nueva York.</span><span style="font-family: "calibri" , sans-serif; font-size: 11pt;"> </span><br />
<span style="font-family: "calibri" , sans-serif; font-size: 11pt;"><br /></span>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiVrs92sQytSllcm82Z5HlTIf9CCC8mvNJrJ4TKwYp4xtQ6247n7Y3dSqD4rKiVempx3o51Vr1ZZH8xnxMcPb_osAd_6xSzDXHrXS74lvMLbxnqzQ8wFUI0kMaX7XoGyY6gCxkYFL6NYdo/s1600/1921+Blasco+iba%25C3%25B1ez%252C+entre+naranjos+New+York+-+1.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="779" data-original-width="709" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiVrs92sQytSllcm82Z5HlTIf9CCC8mvNJrJ4TKwYp4xtQ6247n7Y3dSqD4rKiVempx3o51Vr1ZZH8xnxMcPb_osAd_6xSzDXHrXS74lvMLbxnqzQ8wFUI0kMaX7XoGyY6gCxkYFL6NYdo/s640/1921+Blasco+iba%25C3%25B1ez%252C+entre+naranjos+New+York+-+1.jpg" width="582" /></a></div>
<span style="font-family: "calibri" , sans-serif; font-size: 11pt;"><br /></span>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjKCgVTDtp93Cow1Ir_DM-cedKJhY_Ik8TyDvezLKZQfgbsPfk1ZrXJhUkzCO53n2Rc7HJ04qpWG68jcKT4LEadmFtFTqn__o6GiebB7_6gZdyp3Nbu280SkkeUVYGZdhdyaskkwOIk4a4/s1600/1921+Blasco+iba%25C3%25B1ez%252C+entre+naranjos+New+York+-+2.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="616" data-original-width="661" height="596" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjKCgVTDtp93Cow1Ir_DM-cedKJhY_Ik8TyDvezLKZQfgbsPfk1ZrXJhUkzCO53n2Rc7HJ04qpWG68jcKT4LEadmFtFTqn__o6GiebB7_6gZdyp3Nbu280SkkeUVYGZdhdyaskkwOIk4a4/s640/1921+Blasco+iba%25C3%25B1ez%252C+entre+naranjos+New+York+-+2.jpg" width="640" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjFJsQDXzq0HalcOsqbbojCL-_rHzYciOjcqx5atm6zxEFA0MC836bI933SxFspTMUUN7CIqRpleNGpISMD1GvVv-4GrdlLPuVGuOei3IdmswsIiZf814qtfiQiPH3ZQNHRS3IJzA24tqQ/s1600/1921+Blasco+iba%25C3%25B1ez%252C+entre+naranjos+New+York+-+3.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="627" data-original-width="463" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjFJsQDXzq0HalcOsqbbojCL-_rHzYciOjcqx5atm6zxEFA0MC836bI933SxFspTMUUN7CIqRpleNGpISMD1GvVv-4GrdlLPuVGuOei3IdmswsIiZf814qtfiQiPH3ZQNHRS3IJzA24tqQ/s640/1921+Blasco+iba%25C3%25B1ez%252C+entre+naranjos+New+York+-+3.jpg" width="472" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgH36ehVHC-cHUWnslPaZ1W7jZI0xHIN1EFIzJFywMDqz18g5nqwttYoVGjK0uY0y1JnArihZhmRJMOhmY-BEMWOGTxijcmQnA3dFd5gfpDHYg6SX5i0YE6s5pJ-b_xwURHePTweWT6F2g/s1600/1921+Blasco+iba%25C3%25B1ez%252C+entre+naranjos+New+York+-+4.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="638" data-original-width="532" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgH36ehVHC-cHUWnslPaZ1W7jZI0xHIN1EFIzJFywMDqz18g5nqwttYoVGjK0uY0y1JnArihZhmRJMOhmY-BEMWOGTxijcmQnA3dFd5gfpDHYg6SX5i0YE6s5pJ-b_xwURHePTweWT6F2g/s640/1921+Blasco+iba%25C3%25B1ez%252C+entre+naranjos+New+York+-+4.jpg" width="532" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgfIlBuA0Ci8RPniMUbbJbsyL1keis014m73ztx-xcipq1r_NesXM36vsvI6LPIn50qDDmolzdg_SJpRg_6G1NUDGFKDRcwfDrR069QBVkKOrrwHHB-u2Fw3IWXUMSOJRP1eN1ALGe3pmk/s1600/1921+Blasco+iba%25C3%25B1ez%252C+entre+naranjos+New+York+-+5.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="767" data-original-width="484" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgfIlBuA0Ci8RPniMUbbJbsyL1keis014m73ztx-xcipq1r_NesXM36vsvI6LPIn50qDDmolzdg_SJpRg_6G1NUDGFKDRcwfDrR069QBVkKOrrwHHB-u2Fw3IWXUMSOJRP1eN1ALGe3pmk/s640/1921+Blasco+iba%25C3%25B1ez%252C+entre+naranjos+New+York+-+5.jpg" width="402" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj60fojrsm2U5tSzcGfDmbkmJnPCEqkYjjPLUwOq2Zt7Zpm7ktzOlJ2LFSYj-KfDWt6QbZkfuy-WYSalnecTQTrJVURehUuO4MEhYBA1y_v2NkUptGwhHkTx4cBPm2Ta48VWxEMjsq1_88/s1600/1921+Blasco+iba%25C3%25B1ez%252C+entre+naranjos+New+York+-+6.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="760" data-original-width="476" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj60fojrsm2U5tSzcGfDmbkmJnPCEqkYjjPLUwOq2Zt7Zpm7ktzOlJ2LFSYj-KfDWt6QbZkfuy-WYSalnecTQTrJVURehUuO4MEhYBA1y_v2NkUptGwhHkTx4cBPm2Ta48VWxEMjsq1_88/s640/1921+Blasco+iba%25C3%25B1ez%252C+entre+naranjos+New+York+-+6.jpg" width="400" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjL2a3DLT_5MKAaajwFrezxU-_qUSXpoa8hRG5NqKpFbKC-vn-TAffLd5QNpMvlIIzsNfV6na-CIJ2XO7MxMToNBxNCN73aZhwvibiSV0d3-PEdIQ6QCdvuHeIyVDLh2woZTPmfSq5NHWQ/s1600/1921+Blasco+iba%25C3%25B1ez%252C+entre+naranjos+New+York+-+7.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="708" data-original-width="447" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjL2a3DLT_5MKAaajwFrezxU-_qUSXpoa8hRG5NqKpFbKC-vn-TAffLd5QNpMvlIIzsNfV6na-CIJ2XO7MxMToNBxNCN73aZhwvibiSV0d3-PEdIQ6QCdvuHeIyVDLh2woZTPmfSq5NHWQ/s640/1921+Blasco+iba%25C3%25B1ez%252C+entre+naranjos+New+York+-+7.jpg" width="404" /></a></div>
<span style="font-family: "calibri" , sans-serif; font-size: 11pt;"><br /></span>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg72n84CZRRY8dkWfWqaPQ2hTn4x6cmnq4MkjV17KG_xOpkooVjHA5V36jBRskpELiE2tg34CfKK1x83JHVtkT3EFtE4jDsWWtEwamlCq3sBjkPQ2yhNBmaphhjHM0wT720KgKe_B6HHeE/s1600/1921+Blasco+iba%25C3%25B1ez%252C+entre+naranjos+New+York+-+8.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="496" data-original-width="638" height="496" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg72n84CZRRY8dkWfWqaPQ2hTn4x6cmnq4MkjV17KG_xOpkooVjHA5V36jBRskpELiE2tg34CfKK1x83JHVtkT3EFtE4jDsWWtEwamlCq3sBjkPQ2yhNBmaphhjHM0wT720KgKe_B6HHeE/s640/1921+Blasco+iba%25C3%25B1ez%252C+entre+naranjos+New+York+-+8.jpg" width="640" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjiEVUmhA0C80q0nPFTf8ounwX9kkAn0w5k3yWwAjtOpgu7OJntyoH2P8quZfPX1JfQhlUqzxxWrhAfiwMLV8vzFu3pEKSU0EnCULujQw4fnqAV1VGh7bi4OYDB3WwG8PeNg_dnSf8ChUo/s1600/1921+Blasco+iba%25C3%25B1ez%252C+entre+naranjos+New+York+-+10.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="596" data-original-width="632" height="602" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjiEVUmhA0C80q0nPFTf8ounwX9kkAn0w5k3yWwAjtOpgu7OJntyoH2P8quZfPX1JfQhlUqzxxWrhAfiwMLV8vzFu3pEKSU0EnCULujQw4fnqAV1VGh7bi4OYDB3WwG8PeNg_dnSf8ChUo/s640/1921+Blasco+iba%25C3%25B1ez%252C+entre+naranjos+New+York+-+10.jpg" width="640" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgDbY8X-9PinaFv1ArV6aRJmR9yav2RaO_NW0kkaq0266fXg_HTPnoJQSmJvrv0EZUZqmSgH8__sQSHygxz8i4kKXLinV3DAttT77ishHq7RKYPa3mP8-XISUc5A7bmoW8jj0_lrijZjNM/s1600/1921+Blasco+iba%25C3%25B1ez%252C+entre+naranjos+New+York+-+11.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="744" data-original-width="468" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgDbY8X-9PinaFv1ArV6aRJmR9yav2RaO_NW0kkaq0266fXg_HTPnoJQSmJvrv0EZUZqmSgH8__sQSHygxz8i4kKXLinV3DAttT77ishHq7RKYPa3mP8-XISUc5A7bmoW8jj0_lrijZjNM/s640/1921+Blasco+iba%25C3%25B1ez%252C+entre+naranjos+New+York+-+11.jpg" width="402" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjfie2Jsk8ffEWzEEgbnG3QZwX8wO9arEoa03mgw1OM_NHkd5XonlzKqjnUsRI8v5EXkCpvOX5hbxE7fdkkyqHBDTrpMeunkY_PiX2bXhwv5vQA7YJ2nIIQVZ_RMqlKPkrVQjIhoNs1D5M/s1600/1921+Blasco+iba%25C3%25B1ez%252C+entre+naranjos+New+York+-+12.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="678" data-original-width="394" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjfie2Jsk8ffEWzEEgbnG3QZwX8wO9arEoa03mgw1OM_NHkd5XonlzKqjnUsRI8v5EXkCpvOX5hbxE7fdkkyqHBDTrpMeunkY_PiX2bXhwv5vQA7YJ2nIIQVZ_RMqlKPkrVQjIhoNs1D5M/s640/1921+Blasco+iba%25C3%25B1ez%252C+entre+naranjos+New+York+-+12.jpg" width="370" /></a></div>
<span style="font-family: "calibri" , sans-serif; font-size: 11pt;"><br /></span>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgn2bCwfoAkO4Aa2gQLnzMxsByHe1QDVOxRS_SsWOdGGa-sB8svKuXCQijmRDVMA6lIfLYvpmhZahR3RfdnumjIQyX9hVaqlMZIkoQNE_PnTRupzFnteeOxEHUSly72C0zdidqfiWFiIN4/s1600/1921+Blasco+iba%25C3%25B1ez%252C+entre+naranjos+New+York+-+13.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="960" data-original-width="492" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgn2bCwfoAkO4Aa2gQLnzMxsByHe1QDVOxRS_SsWOdGGa-sB8svKuXCQijmRDVMA6lIfLYvpmhZahR3RfdnumjIQyX9hVaqlMZIkoQNE_PnTRupzFnteeOxEHUSly72C0zdidqfiWFiIN4/s640/1921+Blasco+iba%25C3%25B1ez%252C+entre+naranjos+New+York+-+13.jpg" width="328" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEirp6sHZQq1iNNzXmV2g4KnvNQHgr6WkOlxidK23aYBElKw1vIhDkrmVn95LM7tBzSOjz9QuMv7WcSeESkU4ac_uwCyfnOhydGJ4a7gqddKNXjjrUDxVIqGSr-r88FN9ZaDpN93aCy6Sj0/s1600/1921+Blasco+iba%25C3%25B1ez%252C+entre+naranjos+New+York+-+15.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="802" data-original-width="430" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEirp6sHZQq1iNNzXmV2g4KnvNQHgr6WkOlxidK23aYBElKw1vIhDkrmVn95LM7tBzSOjz9QuMv7WcSeESkU4ac_uwCyfnOhydGJ4a7gqddKNXjjrUDxVIqGSr-r88FN9ZaDpN93aCy6Sj0/s640/1921+Blasco+iba%25C3%25B1ez%252C+entre+naranjos+New+York+-+15.jpg" width="342" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEireDdWtglIA8yEeJUd_eEDwJYSWVsPUBfg8HwzU_-Klfg_hxFvJL-yu09J5Cj7mpjB-4R14NJ1RSqdpKHQFA3DjSCWhYuUFQHbaPJr5brDv8sTziQjm6N8iYZkeG7qlJ3URZZXa6yOSt4/s1600/1921+Blasco+iba%25C3%25B1ez%252C+entre+naranjos+New+York+-+16.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="649" data-original-width="543" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEireDdWtglIA8yEeJUd_eEDwJYSWVsPUBfg8HwzU_-Klfg_hxFvJL-yu09J5Cj7mpjB-4R14NJ1RSqdpKHQFA3DjSCWhYuUFQHbaPJr5brDv8sTziQjm6N8iYZkeG7qlJ3URZZXa6yOSt4/s640/1921+Blasco+iba%25C3%25B1ez%252C+entre+naranjos+New+York+-+16.jpg" width="534" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhfbX2X05m72SN88H-iPZdgo-IOAcLT645F-6mDSox-qz_j75gN_3in5aMnoNe4cs_x83LDskkeHA6AlANhPQ__4w6ZkcDBDLgfirLJjhNUgGjLlCOK5nmgMKaL8ybTCu5RhZYVgaUaKWI/s1600/1921+Blasco+iba%25C3%25B1ez%252C+entre+naranjos+New+York+-+17.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="639" data-original-width="507" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhfbX2X05m72SN88H-iPZdgo-IOAcLT645F-6mDSox-qz_j75gN_3in5aMnoNe4cs_x83LDskkeHA6AlANhPQ__4w6ZkcDBDLgfirLJjhNUgGjLlCOK5nmgMKaL8ybTCu5RhZYVgaUaKWI/s640/1921+Blasco+iba%25C3%25B1ez%252C+entre+naranjos+New+York+-+17.jpg" width="506" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj4qQfMs0p7N0dpjZl3LV65jlCvcMcxUq0nVzgr8UhmwauSrwNkx3s9P8x8TBf6ntw86PFazbR_XR_uT-FrR-YUteoYgf-3N916GnhtUtmY0AndbZpnbeVDJBSLniOI1miBxfphl3KkdEw/s1600/1921+Blasco+iba%25C3%25B1ez%252C+entre+naranjos+New+York+-+18.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="573" data-original-width="615" height="596" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj4qQfMs0p7N0dpjZl3LV65jlCvcMcxUq0nVzgr8UhmwauSrwNkx3s9P8x8TBf6ntw86PFazbR_XR_uT-FrR-YUteoYgf-3N916GnhtUtmY0AndbZpnbeVDJBSLniOI1miBxfphl3KkdEw/s640/1921+Blasco+iba%25C3%25B1ez%252C+entre+naranjos+New+York+-+18.jpg" width="640" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgReL6lOdL0BgvnsijxAY-bbRJNtO-S4xUNV1BMeBG-I-hUcFCBRx3p_t-sT7giku_6TU2UqvlcopgrM5Ps-2eQIuz4GtYhTxIYJdNnMSgXXYERJBlsO3Pdd_-YHSNSDjzvdFsWukiJhMI/s1600/1921+Blasco+iba%25C3%25B1ez%252C+entre+naranjos+New+York+-+20.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="762" data-original-width="444" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgReL6lOdL0BgvnsijxAY-bbRJNtO-S4xUNV1BMeBG-I-hUcFCBRx3p_t-sT7giku_6TU2UqvlcopgrM5Ps-2eQIuz4GtYhTxIYJdNnMSgXXYERJBlsO3Pdd_-YHSNSDjzvdFsWukiJhMI/s640/1921+Blasco+iba%25C3%25B1ez%252C+entre+naranjos+New+York+-+20.jpg" width="372" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiS32mBN5Xmyizf53MYN2Juu4k8miNaV70m810aa1PXHNFURwe9u_rXjeVDVK11Md0nZLSbyHpgJARfElwxQ8v0YYnI6d6UOhd6w_lWu-D0gCd9iWIQO7tWHdGbqWi6lx4YgOSTHM4cPGU/s1600/1921+Blasco+iba%25C3%25B1ez%252C+entre+naranjos+New+York+-+21.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="667" data-original-width="609" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiS32mBN5Xmyizf53MYN2Juu4k8miNaV70m810aa1PXHNFURwe9u_rXjeVDVK11Md0nZLSbyHpgJARfElwxQ8v0YYnI6d6UOhd6w_lWu-D0gCd9iWIQO7tWHdGbqWi6lx4YgOSTHM4cPGU/s640/1921+Blasco+iba%25C3%25B1ez%252C+entre+naranjos+New+York+-+21.jpg" width="584" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhJfNpBgk-cdXH0EtMYEZAs-wiwcerjRaAKolhzDyURkN7YNgxFF0spnwLNh2_1vro_4qX_1nEfseFez0WElA44CT1-8lytknec7Vp-TB94OZjOa6X056WAEVNBiLFwOZysYlkwYc49Fic/s1600/1921+Blasco+iba%25C3%25B1ez%252C+entre+naranjos+New+York+-+22.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="623" data-original-width="407" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhJfNpBgk-cdXH0EtMYEZAs-wiwcerjRaAKolhzDyURkN7YNgxFF0spnwLNh2_1vro_4qX_1nEfseFez0WElA44CT1-8lytknec7Vp-TB94OZjOa6X056WAEVNBiLFwOZysYlkwYc49Fic/s640/1921+Blasco+iba%25C3%25B1ez%252C+entre+naranjos+New+York+-+22.jpg" width="418" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEikyJZj74gBjF-ODyJp1kjhimhQYxlglsGoXu6HKcw6RksA-RdissehofUHfh98tO8W7FYg8wo0L1oFLtkItmVqETx4zQ9QOxGijxaCZTWZbXTp6LkNuKboh4Ti38BumZ_vMRu14mmVCAs/s1600/1921+Blasco+iba%25C3%25B1ez%252C+entre+naranjos+New+York+-+23.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="534" data-original-width="450" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEikyJZj74gBjF-ODyJp1kjhimhQYxlglsGoXu6HKcw6RksA-RdissehofUHfh98tO8W7FYg8wo0L1oFLtkItmVqETx4zQ9QOxGijxaCZTWZbXTp6LkNuKboh4Ti38BumZ_vMRu14mmVCAs/s640/1921+Blasco+iba%25C3%25B1ez%252C+entre+naranjos+New+York+-+23.jpg" width="538" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhM7OGvH0y8zQE9E7-icR8j6jACAFlAZhxaJyeUiwakg8D_xZbvwKY_npVF867Y-NeL_VbAH8UCx70-few7D3FUoxX8SCGaMPD55_vg9vgX5n5anaSw2UuLPiz_MSF2cxy3nmIcyrHQ5c0/s1600/1921-12-00+Pag+70++Internacional+de+Hearst.+v.40+1921.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="494" data-original-width="378" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhM7OGvH0y8zQE9E7-icR8j6jACAFlAZhxaJyeUiwakg8D_xZbvwKY_npVF867Y-NeL_VbAH8UCx70-few7D3FUoxX8SCGaMPD55_vg9vgX5n5anaSw2UuLPiz_MSF2cxy3nmIcyrHQ5c0/s640/1921-12-00+Pag+70++Internacional+de+Hearst.+v.40+1921.jpg" width="488" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi_QrhoIwquR0gIrdvuMP12rARjuq55RUPe_Uw6JtE3Mt94EDrSQFDWIi3vijz15jApuhjHgRgNbEsrWhS7rV3wjAnhZpaHJZaFfWmycYk3bWuf6fXBJiCKmTD2Rkbhis50s7h2KPvPDmU/s1600/1921+Blasco+iba%25C3%25B1ez%252C+entre+naranjos+New+York+-+9.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="395" data-original-width="350" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi_QrhoIwquR0gIrdvuMP12rARjuq55RUPe_Uw6JtE3Mt94EDrSQFDWIi3vijz15jApuhjHgRgNbEsrWhS7rV3wjAnhZpaHJZaFfWmycYk3bWuf6fXBJiCKmTD2Rkbhis50s7h2KPvPDmU/s640/1921+Blasco+iba%25C3%25B1ez%252C+entre+naranjos+New+York+-+9.jpg" width="566" /></a></div>
<br />
<br />
<div style="text-align: center;">
<span style="font-size: large;">*</span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-size: large;">* *</span></div>
<span style="color: #073763; font-size: large;">De recordar que la ilustración de la sobrecubierta del libro <b>The Torrent </b></span>— <span style="color: #073763; font-size: large;">la primera versión inglesa de la novela </span>—<span style="color: #073763; font-size: large;"> publicado en Nueva York por E.P. Dutton, en 1921, es obra del mismo artista.</span><br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiePe1LttnMNt9e6KF8yMMF2vDSmJfJm5h8ly9Hvkf9B6UMWKVt70xAY55hCJ2xbxrQIqGScYoo83OVYOArZ6gUX4qbd6-JIsGUCgMZYnlYAE1ud1l6BSufRsYW7KIA4OB5EtBxCIfwxUk/s1600/Blasco+iba%25C3%25B1ez%252C++New+York%252C+1921+Entre+narranjos%252C+Torrent-p.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="384" data-original-width="284" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiePe1LttnMNt9e6KF8yMMF2vDSmJfJm5h8ly9Hvkf9B6UMWKVt70xAY55hCJ2xbxrQIqGScYoo83OVYOArZ6gUX4qbd6-JIsGUCgMZYnlYAE1ud1l6BSufRsYW7KIA4OB5EtBxCIfwxUk/s400/Blasco+iba%25C3%25B1ez%252C++New+York%252C+1921+Entre+narranjos%252C+Torrent-p.jpg" width="295" /></a></div>
<br />
<br /></div>
Marga Predahttp://www.blogger.com/profile/07698563453867139965noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2820100463319832693.post-51724262055078943142019-06-21T08:24:00.003-07:002020-09-22T08:53:26.202-07:00Hablando con Blasco, en 1904<br />
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgK9cqis2naAbgqAfJzbZmKKiSdnrfUw2UjHDxR3Z0HTs5u-R-cA-IynMPzOb32BgyUEY9hgue8iYe82Nz8bXTrNbP4VlvIakyT2CRKNHMv4HNRhpItKRDan76tucbiqmkEhQKigLmHmOg/s1600/Blasco+Iba%25C3%25B1ez+1903+Malvarrosa.jpg" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="503" data-original-width="690" height="464" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgK9cqis2naAbgqAfJzbZmKKiSdnrfUw2UjHDxR3Z0HTs5u-R-cA-IynMPzOb32BgyUEY9hgue8iYe82Nz8bXTrNbP4VlvIakyT2CRKNHMv4HNRhpItKRDan76tucbiqmkEhQKigLmHmOg/s640/Blasco+Iba%25C3%25B1ez+1903+Malvarrosa.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Vicente Blasco Ibáñez en 1903, en su chalet de la Malvarrosa, Valencia</td></tr>
</tbody></table>
<span face=""verdana" , sans-serif" style="color: #0c343d; text-align: justify;"><span style="font-size: large;">El siguiente
artículo reproduce una de la primeras entrevista concedida por V. Blasco Ibáñez
a la prensa madrileña; fue publicaba en “<i>El Gráfico</i>”, del 8 de julio de 1904. Blasco tenía la edad de 37 años.</span></span><br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;"><o:p></o:p></span></div>
</div>
<span lang="ES-CO"><span face=""verdana" , sans-serif"><br /></span></span>
<br />
<div style="text-align: center;">
<span face=""verdana" , sans-serif" style="color: #660000; font-size: large;"><b>VICENTE BLASCO IBÁÑEZ</b></span></div>
<span lang="ES-CO"><span face=""verdana" , sans-serif"></span></span><br />
<div style="text-align: center;">
<div style="text-align: center;">
<span face=""verdana" , sans-serif" style="color: #660000; font-size: x-large;">¿Cuánto ha ganado usted con sus libros?</span></div>
</div>
<span lang="ES-CO"><span face=""verdana" , sans-serif"><br /></span></span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjgDI-GFPyqJQnqmo-98es9ZhyphenhyphenDXo6LImh_imOFC3KNZPVOqbRzwVQ5S6LB-CvpfMbZW7oJfbOo6SRMMwyIJ9gxb6hj5j6eu5vwrscJqTkwM8DdckFDYW7CELlpShRswDs_z47Q8iX5TFM/s1600/Blasco+.la+ara%25C3%25B1a+negra+.jpg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="1541" data-original-width="1070" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjgDI-GFPyqJQnqmo-98es9ZhyphenhyphenDXo6LImh_imOFC3KNZPVOqbRzwVQ5S6LB-CvpfMbZW7oJfbOo6SRMMwyIJ9gxb6hj5j6eu5vwrscJqTkwM8DdckFDYW7CELlpShRswDs_z47Q8iX5TFM/s320/Blasco+.la+ara%25C3%25B1a+negra+.jpg" width="221" /></a></div>
<span face=""verdana" , sans-serif"><i>Yo empecé a escribir muy pronto,
¡demasiado pronto! De los dieciocho a los veinticuatro años gané mucho dinero
escribiendo obras por entregas para los editores de Barcelona. </i></span><br />
<span face=""verdana" , sans-serif"><i>Una <span style="mso-bidi-font-style: normal;"><b>Historia de la revolución española</b></span> y
varios novelones, entre ellos <span style="mso-bidi-font-style: normal;"><b>La araña
negra</b></span> que fue un gran éxito….editorial son los pecados de mi adolescencia
literaria, cuyo recuerdo me avergüenza, a pesar de que no me valían 50 pesetas
por pliego.</i></span><br />
<span face=""verdana" , sans-serif"><i><br /></i></span>
<i><span face=""verdana" , sans-serif">Cuando comencé a trabajar seriamente en
la novela, mis libros no me produjeron ninguna ganancia.</span></i><br />
<i><span face=""verdana" , sans-serif">Mis primeras novelas <span style="mso-bidi-font-style: normal;"><b>Arroz y tartana</b></span> y <span style="mso-bidi-font-style: normal;"><b>Flor de Mayo</b></span>, aparecieron en tristes ediciones de 1.000 ejemplares,
que apenas si llegaron a venderse fuera de Valencia.</span></i><br />
<i><span face=""verdana" , sans-serif"><span style="mso-bidi-font-style: normal;"><b>Flor de Mayo</b></span>, que actualmente se publica, traducida, en París, y
que, años después de su aparición, ha alcanzado muchas ediciones, no consiguió
venta, ni un mal artículo en los periódicos cuando salió a luz.</span><span face=""verdana" , sans-serif"> </span></i><br />
<i style="font-family: Verdana, sans-serif;"> </i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14pt;"></span><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span style="font-size: 14pt;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj7lx_QWGEkd-8KsjoTrw_zhWz894WyBTn3XbPqzrnzDNTEmnJP_3WpsermVl-rgwMpJ85mCuXIBfPi26x3IZgJbb5OWUzzgU7xhTBplI8j3FXUL2fg4UfEglu_tgiDhdePmUSbtssKXSE/s1600/folletin+el-liberal%252C+barcelona-la-barraca-de-vicente-blasco-ibanez.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="479" data-original-width="785" height="195" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj7lx_QWGEkd-8KsjoTrw_zhWz894WyBTn3XbPqzrnzDNTEmnJP_3WpsermVl-rgwMpJ85mCuXIBfPi26x3IZgJbb5OWUzzgU7xhTBplI8j3FXUL2fg4UfEglu_tgiDhdePmUSbtssKXSE/s320/folletin+el-liberal%252C+barcelona-la-barraca-de-vicente-blasco-ibanez.jpg" width="320" /></a></span></div>
<span style="font-size: 14pt;"> </span><span face=""verdana" , sans-serif"><i>La venta y las ganancias editoriales
llegaron con la publicación de <span style="mso-bidi-font-style: normal;"><b>La Barraca</b></span>,
el libro mío que más suena y, sin embargo, no es el que más dinero me ha dado
en España. Se publicó con la misma suerte de sus hermanos mayores. ¡Una edición
de 1.000 ejemplares! pero la prensa habló mucho de esta novela. "<span style="mso-bidi-font-style: normal;">El Liberal"</span> la publicó en su folletín y a
la primea edición sucedieron otras, más numerosas. Hoy llevo vendidos de <b>La
Barraca</b> unos 15.000 ejemplares. </i></span><i style="font-family: Verdana, sans-serif;">Este libro me dio más dinero en Francia a
los dos meses de traducido, que en los ocho años de vida que lleva en España. </i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14pt;"> </span><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span style="font-size: 14pt;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjAP_bh0aBf74BXObqPxbXlOisfdBk2ySWAekb_-7D0jsBJnce-fN3Im10s-CM0jgcKcSZtReFHsToD4B-kF0CVQk2AYQ_dLJq7w6Yy3rC3K6u77jDyAvvH6vkNnxthTsMxUJW6C2iAjTE/s1600/La+barraca+Blasco+iba%25C3%25B1ez.jpg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="605" data-original-width="421" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjAP_bh0aBf74BXObqPxbXlOisfdBk2ySWAekb_-7D0jsBJnce-fN3Im10s-CM0jgcKcSZtReFHsToD4B-kF0CVQk2AYQ_dLJq7w6Yy3rC3K6u77jDyAvvH6vkNnxthTsMxUJW6C2iAjTE/s320/La+barraca+Blasco+iba%25C3%25B1ez.jpg" width="222" /></a></span></div>
<i style="font-family: Verdana, sans-serif;">El famoso traductor G. Hérelle no es sólo un gran escritor, sino un excelente amigo, que sabe administrar los intereses de los autores. Él hizo la reputación de Gabriel d´Annunzio en París. A</i><i style="font-family: Verdana, sans-serif;">l traducirme <b>La Barraca</b>, la publicó en "<span style="mso-bidi-font-style: normal;">La Revue de Paris"</span> consiguiendo que me la pagasen a 25 francos la página.</i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span face=""verdana" , sans-serif"><i>Después, al aparecen en volumen en la
casa editorial de Calmann-Levy, estos editores me dieron medio franco por tomo
, derechos de autor que no siempre consiguen en París los escritores
extranjeros y que debo a la buena amistad de Hérelle, el cual traduce mis obras
en las mismas condiciones económicas de la de d´Annunzio.</i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i style="font-family: Verdana, sans-serif;">Total: hasta la fecha he percibido de <b>La
Barraca</b>, en francés, unos 23.000 francos. Lo mismo espero que me producirá <b>Flor
de Mayo</b> y las demás novelas que se irán publicando en París, pues tengo un
contrato con Calmann Levy para que esta casa editorial traduzca mis libros, uno
por año. </i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i style="font-family: Verdana, sans-serif;">T</i><i style="font-family: Verdana, sans-serif;">odas mis novelas, a partir de <b>La
Barraca</b>, se han vendido bien, fluctuando su tiraje entre 8.000 ejemplares (<b>Sónnica
la cortesana</b>) y 16.000, que ha alcanzado <b>La Catedral</b>.</i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i style="font-family: Verdana, sans-serif;">¿Quieren ustedes saber lo que me producen
actualmente las novelas que publico?... </i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i style="font-family: Verdana, sans-serif;">El precio en venta de cada volumen es de
3 pesetas. </i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i style="font-family: Verdana, sans-serif;">Una peseta se la queda el librero que lo
vende; otra es para el gasto material del libro (papel, impresión,
encuadernación, correo, administración, etc.), y la tercera peseta es para el
autor que aun da gracias a su buena suerte porque le permite disfrutar una
tercera parte de lo que el público da por su obra.</i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i style="font-family: Verdana, sans-serif;">La
cuenta no puede ser más sencilla. Tantos miles de ejemplares, tantos miles de
pesetas. Viendo en los escaparates de las librerías el último millar de una
novela mía, puede saberse las pesetas que la obra me lleva dadas.</i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span face=""verdana" , sans-serif"><i>No me quejo de mi situación; el público
me atiende más de lo que merezco; pero ¡ay! ¡El dinero de la literatura!...</i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 14pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"></span></span><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span style="font-size: 14pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiZZC7APzATlvIPliZpcurwUyMMzNcir0pH2a3e9GKJhX9KpGA0u8aR8jo7rsylr1zZek577XRj-vCPXX0pxUebmR3SNjJCGNSE3Z7qdep8zlF2UKItUVP2O6UJmaaQ_ixlX7FzFjotlMI/s1600/1905+-+Blasco+iba%25C3%25B1ez%252C+malvarrosa.jpg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="638" data-original-width="451" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiZZC7APzATlvIPliZpcurwUyMMzNcir0pH2a3e9GKJhX9KpGA0u8aR8jo7rsylr1zZek577XRj-vCPXX0pxUebmR3SNjJCGNSE3Z7qdep8zlF2UKItUVP2O6UJmaaQ_ixlX7FzFjotlMI/s400/1905+-+Blasco+iba%25C3%25B1ez%252C+malvarrosa.jpg" width="282" /></a></span></span></div>
<span face=""verdana" , sans-serif"><i>Cuando recibí los primeros cheques de
París, embriagado por el éxito material, quise hacerme una casa a punta de
pluma, levantar mi retiro para el estudio y el trabajo, y construí esta casa de
la Malvarrosa, donde vivo.</i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i style="font-family: Verdana, sans-serif;">Es un capuchón pretencioso y pobre, sin
otras hermosuras que las del mar, que bate su frente y las de los campos que le
rodean, en los que se cultivan plantas para la extracción de perfumes. </i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i style="font-family: Verdana, sans-serif;">Mis
enemigos políticos han agrandado este edificio, dándole dimensiones y bellezas
tan fantásticas que, a su lado, el Partenón y la Alhambra son míseras barracas. </i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i style="font-family: Verdana, sans-serif;">“¿oh, el palacio de la Malvarrosa con sus salones mágicos…!”, </i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i style="font-family: Verdana, sans-serif;">“¡Ah, el <span style="mso-bidi-font-style: normal;">Sultan de la Malvarrosa</span> en su terraza
pompeyana…!</i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></i>
<i style="font-family: Verdana, sans-serif;">Y a estas horas, una tercera parte de la
casa de las ilusiones, levantada sin otra herramienta que la pluma, aun está
por pagar, y el pobre novelista produce volumen sobre volumen, reuniendo en
magna asamblea, cuando escribe <span style="mso-bidi-font-style: normal;">Fin</span> en
la última cuartilla de una obra, al carpintero, al tallista, al marmolista, al
pintor, para entregarles las pesetas que le regala el público a cambio de unas
cuantas horas de emoción.</i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span face=""verdana" , sans-serif"><i><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>¡Oh, prosa de la vida!<o:p></o:p></i></span></div>
<br />Marga Predahttp://www.blogger.com/profile/07698563453867139965noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-2820100463319832693.post-35346237462424458842019-04-23T17:36:00.000-07:002020-04-22T04:47:40.289-07:00LA CUEVA DE CERVANTES<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhKVxaFT7XvshtbxqvbnISA3hvTyG5abTllwLPMysOOmW4bG_9HaGBpoYCbEK_DJxA3T_BbjwJnpHDlJDKMu9R_QmNuIeZoXsC6dlav-816PuU0mwdeCAvC-JxxErJx4BHzIZseoiRaCjw/s1600/cueva+Cervantes+Blasco+iba%25C3%25B1ez.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="420" data-original-width="593" height="452" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhKVxaFT7XvshtbxqvbnISA3hvTyG5abTllwLPMysOOmW4bG_9HaGBpoYCbEK_DJxA3T_BbjwJnpHDlJDKMu9R_QmNuIeZoXsC6dlav-816PuU0mwdeCAvC-JxxErJx4BHzIZseoiRaCjw/s640/cueva+Cervantes+Blasco+iba%25C3%25B1ez.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
La cueva de Cervantes en Argel<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<div style="text-align: right;">
<span style="color: #134f5c;"><br /></span></div>
<div style="text-align: right;">
<span style="color: #134f5c; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Por <i style="font-weight: bold;">Vicente Blasco Ibáñez, 1895</i></span></div>
<br />
Había yo leído, no sé dónde, que en Argel se había elevado una estatua a Cervantes en la misma cueva donde el sublime ingenio estuvo escondido con trece compañeros de cautiverio esperando oportunidad para escapar de la esclavitud berberisca.<br />
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Estando en Argel, en plena África, y por añadidura en un país regido por usos y costumbres tan distintos de los nuestros, siéntese la necesidad de algo que recuerde a España. Además, halaga el amor nacional, todo lo que en el extranjero representa la patria y sus glorias.<br />
Había que ver la cueva de Cervantes con el monumento elevado por sus admiradores y la colonia española. No todos los días pueden verse los lugares donde los grandes hombres han sufrido terribles desdichas, amarguras tal vez no compensadas por el respeto y el aplauso que les tributan las generaciones subsiguientes.<br />
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
En nuestro entusiasmo de españoles y de admiradores del <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Quijote</i>, creímos empresa fácil encontrar la famosa cueva.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Estábamos en un café de la plaza de la Opera y preguntamos a los camareros por la cueva de Cervantes.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg4tKQTTTdr4dVYPSUnwKL4Jh-oGn7w3Eq8eSibYmKS6dAwAUGC1JyV6mLOTX6W9SmOIcIwe1iUOCQ5ds_r7ipixdWsFnfRAOjr9aJZ5YOhsbApz8qKgTjM_AZzn5cka2M3zpEUhys-apA/s1600/Argel+%252C+Blasco+iba%25C3%25B1ez-opera.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="677" data-original-width="962" height="450" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg4tKQTTTdr4dVYPSUnwKL4Jh-oGn7w3Eq8eSibYmKS6dAwAUGC1JyV6mLOTX6W9SmOIcIwe1iUOCQ5ds_r7ipixdWsFnfRAOjr9aJZ5YOhsbApz8qKgTjM_AZzn5cka2M3zpEUhys-apA/s640/Argel+%252C+Blasco+iba%25C3%25B1ez-opera.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Argel,
Plaza de la Opera</td></tr>
</tbody></table>
<br /></div>
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; margin-left: 1em; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi4l5HqLFPXysk-FZl-rueXhWinZ3pJkrSSQoLrqEBATZzAi-BVsOKyIRE8Q9EPAtkvWjE0PtFtff-uYVaxbAFjsaMPGXfF-y2-DZ6zFlh-sMO-CNOvEAuRSZnVb3K4gH_Cysb4aRcz2eE/s1600/NOVELAS+EJEMPLARES%252C+M.+DE+CERVANTES+SAAVEDRA+1877.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="954" data-original-width="621" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi4l5HqLFPXysk-FZl-rueXhWinZ3pJkrSSQoLrqEBATZzAi-BVsOKyIRE8Q9EPAtkvWjE0PtFtff-uYVaxbAFjsaMPGXfF-y2-DZ6zFlh-sMO-CNOvEAuRSZnVb3K4gH_Cysb4aRcz2eE/s400/NOVELAS+EJEMPLARES%252C+M.+DE+CERVANTES+SAAVEDRA+1877.jpg" width="260" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
Libro publicado en Valencia, en 1877<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
—¿Cervantes ?... ¿Cervantes ?...—murmuraban con expresión
pensativa aquellos buenos franceses.<br />
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
—Sí, hombre; Cervantes, el inmortal autor de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Don Quijote</i>.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
—¿Don Quijote?... ¡Ah, sí!, —y después de larga meditación
contestaban resueltamente—: Pues no lo sabemos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Y se metían en el café para preguntar al dueño y a los
parroquianos hijos del país, que resultaban tan enterados como ellos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Sentíamos cierta tristeza ante ignorancia tan general. Más
que no encontrar la famosa cueva, nos apesadumbraba ver que había en Argel
quien ignoraba que una gran parte de la celebridad de la población es debida a
haber tenido en sus mazmorras un infeliz esclavo español llamado Miguel, que,
hambriento, haraposo y quebrantado por los malos tratos, llevaba dentro de su
cráneo algo que había de convertirse en el más famoso libro que admira el
mundo.<o:p></o:p></div>
La general ignorancia parecía excitar mi memoria, y
recordaba que la estatua había sido inaugurada el año anterior, y que la cueva
se hallaba en las inmediaciones de Argel.<br />
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Tantos datos íbamos uniendo a nuestra pregunta, que al fin
el <i style="mso-bidi-font-style: normal;">groom</i> del establecimiento, un
muchacho de Argel hijo de alicantinos, pudo darnos alguna luz.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Sí; él había oído que allá por Mustafá, a unos tres cuartos
de hora de la ciudad, había una cueva con un busto, no sabía de quién. La
aclaración no era muy tentadora, pero a falta de otros datos más precisos,
había que acoger estos como buenos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Y subiendo en ligero carruajillo, emprendimos el camino de
Mustafá, bordeando las orillas de la hermosa bahía.<o:p></o:p><br />
Mustafá es una inmensa aglomeración de caseríos sueltos, de frondosos jardines que se extienden por la ladera del monte inmediato a Argel. Un arrabal pintoresco en el cual están los elegantes <i style="mso-bidi-font-style: normal;">chalets</i> de los argelinos ricos, las risueñas villas donde los príncipes rusos y los milords tísicos en último grado van a retardar algunos meses el desenlace de su terrible dolencia.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjHZ5C6WxZrZT9q-tHD4IhnL8WzB-9shYvBS4rqUckSj-RfPuQBdjZ5EC5uUU1Q-DsNbUdwbskVyJCCiQxRYlpJGhRgHuC9cT6DIrbkdm0jRm-g2OLOKP8kKur_lZQx71eOlwkHZEr0yKI/s1600/Argel-.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1058" data-original-width="1600" height="422" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjHZ5C6WxZrZT9q-tHD4IhnL8WzB-9shYvBS4rqUckSj-RfPuQBdjZ5EC5uUU1Q-DsNbUdwbskVyJCCiQxRYlpJGhRgHuC9cT6DIrbkdm0jRm-g2OLOKP8kKur_lZQx71eOlwkHZEr0yKI/s640/Argel-.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
Argel, vista panorámica tomada desde Mustafá<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
Por el camino cruzábase nuestro carruaje con los grandes
ómnibus cargados de gente mora, que parecían carretones de carnaval; los labradores
atezados, de jaique haraposo y deshilachado, montados en los enanos
borriquillos de África y arrastrando casi por el polvo las largas zancas; los
kabilas del interior, de regreso de la ciudad, encaramados en la giba de sus
pardos camellos, que movían melancólicamente la chata cabeza; y las moras
pobres, mostrando por entre su manto de lana burda algo del rostro negro y
lustroso como el ébano, rodeadas de un enjambre de pequeños mulatos con la
panza al aire.</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Dejamos atrás el núcleo principal de Mustafá y nos hallamos
en pleno campo. A la izquierda, la hermosa bahía que brillaba al sol como un
lago de esmeralda líquida, y a la derecha, tapias de jardines por entre los
cuales serpenteaban monte arriba estrechos callejones cubiertos de espesa hierba.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Había llegado el trance más terrible. Ya estábamos en
Mustafá; pero, ¿dónde encontrar aquella cueva de Cervantes que parecía huir
ante nosotros?</div>
<div class="MsoNormal">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
Descendimos del carruaje y, como mendigos, fuimos de puerta
en puerta por los inmediatos merenderos, solicitando una buena dirección.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
En todas partes la misma respuesta en un francés exótico:<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
— ¿Cervantes?... ¿La cueva?... No sé qué es eso.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Para colmo de confusión, el cochero decía conocer una cueva
donde estaba esculpida en la peña una figura, pero la tal gruta se encontraba a
tres horas de Argel.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Por fin, la rubia cabecita de una joven francesa de ojos
azules, asomada a la terraza alta de un jardín, vino a sacarnos de dudas.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
— ¿Qué buscan ustedes?—dijo, contestando a nuestros saludos
con una graciosa sonrisa—. ¿La cueva de Cervantes?... No la he visto, pero debe
estar arriba. El año pasado vinieron de Argel a inaugurar la estatua. Por ese
camino de la izquierda... Rectos; y siempre hacia arriba.</div>
<br />
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
</div>
<div class="MsoNormal">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj07Lady_ICmHe2wIQFzhvZEoLKj68xUL3mUqw_ODhXBSHkrGb5ZYpJumZwcDz9eFgKQsbpKIucX8AkSkay1gTslLs1VHp7tw_J8-iAMgi8EVY8GqcD-NF9unx4ZP5mdoF8h9GKKGNJ3eE/s1600/Argel+%252C+Blasco+iba%25C3%25B1ez+3.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="377" data-original-width="639" height="235" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj07Lady_ICmHe2wIQFzhvZEoLKj68xUL3mUqw_ODhXBSHkrGb5ZYpJumZwcDz9eFgKQsbpKIucX8AkSkay1gTslLs1VHp7tw_J8-iAMgi8EVY8GqcD-NF9unx4ZP5mdoF8h9GKKGNJ3eE/s400/Argel+%252C+Blasco+iba%25C3%25B1ez+3.jpg" width="400" /></a></div>
Abandonamos el coche, metiéndonos en uno de aquellos caminos estrechos que, monte arriba, se deslizaban por entre tapias de jardín.<br />
La subida era penosa. Ibamos entre <o:p></o:p>altos matorrales que la primavera había cubierto de flores silvestres. Las amapolas brillaban sobre el fondo verde como gotas de fresca sangre.<br />
Zumbaban los enjambres de insectos, dorándose en los rayos de sol como
inquietas chispas de oro; las mariposas blancuzcas revoloteaban audazmente ante
nuestros rostros; sobre las tapias piaban los gorriones dándonos las ¡buenas
tardes!, y el tibio vientecillo nos traía el arrullador murmullo de la bahía
que quedaba a nuestras espaldas.<br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
No íbamos mal. Por allí, forzosamente, había de llegarse a
la mansión de un poeta.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Saltó ladrando desde un ribazo un mastín enorme; oyóse
inmediato el mugido de unas vacas y, tras una revuelta del sendero, nos vimos
casi en la puerta de una pequeña granja y en presencia de un hombrón de
cuadrada robustez, viejo, con el cano bigote cortado a cepillo, ancho sombrero
gris y ocupado en atacar su pipa de barro.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
— ¿Qué? ¿Vienen ustedes a ver eso? —dijo con expresión de
extrañeza—. Pues vamos arriba.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Y metiéndose en la granja, salió a poco con una llave.
Precedidos por él, volvimos a emprender la marcha por tortuoso y escalonado
sendero, a través de un bosque de pinos enanos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Al oírnos hablar en valenciano sonrió, no volviendo a hacer
uso de su endiablado «patuá» argelino.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Él también era de por allá, de Menorca, pero hacía mucho más
de veinte años que había abandonado su tierra; y estaba ya catorce años como
arrendatario de aquella granja con todo el pedazo de monte que teníamos
enfrente. La finca era de madame Sabattier, que acababa de morir, por lo que
había pasado a ser propiedad de menores. El año anterior habían llegado unos
señores con el prefecto de Argel y el cónsul de España, colocando, con
acompañamiento de discursos, un busto de mármol en aquella cueva que él había
mirado siempre con la mayor indiferencia. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
— ¿Y los visitantes son muchos'?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Se calló el buen mahonés, dejándonos en la duda de si éramos
nosotros tal vez los primeros que visitaban el refugio de Cervantes después de
la consagración oficial.<o:p></o:p><br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi5Ew3hIDicc0N6XJ5AgwKKtyjDI7Ux8Jmk8c1WzIQM6c_afHLjtiNJjg53yGeeYp5h3j6_fzkAEJ65vKWBN97ER0w1FDzfnwNvGhBp6d0ybYtKtqr4jobgfKTqpA10ou3eJyGPHkx9DeY/s1600/Argel+cervantes%252C+blasco+iba%25C3%25B1ez.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1045" data-original-width="734" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi5Ew3hIDicc0N6XJ5AgwKKtyjDI7Ux8Jmk8c1WzIQM6c_afHLjtiNJjg53yGeeYp5h3j6_fzkAEJ65vKWBN97ER0w1FDzfnwNvGhBp6d0ybYtKtqr4jobgfKTqpA10ou3eJyGPHkx9DeY/s400/Argel+cervantes%252C+blasco+iba%25C3%25B1ez.jpg" width="280" /></a></div>
Llegamos ante un gran corte de la roca, rasgado por estrecha
abertura que guardaba una reja. El esfuerzo que aquel hombre tuvo que hacer
para que la llave diese la vuelta y los rechinamientos de la cerradura,
delataban las largas temporadas que pasa la verja sin abrirse.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
La cueva es más ancha que profunda, y la luz penetra hasta
en sus últimos rincones.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Junto a la puerta está enclavada una magnífica lápida de
bronce que recuerda una visita del almirante y la oficialidad de la escuadra
española.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
En el centro de la cueva se yergue el busto en mármol del
sublime novelista sobre un pedestal jaspeado, en el que se dice que la obra ha
sido por iniciativa del cónsul de España en Argel, don Antonio Alcalá Galiano,
hijo del famoso orador de las Cortes del 20.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Nos descubrimos ante el empolvado busto, y el mahonés, al
notar nuestra emoción, y al mismo tiempo que limpiaba el rostro de mármol con
un pañuelo de hierbas, chapurreó con envidiable aplomo:<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
—Conten qu'era un hóme molt chistós, que tenia partit entre
les dones. La filla del rey d'Alger estaba enamorada d'ell y li salva la vida.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Y aquí paró, pues no sabía más de Cervantes.<br />
Yo contemplaba con respetuosa adoración aquella cabeza
marmórea, retrato ideal del famoso manco, y en sus pupilas sin vida, en aquella
frente espaciosa, creia encontrar la expresión olímpica de un semidiós.</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Con la imaginación evocaba las angustias, los terrores, los
anhelos que se habían desarrollado tres siglos antes en aquella cueva.<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiDZ6_5rRP4S6xGdKn9YqQS7etI47q4-9q_1e5trfs35agLltR1XPZhFUblBYyRdE9s4HDwfz9nYvnF2PJVvQ1fQm4bGWwpBvO9xYT9AuEOFu9dvF9iRWX4YY4fdGLeJoQ7hItDb9IJITI/s1600/cervantel+argel%252C+blasco+iba%25C3%25B1ez-l.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="527" data-original-width="770" height="273" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiDZ6_5rRP4S6xGdKn9YqQS7etI47q4-9q_1e5trfs35agLltR1XPZhFUblBYyRdE9s4HDwfz9nYvnF2PJVvQ1fQm4bGWwpBvO9xYT9AuEOFu9dvF9iRWX4YY4fdGLeJoQ7hItDb9IJITI/s400/cervantel+argel%252C+blasco+iba%25C3%25B1ez-l.jpg" width="400" /></a></div>
<span id="goog_1873830810"></span><span id="goog_1873830811"></span>Creía
ver a Cervantes con sus compañeros, amontonados en el fondo de la gruta durante
el día, temblando de inquietud al menor ruido que viniese de fuera; saliendo
por la noche cautelosamente, arrastrándose como culebras para robar en los
inmediatos huertos algo con que sostener sus fuerzas; los veía también
contemplando desde la estrecha abertura el dilatado golfo con su infinito
horizonte, que les haría pensar en la libertad; las aguas, de hermosa
transparencia, surcadas por naves de triangular vela bogando hacia la España de
sus pensamientos; y como contraste terrible, el momento en que, descubierto el
refugio de los fugitivos esclavos, caía sobre ellos el tropel de feroces
argelinos de negros hercúleos y los encadenaban como a fieras, conduciéndoles
otra vez a las mazmorras de Argel, con la terrible perspectiva de morir
empalados, sufriendo antes en el camino los insultos de la curiosa chusma y los
tremendos golpes de sus conductores.<br />
<o:p></o:p><br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiST1tEn6uYYCjR_3Bb_awnNf5brfQWDsCNMTdIbc9iic7Ck63j30XHxBhmM4u4QHGC9TDszpcfL_Tw5txHNhS21Jlj1rP9xZ07_s7iDiRcun5lWRr8PsV3OoO7hpxED_kXazFnPFaDLpk/s1600/Argel.%25E2%2580%2594Reconstrucci%25C3%25B3n+del+Ba%25C3%25B1o+del+Rey.+%2528Aguafuerte+de+Vallejo.%2529.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="787" data-original-width="1277" height="394" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiST1tEn6uYYCjR_3Bb_awnNf5brfQWDsCNMTdIbc9iic7Ck63j30XHxBhmM4u4QHGC9TDszpcfL_Tw5txHNhS21Jlj1rP9xZ07_s7iDiRcun5lWRr8PsV3OoO7hpxED_kXazFnPFaDLpk/s640/Argel.%25E2%2580%2594Reconstrucci%25C3%25B3n+del+Ba%25C3%25B1o+del+Rey.+%2528Aguafuerte+de+Vallejo.%2529.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
Cautiverio de Cervantes en Argel; la prisión llamada Baño
Real (Aguafuerte de Vallejo)<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
¡Y los infelices, rotos, hambrientos y desfallecidos,
tratados como perros, acosados como alimañas, eran los mismos que en Lepanto
habían asombrado al mundo, y en Flandes y en Italia habían elevado el valor
español al mayor heroísmo!</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
¡Y uno de aquellos hidalgos, modelo de bravos soldados,
cuando en las horas de hambre y de abrumadora fatiga, haraposo y cargado como
una bestia subía cual nueva calle de Amargura las empinadas cuestas de la
Kaasba entre el desprecio y los insultos de la canalla berberisca fanática y
soez, sentía bullir dentro de su cráneo algo que había de convertirse en la
mayor joya literaria!<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
¡Desgraciado Cervantes! Si sus obras le atraen la universal
admiración, las penalidades de su vida dan a su persona un ambiente melancólico
que impone profundo respeto.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Después de tres siglos de gloria, de formar la más luminosa
de las trinidades con Dante y Shakespeare, de haber enriquecido el patrimonio
del mundo con <i>Don Quijote</i> y las <i>Novelas</i> <i>ejemplares</i>, de ser traducido a todas las lenguas, todavía ignoran
los más, en el teatro de tus desdichas, cuál fue el lugar donde las sufriste
mayores; y el guardián que de tarde en tarde pasa su burdo pañuelo por tu
empolvado rostro, solo sabe decir de ti:<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
</div>
<div class="MsoNormal">
—Conten qu'era un hóme molt chistós, que tenía partit entre
les dones. La filla del rey d'Alger estaba enamorada d'ell y li salva la vida.<o:p></o:p><br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: right;">
<br /></div>
</div>
<br />Marga Predahttp://www.blogger.com/profile/07698563453867139965noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2820100463319832693.post-29808623063261657142019-04-14T06:31:00.003-07:002019-04-14T07:10:07.553-07:00EL EJÉRCITO DE LA REPÚBLICA<br />
<br />
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhR2HB3QWIBE5XCsO89W1zk7yRC1CRcgr5STAlN98CH7yzBmcNqKidz9rUWquZsh7OSTxagM16Mll7QuztzoDTW_pffHyS7Mmiz319VFdPu9x6GBB38KII7a6-CUTeclE3gb6ClNKII7bo/s1600/Blasco+iba%25C3%25B1ez.jpeg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="772" data-original-width="517" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhR2HB3QWIBE5XCsO89W1zk7yRC1CRcgr5STAlN98CH7yzBmcNqKidz9rUWquZsh7OSTxagM16Mll7QuztzoDTW_pffHyS7Mmiz319VFdPu9x6GBB38KII7a6-CUTeclE3gb6ClNKII7bo/s320/Blasco+iba%25C3%25B1ez.jpeg" width="214" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">El joven Vicente Blasco Ibáñez</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<b>En 1888</b> V. Blasco Ibáñez tenía 21 años y estaba terminando la carrera de Derecho en la Universidad de Valencia.<br />
Años antes, en plena adolescencia, había iniciado su actividad literaria con varios cuentos inspirados en leyendas históricas, publicados en los almanaques valencianos de la época (desde1883) o en la revista <i>Ilustración ibérica</i> de Barcelona (1885).<br />
En 1887, cuando el joven Blasco entraba como redactor en <i>El Correo de la tarde</i> del antiguo diario <i>El Correo de Valencia</i>, se editaban sus dos libros: “Fantasías – legendas y tradiciones” y la novela histórica “El Conde Garci-Fernandez”.<br />
El siguiente año, en la misma colección, <i>Biblioteca de El Correo de Valencia</i>, aparece su primer tomo de novelas cortas, inspiradas “en la sociedad contemporánea”, creaciones literarias que lograron ganar el aprecio y la admiración de Teodoro Llorente, importante personaje de la cultura valenciana de aquella época:<br />
“La pluma de Boix y de Pizcueta la ha recogido Vicente
Blasco é Ibáñez, escritor joven y brioso, de imaginación ardiente y espontánea
factura, como ellos.<br />
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
Aplicando la observación sagaz […] seguro que Blasco ha de
producir novelas exquisitas, que satisfagan a los más exigentes y sean leídas
por todos con igual regodeo.” <br />
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiZVrK9GLp7tVTxPpryaTH4mZsgLjscNo8IqyA_Io7GQDia4C5G7xXo-6wyOYcm5Ln6htVSBugmoDCbrmNtVY5btw6Oidd9AinyGgi2StBSaM-mscUN28qhwOEI22fChjXx7UdHPOgbpOQ/s1600/1887+-+1888+Blasco+Ib%25C3%25A1%25C3%25B1ez+%252C+obras.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="856" data-original-width="1596" height="342" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiZVrK9GLp7tVTxPpryaTH4mZsgLjscNo8IqyA_Io7GQDia4C5G7xXo-6wyOYcm5Ln6htVSBugmoDCbrmNtVY5btw6Oidd9AinyGgi2StBSaM-mscUN28qhwOEI22fChjXx7UdHPOgbpOQ/s640/1887+-+1888+Blasco+Ib%25C3%25A1%25C3%25B1ez+%252C+obras.jpg" width="640" /></a></div>
<br />
En paralelo, durante la época universitaria, Blasco iba consolidando también su ideología como futuro agitador republicano, estrenaba sus dotes de orador y tribuno de masas pero además, comprobaba que su mejor arma para la actividad política debería de ser la pluma.<br />
El siguiente articulo, una evocación a la Revolución francesa según su prisma, fue publicado en el <i>Almanaque</i> del 1888 de <i>El Correo de Valencia</i>; se mencionaba que: "Este artículo forma parte de una serie que, con el título
de <i>Los obreros de la Revolución</i>, se
propone publicar el autor".<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<br />
<br />
<div style="text-align: center;">
<i style="color: #990000; font-family: verdana, sans-serif; text-indent: -24px;"><span style="font-size: x-large;">EL EJÉRCITO DE LA REPÚBLICA</span></i></div>
<div style="text-align: center;">
<i><br /></i></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; margin-left: 1em; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiDL6VK5ZkxfGlhBqf72AuWH6QevzI5iW65zGwJVprf9wCOl8NkvEzS4J9ee3DRe5SMUGJcIUy4sX-qvF7xqbhEmTl02ryxFttmbEM0hTvbjGHxydDDDSO7YVTrVPQqN4lJppGSSmqM6Aw/s1600/1888+Ortega+-Republica+Blasco+iba%25C3%25B1ez.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="630" data-original-width="413" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiDL6VK5ZkxfGlhBqf72AuWH6QevzI5iW65zGwJVprf9wCOl8NkvEzS4J9ee3DRe5SMUGJcIUy4sX-qvF7xqbhEmTl02ryxFttmbEM0hTvbjGHxydDDDSO7YVTrVPQqN4lJppGSSmqM6Aw/s320/1888+Ortega+-Republica+Blasco+iba%25C3%25B1ez.jpg" width="209" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
<i>Almanaque</i> de <i>El Correo de Valencia</i><o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<br />
Cuando se estudia atenta y detenidamente esa grandiosa y
trascendental conmoción que figura en las páginas de la Historia con el nombre
de Revolución Francesa; cuando el espíritu
se abisma en la contemplación de aquellos caracteres sobrehumanos a fuerza de
ser enérgicos, y de aquellos hechos unas veces sublimes y otras horripilantes,
aunque siempre gigantescos, no se puede menos de admirar al mismo tiempo que al
pueblo al ejército de aquella época, organismo glorioso sin precedente en los
pasados siglos y ejemplo vivo de lo que puede el entusiasmo y el amor a la
patria.<br />
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Nada tan original en su nacimiento y tan feliz en sus resultados
como el ejército de la República. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Surgió, como el mundo, del caos, de la nada, teniendo por
único creador a la tumultuosa revolución, y por autoridad organizadora la
imperiosa necesidad y el deber común de salvar a la patria, y fiel a su
nacimiento y a la madre que le dio sus pechos, comenzó por romper todos los empíricos
sistemas de guerra, y fue tumultuoso y sublime en sus combates, imitando a su
mismo pueblo que atronaba el espacio junto a la lúgubre guillotina, y mojándose
los brazos en la sangre de un rey, auguraba una
nueva época que ponía bajo la égida del progreso y la fraternidad de todos
los humanos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Al leer en la página de la epopeya trágica del pasado siglo
los hechos de aquel ejército que, miserable y mal organizado, resistía el
empuje de todas las potencias europeas coaligadas, no se puede menos de sentir
ese estremecimiento precursor del entusiasmo y admirar a aquellos hombres,
héroes oscuros, que corrían a las fronteras para oponer varonil valla al poder
del antiguo régimen, y lograr de este modo que en París fermentara hasta el último límite aquella revolución
comenzada en la Bastilla para utilidad de todo el viejo continente, y cuyo
término todavía no hemos visto.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi9HkbVqICfhPYlSEmR6WBtuJ68nrRRfSJ1Mc7Q5decHvVdrojvQ-iSSey2-fwRtkQLsmIrDm124TFZFWd02qJSasPFTRqLHeOwo7U5CKAGLrDlrqAv7jnLkKzcasvq5vDOn6bKzaa2-vM/s1600/Bastilla+republica+%252C+Blasco+iba%25C3%25B1ez.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="787" data-original-width="1380" height="364" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi9HkbVqICfhPYlSEmR6WBtuJ68nrRRfSJ1Mc7Q5decHvVdrojvQ-iSSey2-fwRtkQLsmIrDm124TFZFWd02qJSasPFTRqLHeOwo7U5CKAGLrDlrqAv7jnLkKzcasvq5vDOn6bKzaa2-vM/s640/Bastilla+republica+%252C+Blasco+iba%25C3%25B1ez.jpg" width="640" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
El ejército de la República cumplió con glorioso éxito una
misión sobrehumana. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
La revolución necesitaba de dos brazos, el reformador, el
guerrero; y mientras en el seno de la Convención se ponían en práctica aquellas
tablas de la ley cívica, conocidas con el nombre de Derechos del hombre, se
derogaban los odiosos privilegios feudales y se inauguraba el reinado de la
libertad en todas sus manifestaciones, aquel miserable ejército de hijos del
pueblo (semejante al paladín de la Edad Media que, con el nombre de su dama en
los labios, combatía en el palenque para sostener la hermosura de aquella)
batallaba en las fronteras de Francia, si no en los reinos vecinos, haciendo
vibrar el aire con los marciales sones de la inmortal <i>Marsellesa</i>, y enseñando al mismo tiempo a los pueblos, esclavizados
por los pequeños tiranos, la sublime bandera de la redención.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; margin-left: 1em; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhPD6CNirwKWgiMNmbf9maUj4EOROlPpghI-2va8WCdrcO-H0yyjy_RgG6IXmA5SGYdfdz9iCByM391iilSFBOlfRbKYfvqfr4xCFOjKE-bseZR7RHJSskZvwVJvvh7puPs4vfqkmvwGww/s1600/Bataille_Jemmapes.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="524" data-original-width="736" height="227" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhPD6CNirwKWgiMNmbf9maUj4EOROlPpghI-2va8WCdrcO-H0yyjy_RgG6IXmA5SGYdfdz9iCByM391iilSFBOlfRbKYfvqfr4xCFOjKE-bseZR7RHJSskZvwVJvvh7puPs4vfqkmvwGww/s320/Bataille_Jemmapes.jpg" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
Batalla de Jemappes, 6 noviembre 1792</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal">
Cuando se estudia la historia y se consideran los mezquinos principios de aquel colosal ejército, es cuando más se le admira.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
No tuvo otro aprendizaje que las inmortales jornadas del 14 de julio y el 10 de agosto. La toma de la Bastilla y la de las Tullerías fueron sus sargentos instructores.</div>
<div class="MsoNormal">
De aquellas compactas muchedumbres que, mal armadas y peor
dirigidas, asaltaron la fortaleza, personificación material del despotismo, y
el palacio, fiel reflejo de la suntuosidad monárquica, salieron aquellos
soldados que sirvieron los cañones de Valmy o cargaron a la bayoneta en
Jeumapes; y los que en aquellas jornadas tal vez blandiendo un tosco garrote o
un sable enmohecido se arrojaron sobre las compactas filas de los suizos,
fueron los generales que pocos años después vencieron a los famosos guerreros
reputados como únicos poseedores de los preciosos secretos tácticos del Gran
Federico.</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p>¿Cuál fue su sistema de guerrear? El único propio en aquellas circunstancias, el que deja libre la iniciativa humana y no la liga con las severas prescripciones de la estrategia, el más favorable para los hombres entusiasmados, el sistema de continuo ataque que, cuando es realizado por corazones rebosantes de entusiasmo, solo lleva a la muerte o a la victoria.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgowrKfrv5ieJZbb5P9Wc2PYMCbGI8AHxYGJjBk-vIYd6Aej2NCrNPOBOqB13qJ9_T7OhVFzZWvZrqhA8csBFa2OxgqlBO8CKmZTvjrc8jVeR8IRyC0qxAXDMM5luPXR2T7Nkh9uBXLtto/s1600/revolucion-francesa-toma-bastilla.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="559" data-original-width="739" height="242" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgowrKfrv5ieJZbb5P9Wc2PYMCbGI8AHxYGJjBk-vIYd6Aej2NCrNPOBOqB13qJ9_T7OhVFzZWvZrqhA8csBFa2OxgqlBO8CKmZTvjrc8jVeR8IRyC0qxAXDMM5luPXR2T7Nkh9uBXLtto/s320/revolucion-francesa-toma-bastilla.jpg" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
Revolución francesa; la toma de Bastilla<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal">
En las guerras que
sostuvo el ejército de la República jamás se emplearon sistemas salidos
de las escuelas o meditados por los Estados Mayores.</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Amoldándose siempre a
la elasticidad del pensamiento humano y confiando en la prontitud de la
imaginación y el seguro golpe de vista, los generales aguardaron en toda
ocasión que las circunstancias les inspirasen su conducta en cada batalla,
usaron un nuevo método en cada una de ellas, y solo como base fundamental
tuvieron un mismo principio, el de acometer, aturdir, acosar al enemigo antes
de que pudiera darse cuenta de ello, tomar las baterías, destruir las
posiciones, aunque para ello tuvieran que quedar por el suelo batallones
enteros, y siempre prefirieron ser la maza que tritura y quebranta al broquel que
resiste y detiene los golpes del contrario.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Cuando se consideran los medios de que disponía aquel
ejército, es cuando brilla más la aureola de gloria que le circunde.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Nacido de la nada, como antes hemos dicho, sufría las mismas
necesidades que el niño que viene al mundo en una noche de invierno.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Faltábanle esos mil elementos propios de los ejércitos
disciplinados detenidamente, y desde la administración que velara por un
estómago hasta el parque que le proporcionara armas y municiones, carecía de todo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Tenía generales que le conducían a la victoria como Dumoriez
y Hoche; pero carecía de zapatos, de uniformes y de buenas armas, y muchos días
se consideraba dichoso por tener un negro pedazo de pan que llevar a la boca.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; margin-left: 1em; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgOepznPPtsupi_Nxs8w15RyVmV0ssaL250ihdW_J-nbcZ844JEe76-ecH_EszkASFu0oG9DJn4m2sz35Pzdd8tvFIa_IljnQlrOnEOwWTCH0Tnb935Lwthx9BL430pHJM0iwe-l4wDRn0/s1600/P6BWAC.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="951" data-original-width="1225" height="248" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgOepznPPtsupi_Nxs8w15RyVmV0ssaL250ihdW_J-nbcZ844JEe76-ecH_EszkASFu0oG9DJn4m2sz35Pzdd8tvFIa_IljnQlrOnEOwWTCH0Tnb935Lwthx9BL430pHJM0iwe-l4wDRn0/s320/P6BWAC.jpg" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
París defendido por el pueblo, noche del 12 al 13 de julio
1789<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal">
Aquellas gloriosas divisiones, aquellas medias brigadas
republicanas, tan célebres en las historias, a aparecer hoy en día y desfilar
ante los ejércitos modernos, podrían ser muy bien confundidas con numerosas
gavillas de salteadores destrozados por una continua existencia de persecución.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Los hombres que corrían a morir por la República vestían
uniformes sucios y harapientos propios de los mendigos; sus sombreros, a fuerza
de usados, habían adquirido una forma extraña; sus correajes estaban recosidos
por mil partes, y muchas veces, viéndose
descalzos, la imperiosa necesidad les sugería el medio de cubrirse los
pies con hierba, que atada a las piernas por cuerdas suplía deficientemente la
falta de zapatos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Tales soldados oponía la república francesa a la brillante
caballería prusiana, a los opulentos emigrados de Coblenza, y a los regimientos
austriacos de aspecto elegante hasta en el mismo campo de batalla.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Y si del estudio de los medios con que contaba el ejército
de la República se pasa al de los hombres que lo componían, no se puede
menos de redoblar la admiración.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Híbrido aspecto era el que presentaban los batallones
franceses. En sus filas se veían hombres de las clases y edades más
antitéticas; junto al pillete parisién de pies descalzos y eterna sonrisa,
marchaba el anciano de aspecto grave que
apenas si podía sostener el peso del fusil, y codeándose, marchaban el sesudo
campesino, el violento orador del club y el tendero de París, ansiosos todos de
derramar sangre por aquella revolución, a cambio del título de ciudadanos y
hombres libres que les había dado.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Y tales hombres, que por primera vez habían oprimido un
fusil entre sus manos, que no poseían el menor rudimento de ciencia militar y
apenas si sabían marchar en alineada fila, se batían con los ejércitos de los
reyes, compuestos de soldados de profesión con el corbatín al cuello toda la
vida y habituados a obedecer la voz de sus jefes con la prontitud de un
autómata, y de aquellos viejos granaderos prusianos (últimos restos de la
gloria del gran Federico) que durante el combate permanecían graves y silenciosos como
esfinges egipcias, pero que al señalarles sus antiguos generales las posesiones
enemigas, caían siempre sobre ellas compactos con la velocidad y la fuerza de
un ariete devastador.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhNOTajdUW9fZqFDWGyp326Lhbyw7QCylJUPZ1h7Vxwu1LIPB25cMvQG1zyJJEqhmCUUAuarftKBIRYFHMfBUEqAVbsIYVCaJV-QjWsCZSqkvy2qzWECCFPcfB-jYANFjj6FXwBx0-5eYg/s1600/delacroix_1024-7683.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="768" data-original-width="1024" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhNOTajdUW9fZqFDWGyp326Lhbyw7QCylJUPZ1h7Vxwu1LIPB25cMvQG1zyJJEqhmCUUAuarftKBIRYFHMfBUEqAVbsIYVCaJV-QjWsCZSqkvy2qzWECCFPcfB-jYANFjj6FXwBx0-5eYg/s320/delacroix_1024-7683.jpg" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
<i>La Libertad guiando al puebl</i>o de Eugène Delacroix
. 1830<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal">
Inmensa era la diferencia que existía entre ambos ejércitos, y sin embargo, el
aliado, a pesar de su aspecto brillante, sufrió descalabro tras descalabro, y
el duque de Brunswick, aquel guerrero reputado por todas las naciones como el Agamenón
del siglo XVIII y como único poseedor de los preciosos
secretos del César prusiano, fue vencido por Dumoriez en Valmy en Jeumapes y
por Hoche en Landan, teniendo que retirarse con la vergüenza de haber sido derrotado
por un general de veintiséis años, que meses antes todavía era un oscuro
oficial de media brigada.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Y tales milagros solamente se obraron mediante aquel sublime
espíritu que parecíacernerse sobre los batallones franceses.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
El grito de ¡Viva la nación! y aquella <i>Marsellesa</i>, cantada al rítmico compás de la marcha de los
ejércitos, fueron las palabras mágicas que daban nuevo empuje a los brazos y
arrojaban por las puntas de las bayonetas eléctricas corrientes de patriótico
entusiasmo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
El ejército de la República alcanzó siempre la victoria,
porque más que soldados, los que formaban en sus filas eran ciudadanos atentos, antes que a las
voces de mando de los generales, a lo que les dictaba su corazón repleto de
entusiasmo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Muchos son los militares rutinarios y ordenancistas que os
dicen: «Dadme un ejército cuyos soldados obedezcan como máquinas y venceré. No es necesario que el soldado tenga
ilustración y siempre es nocivo que tenga conciencia de sus actos, pues esto le
priva de funcionar como una máquina».<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; margin-left: 1em; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEihPfwXVhfhB1NL7SG2uN587IcAXfh9znHH0PyJxwn03yphIVwbzI9W5IlcswmCdJbFTshAJVrcKxQ3ucglbdT9LnDLUGE1iyX2II_kdsbj9rSK627wLgjxDK404DQBfQOmBqbeHnreOAI/s1600/Bandera+Federal+18Cp.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1461" data-original-width="901" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEihPfwXVhfhB1NL7SG2uN587IcAXfh9znHH0PyJxwn03yphIVwbzI9W5IlcswmCdJbFTshAJVrcKxQ3ucglbdT9LnDLUGE1iyX2II_kdsbj9rSK627wLgjxDK404DQBfQOmBqbeHnreOAI/s640/Bandera+Federal+18Cp.jpg" width="393" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Ilustración de <i>La Bandera federal</i>, publicación fundada por Blasco en 1889</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal">
Las guerras de la República se encargan de dar un mentís a
tales afirmaciones.</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Aquellos ejércitos estaban compuestos de elementos
heterogéneos y poco aptos – ¿por qué no
decirlo?– a sufrir la disciplina
militar. Dentro de ellos se albergaban los batallones formados en los ruidosos
clubs, los nacidos en los barrios de París, siempre favorables al motín, los
creados con hombres salidos de las revueltas populares y acostumbrados a cumplir lo que les
aconsejaba su omnímoda voluntad; sus
comandantes formaban el día anterior en
sus filas como simples soldados; no existía entre los jefes y los individuos
ese prestigio tradicional que da la diferencia de cuna y posición; el recluta y
el voluntario se tuteaban con el oficial que había sido su compañero en las
jornadas revolucionarias, y a pesar de todo esto, aquellas brigadas limpiaban
de enemigos las fronteras de Francia, y arrojaban desbandados, más allá de los Vosgos,
de los Alpes y de los Pirineos, aquellos poderosos ejércitos unificados por el
feudalismo y la preponderancia militar de Francia, Austria y España.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
¿No hay que admirar, pues, en vista de esto, a aquel
ejército de la República? ¿No hay que saludarle como único ejemplo de
la Historia?<o:p></o:p></div>
<div style="text-align: right;">
</div>
<div class="MsoNormal">
La Revolución Francesa fue original y grandiosa hasta con
sus soldados. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
El ilustre Carnot, desde París, y con la vista fija en el
mapa, aconsejaba a los ejércitos, y estos verificaban aquellos movimientos que,
por su novedad inesperada, forman época
en la historia.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
En aquellos tiempos Francia tenía un ojo de Argos, que era
Carnot, y un brazo de Hércules, que era el ejército.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Del seno de este partieron esas frases que, por lo concisas
y sublimes, parecen propias de los héroes griegos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Un general de la República, Dumoriez, pronunció unas
palabras que revelan una voluntad de hierro, dirigiéndose a sus soldados que se
quejaban por la falta de víveres: « ¿De qué os quejáis? ¿No tenéis harina? Pues
haced galletas y sazonadlas con libertad».<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Otro general, el intrépido Marceau, al terminar la defensa
de Verdún, fue el autor de una contestación
que revela un patriotismo a toda prueba y un inextinguible deseo de
servir a su país: «Héroe –le decía un
representante de la Convención–, ¿qué quieres que la patria te dé a cambio de
tus servicios? —Solo quiero que me devuelva mi sable».<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
E iguales frases salieron de la boca de todos aquellos
sublimes guerreros, porque las palabras de los hombres siempre son fiel
trasunto de la época en que vivieron.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Aquel glorioso ejército produjo algo más imperecedero que
grandiosas frases; legó a la historia los nombres de Dumoriez, Kellerman,
Westterman, Hoche, Pichegrú, Saint-Just,
Jourdan, Marceau, Ferrand, Kebler, Moreau, y otros más que recordaron con sus hechos
a los héroes del mundo antiguo, si bien llevaron sobre estos la ventaja de luchar por una empresa
tan grande como la regeneración política de la humanidad.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
El ejército de la República dejó a algo más tras de sí, pues legó a la Francia del siglo XIX el ejército napoleónico, que paseó su triunfante águila por todas las naciones europeas.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh77euRH4V4W3y4zkJFevAzPTLPBkaLTTrXCXEyFORjP1j8mCDL1YqyMuuV6deTPrGv-ekcXJ6c24A3jBpSS2FToM3JHK0RRGcfCoTYua4IHQQN_IUSNlgB_BdjKmwAAMa0gv8AYmohqZY/s1600/Napoleon_at_Arcole.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="719" data-original-width="488" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh77euRH4V4W3y4zkJFevAzPTLPBkaLTTrXCXEyFORjP1j8mCDL1YqyMuuV6deTPrGv-ekcXJ6c24A3jBpSS2FToM3JHK0RRGcfCoTYua4IHQQN_IUSNlgB_BdjKmwAAMa0gv8AYmohqZY/s400/Napoleon_at_Arcole.jpg" width="271" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
Napoleón Bonaparte en el puente de Arcole 1796<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal">
Él fue como el campo de
experiencias, como el taller de aprendizaje de aquellos soldados que marcharon
de batalla en batalla tras el caballo del emperador. En su seno se formaron
aquellos generales y aquella guardia imperial, verdadera agrupación de veteranos
Martes, y toda la grandeza que respiran las huestes bonapartistas es prestada a
la que era peculiar y propia del ejército de la República.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Murat, Ney, Bernadotte,
y todos aquellos célebres generales de
Napoleón, recibieron su bautismo de sangre en los batallones
republicanos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Y aun el mismo Bonaparte, cuando se le considera desprovisto
de aquel ambiente casi divino que adquirió en las altas regiones a que supo
elevarse, ¿qué fue? Un simple soldado de la Revolución, cuya suerte consistió
en saber sobrevivir a sus compañeros.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Cualquiera de los generales jóvenes de la República
demuestran una grandiosidad igual a la del célebre corso y una superioridad moral mayor, pues se presentan en la historia desprovistos
de toda ambición personal, sencillos y humildes como los héroes clásicos, y
atentos solo al bien de su patria.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Si el sublime Hoche no hubiera muerto en la flor de su
juventud, Francia de seguro que no registraría en su crónica un emperador ni la
Europa habría sufrido la opresión de un heroico ambicioso. La más gloriosa
etapa de la vida de Bonaparte es aquella en que era un modesto general de la
República. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Las dos célebres y tan sabidas alocuciones de las pirámides y de los Alpes, jamás fueron
imitadas por las otras que pronunció en los tiempos en que era reconocido por
el soberano de Europa.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
La primera parte de su vida fue la más gloriosa. Entonces estuvo a la altura de sus compañeros;
en el puente de Arcole y en Egipto fue un héroe, un guerrero con honores de
Dios; después fue simplemente… un emperador.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Si grandiosidad tuvieron sus empresas de dominación, si para
ellas tuvo ejércitos grandiosos, se lo debió todo a la República, de cuyo seno
había salido.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
El esplendor divino con que
se encubre es un jirón arrancado al manto de gloria en que yace envuelto
el cadáver del ejército de la República. Pero ha sucedido una cosa que marca la
injusticia con que muchas veces proceden los hombres al prodigar su admiración.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
El falso esplendor del ambicioso ha oscurecido la venerable
figura del patriota; el aventurero ha eclipsado al ciudadano.<o:p></o:p></div>
<br />
<div class="MsoNormal">
Hoy los ejércitos imperiales excitan más el recuerdo de los hombres que el ejército republicano;
los que combatieron por ambición y
atropellando todo derecho, son más admirados que los que derramaron su sangre
por abrir a la humanidad nuevos horizontes.
César merece más asombro que Cincinato, y el mundo demuestra su fondo de
frivolidad y ligereza, rindiendo culto antes que al padre grandioso que fue
humilde, al hijo espúreo que fue esplendente.<o:p></o:p></div>
<div style="text-align: right;">
<i> VICENTE BLASCO IBÁÑEZ, 1888</i></div>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEghra2zJW-iK1_V0xoufK00UeSLAgZAu7imlB0jPlR4Q1Dtou9RCPYAQ0HgV19lkI8hYyqR-WN0DNWKsIyz-3-Vp_ftkH3oJ0YEREy4zPe1Xz52RllHsIQ3z8fTdL4tHFPWUVqV7OfYSzI/s1600/1903-03-25+VBI+Salmeron+Madrid+Asamblea-+m.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="587" data-original-width="687" height="546" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEghra2zJW-iK1_V0xoufK00UeSLAgZAu7imlB0jPlR4Q1Dtou9RCPYAQ0HgV19lkI8hYyqR-WN0DNWKsIyz-3-Vp_ftkH3oJ0YEREy4zPe1Xz52RllHsIQ3z8fTdL4tHFPWUVqV7OfYSzI/s640/1903-03-25+VBI+Salmeron+Madrid+Asamblea-+m.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
V. Blasco Ibáñez con N. Salmeron, después de la Asamblea Magna de la Unión
Republicana. Madrid, 25 de marzo 1903<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
Marga Predahttp://www.blogger.com/profile/07698563453867139965noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2820100463319832693.post-17076805508664467442018-10-15T14:56:00.000-07:002018-10-16T02:14:06.647-07:00La Dama errante<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiSQ9Q1prSDxNi2p18F_tbwL6IZWy_giGjp8GEalamufHMiRWQyBRWAkm4qLJyvAUpD8WPXXmyLK0KrvHwS_28HWZys5VFJ9Oh0bU-TDWAX1aP9ZPqDdxCqTj3ay-TbmLXVKxJmirSTgJw/s1600/santa-teresa-jesus-G.gif" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="300" data-original-width="450" height="426" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiSQ9Q1prSDxNi2p18F_tbwL6IZWy_giGjp8GEalamufHMiRWQyBRWAkm4qLJyvAUpD8WPXXmyLK0KrvHwS_28HWZys5VFJ9Oh0bU-TDWAX1aP9ZPqDdxCqTj3ay-TbmLXVKxJmirSTgJw/s640/santa-teresa-jesus-G.gif" width="640" /></a></div>
<span style="font-family: "calibri" , "sans-serif"; font-size: 11.0pt; line-height: 115%;"><br /></span>
<br />
<span style="color: #073763; font-family: "verdana" , sans-serif;">El siguiente artículo es un fragmento de la décima
conferencia, la titulada </span><span style="color: #073763; font-family: "verdana" , sans-serif;">"<b>El misticismo batallador de los españoles</b>", </span><span style="color: #073763; font-family: "verdana" , sans-serif;">de una serie de conferencias impartidas por Vicente Blasco
Ibáñez en Argentina, en el año 1909.</span><br />
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEikZIMzB2zbi011mIKqJeh7hTE0SFFYJq2VFT9NXkBT7gz5o_pMfHV2uqug4bHpzav8Dj-Sk2Sxi1256FSwI-6_F4LrfSb2PNe69203Wu9mGWmFg3UAlc4OSW1zamnYCF59enLCts1Sl4w/s1600/1909-07-+Buenos+aires-+VBI.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="877" data-original-width="1600" height="350" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEikZIMzB2zbi011mIKqJeh7hTE0SFFYJq2VFT9NXkBT7gz5o_pMfHV2uqug4bHpzav8Dj-Sk2Sxi1256FSwI-6_F4LrfSb2PNe69203Wu9mGWmFg3UAlc4OSW1zamnYCF59enLCts1Sl4w/s640/1909-07-+Buenos+aires-+VBI.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
V. Blasco Ibáñez en el Club español de Buenos Aires, en
junio del 1909<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Señoras y señores: <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Lo confieso: jamás he empezado una conferencia con tanta preocupación
y tanto miedo. Quizá una gran parte de vosotros venís con el preconcepto de que
aprovecharé esta oportunidad para insistir en las ideas en cuya defensa he
gastado tanto entusiasmo y tanta energía. No es así. Hablaré de altos
personajes históricos que son santos, dejando a un lado mi juicio sobre la
santidad, para hablar sólo de sus características humanas y del ambiente en que
actuaron.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Otra parte del público pudiera preguntarme por qué he
elegido este tema en que hablaré de personas que no se ajustan a las doctrinas
de que he sido siempre sostenedor. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Respondo: porque esta conferencia era imprescindible entre
las que he venido dando acerca de España, pues hablaré en general del
misticismo, una de las germinas manifestaciones del alma española.<o:p></o:p></div>
<span style="line-height: 115%;">
</span><br />
<div class="MsoNormal">
Comprendo que esta es, de todos modos, una conferencia de
peligro; no saldré incólume, sino como los toreros cuando luchan con un toro
superior a sus condiciones. Quedaré «alcanzado», pues me encuentro en esta
ocasión entre dos escuelas antagónicas, y aunque pretenda sostenerme en el «justo
medio», por no hablar como un predicador, seré atacado por unos; y por no hablar como un escéptico, seré
atacado por otros.<br />
Pero sé también que en la vida de todo pensador, de todo
artista, hay algo más repugnante que la adulación, y es la cobardía, y que debe
importársele menos del juicio general que de sus propias ideas, manifestándolas con
sinceridad.<br />
Digo, pues, como los creyentes: Suceda lo que Dios quiera ¡ y entro
en la conferencia...<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
***</div>
<span style="line-height: 115%;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></span>
<span style="line-height: 115%;"><span style="font-family: inherit;">Para
comprender bien a <b>Santa Teresa de Jesús</b>, hay que conocer Ávila, la ciudad en
donde vivió, y que tienta a los escritores y artistas. </span></span><br />
Alzase Ávila en una llanura ligeramente ondulada, inmensa, como la pampa argentina, océano de tierra que se besa con el océano del ciclo en los amplios horizontes, sin que la línea oscura de una colina o de una arboleda oculten esa conjunción grandiosa. En tal inmensidad, la distancia, en vez de disminuir los objetos, los agranda: un cordero, en la perspectiva, aparece un caballo, un caballo un elefante, un hombre, un gigante.<br />
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; margin-left: 1em; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi3NFI_7CR-Ir4lnQhtOF2tdNWDOe9llQJNKJkHbo324b5T6bnPIiY39xEajmowxsFcC1a_3IjzhPHRsOO3m-NcPQ4YvrDj8Nh-OzHYCuuwz50ril8Hxv0S5tRgTKSCVzjWgo-z1rGqwc8/s1600/%25C3%2581vila-antigua.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="318" data-original-width="500" height="253" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi3NFI_7CR-Ir4lnQhtOF2tdNWDOe9llQJNKJkHbo324b5T6bnPIiY39xEajmowxsFcC1a_3IjzhPHRsOO3m-NcPQ4YvrDj8Nh-OzHYCuuwz50ril8Hxv0S5tRgTKSCVzjWgo-z1rGqwc8/s400/%25C3%2581vila-antigua.jpg" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Ávila. Vista general, hacia 1900</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal">
Esta fantasía óptica contribuye no poco en la imaginación
para hacerla creer prodigios, y no deja de ser a la larga una buena escuela
para santos. </div>
<div class="MsoNormal">
Las llanuras inmediatas de Ávila presentan otra particularidad:
están sembradas de masas de basalto negro, como esos bloques de
las pirámides egipcias, y que nadie las creería obra de la naturaleza. Diríase
al verlas que una familia de gigantes se ha entretenido en apedrearse con
riscos. En su amontonamiento informe, semejan dragones espantosos, seres
prehistóricos, rostros de monstruos que asustan al caminante con su mueca
espantosa. Esas masas de piedra contribuyen al ambiente de leyenda, y así se
comprende que aún hoy, Ávila viva en un ambiente legendario. </div>
<div class="MsoNormal">
Es esta ciudad una
de las pocas de España que conservan su recinto amurallado, circundándola 85 torres con almenas. </div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhGoj5d7U-dXy5V55HNblbzBFoWh9Qc0fUyvMm0fNO88Ebnv1unp47XcgTj6FfjOMg6M9YIgpK8Tsijdw5PzRuQic-SzlCw3H-DpQc-WCSS6ilyZbDzsa7_RRTWyWOAMDTIS459ibv-UJA/s1600/%25C3%2581vila.+Vista+general.+h.+1870+-+BB.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="882" data-original-width="1600" height="352" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhGoj5d7U-dXy5V55HNblbzBFoWh9Qc0fUyvMm0fNO88Ebnv1unp47XcgTj6FfjOMg6M9YIgpK8Tsijdw5PzRuQic-SzlCw3H-DpQc-WCSS6ilyZbDzsa7_RRTWyWOAMDTIS459ibv-UJA/s640/%25C3%2581vila.+Vista+general.+h.+1870+-+BB.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Ávila. Vista general. 1870</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal">
El verdadero nombre de Ávila es <i>Ávila de los Caballeros</i>, y
esas torres son de palacios señoriales, y véanse coronadas de grifos, de
animales heráldicos, de emblemas nobiliarios. Cada palacio es una muralla, un
poderoso bastión, que así cada hidalgo contribuía a la defensa de la ciudad. Su
misma catedral parece una fortaleza, en donde los muros y hasta las torres
están almenadas. Sus adornos inspiran la idea de la leyenda; leones de mármol,
con cadenas, y grandes cachiporras, cual la de Hércules, pues Hércules fue
quien, según la tradición, fundó esa ciudad.</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<span style="line-height: 115%;"><span id="goog_526693643"></span><span id="goog_526693644"></span></span><br />
<div style="text-align: right;">
</div>
<div class="MsoNormal">
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjm634wAcaSX0zgt6gPdxz0Ta1a7_THveO1fQK8R411eOJie_X1NuFbaWUClUED1IKBZyFQVuardkWh7l2M3wRr6NhPdR2WXJRFakEZGJgLC48rAkcivlUhJ-wKwNa7gr-N5eP2rAE1T2w/s1600/El+noveno+libro+de+Amadis+de+Gaula+1542.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1166" data-original-width="796" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjm634wAcaSX0zgt6gPdxz0Ta1a7_THveO1fQK8R411eOJie_X1NuFbaWUClUED1IKBZyFQVuardkWh7l2M3wRr6NhPdR2WXJRFakEZGJgLC48rAkcivlUhJ-wKwNa7gr-N5eP2rAE1T2w/s400/El+noveno+libro+de+Amadis+de+Gaula+1542.jpg" width="272" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Libro de caballería del siglo XVI </td></tr>
</tbody></table>
Allí, en el siglo XVI, existía un hidalgo llamado Rodrigo de
Ahumada, de ilustre nobleza y escasa renta. Su esposa, noble también, y muy
devota, cuando no rezaba en la catedral o hilaba en el amplio salón de su casa,
alternaba los libros piadosos con los de caballería, y esto indica cuánto en
esta ciudad estaban difundidas esas lecturas...<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Un buen día, un hermano de Ahumada se sorprendió en la mitad
de un camino, al divisar a dos pequeños que marchaban cogidos de la mano, y
cuyo continente, a pesar de sus pobres vestidos, revelaba la nobleza de su
familia. Avanzó al paso de su caballo y al cruzarse con ellos vio que eran sus
sobrinos Teresa y Rodrigo, que iban... ¿A dónde? i A Marruecos, a la capital
del rey moro! ¿Para qué?<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>¡Con la
esperanza de que los sacrificaran por la gloria de Jesús!... Ello no resultaba
tan raro en aquella época, cuando los grandes como los pequeños, se ilusionaban
leyendo de continuo los libros de caballería. Los niños fueron conducidos por
su tío a la casa.<o:p></o:p><br />
Teresa, aprendió a leer y a escribir, aprendió labores, y
quedó aún en su infancia huérfana de madre. En sus libros, la santa ha referido
las dudas y vacilaciones que experimentó para, abrazar el estado religioso.
Bueno es advertir que nunca fue triste ni melancólica, sino de natural alegría
y de alma expansiva.</div>
<div class="MsoNormal">
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
En medio de su majestad evangélica y triunfal, de fundadora
de orden religiosa y tan severa cual de los carmelitas—y las
Carmelitas—Descalzas, obsérvanse siempre en ellas dos manifestaciones que
recuerdan su infancia: es alegre sin chocarrería y chistosa con elegancia. A
pesar de ser monja denota también sus preocupaciones aristocráticas, del
abolengo. En algunas de sus cartas, en vez de Teresa de Jesús firma Teresa de
Ahumada. </div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; margin-left: 1em; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhWWEUUrNTKBGB80DVRl0uyOPUtLKhaJiYcNCWQeeyXeUA9gBxf3dTFboYhVraV0KpeocLFLZEFYdSwBM42BBKGrFgSveZJBapklCqkcdRdXKeR8I2UC74VBChMIZ2FiGDY7DNBnyPm718/s1600/Convento+de+la+Encarnaci%25C3%25B3n-+teresa.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="390" data-original-width="654" height="237" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhWWEUUrNTKBGB80DVRl0uyOPUtLKhaJiYcNCWQeeyXeUA9gBxf3dTFboYhVraV0KpeocLFLZEFYdSwBM42BBKGrFgSveZJBapklCqkcdRdXKeR8I2UC74VBChMIZ2FiGDY7DNBnyPm718/s400/Convento+de+la+Encarnaci%25C3%25B3n-+teresa.jpg" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Convento
de la Encarnación, en Ávila</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal">
En su primera juventud sintió las tentaciones del mundo, y cuenta en
sus autobiografías cómo influyó en su ánimo una prima suya, afanosa de galas y
cortejos, y cuánto simpatizó con uno de sus primos. Pero tales influencias
fueron pasajeras. Su verdadera afición la llevó a entrar en el convento de la
Encarnación, en Ávila, donde los rigores de la vida conventual, las
abstinencias y las disciplinas, aunadas a su edad temprana, la abaten en crisis
que se ha pretendido explicar equivocadamente.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Usando la palabra que nos sirve para definir ciertas enfermedades
que no conocemos, se ha dicho que Santa Teresa era una histérica. No es cierto;
los doctos hombres que han investigado luego la vida de la monja, prueban que
no es así. Prueban que no era una histérica cuando sufre sus crueles ataques en
los que llega a morderse la lengua; no lo es, tampoco, cuando va por toda
España, recorriendo sus polvorientas carreteras y llegando a todas las ciudades
para fundar conventos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
</div>
<div class="MsoNormal">
No es una histérica la que como ella dice á las monjas:
seamos mujeres varoniles y luchemos con fe y energía.<o:p></o:p><br />
<br /></div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiLunD3zC1aBJwi3xLCzw_kVTdjn_VvHOyjytQpnlijJaNjrduLyoq1qEifvSP2lTRtpyTDP2brPiFoTaHQ4YWn8b0AEFi7-PFTHi2TmF_l-bFfTNt_WNRLAleyYZ8B09DJdj7vVwki-nk/s1600/San-Francisco-de-Borja.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="795" data-original-width="595" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiLunD3zC1aBJwi3xLCzw_kVTdjn_VvHOyjytQpnlijJaNjrduLyoq1qEifvSP2lTRtpyTDP2brPiFoTaHQ4YWn8b0AEFi7-PFTHi2TmF_l-bFfTNt_WNRLAleyYZ8B09DJdj7vVwki-nk/s320/San-Francisco-de-Borja.jpg" width="239" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">San Francisco de Borja (1510-1572)</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal">
Influyó mucho en la vida de Santa Teresa, cierta visita que
recibió estando en el convento de la Encarnación en Ávila. Fue esta la del que
luego había de ser San Francisco de Borja, descendiente de los Borgias,
caballero de la Corte de Carlos V, que un día al ver el cadáver de la
emperatriz, que él adoró siempre idealmente, comprendió lo deleznable de la
vida y se hizo sacerdote.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Esta visita y el contacto con los jesuitas que se habían establecido en Avila
hicieron que Teresa acrecentándose su tesón y fuerza de voluntad, acometiese la
gran empresa con que siempre soñara.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
</div>
<div class="MsoNormal">
Esta monja, de tan soñador espíritu, encontró estrecho su
claustro, necesitaba salir de su encierro. Soñó con fundar una orden nueva,
soñó que la orden de Carmelitas Calzadas a que pertenecía, no llenaba bien su
cometido, quería instituir la de Carmelitas Descalzas y ser ella la fundadora
de la orden.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Pero para acometer esta empresa precisábase dinero y ella
carecía en absoluto de numerario. Entonces recibió un auxilio con el que jamás
contara.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
</div>
<div class="MsoNormal">
Un hermano suyo estaba en el Perú con destino oficial, había
venido a ese rico imperio mandado por sus reyes como persona de confianza, y
este hermano le mandó auxilios en metálico que le sirvieran para fundar el
convento de San José en Ávila. Esto fue a modo de lo que hoy llamamos en política
una disidencia, produciendo en Ávila un verdadero escándalo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgh3_q4wmY7JnVXNGaizJ2g52FpJzQAxMmmAGGb1toIxHHj-fqlyFXE3qi-vaQqU_incpMDnkQXcVytMHSfzhyYYp8XYv4kPUQmfXJqnVdqpJFgVC4qR2NVdu241MC_pj4IYB-Br-yEWV4/s1600/%25C3%2581vila+Convento+San+Jos%25C3%25A9+Santa+Teresa-BB.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="362" data-original-width="644" height="358" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgh3_q4wmY7JnVXNGaizJ2g52FpJzQAxMmmAGGb1toIxHHj-fqlyFXE3qi-vaQqU_incpMDnkQXcVytMHSfzhyYYp8XYv4kPUQmfXJqnVdqpJFgVC4qR2NVdu241MC_pj4IYB-Br-yEWV4/s640/%25C3%2581vila+Convento+San+Jos%25C3%25A9+Santa+Teresa-BB.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
Convento San José, en Ávila, la primera fundación de Santa
Teresa<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal">
Recordemos aquellos tiempos en que sólo había templos,
conventos y oraciones, en que no existía otra distracción que los quehaceres
familiares, el rezo, la devoción, en que aún no habían aparecido los teatros, y
comprenderemos lo que significaba la creación de un nuevo convento. Formáronse
partidarios de uno y otro bando, su nombre empezó a conocerse en Ávila, en
Toledo, en Madrid, y poco a poco se fue conociendo por toda España. <o:p></o:p>Cuando hubo fundado el convento, soñó más; Santa Teresa, no era la monja del claustro: se explica su figura diciendo que fue don Quijote con toca, fue <b><i>la dama errante</i></b>.<br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; margin-left: 1em; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgsB4kPOaDuTy7nSuLxm5r6dmAIqCFoMJC2aVkpKAvrT8ofADrjnMLlxScQ23eXQmY32eiUVmSfvZ52ybilgr74vD5TalCGEScvgP_tOSHJ6HMbHMuM7cOE0KtPJAy7UIFxXQiDBEqF4Sc/s1600/1864+-+medina+del+campo.JPG" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="522" data-original-width="841" height="247" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgsB4kPOaDuTy7nSuLxm5r6dmAIqCFoMJC2aVkpKAvrT8ofADrjnMLlxScQ23eXQmY32eiUVmSfvZ52ybilgr74vD5TalCGEScvgP_tOSHJ6HMbHMuM7cOE0KtPJAy7UIFxXQiDBEqF4Sc/s400/1864+-+medina+del+campo.JPG" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
Medina del Campo. Vista general, 1864 (Auguste Muriel)<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Así como don Quijote no dormía pensando en los inocentes que
necesitaban el auxilio de su brazo. Santa Teresa sólo vivía pensando en
establecer templos y templos. Lo dice ella en sus escritos: «cada día que pasa
los luteranos nos quitan un templo, yo quiero fundarlo para que no falte la
casa de Dios».<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
</div>
<div class="MsoNormal">
Recorriendo siempre España, encuentra en sus excursiones un
sacerdote aficionado a sus reglas y su orden que tiene algún dinero, unas «blanquillas»
como ella dice, y funda, acompañada de otra monja el convento de Medina del
Campo, entrando a la casa en que había de establecerse la nueva fundación
religiosa a deshoras de la noche, atravesando caminos y calles medrosas y
exponiéndose a una desgracia, pues que en sus alrededores vagaban los toros que
habían de lidiarse en la corrida del día siguiente.<o:p></o:p><br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Y esta que fue llamada por un nuncio, la monja andariega, de
una casucha hace un templo, su compañero coloca en un mal altar el sacramento y
a la mañana siguiente los vecinos asombrados se encuentran con un nuevo
convento. Convento en el que, como la misma Santa Teresa dice, podían las
monjas oír el sacrificio de la misa sin salir de sus celdas y presenciándola
por las rendijas y grietas de las viejas paredes y carcomidas puertas.<o:p></o:p><br />
¡A qué seguir! Podría contaros muchas otras fundaciones hechas por la santa, con las que se demuestra su carácter quijotesco, pero sería repetir episodios y alargar demasiado esta conferencia.<br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjwndYzLEb_-3xJiSt2QkvQVbP9VO2NTmGdYGlX8Rm_miQnSy3HzQ3Lm7h0uLGL_FaO3Syo8rdvnT3ykUiq6eXNV8_fQ5DcggoXs6FA-4stFoEFMjDgr69DJj0GkQcegF4nJzrqP7ttXpw/s1600/Edici%25C3%25B3n+Obras+de+la+Santa+Teresa+de+Jes%25C3%25BAs%252C1674..jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="405" data-original-width="311" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjwndYzLEb_-3xJiSt2QkvQVbP9VO2NTmGdYGlX8Rm_miQnSy3HzQ3Lm7h0uLGL_FaO3Syo8rdvnT3ykUiq6eXNV8_fQ5DcggoXs6FA-4stFoEFMjDgr69DJj0GkQcegF4nJzrqP7ttXpw/s320/Edici%25C3%25B3n+Obras+de+la+Santa+Teresa+de+Jes%25C3%25BAs%252C1674..jpg" width="245" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Obras de Santa Teresa, edición del 1674</td></tr>
</tbody></table>
</div>
<div class="MsoNormal">
Hay, sin embargo, algo que contaros y que ella dice en una
de sus páginas, describiendo una noche en Salamanca y que hace recordar a Guy
de Maupasant.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Va, en efecto, una noche a Salamanca ocultamente, y llega a
una casa solamente habitada por estudiantes. El dueño los arroja a la calle
pata dar posada a la santa y a una compañera de viaje, y quedan solas las
monjas en aquel caserón, palacio antiguo, que hace pensar en cuentos de brujas.
En esa página por ella escrita así lo dice.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Metiéronse las pobres mujeres en una habitación donde se
habían tendido unos puñados de paja, llenas sus paredes de grietas y sus
ventanales rotos, por los que entraba el viento silbando y bramando, haciendo
pensar en apariciones de almas y fantasmas. Era la noche de Ánimas; todas las
campanas de la ciudad doblaban hiriendo el espacio con sus melancólicos
tañidos, llevando el pavor y el miedo a los ánimos más templados. La monja compañera de Santa Teresa pensaba en los
estudiantes, en que podían volver, en que quizás las echarían y así lo
comunicaba a la Madre Teresa de Jesús; ésta la consolaba, la reducía con sus
consejos y su fortaleza; pero tal era el
pavor de aquella monja, que llega a decirle: «Y si yo me muriera, ¿qué harías
vos con un cadáver toda la noche?»</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Santa Teresa vuelve a sus consejos, y al fin le dice: «Durmamos,
hermana, desechad esos temores y que Dios sea con nosotras».<o:p></o:p><br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: left;">
</div>
Lo característico de todas estas idas y venidas por las
carreteras y caminos de España, de esta monja, es su voluntad de hierro, su
fuerza, esa fuerza innata en todas las mujeres, que les hace no tener ni
conocer el miedo al ridículo; los hombres sentimos miedo por el ridículo, la
mujer no. La mujer sólo teme el qué dirán, cuando pueden atacar a su prestigio
de mujer honrada.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Muchas veces en la vida, lo que no hace el marido lo hace la
mujer; pues bien, esa era la suerte de Santa Teresa, y por eso recorrió toda la
península en aquella época en que los caminos los llenaban hombres de todas
clases y, por cierto, no modelos de caballeros honrados y galantes.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
</div>
<div class="MsoNormal">
Imaginaos los conflictos que tendría que vencer, imaginaos
su santa inocencia y sus grandes deseos de fundar conventos y templos donde los
hombres adoran a Dios, su amor puro y casto.</div>
<div class="MsoNormal">
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; margin-left: 1em; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi0uLv32Wa6tGsyGOPPlMKLGfgCEQ8pULqMRWElAdSdx7U7AHmqTbcnYMBr1U63UQFMJdbB1pFWryQ2gMkByPdb1ZK5pznt8Ui8jn764ROQPOO_C-4zxIqFanMzsK6DehcwAtuiX7Cn59U/s1600/Santa+teresa+manuscrito.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="800" data-original-width="522" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi0uLv32Wa6tGsyGOPPlMKLGfgCEQ8pULqMRWElAdSdx7U7AHmqTbcnYMBr1U63UQFMJdbB1pFWryQ2gMkByPdb1ZK5pznt8Ui8jn764ROQPOO_C-4zxIqFanMzsK6DehcwAtuiX7Cn59U/s400/Santa+teresa+manuscrito.jpg" width="260" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Manuscrito de Santa Teresa</td></tr>
</tbody></table>
<br />
En cuanto a Santa Teresa, considerada en su estilo literario,
no creáis que ella sea un modelo clásico. Tenía pocas letras. Una vez le
escribía la priora de un convento, hablandolo de asilos. Y la fundadora de la
orden contestábale: « ¿Qué es eso de asilos? Sea usía menos letrera y dediqúese
á cosas convenientes».<br />
<div style="text-align: right;">
</div>
No fue en realidad una escritora; escribía lo que
pensaba claro, pero de cualquier manera, con una espontaneidad que recuerda a
la de Ovidio, cuando, castigado porque hacía versos por el autor de sus días,
le contestó en verso, sin querer, que no los haría más. Le ocurría como á
Tolstoi, que siempre escribe para maldecir el arte y la literatura, y lo dice
en forma admirable. Aborrecía á las mujeres literatas, y las obras que hizo
fueron para sus monjas, para doña Luisa Mascareñas y para la duquesa ele Alba.
Nunca pensó que sus libros llegaran á imprimirse, y de ahí esa espontaneidad y
naturalidad sumas de todos sus escritos, en la prosa como en la poesía. Por
especiales circunstancias de la ciudad en que se educó Santa Teresa, y porque la
evolución del castellano no se había perfeccionado todavía, su lenguaje, propio
de Castilla la Vieja, es diverso al de los autores que residían en Castilla la Nueva,
como Cervantes, Lope, Quevedo y otros muchas. Santa Teresa decía <i>naide</i>, <i>lición</i>, <i>dispusición</i>, <i>cirimonia</i>, <i>traiga mesmo</i>, <i>siguro</i>, <i>haiga</i>, palabras hoy no admitidas, pero que le eran en ciertas manera propias. Y le ocurría como al más grande de vuestros escritores, Sarmiento, que no tenía ortografía, pero sabía escribir. Ortografía tienen todos los maestros de escuela, pero no todos son escritores. Algo así ocurrió a Santa Teresa, dando motivo a que fray Luis de León se irritara por las correcciones que las hacían los editores, quitando a sus frases su expresiva sencillez. No era, pues, clásica.<br />
Escribió infinidad de cartas de lenguaje popular, no tabernario, sin duda, pero sí en el castellano rudimentario de los vecinos de Ávila, y en esas cartas, cuando se dirigía a las monjas, hay plebeyismos cual las palabras que he citado, y frases minuciosas como para hacerse entender bien. Pero en sus obras «Camino de Perfección», «Castillo Interior» y otras, su astro se arrebata, se enciende, vuela y resulta en su encantadora espontaneidad una inmensa artista. Tiene toda la gracia de la salud moral en el primer libro que relatando su vida escribió, por mandato de su confesor.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhvTtP9gCdxv4Z_0jIdWAkGxBJICGfZTUCSZH8Pc4-TGXUd1kSDzBxAmoNulYv_wEl9dht4P2dvRTTYTrP72Ws_wLO93jIkYVES-9SeIVn1w77sa2fyFx1QCBOUSQXN0aW33jWgX1926Hk/s1600/Santa+Teresa+de+Jes%25C3%25BAs%252C+1599..jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="550" data-original-width="934" height="376" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhvTtP9gCdxv4Z_0jIdWAkGxBJICGfZTUCSZH8Pc4-TGXUd1kSDzBxAmoNulYv_wEl9dht4P2dvRTTYTrP72Ws_wLO93jIkYVES-9SeIVn1w77sa2fyFx1QCBOUSQXN0aW33jWgX1926Hk/s640/Santa+Teresa+de+Jes%25C3%25BAs%252C+1599..jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
<i>Llamado camino de
perfección</i>, edición 1588<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; margin-left: 1em; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEicOYK5nsuk_fKP-di4jLOMdTR5XQ-aLqPP8Bpv6Y2JHBHgm3HtEEpwVZ4Vi38aCZ1CCm4RP048XSsDoOk_z0eWtvbR64DXdTWz0DxEmwVv6lhx3Iq2Bkid8gBYP5CpHXu0JQHe6nlnr5Q/s1600/La_princesa_de_%25C3%2589boli.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1500" data-original-width="1037" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEicOYK5nsuk_fKP-di4jLOMdTR5XQ-aLqPP8Bpv6Y2JHBHgm3HtEEpwVZ4Vi38aCZ1CCm4RP048XSsDoOk_z0eWtvbR64DXdTWz0DxEmwVv6lhx3Iq2Bkid8gBYP5CpHXu0JQHe6nlnr5Q/s400/La_princesa_de_%25C3%2589boli.jpg" width="276" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
Ana de Mendoza y de la Cerda, </div>
<div class="MsoNormal">
princesa de Éboli (1540 - 1592)<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal">
Las señoras de la
corte pidiéronle ese libro para conocerlo, y lo prestó ella a la duquesa de
Alba y a doña Luisa Mascareñas. Esta lo leía sola; pero había en la corte una
dama, la princesa de Evoli, delgada, menudita, fina, movediza, vivaz y
graciosísima, que era a la manera de un vistoso colibrí, la única persona que
desarrugaba el ceño de Felipe II, llevando como un rayo de sol a aquel carácter
lóbrego como una caverna. Y esa señora, al ver que doña Luisa Mascareñas y la
duquesa de Alba admiraban a la monja que escribía y que iba de ciudad en ciudad
y de aldea en aldea fundando conventos, creyó deber imitar a esas otras damas
de la nobleza y se hizo amiga de la fundadora, a quien perturbaba con sus revolteos
de faldas y con la mirada brillantísima de sus ojos, que para mayor gracia eran
uno azul y el otro negro. Deseó conocer la vida de la santa, que le dio su
libro, y a las cuatro o cinco páginas se cansó de la lectura, abandonándolo a
los pajes, que se reían del manuscrito. La de Evoli sintió capricho por fundar
algún convento ella también, y aunque a Santa Teresa le era poco simpática,
accedió a que le ayudara a fundar un convento de su orden en el pueblo de
Pastrana. Murió el paciente marido de la de Evoli, llamado Ruy Gómez de Silva,
y su viuda se entregó al mayor dolor y entró en el convento. Santa Teresa
exclamó: «Monja la princesa, se acabó el convento». La de Evoli púsose ceniza
en la cabeza el primer día y lloró desesperada; el segundo se lo pasó en el
locutorio, y al tercero ya exigía que las monjas le hablaran puestas de
rodillas, porque ella era de alta alcurnia.</div>
<div class="MsoNormal">
Santa Teresa rompió sus relaciones con la de Evoli. Esta, en
venganza, la denunció a la Inquisición, culpándola de actos heréticos, y así fue
como la mujer más notable que ha tenido la Iglesia católica estuvo sufriendo
bajo el poder inquisitorial no menos de nueve años, hasta que por fin
reconocieron su inocencia. Había adquirido tanta fama como propagandista, que a
tiempo de producirse la lucha entre las carmelitas calzadas y las descalzas, un
nuncio, hablando de Santa Teresa, dijo que iba en devaneos por el mundo.</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Otro gran amigo de la santa fue San Juan de la Cruz, poeta
eminente del catolicismo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Diré como lo conoció: quería la Madre Teresa hacer una
fundación de hombres. Un día se presentaron a ella dos frailes. El uno era
grande, alto, fornido, pudiera decirse que gigante de los frailes; el otro, por
el contrario, chico y menudo, sonrosado, de rostro soñador. Era aquel fraile
grande Eveti; el otro San Juan de la Cruz, y al comunicarles sus deseos,
exclamó la santa: «Ya tengo fraile y medio».</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhGEtAOCoIR1SSdjcwf0wMJuZyLf-jdDGDT0HYHn1I34j2_L0SJWCYoib1v3ajVTwRRXF3wR8vVu5USyOjAhrv8ka1wTeUjSD0nqY_zwwyQ4XqJtOdJ7kLXKXBVy3eSu8AD6qnlWhWiFCE/s1600/San+Juan+de+la+Cruz+y+Santa+Teresa+de+Jes%25C3%25BAs.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="377" data-original-width="623" height="386" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhGEtAOCoIR1SSdjcwf0wMJuZyLf-jdDGDT0HYHn1I34j2_L0SJWCYoib1v3ajVTwRRXF3wR8vVu5USyOjAhrv8ka1wTeUjSD0nqY_zwwyQ4XqJtOdJ7kLXKXBVy3eSu8AD6qnlWhWiFCE/s640/San+Juan+de+la+Cruz+y+Santa+Teresa+de+Jes%25C3%25BAs.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<o:p></o:p><br />
<div class="MsoNormal">
</div>
<div class="MsoNormal">
Santa Teresa quería a Juan de la Cruz como madre amantísima,
era mucho mayor que él; el fraile la adoraba con pasión férvida, ideal y divina.
Y a tal punto, que cuando estaba perseguido y encerrado en los calabozos de la
Inquisición de Toledo, recordaba siempre, en medio de sus tormentos, a su
santa, y preguntaba si ella había sido también perseguida.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; margin-left: 1em; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiMElRjRH41GLVQc624niedbeV_aFzHNtAG-ezw-DAWaR5JUuf5hUKnJfder6CEKzUgR3F-FCcPVps0ofgijdB-3I76bXLsSlK7CCWcHgFZpylJ2MyYpW0fraOITobEuGDK5EIVmnbT51Y/s1600/Santa+Teresa+de+Jes%25C3%25BAs.+siglo+XVII%253B+an%25C3%25B3nimo+%2528copia+de+Jos%25C3%25A9+Ribera%2529.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1281" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiMElRjRH41GLVQc624niedbeV_aFzHNtAG-ezw-DAWaR5JUuf5hUKnJfder6CEKzUgR3F-FCcPVps0ofgijdB-3I76bXLsSlK7CCWcHgFZpylJ2MyYpW0fraOITobEuGDK5EIVmnbT51Y/s400/Santa+Teresa+de+Jes%25C3%25BAs.+siglo+XVII%253B+an%25C3%25B3nimo+%2528copia+de+Jos%25C3%25A9+Ribera%2529.jpg" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
Santa Teresa de Jesús. Óleo siglo XVII,</div>
<div class="MsoNormal">
anónimo (copia de
José Ribera)<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal">
No creáis en esa Teresa que algunos os han presentado, no;
Teresa era alegre, con la alegría sencilla del artista, del escritor que
después de su trabajo desea expansión y recreo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
</div>
<div class="MsoNormal">
En San José de Ávila se enseñan las castañuelas, panderos y
otros instrumentos que ella se complacía en enseñar a tocar a sus compañeras de
claustro, en los ratos de ocio. Ella dijo que las almas santas necesitaban
santas alegrías. </div>
<div class="MsoNormal">
Santa Teresa, al hacerse una figura europea, ha pasado por
las descripciones de todos los artistas, especialmente de los franceses,
que la hicieron una dama medioeval, de cara larga y pálida, de mirar triste, de
manos de cera. No es verdad.</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Yo estuve en la casa donde se crió la santa, he visto su
báculo y, aunque no soy bajo, me queda sobrado. He visto una suela de sus
sandalias, y es harto pequeña. Era lo que se llama en castellano una buena
moza.</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Tengo el retrato que hace de ella el padre Rivera, su contemporáneo,
y en que parece verse a la santa: alta, agraciada, de ojos no grandes, pero
tampoco pequeños, de sonrosado color y cabello castaño, algo rizado.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
</div>
<div class="MsoNormal">
El padre Gracián, su confesor, añade que no fue fea y que el
único retrato que se conserva de ella lo hizo a los 60 años, y por orden suya,
un fraile pintor muy malo que había en un convento de Sevilla y que le llamaban
fray Juan de las Miserias. Y aquí una anécdota que demuestra bien a la mujer, aunque
sea santa. Cuando Santa Teresa vio su retrato terminado, dijo a fray Juan: «Dios te perdone, hermano, lo que me has hecho sufrir para pintarme fea y
legañosa». </div>
<div class="MsoNormal">
Y es que la mujer, como las bellas artes, deben siempre ser hermosas.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhPD60sF2zuqQohDuZvx4zsrloWSpRUSRdZH436WgUl8rXXKL6A_Sm_ow-cDexwt1ICm3egi0pQnVlj8jT4kvnekWHkzsv_P6hEZXWasp5qvT23yK2XH39YxWxvNXda4fbFDfwDoVuKeVQ/s1600/Teresa_de_Jes%25C3%25BAs+por+Juan+de+las++miserias.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="918" data-original-width="792" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhPD60sF2zuqQohDuZvx4zsrloWSpRUSRdZH436WgUl8rXXKL6A_Sm_ow-cDexwt1ICm3egi0pQnVlj8jT4kvnekWHkzsv_P6hEZXWasp5qvT23yK2XH39YxWxvNXda4fbFDfwDoVuKeVQ/s320/Teresa_de_Jes%25C3%25BAs+por+Juan+de+las++miserias.jpg" width="276" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Santa Teresa de Jesús.<br />
vista por Fray Juan de la Miseria</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal">
La fama de Teresa de Jesús se había
difundido: ya sabéis lo que sucede a los que quieren sobrevivir. Las grandes
figuras no se enteran de que decaen sus facultades, por eso veréis que los
últimos días de los grandes hombres son días tristes. El mundo parece harto de
su gloria. Después de muerto renace la gloria y el respeto.</div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Las mismas superioras vivían en continua batalla con esta
vieja que se metía en todo y todo quería arreglarlo, y hasta se desataban en
improperios. Un confesor la denunció nuevamente, aunque sin resultado, a la
Inquisición. Entretanto, Teresa de Jesús, que en una caída se había roto un
brazo y seguía, manca y todo, visitando unos y otros conventos, fue enviada,
con una compañera, á Alba de Tormes. Durante el viaje sufrió frío, pasó
veinticuatro horas sin comer, y al poco tiempo de llegar al convento, se murió.
Así terminó su vida la que la Iglesia había de santificar llamando Santa Teresa
de Jesús.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
</div>
<div class="MsoNormal">
Y diré lo que representa para la literatura Santa Teresa.
Grandes literatas ha habido, pero las supera esta escritora, por no tener cono
ellas ni el artificio de la profesión ni el deseo de renombre. En la
inteligencia de esta mujer, quizá la más grande inteligencia de mujer, todo es
tan suyo como la vegetación de las montañas. Es inmortal Santa Teresa y se ha difundido
su obra, inmortal también, pero que fue tan del momento, tan de la naturaleza,
como el canto del ruiseñor, que no sabe siquiera si le oyen; como el aroma de
la flor, que lo esparce sin advertir que encanta a quien lo aspira.<o:p></o:p></div>
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
</div>
<span style="font-family: inherit;"><span style="line-height: 115%;"></span></span>Marga Predahttp://www.blogger.com/profile/07698563453867139965noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2820100463319832693.post-46219660350559389462018-02-12T15:08:00.000-08:002018-09-20T06:27:02.181-07:00Recuerdos de 1928<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiDVQE-8XhrMKp0DrpaDfck858jIKuUWKO5FTYseiuxswPWxVPVjR8dfudeWCr7F2YAo5GzoWXSjC3sNt-HHoSPyxbnJ8m5_j9Kg-ehJa-jXXp_ismGKNtikxIRecn3t_n30nCpN0i0vos/s1600/casa+Blasco+Ib%25C3%25A1%25C3%25B1ez-+malvarrosa.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="874" data-original-width="738" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiDVQE-8XhrMKp0DrpaDfck858jIKuUWKO5FTYseiuxswPWxVPVjR8dfudeWCr7F2YAo5GzoWXSjC3sNt-HHoSPyxbnJ8m5_j9Kg-ehJa-jXXp_ismGKNtikxIRecn3t_n30nCpN0i0vos/s640/casa+Blasco+Ib%25C3%25A1%25C3%25B1ez-+malvarrosa.jpg" width="539" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">La casa de Vicente Blasco Ibáñez en la Malvarrosa, Valencia.</td></tr>
</tbody></table>
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span>
<br />
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">Al comenzar el año 1928, Vicente Blasco Ibáñez vivía en su
villa “Fontana Rosa” de Mentón (Francia). Allá, el 28 de enero, en la víspera
de su 61 aniversario, el escritor valenciano fallecía por una bronconeumonía agravada por su diabetes.
Fue enterrado en el cementerio local y cinco años más tarde, el domingo 29 de
octubre de 1933, sus restos mortales llegaban a Valencia, su ciudad natal.</span><o:p></o:p></div>
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">Pocas semanas después de la muerte de Blasco, el periodista madrileño César González-Ruano había llegado a Valencia para conocer de cerca la realidad de aquel momento: ver </span><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">el </span><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">chalet de la Malvarroas</span><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">a </span><span style="font-family: "verdana" , sans-serif; font-size: 14.6667px;">— </span><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">l</span><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">a <span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">"casa </span></span><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">del artista", tan soñada por Blasco</span><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"> Ibáñez pero </span><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">hace bastante tiempo, abandonada</span><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"> </span><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><span style="font-family: "verdana" , sans-serif; font-size: 14.6667px;">—, </span><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">visitar la sede de Prometeo, la editorial fundada en 191</span><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">4 y cuyo director artístico siempre había sido el novelista, y además para </span></span><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">entrevistar</span><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"> </span><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">a los hijos</span><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"> del desaparecido escritor</span><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">.</span><br />
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">A continuación se reproduce el reportaje publicado el 14 de marzo de 1928, en el periódico </span><i style="font-family: verdana, sans-serif;"><b>Heraldo de Madrid. </b></i><br />
<span style="color: #0c343d; font-family: "verdana" , sans-serif;">Algunas de las imagenes corresponden al respectivo articulo pero otras han sido adicionadas para complementar la ilustración del texto. </span><br />
<br />
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<i style="color: #990000; font-family: verdana, sans-serif; text-indent: -24px;"><span style="font-size: x-large;">Cómo viven los hijos de Blasco Ibáñez</span></i></div>
<br />
<div class="MsoNormal">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
Se piensa en la visita a los hijos de Blasco Ibáñez como en
la visita a los hijos del héroe muerto. Parece ungirlos la misma grave sombra
de saucos funerarios y laureles de gloría.<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
El mismo himno supersticioso de los
hijos del héroe, que habitan el mismo solar donde él abriera un día de golpe
las ventanas y asomara sus ojos a la inmensidad de un horizonte, de una baraja
de infinitos que para él habían de decir su juego.<br />
Ellos deben estar abrumados ante la muerte del padre, y, mejor aún, sorprendidos e inquietos de ese nuevo viaje emprendido por el padre aventurero y errante.<br />
No vivieron su vida junto a él. Siempre lo recordarán en vísperas de marcharse o en día de llegada, que casi era otro tanto.<br />
<br />
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhBWzjdq1o4IDV5nJZsdC6utuOa9e-1FAKA5tfvn08yGMC3LGp0Tn5puQ6mUmbmLfabXvNNNsdqJBPIa8zdj2_HK-uwyY11e00GWJW_vme0GtJAvJdw4aQPu2MSIAPx8ntlFZwDIBPkk3U/s1600/11148694_1587327711505731_4568856714920262036_n.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="469" data-original-width="675" height="276" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhBWzjdq1o4IDV5nJZsdC6utuOa9e-1FAKA5tfvn08yGMC3LGp0Tn5puQ6mUmbmLfabXvNNNsdqJBPIa8zdj2_HK-uwyY11e00GWJW_vme0GtJAvJdw4aQPu2MSIAPx8ntlFZwDIBPkk3U/s400/11148694_1587327711505731_4568856714920262036_n.jpg" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">V. Blasco Ibáñez con su familia en 1903, en la playa de la Malvarrosa</td></tr>
</tbody></table>
Muchas
veces, después de meses o de años de ausencia, se oía en la Malvarrosa la voz
del coloso. </div>
<div class="MsoNormal">
Venia de las Indias Orientales o de las Occidentales. E iba
descargando sus regalos exóticos: sedería y perfumes para Libertad ; idolillos
tagalos y tabaco oriental para Sigfrido; un bastón con puño de oro cincelado,
con figuras religiosas de un templo de Benarés, para Mario; una cartera y un
pisapapeles para Femando Llores, su hijo político, a quien Blasco quería como
un hijo de veras.<br />
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Y cuando ya les era diaria aquella continua lección de
energía, de palabra fluida, de vida intensa — trasnochador y madrugador que había
reducido el sueño a cuatro o cinco horas—se volvía a marchar.<br />
Otra vez.<br />
<br />
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: "calibri" , sans-serif; font-size: 14.6667px;">-:-:- </span><span style="font-family: "calibri" , sans-serif; font-size: 14.6667px;">-:-:-</span></div>
<div style="text-align: center;">
<div style="text-align: left;">
<b><br /></b></div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; margin-left: 1em; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhieV4WoUd6wYjupgTLQ4PJX5OAbCmy1bFaAvL5vHTNPqF6Q08iz0Fl5Hk-9w31ufUiF8V-XhYVo6BHEPZSpFqVpqgcOH-reAa0oFz9EsMmiKVB0jnJIJ0Tx51llyvjaw0OmlAxiwgIS0w/s1600/Sigfrido+1-b.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="664" data-original-width="549" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhieV4WoUd6wYjupgTLQ4PJX5OAbCmy1bFaAvL5vHTNPqF6Q08iz0Fl5Hk-9w31ufUiF8V-XhYVo6BHEPZSpFqVpqgcOH-reAa0oFz9EsMmiKVB0jnJIJ0Tx51llyvjaw0OmlAxiwgIS0w/s320/Sigfrido+1-b.jpg" width="264" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><b>Sigfrido Blasco</b>, hijo de V. Blasco Ibáñez</td></tr>
</tbody></table>
<div style="text-align: left;">
<b><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">SIGFRIDO</span></b></div>
<div style="text-align: left;">
<br />
Yo no suponía ni remotamente que aquel joven moreno, de
perfil acusado, judaico, de frente despejada y ojos tristes, oscurecidos por
unas cejas muy pobladas, era Sigfrido Blasco.</div>
</div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Estaba sentado en el mismo rincón del café de la Casa de la
Democracia donde yo me había citado con Just el primer día de mi estancia en
Valencia.<br />
Iba entrando gente, dividiéndose en dos grupos. Luego supe que eran
la tertulia de los escritores y la de los toreros.<br />
A la media hora me vi
rodeado por unos ocho o nueve muchachos, que fueron entrando y saludando al
joven moreno y enlutado. Hablaban todos en valenciano y yo no entendía más que
palabras suelta.<br />
A las tres y media entró Just y comenzó a presentarme a los
contertulios. Empezó por él: Sigfrido Blasco...<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Hablamos un rato, sin llevar la conversación hacia nada
concreto.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
—Las obras de mi padre en Valencia son la Casa de la
Democracia y Prometeo.<br />
Allí vivimos ahora Mario, Libertad y Llorca, mi mujer y
yo. Tengo el coche en la puerta; si usted quiere, vamos.</div>
<div class="MsoNormal">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiSvliunLP5Qfs-m6PhwwVf196i90xGmSp6-e4yZSJ0QSutISVc3q01XYO1G_3YYHLkZqHrfOlPVn-b4ym0m-2bQjTtFMa2zE45iEV2wDKx8BforDJAe3ylr9Dx7AXAACUQNNF_CEW8wIA/s1600/Prometeo+%252C+blasco+iba%25C3%25B1ez+Valencia.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="753" data-original-width="1389" height="346" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiSvliunLP5Qfs-m6PhwwVf196i90xGmSp6-e4yZSJ0QSutISVc3q01XYO1G_3YYHLkZqHrfOlPVn-b4ym0m-2bQjTtFMa2zE45iEV2wDKx8BforDJAe3ylr9Dx7AXAACUQNNF_CEW8wIA/s640/Prometeo+%252C+blasco+iba%25C3%25B1ez+Valencia.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
<i><b>Casa de la Democracia</b></i> entre 1911 y 1928, calle A. Calderón
11, (hoy calle Correos);</div>
<div class="MsoNormal">
obra de F. Mora Berenguer, el edificio ha sido
derribado en los años 70</div>
<div class="MsoNormal">
Sede de la <b><i>Editorial Prometeo</i></b>, calle Germanías 33;
construido en 1913-1914, también ha sido derribado.<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<br />
<div style="text-align: right;">
</div>
<b><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">FERNANDO LLORCA</span></b><o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div style="text-align: right;">
</div>
<br />
Fenando Llorca, casado con Libertad Blasco, fué siempre el
brazo derecho del gran novelista, su colaborador en la empresa audaz y difícil,
su sucesor único, después de la muerte del maestro. Sigfrido me presento a este gran hombre, cuya
simpatía es anterior al conocimiento, y que yo vi bajar por la escalera con dos
magníficos perros, como lobos escapados de la literatura de Jack London.<br />
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Mario no estaba en casa. Lo conocería al día siguiente. Por
de pronto Llorca me muestra la casa de Prometeo. Talleres de maquinaria,
encuadernación, almacenes, archivo. Generosamente dice Llorca:<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
—Todo lo hizo él. Todo... Todo...<o:p></o:p><br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhYz_uRJyHIR7GOVAbHosXGn5wEmkH7C_9l0S_05NeBdhX89KYBVyLfEekt_0B_YC7zub_QEpMB0PK6lDQDIgzVqy1BnwmBiohfJCnEvU5zL9tjTageVRsqDUj-Trjy94HYGyMMzdgUIyE/s1600/hijos+de+blasco+iba%25C3%25B1ez+1928.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="632" data-original-width="983" height="410" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhYz_uRJyHIR7GOVAbHosXGn5wEmkH7C_9l0S_05NeBdhX89KYBVyLfEekt_0B_YC7zub_QEpMB0PK6lDQDIgzVqy1BnwmBiohfJCnEvU5zL9tjTageVRsqDUj-Trjy94HYGyMMzdgUIyE/s640/hijos+de+blasco+iba%25C3%25B1ez+1928.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
En la <b><i>Editorial Prometeo </i></b></div>
<div class="MsoNormal">
Mario y Libertad Blasco, hijos del
novelista, Pilar Tortosa y su esposo Sigfrido Blasco, el hijo menor.</div>
<div class="MsoNormal">
Atrás:
Fernando Llorca y César Gonzalez- Ruano (el reportero)<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<br />
—Pero antes fundó Blasco la editorial de Madrid, ¿no?</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
—No, no... Hay más historia que ésa. La primitiva editorial
valenciana a la que Blasco Ibáñez dio vida entregándole sus primeras novelas fué
la de Sempere. Sin embargo, mi suegro quería mayor horizonte, y estando yo de
redactor en «El Liberal», de Madrid, pensamos la publicación de «La Novela
Ilustrada», donde se dieron a conocer nuestros clásicos españoles, a treinta y
cinco céntimos, teniéndolos que alternar con «Rocambole».<br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh6ySB7FAL_lADJf8Ssv-3zAVPKdkCMwBLaHFPx7WCANbva16w2TpzB1wwrM1hfe7EpFLmdwoH4qimCnXWZoB1N__44fervB0lPnK1pYz8zV-I488IZ0pu0RuWUmVzxH7XtCA3EIhcOizo/s1600/f.+Llorca%252C+Blasco+Ib%25C3%25A1%25C3%25B1ez.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="622" data-original-width="434" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh6ySB7FAL_lADJf8Ssv-3zAVPKdkCMwBLaHFPx7WCANbva16w2TpzB1wwrM1hfe7EpFLmdwoH4qimCnXWZoB1N__44fervB0lPnK1pYz8zV-I488IZ0pu0RuWUmVzxH7XtCA3EIhcOizo/s320/f.+Llorca%252C+Blasco+Ib%25C3%25A1%25C3%25B1ez.jpg" width="222" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><b>Fernando
Llorca</b>, socio y<br />
yerno de V. Blasco Ibáñez</td></tr>
</tbody></table>
—¿ Dónde tenían ustedes los talleres de «La Novela
Ilustrada» ?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
—Primero en la antigua casa del marqués de Molíns, en la calle
del Olmo. Debajo estaba la imprenta de Fernando Fe.<br />
Luego nos trasladamos a la
calle de Mesonero Romanos. Muchas de las crónicas de Cavia las escribía allí.
Desde «El Imparcial» venía a vernos. Tenía su bock de honor en nuestra
imprenta.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
—Y las obras de Blasco ¿se hacían en Madrid o en Valencia?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
—En Valencia, en Valencia. Para no restar venta a la
editorial de Sempere. Y como esta situación era absurda, al regresar del primer
viaje de América nos llamó a Sempere y a mí a París. Allí nos expuso su idea de
fundir todos aquellos esfuerzos en uno solo. Y decidimos fundar Prometeo bajo
su dirección.</div>
<div class="MsoNormal">
— ¿Cuál fué la primera obra que editó Prometeo ?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
—«Los argonautas», de mi suegro. E inmediatamente
emprendimos la edición de «Las mil noche y una noche», traducida de la edición
de Madrus por Blasco y prologada por Gómez Carrillo. Luego, ya usted sabe.
Libros y libros; La colección literaria, que tiene cerca de cien volúmenes, y
para las que él hacía con sin igual cariño los prólogos, verdaderos estudios
críticos, que yo pienso recopilar en un tomo...<br />
¡Ahora se ha perdido la cabeza!
Parece que lo estoy viendo, o que espero su carta, siempre llena de fuego y
entusiasmo...<br />
¡ Es terrible, terrible !<br />
<br />
Y quedamos en que al día próximo Llorca me presentará a
Libertad, su esposa, y a Mario.</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
—i Ah! Y verá usted mi colección de platos valencianos. Y la
Malvarrosa por dentro, aunque está muy abandonada...<o:p></o:p><br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><b>LIBERTAD</b></span><o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; margin-left: 1em; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjyUyTmw0lJPnC2gb4D_ykxh-mUs4HMz9nzsS1xRWdj_CkRI81NE1F_16W11HE-o57-7oYkTQh4spGfYpqeNrvbY0dEnYNboCKJrhXuGPxrWUUm3TaKBVcgSMSoVX7p9XJ9ZqCwbVu9u6M/s1600/Libertad+Blasco-+Hija+VBI+-1936.JPG" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="635" data-original-width="500" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjyUyTmw0lJPnC2gb4D_ykxh-mUs4HMz9nzsS1xRWdj_CkRI81NE1F_16W11HE-o57-7oYkTQh4spGfYpqeNrvbY0dEnYNboCKJrhXuGPxrWUUm3TaKBVcgSMSoVX7p9XJ9ZqCwbVu9u6M/s320/Libertad+Blasco-+Hija+VBI+-1936.JPG" width="251" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><b>Libertad Blasco</b>, la hija de V. Blasco Ibáñez, en 1936</td></tr>
</tbody></table>
<br />
Al día siguiente, la simpatía de Libertad Blasco, la bella
esposa de Llorca e hija del gran novelista, me acoge cordialmente en el «hall»
de la casa:<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
—Mario quiere llevarlo a usted a conocer la Malvarrosa.
Fernando y yo pasaremos el día fuera. Llevamos aquí, cerca de Valencia, a mi
hijita, que ha quedado delicada del sarampión. ¿Ha visto usted el vaciado de las
manos de mi padre ! Pase usted. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Del «hall», un patio de azulejos bajo el cielo azul y
purísimo de Valencia, pasamos a un comedor, donde de la colección de cerámica
valenciana se extiende por las paredes en una bien nutrida e interesante teoría
de platos y fuentes. Libertad Blasco va hacia el aparador y de un cajón saca un
envoltorio que pone sobre la mesa. Cuidadosamente lo desenvuelve. Es un
magnífico vaciado en yeso de las manos de Blasco Ibáñez, hecho en Mentón
después de su muerte. Están cruzadas las dos manos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
—Nos han dicho que se debió de hacer sola la mano derecha;
pero es que ignoran esta postura que en mi padre era habitual. Aquí mismo,
cuando descansaba después de comer, en la sobremesa, cruzaba las manos sobre el
vientre, y al trabajar, cuando dictaba, cruzaba las manos sobre la nuca.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
—Sí, sí; yo recuerdo esa postura cuando lo vi en París, y en
la fotografía que sirve de portada a «El militarismo mexicano»...<o:p></o:p><br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhZm8MRC7RD431jakfxX1-dST0RYejcY8gJeMJ0zM9xMGwlAOA1a3EE7j0TUmg1rSJyTKt3nRMtP15R2R_A4ijekk0GC7XZod-NuyVNLA1m-htr6W411iCXBg0ULlTMN66nZbnsX_KP5Uc/s1600/V.+Blasco+Ib%25C3%25A1%25C3%25B1ez+con+el+presidente+Carranza%252C+castillo+de+Chapultepec+1920+bg-.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="621" data-original-width="757" height="524" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhZm8MRC7RD431jakfxX1-dST0RYejcY8gJeMJ0zM9xMGwlAOA1a3EE7j0TUmg1rSJyTKt3nRMtP15R2R_A4ijekk0GC7XZod-NuyVNLA1m-htr6W411iCXBg0ULlTMN66nZbnsX_KP5Uc/s640/V.+Blasco+Ib%25C3%25A1%25C3%25B1ez+con+el+presidente+Carranza%252C+castillo+de+Chapultepec+1920+bg-.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
V. Blasco Ibáñez con el presidente Carranza, en el castillo
de Chapultepec, en 1920. </div>
<div class="MsoNormal">
Fotografía para la portada de “<i>El militarismo mejicano</i>” <o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
—Siempre, siempre...—me dice Libertad.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Ha habido un silencio difícil, evocador, por mí respetado.
La gran figura del novelista evocado entre aquellas paredes que le eran familiares,
vuelve a tener plasticidad elocuente. Tan inesperada fué su muerte que aún
parece que de un momento a otro, como decía Llorca, va a entrar o se va a
recibir su carta interesándose por todo con la misma fe y entusiasmo de
siempre. <o:p></o:p><br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
La silueta de Mario aparece en la puerta. Es un joven acaso
aviejado por una delgadez exagerada. El luto lo hace aún más demacrado. Su
rostro es inteligente, vivo, inquieto, y parece que toda una fortaleza
interior, discrepando con lo físico, asoma a sus ojos, que chispean bajo los
cristales de las gafas de concha.<o:p></o:p><br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjfz_6SrIyc-uV0NIgIiY3EYEdixySUW8k85tOhxFbDNyYB3G137oQWL1fNPl900321iM_hlw5mgX6rXZedb7REGk4BOai1sdjN7Gzqhd0jHGmUAdDf-9vnvpbfZfcKiyUOfp20KI5OhTY/s1600/Mario.JPG" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="640" data-original-width="477" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjfz_6SrIyc-uV0NIgIiY3EYEdixySUW8k85tOhxFbDNyYB3G137oQWL1fNPl900321iM_hlw5mgX6rXZedb7REGk4BOai1sdjN7Gzqhd0jHGmUAdDf-9vnvpbfZfcKiyUOfp20KI5OhTY/s400/Mario.JPG" width="297" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><b>Mario Blasco</b>, el hijo mayor de V. Blasco Ibáñez, en 1932</td></tr>
</tbody></table>
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><b>MARIO</b></span><o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br />
Mario me habla de sus proyectos teatrales, a instancia mía.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
—Ahora no trabajo nada. El golpe sufrido ha sido espantoso y
me ha dejado desorientado. En cuanto me reponga un poco continuaré mi obra
empezada.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
— ¿Cómo se titula? ¿Qué es?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
—«La noche bruja». Una acción misteriosa y extraña en el
Gran Chaco. Es la obra del ambiente que Es la obra del ambiente que maneja a
los personajes a su antojo. El calor enervante, que se convierte en una
obsesión lúbrica para una mujer de fondo honesto, que hace todo lo posible por
resistir a la tentación. Los duelos espirituales de los hombres, todo, todo
envuelto en la luz intensa, en el calor horrible, en el misterio ambiente del
Gran Chaco. Tengo fe en ella.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
—Pero usted había cultivado el teatro de ideas, ¿no?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
—Sí, sí; ahí tiene usted «La plaga» y «La mala hierba». Esta
también obedece en cierto modo al propósito de teatro de ideas que tengo
formado. Y hablando de otra cosa, ¿usted quiere conocer la Malvarrosa?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
—Encantado.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Entonces Mario Blasco ha mandado traer un automóvil. Mira el
reloj.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
—Si le parece bien—me dice— comeremos en Las Termas, y desde
allí vamos a conocer la casa de mi padre.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Tenemos proyecto de hacer en ella el Museo Blasco Ibáñez.
Ahora está desorganizado todo y faltan muchas cosas. Mi padre no se ocupaba ya
de su primera villa, después del palacio de Mentón.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
—Sin embargo—le digo—, la casa de Blasco Ibáñez será siempre
ésta. Aquí es donde ha soñado, aquí donde escribió su primera obra...<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
—Sí, sí— afirma Mario—; indudablemente. Y él nunca echó en
olvido su terraza de la Malvarrosa, donde pensó muchas veces conquistar otras
tierras y llevar sus naranjos de Valencia…<o:p></o:p><br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">LA MALVARROSA</span></b><o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br />
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; margin-left: 1em; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjYtjbHr6JwcNxG62CFQWcDvM0CWeqK6jrxYozeHJuDYbLHC7Gbs4ibfzZnoPRMfBG5j9dID26DinjmemK7MJJdYyk-m-x03NFYIvdJ_ncSaPe_eev36CuAdkPDTXIYN-C8j_qhAUXdOWM/s1600/malvarr+chalet+blasco.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="469" data-original-width="436" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjYtjbHr6JwcNxG62CFQWcDvM0CWeqK6jrxYozeHJuDYbLHC7Gbs4ibfzZnoPRMfBG5j9dID26DinjmemK7MJJdYyk-m-x03NFYIvdJ_ncSaPe_eev36CuAdkPDTXIYN-C8j_qhAUXdOWM/s400/malvarr+chalet+blasco.jpg" width="371" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
La fachada principal de la casa de V. Blasco Ibáñez,</div>
<div class="MsoNormal">
en la
Malvarrosa<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<div style="text-align: right;">
</div>
Después de almorzar en Las Termas con Mario y el hijo de
Llorca y Libertad he visitado la casa del gran novelista, frente al mar.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Entramos en un jardín romántico, descuidado. Faltan en él
estatuas que Blasco Ibáñez llevó a Mentón.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
En la fachada principal, que da al jardín, Mario me hace
notar un curioso detalle:<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
—Vea usted repetida
la gárgola de Nuestra Señora. El diablo que contempla París, como dominándolo.<br />
<br />
Y mientras la guardesa trae las llaves de la casa, yo pienso
en la tristeza de este diablo pensador e irónico que tanto amaba Huysmans, y
que aquí, en Valencia, en la piedra, tiene un gesto de aburrimiento, porque ni
ve el Sena ni el mar de Levante siquiera, relegado a la contemplación eterna de
un jardín con demasiada luz, con demasiado paganismo sano y amable, pese a su
descuidado aspecto romántico.</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
—Vamos por aquí...<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Subimos la escalinata. Rechina la cerradura. Parece como si
entráramos en la casa de Blasco Ibáñez después de quince años de su muerte. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Mario parece adivinar mi pensamiento y me ataja:<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
—Ya le digo que está todo un poco abandonado. Nosotros sólo
venimos algún tiempo en el verano.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br />
La galería frente al mar es magnífica.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEio3mN9pzW1fhHjnF17YtunrT1yJLGRz44nNYQb6e51b7lmHOJJeYL3LG3SUl0rSq347W4j2rwRh6AmK4kX0vRqZyCs9j1-CF9pOBPazPwApAfP6Uv2_qxQywBH1g74YUBKlnNfQh6GJXg/s1600/Blasco+iba%25C3%25B1ez%252C+malvarrosa-+galeria.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="410" data-original-width="587" height="444" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEio3mN9pzW1fhHjnF17YtunrT1yJLGRz44nNYQb6e51b7lmHOJJeYL3LG3SUl0rSq347W4j2rwRh6AmK4kX0vRqZyCs9j1-CF9pOBPazPwApAfP6Uv2_qxQywBH1g74YUBKlnNfQh6GJXg/s640/Blasco+iba%25C3%25B1ez%252C+malvarrosa-+galeria.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">V. Blasco Ibáñez, en la galería de su casa de la Malvarrosa</td></tr>
</tbody></table>
Seguimos recorriendo
la casa.<br />
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
—En el pasillo verá usted algunos cuadros bastante buenos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Pero el nieto del novelista ilustre —un mocetón de dieciséis
años, fuerte como un toro —nos disuade al momento:<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
—No, tío; se los llevaron ya.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
El comedor conserva interesantes platos y piezas de cerámica
valenciana.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgO9iu5BalQzlc2yFwjaTVMCgIOg9xPdf4evF2szBnz9Dc_9RaQCw0V7V22jOB_3UPuNtYhZOKh8n6cNQREggnqroO4vRcfEKq31C2_f5luKGCpD2y5DOLnMNrDqGPFfw4tRx1YuJc0B6o/s1600/malvarr-+cocina-+blog-ps.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="614" data-original-width="1145" height="340" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgO9iu5BalQzlc2yFwjaTVMCgIOg9xPdf4evF2szBnz9Dc_9RaQCw0V7V22jOB_3UPuNtYhZOKh8n6cNQREggnqroO4vRcfEKq31C2_f5luKGCpD2y5DOLnMNrDqGPFfw4tRx1YuJc0B6o/s640/malvarr-+cocina-+blog-ps.jpg" width="640" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<br />
Es acaso la habitación mejor conservada, porque el despacho...<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Los cortinajes del despacho están desprendidos. Las
estanterías han desaparecido y algunos libros se apilan cubiertos de polvo en
un rincón.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Huele mucho a humedad, a casa abandonada, y una dulce
melancolía escarba en nuestro pecho.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
—En esta mesa ha trabajado años enteros mi padre. Siéntese
en el sillón, verá el mar, sin la playa. Parece enteramente que se va en un barco.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
La mesa es enorme y tiene un semicírculo en su parte
delantera para poder aproximar bien el sillón y escribir cómodamente.<o:p></o:p><br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhMc1SMYZp28Qgs2iX-x2yW8kiZsYq78wFHMoEOGjbRlBd71F4fjem1aMDWGLPx_al0Wf8gKS69eY6lmfJGrb67tCe8EsHBRCN7gPDKCoBREiN7WDPiJFs8OmCShN116ha8gpUISiaoE4g/s1600/blasco+iba%25C3%25B1ez%252C+malvarrosa.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="568" data-original-width="800" height="454" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhMc1SMYZp28Qgs2iX-x2yW8kiZsYq78wFHMoEOGjbRlBd71F4fjem1aMDWGLPx_al0Wf8gKS69eY6lmfJGrb67tCe8EsHBRCN7gPDKCoBREiN7WDPiJFs8OmCShN116ha8gpUISiaoE4g/s640/blasco+iba%25C3%25B1ez%252C+malvarrosa.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">V. Blasco Ibáñez, en el despacho de su casa de la Malvarrosa</td></tr>
</tbody></table>
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
— ¿Qué piensan ustedes hacer con esta habitación ¿— pregunto-<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
—Pensamos volver a poner las estanterías y en ellas todos
los libros de mi padre, las traducciones, los que prologó...<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Aquí, ante estos dos grandes testeros vacíos, es donde se
piensa en la gran obra de Blasco Ibáñez. La lista de sus obras es enorme, y su traducción
está hecha a casi todos los idiomas y de casa todos los títulos. En cuanto a
las obras que dirigió y prologó el ilustre novelista...<o:p></o:p><br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjeE-6_v2JF97XTftON7xnyq2yujxI2a7QfSgctSPiT01bH5G5gUBfBxYIzxtPqzZDU0wYDFHJHj5bNFf2OxtkutSm4vZXz1q33VY1xLIDIWp4QzFqpXBdmHM_PC07Lq6YZYFmijKwTJ2s/s1600/Novela+ilustrada.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="641" data-original-width="415" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjeE-6_v2JF97XTftON7xnyq2yujxI2a7QfSgctSPiT01bH5G5gUBfBxYIzxtPqzZDU0wYDFHJHj5bNFf2OxtkutSm4vZXz1q33VY1xLIDIWp4QzFqpXBdmHM_PC07Lq6YZYFmijKwTJ2s/s320/Novela+ilustrada.jpg" width="207" /></a></div>
Ahí está esa admirable colección de «La Novela Literaria».
Sus prólogos son verdaderos estudios críticos y acertadas semblanzas sobre escritores,
muchos de los cuales él ha descubierto en España. ¡Y son casi un centenar de volúmenes!<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Después de subir a la azotea, donde la vista de Valencia es
algo espléndido de luz y de color en la huerta, donde la primavera adelanta su
fecha, bajamos para regresar a la ciudad.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
— Antes quiero que vea usted—me dice Mario—el busto de la
Libertad que mi padre compró en su primer viaje a París. Tiene una historia
sentimental...<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Y ante un busto de escayola de grandes dimensiones que
representa a la Libertad, simbolizada en una bella mujer con el gorro frigio
ceñido a la frente, Mario me dice cómo su padre no cenó una noche y esperó todo
un día en absoluta penuria hasta resolver su situación por comprar aquella
estatua en los años de su bohemia de escritor pobre, cuando casi no sospechaba
que un día pudiera sostener tres casas en Europa, y soñaba bellas quimeras de
artista en un humilde cuarto del barrio Latino.<o:p></o:p><br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; margin-left: 1em; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjklg_JGcW-kpl5B3MAY6BSOxgPh789uVWqTioZ9QxnmeG0vWlWZU0jbqRDPyvmaftD5moJVfk0SNe6apdVRciLryF32bvEbplLguIF7aygB5CEPpNV4U_giv1mRa2cm-uEbmLeqM60lM4/s1600/malvarrosa+1928.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="555" data-original-width="891" height="248" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjklg_JGcW-kpl5B3MAY6BSOxgPh789uVWqTioZ9QxnmeG0vWlWZU0jbqRDPyvmaftD5moJVfk0SNe6apdVRciLryF32bvEbplLguIF7aygB5CEPpNV4U_giv1mRa2cm-uEbmLeqM60lM4/s400/malvarrosa+1928.jpg" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">La casa de la Malvarrosa, en 1928</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
Ha sido un poco triste esta visita. La casa donde Blasco Ibáñez garabateó febril las cuartillas por las que fué perseguido y encarcelado tantas veces; la casa donde imaginó una Valencia que nacía en la historia liberal de las germanías; la casa que le oyó soñar en voz alta y le vio partir para la
conquista del mundo, es únicamente un reflejo de lo que fué en otros tiempos.</div>
<div class="MsoNormal">
Sólo la energía de su hijo político Femando Llorca,
inteligencia vivísima y férrea voluntad, puede, ayudada por Mario y Sigfrido,
levantar allí un templo donde se venere el recuerdo del gran escritor.<br />
Un
museo, algo así como la casa de Medan de Zola, donde aparezca vivo cuanto
recuerde a aquel coloso aventurero, a aquel titán del Levante, de quien un día
mediterráneo de estampa se enamoró la muerte, que se había llevado a
D'Artagnan—a aquel otro aventurero gentil que fué Gómez Carrillo—como prendada
ahora de la masculinidad, de la fuerza y audacia emprendedora de Portos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br />
<b><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">DESPEDIDA </span></b><o:p></o:p><br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; margin-left: 1em; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh3-zFvycnRX7ABPg2fUIbEn9c39iqYfPmvzfBr6PTqBzW4XMl6xX2tQ7NtKU7syRImrBp6RMCM8vKTX1x11uDdRwpEGw6LTgiyFZLV4qjkHvHOo7gpp7YPJpQVS1apwjltrsCN6Ga5-IQ/s1600/Blasco+iba%25C3%25B1ez+1910-1914.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="651" data-original-width="457" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh3-zFvycnRX7ABPg2fUIbEn9c39iqYfPmvzfBr6PTqBzW4XMl6xX2tQ7NtKU7syRImrBp6RMCM8vKTX1x11uDdRwpEGw6LTgiyFZLV4qjkHvHOo7gpp7YPJpQVS1apwjltrsCN6Ga5-IQ/s400/Blasco+iba%25C3%25B1ez+1910-1914.jpg" width="280" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">V. Blasco Ibáñez viajando entre América y Europa (1910-1914)</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal">
Fotografías de Blasco Ibáñez... Evocadoras fotografías que me enseñan Mario, Sigfrido y Llorca. Los originales de las obras inéditas son contemplados y revisados con verdadero amor. Así sus cuadernos de notas, donde tiene apuntadas frases, bocetos, ideas, todo un programa de trabajo en clave que para los demás resulta incoherente e incomprensible. Es una letra clara y uniforme. No se nota cansancio alguno en ella. Hago esta observación y Llorca me dice:<o:p></o:p></div>
—Es que jamás estuvo cansado de nada. No le he visto nunca aburrido. El día para él tenía pocas horas, y la vida misma le ha resultado corta. Ha muerto sin decir todo lo que tenía que decir, lleno do proyectos de obras que en manera alguna eran de decadencia. Volvía de sus viajes de América sin deseo de descansar, imaginando ya nuevos viajes.<br />
Parece que le estoy viendo
en ese sillón hablar y hablar, levantarse continuamente, accionar con todo el
cuerpo...<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
— ¿ Escribía también aquí ?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
—Sí; en todos sitios. Llevaba con él los originales y
trabajaba continuamente, corrigiendo bastante, porque aunque han dicho que no
se preocupaba del estilo, le preocupaba mucho. Y eso que para él escribir era
lo de menos. Tardaba mucho en planear una novela. A veces dos años tomando
notas, estructurando la obra, y luego dos o tres meses para escribirlas.<o:p></o:p><br />
Les pido autorización para fotografiar una cuartilla de la obra más interesante que deja Blasco : «El gran Khan», la obra del descubrimiento de América, la historia de la raza española, cuyo fuego él llevaba en el pecho azotado por todos los vientos y batido por todas las inquietudes.<br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhaIf1AV8LV8I2NpskLo7guRKGfj-U6zkgQWWKAMo-gJgiY1MWfD2MKuD817RfbDPe-ox1V448Gbx5xY4amGW0z-Hxbg5BXPHoC16COoVz_0Luml_mLy1mitd2DbzJbIrYzJcvQ54lMwwI/s1600/Gran+Kan+-+Blasco+Ib%25C3%25A1%25C3%25B1ez-+1928.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="584" data-original-width="544" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhaIf1AV8LV8I2NpskLo7guRKGfj-U6zkgQWWKAMo-gJgiY1MWfD2MKuD817RfbDPe-ox1V448Gbx5xY4amGW0z-Hxbg5BXPHoC16COoVz_0Luml_mLy1mitd2DbzJbIrYzJcvQ54lMwwI/s320/Gran+Kan+-+Blasco+Ib%25C3%25A1%25C3%25B1ez-+1928.jpg" width="298" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
La ultima cuartilla de “En busca del Gran Kan”</div>
<div class="MsoNormal">
una de sus últimas novelas, publicada póstumamente, en 1929</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: "calibri" , sans-serif; font-size: 14.6667px; text-align: center;">-:-:- </span><span style="font-family: "calibri" , sans-serif; font-size: 14.6667px; text-align: center;">-:-:-</span></div>
<br />
Dejo Prometeo, y en la casa a la familia de Blasco, que me
ha acogido con una cordialidad sin límites.<br />
El recuerdo del gran novelista
muerto está vivo en Valencia. En el café de la Democracia, en la Malvarrosa, en
Prometeo, en las calles de la ciudad, siempre señalan un rincón y una anécdota.
Allí tuvo el desafío con... Allá dio su primer mitin a los pescadores
valencianos...<br />
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
¡Obra enorme la del escritor y político! Obra
principalmente, aparte de su labor literaria, de cultura y caudillaje.<br />
Su
figura despertaba apasionamiento y fe.<br />
Con Blasco se ha perdido algo más que un
gran escritor: un gran sugerente, un gran espíritu directivo. Lo sabe
Valencia, que llora al hijo errante que no ha vuelto de uno de sus viajes.<br />
No se
puede decir que ha muerto. Las máquinas de la imprenta siguen repitiendo su
nombre y en Valencia se habla de él como de quien un día cualquiera puede
volver. Como París ha esperado a Zola hasta hace poco. Como él mismo esperaba a
Hugo, el magnífico, cuando en la agonía dijo :<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
—Que pase... Es Hugo que viene a verme...<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br />
<div style="text-align: right;">
César GONZALEZ-RUANO<o:p></o:p><br />
Año 1928</div>
</div>
Marga Predahttp://www.blogger.com/profile/07698563453867139965noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-2820100463319832693.post-19952903108421510962017-06-18T03:23:00.001-07:002017-09-24T00:33:39.117-07:00HOY: 20 Años<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg_3eZCJ3wWyEqzNdH8IqVA2CEZvBzoGWUOC-5a31rXAVndSU-JpectlTKPW7-W-kitzDJ9klQNkLOUhp-EUKkzOQ7wld3tGkHdJGGG4jBG77yAsXSVUHLYQypZL15RfiVUmQG52Cfv4Ec/s1600/casa+museo+Blasco+Iba%25C3%25B1ez.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="991" data-original-width="1537" height="412" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg_3eZCJ3wWyEqzNdH8IqVA2CEZvBzoGWUOC-5a31rXAVndSU-JpectlTKPW7-W-kitzDJ9klQNkLOUhp-EUKkzOQ7wld3tGkHdJGGG4jBG77yAsXSVUHLYQypZL15RfiVUmQG52Cfv4Ec/s640/casa+museo+Blasco+Iba%25C3%25B1ez.jpg" width="640" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span style="color: #0c343d; font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span style="font-family: inherit; font-size: large;"><span style="color: #0c343d;">HOY, 18 de junio de 2017, la </span><a href="http://casamuseoblascoibanez.com/">Casa-Museo BLASCO IBÁNEZ</a><span style="color: #0c343d;"> cumple 20 años. </span></span></div>
<blockquote class="tr_bq">
<blockquote class="tr_bq">
<blockquote class="tr_bq">
<span style="color: #0c343d; font-size: large;">Aunque es una modesta replica de lo que fue el <i>Chalet de la Malvarrosa</i> de V. Blasco Ibáñez en 1902, el actual edificio se logró construir con la colaboración de todos los valencianos para perpetuar la memoria del escritor. </span></blockquote>
</blockquote>
</blockquote>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjSLTk2J6pK9hsaldelRiF6nwDBXDl3ZL2KGkK8208oBd5hIaZJtKpoPWY5tOEpkrLVrlagRzsXqejZ18MtL37xCe9uiq8p0GYpfs2QqQFWojEwIamlr2oke1GJJaOek-iQm67glVm7zyw/s1600/casa+museo+Blasco+Iba%25C3%25B1ez+1997.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="357" data-original-width="640" height="222" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjSLTk2J6pK9hsaldelRiF6nwDBXDl3ZL2KGkK8208oBd5hIaZJtKpoPWY5tOEpkrLVrlagRzsXqejZ18MtL37xCe9uiq8p0GYpfs2QqQFWojEwIamlr2oke1GJJaOek-iQm67glVm7zyw/s400/casa+museo+Blasco+Iba%25C3%25B1ez+1997.jpg" width="400" /></a></div>
<br />Marga Predahttp://www.blogger.com/profile/07698563453867139965noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2820100463319832693.post-36192070929461898532017-06-15T10:07:00.000-07:002018-12-02T13:34:21.244-08:00HOY: Plaza San Gil, 5<div style="text-align: center;">
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhbtxfyQhf9Lfq6peIOG7bylxd-7H317uiblD4sqisfHvoK3YUwmSwXsevF293KPUObJ-nwZFvC1g1VMEgKk74jXhdpYMbXonVRJ9Zm9VViQIOWgnqWhfXwN8D5GS9MPm29SkCHQ0N3s4M/s1600/1908.+Plaza+San+Gil..jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1254" data-original-width="1010" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhbtxfyQhf9Lfq6peIOG7bylxd-7H317uiblD4sqisfHvoK3YUwmSwXsevF293KPUObJ-nwZFvC1g1VMEgKk74jXhdpYMbXonVRJ9Zm9VViQIOWgnqWhfXwN8D5GS9MPm29SkCHQ0N3s4M/s400/1908.+Plaza+San+Gil..jpg" width="321" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
1908. Plaza San Gil, 5 Valencia<br />
Falla: Alegoría de las Bellas Artes - segundo premio.</div>
</td></tr>
</tbody></table>
</div>
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
<span style="font-family: inherit;">V. Blasco Ibáñez vivió </span><b style="font-family: inherit;">durante veinte años</b><span style="font-family: inherit;"> (1871-1891) o sea desde la edad de 4-5 años hasta que se casó, en la casa numero 5 de la </span><b style="font-family: inherit;">PLAZA SAN GIL,</b><span style="font-family: inherit;"> situada cerca </span><span style="font-family: inherit;">a su casa natalicia de la calle Jabonería </span><span style="font-family: inherit;">Nueva y cerca al</span><span style="font-family: inherit;"> Mercado Nuevo (hoy, el Mercado Central) de Valencia </span><span style="font-family: inherit;">. </span><br />
Años más tarde, en relación con la calle Jabonería Nueva,
Blasco comentaba: <i>...yo apenas conservo
memoria de esta calle, en aquella época, porque mi familia se trasladó muy pronto á la de San Gil</i>.<br />
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<br />
<span style="line-height: 115%;"><span style="font-family: inherit;">En 1871, Gaspar Blasco Teruel, el padre del futuro escritor adquiere</span><i style="font-family: inherit;"> un edificio en la plaza de San
Gil, en cuyos bajos instalan con mayor modernismo y amplitud el floreciente
negocio de coloniales; pasando a ocupar la familia un espacioso entresuelo al
que se asciende por el portal y cuyos balcones se abren a escasa altura sobre
la misma plaza </i><span style="font-family: inherit;">- </span>según<span style="font-family: inherit;"> mencionaba en su libro Pilar Tortosa, familiar cercana al novelista.</span></span><br />
<br />
HOY, parece difícil de encontrar aquel sitio...<br />
- la <a href="https://www.google.es/search?q=ruta+blasco+iba%C3%B1ez&oq=ruta+&aqs=chrome.1.69i57j69i59j0l4.6333j0j4&sourceid=chrome&ie=UTF-8">Ruta Blasco Ibáñez</a> que ofrece la Biblioteca Valenciana no lo menciona,<br />
- en la web del <a href="http://www.valencia.es/ayuntamiento/infociudad_accesible.nsf/vDocumentosWebListado/AA1AE4767E63180AC12572C20023FD93?OpenDocument&bdOrigen=ayuntamiento%2Fcultura.nsf&idapoyo&nivel&lang=1">Ayuntamiento de Valencia</a> se considera que la actual Plaza Cisneros era antes Plaza San Gil, etc.<br />
<br />
Hay incoherencias entre las antiguas imagenes de la casa, los datos biográficos fiables y la información oficial vigente.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi7Li3TD3iLr1jbRguKtjxQTIYgC2eRIQv8hJzHTwfNblwNbx2zBzyJWNqDgE0PQNe3SC8X6yupPDEvdGGBaoqBJI8Tt_9Z_8s608DxDFk5grMxF5qMi1K2yhESBCFhCHe4h5WjqsOJMvA/s1600/casa+San+Gil+5.jpeg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="777" data-original-width="513" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi7Li3TD3iLr1jbRguKtjxQTIYgC2eRIQv8hJzHTwfNblwNbx2zBzyJWNqDgE0PQNe3SC8X6yupPDEvdGGBaoqBJI8Tt_9Z_8s608DxDFk5grMxF5qMi1K2yhESBCFhCHe4h5WjqsOJMvA/s400/casa+San+Gil+5.jpeg" width="262" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
La casa de la familia Blasco Ibáñez en los años 30. </div>
<div class="MsoNormal">
Plaza
San Gil, numero 5 <o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgBaQhxapxKsTKhdW5uhS1WPdiBYpD-Vm_6YL0n1EktnUp53VnZzolTHyK7OoRcLkzk4kP5rRyhrKA9s_7BNribdW3nsPgt11lyEG1hnqkAj1jvF-LwmaFZefAxKof9FSvE_l1oxdegWyk/s1600/San+Gil+5.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1237" data-original-width="753" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgBaQhxapxKsTKhdW5uhS1WPdiBYpD-Vm_6YL0n1EktnUp53VnZzolTHyK7OoRcLkzk4kP5rRyhrKA9s_7BNribdW3nsPgt11lyEG1hnqkAj1jvF-LwmaFZefAxKof9FSvE_l1oxdegWyk/s400/San+Gil+5.jpg" width="242" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
La casa de la familia Blasco Ibáñez en los años 30.</div>
<div class="MsoNormal">
Plaza
San Gil, numero 5 <o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<br />
Los contemporáneos de Blasco recordaban aquella plaza San Gil o En Gil:<br />
… <i>era una plazoleta
cuadrada y popular, gran marco para fallas… </i><br />
<i>En esta plazuela vivió el Blasco
Ibáñez estudiante y poeta, el muchacho que por las noches buscaba la
complicidad del sereno para lanzarse a la calle</i>…<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiNJXWyPVqE6QGi0T1QyXxIC9-oU_a1VIsV8faUchpjgI7IZBkR2_fGX9Z6aLtnZFwEol6bjNG9pDvg4nHugtSxPkclFFxU4hSD50pgvSv7vQ_fTh9Za51vz8K_QGd2OzuY56YJmTShLNw/s1600/Blasco+Iba%25C3%25B1ez+a+los+15+a%25C3%25B1os.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1009" data-original-width="697" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiNJXWyPVqE6QGi0T1QyXxIC9-oU_a1VIsV8faUchpjgI7IZBkR2_fGX9Z6aLtnZFwEol6bjNG9pDvg4nHugtSxPkclFFxU4hSD50pgvSv7vQ_fTh9Za51vz8K_QGd2OzuY56YJmTShLNw/s640/Blasco+Iba%25C3%25B1ez+a+los+15+a%25C3%25B1os.jpg" width="441" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
V. Blasco Ibáñez a la edad de 15 años <o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
También allá iniciaba el joven escritor su actividad política y periodística con <span style="font-family: "calibri" , sans-serif; font-size: 11pt;">«</span><i>La Bandera Federal</i><span style="font-family: "calibri" , sans-serif; font-size: 11pt;">»</span>...<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhA5EyIUYWavXdK_T6MMZEzThTMNMRimskBjgQY9xcr7g96IgMw48xANLzg2cLR6logoPbj6Gox4x4uLxLR1TXu6emBdH4-cHG2Tc872bF9bvNOvn4yEEWqGVH88gCv7T1o7RScw87r6es/s1600/la+bandera+federal+n+1.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1155" data-original-width="1600" height="288" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhA5EyIUYWavXdK_T6MMZEzThTMNMRimskBjgQY9xcr7g96IgMw48xANLzg2cLR6logoPbj6Gox4x4uLxLR1TXu6emBdH4-cHG2Tc872bF9bvNOvn4yEEWqGVH88gCv7T1o7RScw87r6es/s400/la+bandera+federal+n+1.jpg" width="400" /></a></div>
<blockquote class="tr_bq">
Con la ayuda de mapas, imagenes y datos de la prensa de aquella época se puede identificar el sitio real.</blockquote>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjHjAHJ6hG2glkNHs001Kohs_REP0cs2kHo_adMMGcBJegXlBirMVClIFbzDO5B5nbQtbm4ywosUQ27JcshNsnU6U7zapxcQwiyGIe1i5pP00HUhQhuaj3-M93K9AEHqrfE_R5cpP4Z9Xc/s1600/MAPA+valencia+-+Blasco+Ib%25C3%25A1%25C3%25B1ez.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="953" data-original-width="951" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjHjAHJ6hG2glkNHs001Kohs_REP0cs2kHo_adMMGcBJegXlBirMVClIFbzDO5B5nbQtbm4ywosUQ27JcshNsnU6U7zapxcQwiyGIe1i5pP00HUhQhuaj3-M93K9AEHqrfE_R5cpP4Z9Xc/s400/MAPA+valencia+-+Blasco+Ib%25C3%25A1%25C3%25B1ez.jpg" width="398" /></a></div>
<br />
HOY, en aquella zona no hay nada que recuerde a Blasco Ibáñez<br />
El sitio correspondiente al antiguo edificio numero 5 de la Plaza San Gil, donde vivió el escritor, ahora calle de la Linterna 31, está ocupado por un hotel nuevo; faltaría por determinar si es una construcción totalmente nueva o es la reforma radical de lo que fue la casa de la familia Blasco Ibáñez, a finales del siglo XIX.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhnP8B6LwW9yWWi-GT-j6zK80x5BNxIGuo2UwmbdOEutXeFC4f32CEMi8YRSQTExsMTqJm3tubowUDXcJcTL52Z6n6O48tDDKeEJXee5N6bqSBrzbL_jpF_p1P9CW4uztqql7DoNQhvoho/s1600/Hotel.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="517" data-original-width="629" height="263" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhnP8B6LwW9yWWi-GT-j6zK80x5BNxIGuo2UwmbdOEutXeFC4f32CEMi8YRSQTExsMTqJm3tubowUDXcJcTL52Z6n6O48tDDKeEJXee5N6bqSBrzbL_jpF_p1P9CW4uztqql7DoNQhvoho/s320/Hotel.JPG" width="320" /></a></div>
<br />
<br />
<br />
<span style="font-size: large;"><a href="https://giphy.com/gifs/p4wQ2hPQNmlZUhVNRC?fbclid=IwAR3eXAXbTWIxkM_zWC5CXvHP0PMWwwwu62SJ0jj6yzB4lThU3mJ-Dz4AVWo">Ver GIF animado</a> </span>(cortesía "Rewind. La máquina del tiempo")<br />
<br />
<br />
<br />Marga Predahttp://www.blogger.com/profile/07698563453867139965noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2820100463319832693.post-46030104175351693322017-06-15T03:12:00.002-07:002019-04-27T01:27:29.030-07:00en la Plaza del Horno de San Nicolás<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div style="text-align: center;">
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgTFsbWyyqXOtpqYyQJtEaq-hpbTCYHwrSFP2VLXEJgNcaoWrSjTYM-uEp3NdefmJMJQvESCbaO4jUApMRELo5ZuFtqQi7hyphenhyphenU4mx061Ks8GCLd82YCy9yYrq9MSmAv0h1asDxhylmTInIs/s1600/casa+Pz+San+Nicolas-l.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="770" data-original-width="510" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgTFsbWyyqXOtpqYyQJtEaq-hpbTCYHwrSFP2VLXEJgNcaoWrSjTYM-uEp3NdefmJMJQvESCbaO4jUApMRELo5ZuFtqQi7hyphenhyphenU4mx061Ks8GCLd82YCy9yYrq9MSmAv0h1asDxhylmTInIs/s640/casa+Pz+San+Nicolas-l.jpg" width="420" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">1933. Plaza San Nicolás número 5, Valencia</td></tr>
</tbody></table>
<br /></div>
<span style="font-family: inherit;"><br /></span><span style="font-family: inherit; font-size: large;">Entre 1891 y 1894 V. Blasco Ibáñez vivió en la <i>Plaza del Horno de San Nicolás</i> número 5.</span><br />
<br />
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; margin-left: 1em; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjmfe3JXEhBuFiOJGNvNmq70ye6nx_DyZP0n6oH1qEDHb8383Og9pAgPWTpRxl0mYnsVXHsSGQEBoGlAJNLxWtWNNhUjCmWFG-Fk4_urjAf6U4ssjtIfEnSqc4Th9ZiIo4AHmyipnM4kis/s1600/matrimonio+con+Mar%25C3%25ADa+Blasco+del+Cacho+%252818-11-1891%2529-.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1137" data-original-width="876" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjmfe3JXEhBuFiOJGNvNmq70ye6nx_DyZP0n6oH1qEDHb8383Og9pAgPWTpRxl0mYnsVXHsSGQEBoGlAJNLxWtWNNhUjCmWFG-Fk4_urjAf6U4ssjtIfEnSqc4Th9ZiIo4AHmyipnM4kis/s400/matrimonio+con+Mar%25C3%25ADa+Blasco+del+Cacho+%252818-11-1891%2529-.jpg" width="307" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
V. Blasco Ibáñez y María Blasco del Cacho</div>
<div class="MsoNormal">
18 de noviembre
de 1891, en Valencia<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<br />
El 18 de noviembre
de 1891, a la edad de 24 años, el escritor valenciano se casó con María Blasco del Cacho. Muchos años más tarde, Libertad, la hija del matrimonio,
relataba que:<br />
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<blockquote class="tr_bq">
<i>A la vuelta del viaje
de novios, la pareja fijó su residencia en un entresuelo de la plaza del Horno
de San Nicolás, propiedad de don Gaspar</i>.<o:p></o:p><span style="vertical-align: super;"><span style="font-size: xx-small;">1</span></span></blockquote>
<div class="MsoNormal">
<sup><o:p></o:p></sup></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
Según datos más recientes, se dice que la vivienda estaba
situada en el último piso, abajo del ático. Falta por confirmarlo con la
documentación original.<br />
Los contemporáneos de Blasco afirmaban que la primera residencia del joven matrimonio estaba ubicada allá.<br />
En la prensa de los años treinta se menciona que hasta 1894, cuando fundó el periódico <i>El Pueblo</i>, Blasco vivió en aquella casa,<br />
<blockquote class="tr_bq">
<i>... casa de sus padres, sita en la Plaza del Horno de San Nicolás, número 5, precisamente encima del horno que aún existe.</i><span style="font-family: "calibri" , sans-serif;"><span style="font-size: 14.6667px;"> </span></span><i>Esto ya era otro barrio: silente, con replacitas melancólicas, con grandes portales de mansiones nobiliarias... Buen barrió para las serenas horas nupciales. Aquí le nació alguno de sus hijos. Aquí — en este sitio tranquilo — escribió alguno de sus libros más inflamados</i>.<span style="vertical-align: super;"><span style="font-size: xx-small;">2</span></span></blockquote>
</div>
<div class="MsoNormal">
<br />
<div class="MsoNormal">
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjORBPp5N_UDz-1vErNTXAo-G1TEM1YU2NHy856soJTSqx804pyGVoW7eMB-Y8Bl-xNSQ5TbJJRSzeqTDmP6gGBymtYQXyF31cczkd2f7zvURvDlccBHCynqLdFXFQ-tdppi1Ys5twGkAo/s1600/1891-+V.+Blasco+b%25C3%25A1%25C3%25B1ez.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="788" data-original-width="572" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjORBPp5N_UDz-1vErNTXAo-G1TEM1YU2NHy856soJTSqx804pyGVoW7eMB-Y8Bl-xNSQ5TbJJRSzeqTDmP6gGBymtYQXyF31cczkd2f7zvURvDlccBHCynqLdFXFQ-tdppi1Ys5twGkAo/s400/1891-+V.+Blasco+b%25C3%25A1%25C3%25B1ez.jpg" width="290" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Vicente Blasco Ibáñez en 1891</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<br />
También Julio Just, al referirse a aquella época, en 1929 escribió:<br />
<blockquote class="tr_bq">
<i>La entrada de Blasco en aquel barrio tranquilo, de gente aristocrática y de dinero, muy apegada a la iglesia, produjo verdadera consternación. Las viejas devotas cuando pasaban por delante de la casa, se santiguaban </i>[...]<i> </i><br />
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<blockquote>
<i>Su paso despertaba grandes murmullos.</i> <i>Nadie le saludaba, y si salía al balcón para descansar después de largas horas de escribir detrás de los cristales, los vecinos que como él estaban en el balcón se apresuraban a meterse dentro, cerrando con estrépito para que él se diera cuenta.</i></blockquote>
</blockquote>
<span style="line-height: 115%;"><span style="font-family: inherit;"><i>Aun
así, no podían menos de reconocer que la apariencia de aquel hombre era
verdaderamente atractiva. Tenía las mejillas llenas y el perfil aguileño, con
unos ojos muy grandes y una barba fina, rizada como el cabello.</i></span></span><span style="font-family: "calibri" , "sans-serif"; font-size: 11pt; line-height: 115%;"> </span>[...]<br />
<i><br /></i>
<i>El único del
vecindario con quien se saludaba, era el abogado Borso di Carminati, nieto o
hijo del general italiano del mismo nombre que había combatido a los carlistas
al frente de una tropa de voluntarios, durante la primera guerra civil.</i><span style="vertical-align: super;"><span style="font-size: xx-small;">3</span></span><br />
<div class="MsoNormal">
<sup><o:p></o:p></sup></div>
<div class="MsoNormal">
<i><br /></i>
<i><br /></i>
<i><br /></i></div>
</div>
Durante ese periodo de sólo tres años, el joven Blasco tuvo una intensa actividad política; participó en numerosos mítines, se presentó por primera vez como candidato de la Unión Republicana - en 1893, por el distrito de
Sueca, pero no triunfó -, y siguió dirigiendo <i>La
Bandera Federal</i>, el semanario que había fundado en 1889, una de sus <i>primeras armas como periodista</i><sup><span style="font-size: xx-small;">4</span> </sup> defensor el republicanismo federal. Precisamente por sus artículos, en mayo del 1893, <i>La Bandera Federal</i> fue denunciada y Blasco Ibáñez encarcelado. Casi un año más tarde, vuelve a estar preso por una semana en la cárcel de San Gregorio de Valencia, por participar en los disturbios de abril del 1894.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj71meQ0o_cGdSQuW4iRXhbhi9cIgHq8TIUFKLAofymoUPEufhFX5X4GIy-Ifd4FWlwaq2qWmTbATQvNPHbpsahCfBwLcKWI-3Nx4Id73WjnN8X1V08rvVEygD06bNX3QoW54CSvkSW-6k/s1600/Blasco+.la+ara%25C3%25B1a+negra+.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="1541" data-original-width="1070" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj71meQ0o_cGdSQuW4iRXhbhi9cIgHq8TIUFKLAofymoUPEufhFX5X4GIy-Ifd4FWlwaq2qWmTbATQvNPHbpsahCfBwLcKWI-3Nx4Id73WjnN8X1V08rvVEygD06bNX3QoW54CSvkSW-6k/s320/Blasco+.la+ara%25C3%25B1a+negra+.jpg" width="222" /></a></div>
<br />
Al mismo tiempo, el joven escritor, recién instalado en la Plaza de San Nicolás número 5, continuaba su incesante labor literaria. Allá vieron la luz dos novelas que denotan el compromiso del autor con su realidad política y social, pero a cuales, años más tarde, él mismo repudiaba; decía:<i> Esos libros fueron obras de propaganda republicana.</i><br />
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
A comienzos del 1892 aparecía su novela anticlerical «<i>La araña negra</i>», de genero folletinesco, editada por <i>Seix </i>de Barcelona, en dos tomos (1892-1893) con las ilustraciones de Eusebio Planas.<br />
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
En 1893, en Valencia, se publica la novela<i> </i>«<i>¡Viva la República!</i>»<i> </i>en <i>La Propaganda Democrática, </i>la<i> </i>editorial recién fundada por Blasco y Miguel Senent.<br />
En marzo del mismo año, la <i>Casa Editorial de M. Senent</i> había publicado también «<i>París (Impresiones de un emigrado)</i>»<i>,</i>
la recopilación de los artículos que Blasco escribió durante su estancia en la capital francesa (desde julio de 1890 hasta julio de 1891), para <i>El Correo de Valencia.</i><br />
Entre 1890-1892, en Barcelona se publicaba la «<i>Historia de la Revolución Española</i>», obra escrita por Blasco Ibáñez en París con epílogo de Pi y Margall.<br />
Durante el último año que vivió en la casa situada encima del <i>Horno de San Nicolás</i>, el novelista escribió su única obra de teatro, el drama titulado «<i>El juez</i>» que se estrenó en el Teatro Apolo de Valencia, el día 12 de mayo de 1894; en la misma noche fallecía la madre del autor.<br />
Además, en aquella primera vivienda de la joven pareja<i> </i>nacieron sus primeros dos hijos: el 4 de octubre del 1892, la primogénita, que sólo vivió trece días, y 9 de noviembre del 1893, Mario, el primer hijo varón.<br />
<br />
De los sitios donde V. Blasco Ibáñez ha vivido en Valencia, probablemente este es el único inmueble que se ha conservada hasta ahora...<br />
Hoy, allá no hay nada que lo recuerde ... </div>
Marga Predahttp://www.blogger.com/profile/07698563453867139965noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-2820100463319832693.post-22162161672152238222017-06-10T17:41:00.001-07:002022-06-23T01:04:36.444-07:00Su primera peseta<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="MsoNormal">
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj2-chP8jzIXG7KKTBSwJR3EKfePpkLF4GcVB2mWIpri0xEL_6pSBE7FoEkqnxBj-uudpQnXyqqwcSS5yxIJ0cGwJXSkLW4CdhyLCUjVZgdPWDyFPMPQCTy9VQfQF7PZ_ErUnLJXZq5-Eo/s1600/VBI+1913-+Paris-Blasco.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="679" data-original-width="530" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj2-chP8jzIXG7KKTBSwJR3EKfePpkLF4GcVB2mWIpri0xEL_6pSBE7FoEkqnxBj-uudpQnXyqqwcSS5yxIJ0cGwJXSkLW4CdhyLCUjVZgdPWDyFPMPQCTy9VQfQF7PZ_ErUnLJXZq5-Eo/s400/VBI+1913-+Paris-Blasco.jpg" width="311" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Vicente Blasco Ibáñez en 1913, en Parìs</td></tr>
</tbody></table>
<span face=""verdana" , sans-serif" style="color: #0c343d;">El siguiente artículo </span><span face=""verdana" , sans-serif" style="color: #0c343d;">apareció el 20 de mayo de 1916, en el primer numero de</span><span face=""verdana" , sans-serif" style="color: #0c343d;"> </span><i style="color: #0c343d; font-family: verdana, sans-serif;"><b>La Semana</b></i><span face=""verdana" , sans-serif" style="color: #0c343d;">, una revista madrileña que publicaba noticias, crónicas, entrevistas de temática variada y también una serie bajo </span><span face=""verdana" , sans-serif" style="color: #0c343d;">el epígrafe </span><span face=""verdana" , sans-serif" style="color: #0c343d;">«</span><i style="color: #0c343d; font-family: verdana, sans-serif;">¿Cómo y cuándo ganó usted su primera peseta?</i><span face=""verdana" , sans-serif" style="color: #0c343d;">», en la que un personaje importante contaba su historia. </span><br />
<span face=""verdana" , sans-serif" style="color: #0c343d;">Blasco Ibáñez fue elegido para iniciar la novedosa serie, y au</span><span face=""verdana" , sans-serif" style="color: #0c343d;">nque no se especifica en que momento y circunstancias escribió su relato, probablemente lo hizo en una fecha próxima a la publicación, ya que durante aquel mes, el novelista mencionaba en su correspondencia la intención de colaborar con algunas revistas de Madrid.</span><br />
<span face=""verdana" , sans-serif" style="color: #0c343d;">Unos años antes, e</span><span face=""verdana" , sans-serif" style="color: #0c343d;">n 1913 Blasco había renunciado a su "proyecto agrícola" en Argentina y arruinado, decidia regresar a Europa:</span></div>
<div class="MsoNormal">
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<span style="color: #0c343d;"><span face=""verdana" , sans-serif">«<i>Una mañana, a la hora en que se ve la vida bajo su aspecto
verdadero, con todo su relieve, sus contornos y sus formas, me dio vergüenza mi
situación. Ganar una fortuna es tarea que exige toda una existencia. .. ¿Valía
mi sacrificio la pena de efectuarlo? Aunque hubiese de llegar a ser algún día
un capitalista auténtico, se podía perdonar el bollo por el coscorrón…y lo que
yo no podía admitir era la renuncia definitiva a la literatura</i>».</span></span><br />
<span style="color: #0c343d;"><span face=""verdana" , sans-serif"><br /></span></span>
<span style="color: #0c343d;"><span face=""verdana" , sans-serif">Una vez más, la vida le enseñaba el camino que debía seguir, el de escritor.</span></span><br />
<span style="color: #0c343d;"><span face=""verdana" , sans-serif">En 1914, establecía su r</span></span><span face=""verdana" , sans-serif" style="color: #0c343d;">esidencia definitiva en París, y f</span><span style="color: #0c343d;"><span face=""verdana" , sans-serif">undando en Valencia </span></span><span face=""verdana" , sans-serif" style="color: #0c343d;">la <i>Editorial Prometeo</i>, decide </span><span face=""verdana" , sans-serif" style="color: #0c343d;">dedicar todo su tiempo al buen funcionamiento de la empresa y a la literatura. Aprovechando el tema de la Gran Guerra Europea, comienza a escribir numerosas crónicas, reportajes, algunos relatos o cuentos e inicia una nueva serie de novelas.</span><br />
<span style="color: #0c343d;"><span face=""verdana" , sans-serif">En la primavera de 1916 aparecía </span></span><span face=""verdana" , sans-serif" style="color: #0c343d;">en las librerías de España </span><span face=""verdana" , sans-serif" style="color: #0c343d;">«</span><span face=""verdana" , sans-serif" style="color: #0c343d;"><i>Los cuatro jinetes del Apocalipsis</i></span><span face=""verdana" , sans-serif" style="color: #0c343d;">», </span><span face=""verdana" , sans-serif" style="color: #0c343d;">su primera novela inspirada en el evento bélico y </span><span face=""verdana" , sans-serif" style="color: #0c343d;">antes de comenzar </span><span face=""verdana" , sans-serif" style="color: #0c343d;">«</span><span face=""verdana" , sans-serif" style="color: #0c343d;"><i>Mare Nostrum</i></span><span face=""verdana" , sans-serif" style="color: #0c343d;">»</span><span face=""verdana" , sans-serif" style="color: #0c343d;">, la siguiente de la serie, Blasco escribió </span><i style="color: #0c343d; font-family: Verdana, sans-serif;">un surtido de cuentos</i><span face=""verdana" , sans-serif" style="color: #0c343d;"> y unos artículos para revistas españolas y argentinas. El articulo que se reproduce a continuación pertenece a esa época.</span><br />
<span face=""verdana" , sans-serif" style="color: #0c343d;">Faltaban más de dos año para que el gran éxito literario de sus obras le convirtiese en un hombre rico.</span></div>
<br />
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<i style="color: #990000; font-family: verdana, sans-serif; text-indent: -24px;"><span style="font-size: x-large;">¿Cómo y cuándo ganó usted su primera peseta?</span></i></div>
<br />
<div class="MsoNormal">
Mi primera peseta fué doble y me la dió la Iglesia.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Para los que conocen mis ideas esto exige una pronta
explicación. <o:p></o:p><br />
Tenía yo nueve años, estaba en un colegio de Valencia. El maestro de música había formado un coro con los alumnos de mejor voz, y entre ellos figuraba como tenor el que esto escribe. Por algún tiempo creí que lo era. Luego, los años el tabaco (empecé fumar los ocho, todavía no he terminado), fueron obscureciendo mi voz.</div>
<div class="MsoNormal">
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; margin-left: 1em; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiPs5nLSCwgmi75RAdfd9qBLWQMq4SqPePIeWJcrZtdKGJecNMFmNp9XQ-iotVR8gQerdMHxikG-h7p3b0mxghlWT1YWSSBpQdFr00Hm30lzPMpw8zb6kuKEkMSDoAJ0aZyZdgbYjFFaYs/s1600/Vicente+Blasco+Ib%25C3%25A1%25C3%25B1ez+1876+a+los+nueve+a%25C3%25B1os.jpg" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="985" data-original-width="729" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiPs5nLSCwgmi75RAdfd9qBLWQMq4SqPePIeWJcrZtdKGJecNMFmNp9XQ-iotVR8gQerdMHxikG-h7p3b0mxghlWT1YWSSBpQdFr00Hm30lzPMpw8zb6kuKEkMSDoAJ0aZyZdgbYjFFaYs/s400/Vicente+Blasco+Ib%25C3%25A1%25C3%25B1ez+1876+a+los+nueve+a%25C3%25B1os.jpg" width="295" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
Vicente Blasco Ibáñez en, 1876, a la edad de nueve años<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
</div>
<div class="MsoNormal">
Yo amo la música tanto o más que la literatura; pero siempre, me inspiró el solfeo un horror, sólo
comparable, al que siento ante los números y las fórmulas algebraicas. Tampoco pude,
con todo mi entusiasmo musical, aprender tocar el piano. El maestro se cansó de
repelarme el cogote por mi torpeza de dedos, y cerré el método de Eslava en la
lección 15; me acuerdo perfectamente. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Fracasé lastimosamente como pianista y compositor; pero esto
no me impidió, conseguir mis éxitos como artista vocal. En una fiesta del
colegio cantamos el segundo acto del <i>Fausto</i>,
de Gounod. Yo triunfé sobre la muchedumbre del coro, por la energía con que
presentaba a Mefistófeles la cruz de mi espada de madera. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Luego, durante nueve tardes, fuimos la iglesia parroquial de
San Bartolomé a cantar el mes de María. Su órgano era famosísimo en aquella época:
creo que el primero que se conoció en España, con «voces humanas» otros
registros modernos. <o:p></o:p><br />
Apenas el infeliz pasante se libraba del martirio de escoltamos, emprendíamos una carrera loca, escaleras arriba, con acompañamiento de empellones, patadas algún que otro mojicón. La vanidad de cada uno consistía en llegar antes que los demás las alturas del órgano. El organista era un sacerdote llamado D. Marcelino, que tenía cierta semejanza fisonómica con Rossini. El pobre señor había de distraer su atención del doble teclado, para vigilar los duendes, invasores de sus dominios.<br />
<div class="MsoNormal">
Mientras llegaba la hora de los cánticos, nos disputábamos el honor de poner en movimiento los fuelles, sustituyendo al ayudante, nos entreteníamos introduciendo bolas de papel en las tuberías armónicas, nos apoderábamos traidoramente de la petaca del cura para fumar un pitillo, que iba pasando de boca en boca.</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Después, con la gravedad de artistas que comparecen ante el público, avanzábamos, solfa en mano, hasta la balaustrada del órgano, en cuyo borde había encendidos algunos cabos de vela.<br />
Los altares eran pirámides de luces. Flores por todas partes, con la profusión del mayo valenciano, con la exuberancia visual del catolicismo levantino, último refugio de la alegría helénica. Abajo, una masa compacta de público piadoso compuesto en su mayor parte de mujeres: caras de palidez de camelia encuadradas por la mantilla; ojos negros, grandes, profundos, aureolados de azul; pechos de latentes y apretadas turgencias; susurros misteriosos de batistas interiores al arrodillarse o sentarse las devotas. Un perfume de fiesta pagana subía hasta nosotros en cálidas bocanadas; un olor de pétalos de rosa, de incienso, de jazmín, de cera, de carne firme blanca, exparciéndose en el ambiente primaveral como los capullos de los jardines.<br />
<br /></div>
</div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjDWJQt7jPgonajUKaf7qOaBJWKlwLYg0ZS7FjwlBShEONFqwXqeRUogwevMB5NwjFDFnsex6y4-pC7L-zwDCJNv6cP0NbGS9MgnkoZxfQnsNYbMS7CZfyu2Dr_W-u9a6BSEbNV7aOjlBE/s1600/La+Iglesia+de+San+Bartolom%25C3%25A9+en+1900.jpg" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="911" data-original-width="1255" height="290" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjDWJQt7jPgonajUKaf7qOaBJWKlwLYg0ZS7FjwlBShEONFqwXqeRUogwevMB5NwjFDFnsex6y4-pC7L-zwDCJNv6cP0NbGS9MgnkoZxfQnsNYbMS7CZfyu2Dr_W-u9a6BSEbNV7aOjlBE/s400/La+Iglesia+de+San+Bartolom%25C3%25A9+en+1900.jpg" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">La Iglesia de San Bartolomé en 1900</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal">
Y nosotros, agitados por emociones que no podíamos
comprender, estremecidos por cosquilleos todavía inexplicables, entonábamos
nuestros dulces motetes, aterciopelados, voluptuosos, mecedores como serenatas
napolitanas. Muchos años después, al leer en Aristófanes otros autores griegos la
descripción de las Tesmóforias, fiestas en honor de las diosas, a las que sólo asistían
las mujeres, me he acordado del mes de María en la parroquia de San Bartolomé.</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Pero el diablo, envidioso de los ángeles que cantaban en las
alturas, rondaba en torno de ellos, sugeriéndoles las más perversas intenciones.
Caían sobre la muchedumbre devota los papeles de música con ruidoso aleteo, que
cortaba las plegarias. Otras veces una vieja emitía un aullido al ver cómo se
apagaba en su mantilla un cabo de cirio caído de la baranda del órgano. Embajadas
de protestas caminaban de la sacristía al colegio. Y cuando al día siguiente, después
de la misa, el director, llevando todavía las migajas del chocolate matinal en
el pecho de la sotana, procedía a la averiguación del crimen sacrílego, todos
mis compañeros, miserables acusones, incapaces de solidaridad, contestaban a coro:
«Blaaasco ha siiido». <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Empezábamos a perder el recuerdo de estas nueve tardes de
diversión, cuando el maestro de música nos hizo comparecer ante una mesa adornada
con una pequeña columna de monedas blancas... Y empezó el reparto: dos pesetas por cantor.
Salimos a menos de real por función; la Iglesia no se corría mucho al retribuir loores
María. Pero nosotros quedamos estupefactos ante la inesperada evidencia de que nuestras
gargantas valían dinero.<br />
Mi madre se alarmó al verme entrar con dos pesetas en la mano. Presentía un enorme atracón de dulces, una enfermedad..., la muerte.<br />
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal"><span style="font-family: Calibri, "sans-serif"; font-size: 11pt;"> </span><span style="font-family: Calibri, "sans-serif"; font-size: 11pt;">–</span> Yo te las guardaré. Las iras gastando poco a poco.</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p>¡Pobre mamá! No sabía lo que le esperaba al hacerse depositaria de mi fortuna.<br />
Consideré necesario ir al teatro todos los domingos por la tarde. « ¡Qué menos puede hacer un hombre que gana dinero! ».</div>
<br /></div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; margin-left: 1em; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjo7TrcV69_Vytbobcuv-ktXidk_qqpW0SOfv30yrPpnX_bDthm5Ch2-lYW3Ml0kdRFGDu-xR-SfjkldD6KxoaaWxE6Q6RsDRYhqbxVFcIWUI4lJ07UP7J7RxYVMXA7QfZBqR8MA-0Hids/s1600/RAMONA+IB%25C3%2581%25C3%2591EZ+MART%25C3%258DNEZ%252C+MADRE+DE+BLASCO.jpg" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="544" data-original-width="394" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjo7TrcV69_Vytbobcuv-ktXidk_qqpW0SOfv30yrPpnX_bDthm5Ch2-lYW3Ml0kdRFGDu-xR-SfjkldD6KxoaaWxE6Q6RsDRYhqbxVFcIWUI4lJ07UP7J7RxYVMXA7QfZBqR8MA-0Hids/s400/RAMONA+IB%25C3%2581%25C3%2591EZ+MART%25C3%258DNEZ%252C+MADRE+DE+BLASCO.jpg" width="288" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
Ramona Ibáñez Martínez, </div>
<div class="MsoNormal">
la madre de Vicente Blasco Ibáñez<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal">
Me reí en adelante de la vieja sirvienta, más
temible que mi madre, que se oponía siempre todos mis caprichos. «Puedo hacer
lo que me dé la gana; para eso he ganado dinero». En Carnaval me disfrazaba de
demonio, alquilando en una ropería el vestido más costoso; en cada estación
exigía nuevos trajes, ante el menor intento de resistencia, exclamaba
amargamente: «Y las dos pesetas?»... Una tarde, jugando con unos amiguitos en
mi casa, rompí todos los cristales de un balcón. En otro tiempo hubiese
temblado, con la certeza de los escobazos que me esperaban. Pero ahora me erguí
como un gran señor: «Que venga el cristalero y le paguen con lo mío»...</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Años después, cuando frecuenté la Universidad para fingir
que estudiaba el derecho y descolgar un título de abogado, todavía vivían las dos
pesetas. Mamá me echaba en cara mi vida de vagabundo romántico, aficionado a
huir de las clases para recorrer los senderos de la huerta o tenderme en la
orilla del Mediterráneo la sombra de una barca; predisposición a comprometerme en
barullos revolucionarios; mi audacia al escribir en los periódicos cosas
atrevidas, que me hacían sentar en el banquillo de los criminales cuando aún no
tenía la edad necesaria para ser condenado; mi avidez amorosa, que me impulsaba
tener un tiempo ocho o diez novias, perdiendo el día entero en coloquios de balcón
a calle, poéticos y sublimes, que hacían reír a todos los vecinos. Nunca
llegaría ser una persona grave y decente (Notario o Registrador de la propiedad,
por ejemplo). Me auguraba un porvenir de miseria. Y yo respondía con dignidad: <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal"><span style="font-family: Calibri, "sans-serif"; font-size: 11pt;"> </span><span style="font-family: Calibri, "sans-serif"; font-size: 11pt;">–</span> Acuérdese, mamá, que los nueve años ya ganaba dinero.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br />
Luego he tenido amores con la Fortuna. Unas veces ha acudido
cariñosa a mis citas, otras me ha sido infiel. He ganado algo más de dos
pesetas, con mis libros con mi tenacidad de hombre de acción, que sólo reconoce
en el mundo un obstáculo insuperable... administrar. Al otro lado del Océano
firmé un día un cheque de 800.000. Este pedazo de papel me pareció lo más interesante
de mis novelas.</div>
<div class="MsoNormal">
Pero de todas las cantidades ganadas en el curso de mi
existencia, por enorme que hayan sido, ninguna ha durado tanto, ni me ha
proporcionado placeres tan intensos, como las dos pesetas guardadas por mi
madre.</div><div class="MsoNormal"><br /></div><div class="MsoNormal" style="text-align: right;"><span style="font-family: Courgette;"><b> Vicente Blasco Ibáñez</b></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
Marga Predahttp://www.blogger.com/profile/07698563453867139965noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2820100463319832693.post-21430113391861225302017-05-31T03:17:00.002-07:002019-06-18T11:45:59.800-07:00sobre la América Española<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhAGiY4gMW1ZukkmOZEr0GayEVVkATwXD2cKfQ3UkaJ9lGbRm3XXoImz5gdBRr6Fk9O26nu5YIkLlgH9JSydYvvKrRDnTKDk00W1EC9oqpAQekVP0z4H44wm2zt4NkapEkRuHVWXOugV8c/s1600/Blasco+Iba%25C3%25B1ez+-+1920.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1247" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhAGiY4gMW1ZukkmOZEr0GayEVVkATwXD2cKfQ3UkaJ9lGbRm3XXoImz5gdBRr6Fk9O26nu5YIkLlgH9JSydYvvKrRDnTKDk00W1EC9oqpAQekVP0z4H44wm2zt4NkapEkRuHVWXOugV8c/s640/Blasco+Iba%25C3%25B1ez+-+1920.jpg" width="498" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: #0c343d;"><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">En 1920, cuando V. Blasco Ibáñez realizó su gira de conferencias
por los Estados Unido, </span></span><span style="color: #0c343d; font-family: "verdana" , sans-serif;">la Casa </span><i style="color: #0c343d; font-family: verdana, sans-serif;">The Athenaeum Press</i><span style="color: #0c343d; font-family: "verdana" , sans-serif;">e - <i>Ginn & Company </i>de Boston </span><span style="color: #0c343d;"><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">publicó un inédito libro titulado </span></span><b style="color: #0c343d; font-family: verdana, sans-serif;">«Visitas Sudamericanas»</b><span style="color: #0c343d; font-family: "verdana" , sans-serif;">. La edición a cargo de</span><span style="color: #0c343d; font-family: "verdana" , sans-serif;"> <i>Carolina Marcial Dorado</i> <span style="font-family: "calibri" , "sans-serif"; font-size: 11.0pt; line-height: 115%;">— </span> c</span><span style="color: #0c343d; font-family: "verdana" , sans-serif;">atedrática de lenguas romances y literatura en la Universidad de Columbia <span style="font-family: "calibri" , "sans-serif"; font-size: 11.0pt; line-height: 115%;">— </span> es un libro de caracter principalmente didáctico para optimizar el aprendizaje del español, e incluye varias ilustraciones con dibujos de <i>Leon D´Emo</i> y fotografías de la época, cedidas por la Unión Pan-Americana.</span><br />
<span style="color: #0c343d; font-family: "verdana" , sans-serif;"><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">Una vez más, Blasco, convertido en la voz de la hispanidad artística y defensor de la cultura española, de</span><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">muestra su permanente interés por difundir la literatura clásica y moderna de su país y promover la universalidad de la lengua española. </span></span><br />
<div class="MsoNormal">
<span style="color: #0c343d; font-family: "verdana" , sans-serif;">La obra es una aportación más del novelista a la literatura
de viajes, género que Blasco siempre cultivó, y además frecuentemente lo entrelazo en muchas de
sus novelas, donde el viaje testimonial es reflejo de una época y forma parte
del esquema narrativo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: #0c343d; font-family: "verdana" , sans-serif;">El autor presenta una interesante recopilación de
impresiones y conclusiones, según su experiencia personal, sus amplios conocimientos
y como resultado de lo visto y lo vivido durante su estancia anterior y sus
incursiones en el continente sudamericano. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: #0c343d; font-family: "verdana" , sans-serif;"><o:p></o:p></span></div>
<span style="color: #0c343d; font-family: "verdana" , sans-serif;">En un fascinante recorrido resume la historia y la geografía
de los países visitados, sitúa con rigor los hechos, describe sus gentes y su
cultura, y con sus grandes dotes de observador, pero según su punto de vista, establece comparaciones con
otros lugares. </span><br />
<span style="color: #0c343d; font-family: "verdana" , sans-serif;">En el presente post se reproducen el prologo dedicado <b>Al lector </b>y el tercer capitulo, </span><span style="color: #0c343d; font-family: "verdana" , sans-serif;">titulado </span><b style="color: #0c343d; font-family: verdana, sans-serif;">«</b><b style="color: #0c343d; font-family: verdana, sans-serif;">Trozos inéditos sobre la América Española</b><b style="color: #0c343d; font-family: verdana, sans-serif;">»</b><span style="color: #0c343d; font-family: "verdana" , sans-serif;"> con las correspondientes imagenes publicadas en el libro.</span><br />
<span style="color: #0c343d; font-family: "verdana" , sans-serif;">Además, se adicionan imagenes complementarias para mejor la ilustración.</span><br />
<span style="color: #0c343d; font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjBalaXZ0kH_s221yfSJRQVYmjDvGfV4cLBpKdh15bSLeJT3cEWImzPexLtwUERvEBZcA1CPd7ZMQ_1fEYi_65L-vGYaAiJEbPngm2AOF1UUCEzg2cn_YbBQFeXXAvIfeamYXC4yqlrkz0/s1600/VBI+20.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="779" data-original-width="1407" height="354" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjBalaXZ0kH_s221yfSJRQVYmjDvGfV4cLBpKdh15bSLeJT3cEWImzPexLtwUERvEBZcA1CPd7ZMQ_1fEYi_65L-vGYaAiJEbPngm2AOF1UUCEzg2cn_YbBQFeXXAvIfeamYXC4yqlrkz0/s640/VBI+20.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
Blasco Ibáñez en Estados Unidos, en 1920.</div>
<div class="MsoNormal">
<i>En el célebre colegio de Bryn Mawr, Universidad de mujeres, cerca de
Filadelfia, </i></div>
<div class="MsoNormal">
<i>después del desfile a caballo con que le recibieron las estudiantes</i>.<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<span style="color: #0c343d;"><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></span>
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span style="color: #660000; font-size: large;"><b>AL LECTOR</b></span><o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="MsoNormal">
Una de las mayores satisfacciones que llevo experimentadas
al visitar los Estados Unidos es el ver con qué interés la juventud
norteamericana se dedica al estudio de la lengua española.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Al hacer esto, no sólo aumenta valiosamente el caudal de sus
conocimientos, sino que contribuye también al aumento de la grandeza moral y
comercial de su patria.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Antes de 1914, fué motivo de asombro la rapidez con que
Alemania extendió su comercio y su influencia por todas las repúblicas
hispanoamericanas. En menos de diez años los alemanes se apoderaron de los principales
mercados de la América del Sur, batiendo en muchos de ellos a sus competidores
los ingleses.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEinK-X4-guYP9uCaJwP_06Q-ljuAG3gyZYRutgAv1OjGkxJ-C1dOR-YNNyHBKD0uEGqDVmgm5xjfp0PYONhmbmM1KCLnKcHTQt5-LJHKnWg7UXLHY06SqRtu-8s2aZBshG-r8eEGtd6Q9E/s1600/VBI+1920-.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="1317" data-original-width="801" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEinK-X4-guYP9uCaJwP_06Q-ljuAG3gyZYRutgAv1OjGkxJ-C1dOR-YNNyHBKD0uEGqDVmgm5xjfp0PYONhmbmM1KCLnKcHTQt5-LJHKnWg7UXLHY06SqRtu-8s2aZBshG-r8eEGtd6Q9E/s640/VBI+1920-.jpg" width="389" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
El principal motivo de este éxito fué que conocían el español,
y procuraron amoldarse a las costumbres y preocupaciones tradicionales de cada
país, en vez de querer imponerles las suyas y su propio idioma.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Es indudable que así como vaya aumentando en los Estados
Unidos el estudio del español, se irán acrecentando su comercio y sus
relaciones morales con el resto del hemisferio americano. Dejando aparte una
sola excepción, el Brasil, que habla el portugués, todo el enorme continente
americano, o sea la mitad de la tierra, está representado por dos idiomas
únicos; el inglés al Norte y el español al Sur.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Diez y ocho naciones, diez y ocho repúblicas que suman
muchos millones de habitantes y aumentan anualmente su población de un modo rápido,
hablan el noble y sonoro idioma de los antiguos descubridores y conquistadores
salidos de las costas de España.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
La importancia comercial del español es indiscutible. Tal
vez no existe idioma alguno con un porvenir tan inmenso, Pero esta importancia
es causa de un grave error para muchos, que cortos de vista o con voluntaria mala
intención suponen que el español sólo tiene una importancia puramente
comercial, y únicamente debe ser estudiado como un buen medio para realizar
negocios.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Significa una ignorancia vergonzosa el sostener este
absurdo. La lengua en que Cervantes escribió «<i>Don Quijote</i>», Lope de Vega y
Calderón su famoso teatro y tantos y tantos grandes escritores sus obras
famosas, las cuales influyeron durante siglos en casi todas las literaturas de
Europa, ha servido, sirve, y servirá para algo más que para redactar cartas
comerciales.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Hoy mismo la literatura contemporánea española, sí no es la
primera del mundo, tampoco figura entre las segundas. No podrá creerse única y
superior a todas como en otros siglos, pero sigue dignamente en primer término
sin perder terreno, al lado de las literaturas más brillantes y progresivas.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
El presente libro está compuesto de fragmentos de mis dos
novelas «<i>Los Argonautas</i>» y «<i>Los cuatro jinetes del Apocalipsis</i>», que tratan de
la América de origen español, de su pasado, su presente, y su porvenir. También
figuran en sus páginas muchas impresiones literarias, escritas directamente
para que sirvan de complemento al volumen y que son a modo de ecos de mis
viajes y mis lecturas.</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
He procurado que el estilo de este libro sea fácil y claro,
por tratarse de una obra de enseñanza y estar sus lectores poco familiarizados
todavía con el uso del español. Me he preocupado de la sencillez del lenguaje
antes que de la pompa literaria.</div>
<div class="MsoNormal">
Solo aspiro, como premio de mi trabajo, a que este libro
sirva para que las dos Américas se conozcan mejor; la América de los ingleses
no nacidos en Inglaterra, y la América de los españoles no nacidos en España.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: right;">
VICENTE BLASCO IBÁÑEZ</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: right;">
Nueva York</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: center;">
<b style="color: #660000; font-size: x-large;">Trozos inéditos sobre la América Española</b></div>
<div style="text-align: center;">
<b style="color: #660000;"><span style="font-size: large;"><br /></span></b></div>
<div style="text-align: center;">
<b><span style="color: #660000; font-size: large;">LA ARGENTINA</span></b></div>
<div style="text-align: center;">
<b><span style="color: #660000;"><br /></span></b></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgtpTolpMhX4mWGl95xo6TZrLXwxC7hEj0oe-2aJ_hW1JQKlFnrZnqiraqIyrmrtAXRRRZblf5hKj2mrhyphenhyphenArNhFR1onKyCTj7U_5-PXg87WBykW_DV8QGisqjSH6HX90Q57bCh-d8TZfqI/s1600/1909-+V.+Blasco+Ib%25C3%25A1nez-Buenos+Aires.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1068" data-original-width="1440" height="474" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgtpTolpMhX4mWGl95xo6TZrLXwxC7hEj0oe-2aJ_hW1JQKlFnrZnqiraqIyrmrtAXRRRZblf5hKj2mrhyphenhyphenArNhFR1onKyCTj7U_5-PXg87WBykW_DV8QGisqjSH6HX90Q57bCh-d8TZfqI/s640/1909-+V.+Blasco+Ib%25C3%25A1nez-Buenos+Aires.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
La llegada de V. Blasco Ibáñez a Buenos Aires, el 6 de junio
de 1909.</div>
<div class="MsoNormal">
Había salido el 20 de mayo de Lisboa a bordo del vapor alemán <i>Cap Vilano</i>,</div>
<div class="MsoNormal">
haciendo escalas en Canarias
y Montevideo.<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal">
<br />
De todas las naciones sudamericanas la más parecida a los Estados
Unidos es la República Argentina.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Tienen iguales productos como base principal de riqueza
(trigo, ganadería, lanas); su desarrollo económico ofrece también mucha semejanza.
Algunos escritores han comparado la Argentina a los Estados Unidos de a
mediados del siglo XIX, cuando la inmigración europea no había aumentado aún
gigantescamente la masa de su población, y sólo empezaban a ser explotadas
ligeramente sus riquezas naturales.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
En una palabra, la República Argentina es para muchos como
unos Estados Unidos del Sur de América que marchan detrás de los Estados Unidos
de la América del Norte, con un retraso de cincuenta años.<o:p></o:p><br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjZT_Q-rUVpvYrDdqyyQDwtk4FBawVTAhweNOF0O_4b489LWsWMIZMk2OA7CfL8QwU9btyDjBqsp4rywdKAihG8Vx5UxkOjkUOMYzdu8yn_dQviEkRAFDt1LwHqgEbwgigmKKzd7HoV5NE/s1600/Buenos+aires-+Blasco+iba%25C3%25B1ez-.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1117" data-original-width="1600" height="446" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjZT_Q-rUVpvYrDdqyyQDwtk4FBawVTAhweNOF0O_4b489LWsWMIZMk2OA7CfL8QwU9btyDjBqsp4rywdKAihG8Vx5UxkOjkUOMYzdu8yn_dQviEkRAFDt1LwHqgEbwgigmKKzd7HoV5NE/s640/Buenos+aires-+Blasco+iba%25C3%25B1ez-.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
<i>Buenos Aires. Una
sección de la Avenida de Mayo</i>.<i> </i></div>
<div class="MsoNormal">
Imagen:
«Argentina y sus grandezas» de Vicente Blasco Ibáñez, 1910.<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjS9Bu0JJ4iAP__SynxGoO4Tbk6RcbmkDee0VSg2dEpGbjTcs8yEXGKv2B-GeHE2z17GKH4blTtiF-s8wMFoSbHvKgusE0ZF7hxl4IKSY-8vZvqqY3OxgMR8MoCZLncKQIAiRlhLLvUihc/s1600/Teatro+colon%252C+buenos+aires+1910..jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="827" data-original-width="1441" height="366" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjS9Bu0JJ4iAP__SynxGoO4Tbk6RcbmkDee0VSg2dEpGbjTcs8yEXGKv2B-GeHE2z17GKH4blTtiF-s8wMFoSbHvKgusE0ZF7hxl4IKSY-8vZvqqY3OxgMR8MoCZLncKQIAiRlhLLvUihc/s640/Teatro+colon%252C+buenos+aires+1910..jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
<i>Buenos Aires. Teatro
de Colón</i>.<i> </i>Imagen: «Argentina y
sus grandezas» de Vicente Blasco Ibáñez, 1910.<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhoQZtshaOXuBig0iIyBZ7Vu_4CPkaXp21yGeZqxed4MAvp72TC1xjX1bp5c4iP5CSIL-TPd94Z144FeFEZMWC3pgaYSygx7_0j20-mT7v-Ubb0YrikQLeoIRBkV2u6Btx5CM8hrheMJH4/s1600/Palacio+Argentina.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="911" data-original-width="1600" height="364" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhoQZtshaOXuBig0iIyBZ7Vu_4CPkaXp21yGeZqxed4MAvp72TC1xjX1bp5c4iP5CSIL-TPd94Z144FeFEZMWC3pgaYSygx7_0j20-mT7v-Ubb0YrikQLeoIRBkV2u6Btx5CM8hrheMJH4/s640/Palacio+Argentina.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
<i>Palacio del Gobierno. </i>Foto:
Unión Pan-Americana<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
Esto se debe principalmente a su situación geográfica, lejos
de Europa en el extremo más remoto del hemisferio opuesto; ha recibido por lo
tanto con gran retraso la corriente civilizadora del viejo mundo.</div>
<div class="MsoNormal">
Aun en el presente, a pesar de los progresos de nuestra
época, resulta sensible este alejamiento. El europeo, que sólo necesita seis
días de viaje para trasladarse a los Estados Unidos, tiene que contar con diez
y ocho días o más para ir a Buenos Aires.</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
A pesar de este obstáculo que opone la distancia, la
inmigración afluye a la Argentina con preferencia a otras naciones de la
América del Sur.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhttEmxYMpnnhghZ_rCA7fgd9gGKWCZPvbrwSXj_MzaV4hast0E2YqA3H6rlJo1OdqEPZDDhoB0spxb1Kc0pV-ikXcL-FJNT82dCqNL_MWvIX0K4Taxsoa5zMD9MWJX290F1GjPbrT1ydg/s1600/BA-R-.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="883" data-original-width="1600" height="352" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhttEmxYMpnnhghZ_rCA7fgd9gGKWCZPvbrwSXj_MzaV4hast0E2YqA3H6rlJo1OdqEPZDDhoB0spxb1Kc0pV-ikXcL-FJNT82dCqNL_MWvIX0K4Taxsoa5zMD9MWJX290F1GjPbrT1ydg/s640/BA-R-.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
<i>Vista de Buenos Aires
desde el río</i>. <i> </i>Imagen: «Argentina y sus grandezas» de Vicente
Blasco Ibáñez, 1910.<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgL7VB1uHsm-QQAR3lKGzsiW-yKxsf2Nv9fcGqQ-uGS9VGTm2Jp3vr5J5jMAOVBKUxN11pSRp6-1mJQBlLd6G2KPZFd2ddSliFfGssEqglZfONy_qKGvtFsRNN8va9RfutI4FE2pti98AY/s1600/emigrantes+hotel-.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="786" data-original-width="1600" height="314" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgL7VB1uHsm-QQAR3lKGzsiW-yKxsf2Nv9fcGqQ-uGS9VGTm2Jp3vr5J5jMAOVBKUxN11pSRp6-1mJQBlLd6G2KPZFd2ddSliFfGssEqglZfONy_qKGvtFsRNN8va9RfutI4FE2pti98AY/s640/emigrantes+hotel-.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption"><div class="MsoNormal">
<i>Vista general del
Hotel de emigrantes</i>. <i> </i>Imagen: «Argentina y sus grandezas» de Vicente
Blasco Ibáñez, 1910.<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
Como explica el gran geógrafo Eliseo Reclús, la República Argentina, que materialmente es uno de los países sudamericanos más alejados de Europa, resulta por su constitución física el más cercano a ella. «A despecho — dice — de las apariencias y hasta del testimonio del mapa, las riberas del Plata son en toda la costa sudamericana las que ejercen una influencia más poderosa sobre Europa, atrayendo sus buques y sus emigrantes.»</div>
<div class="MsoNormal">
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhIwPNJALnmUUvsF8YkQWv7-NHu3k44SdCw4roY-bP2FdYiMdcEWnr_IvAvBO1op27wVGk5bm0gUW7d7SrNQF_vDCGjpHT2PZurqgu-Xl4Vm6sG5VDoMPEDYTrRMLSSXU28Pyz9VrfBhuI/s1600/Argentina+-blasco+iba%25C3%25B1ez-.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="905" data-original-width="1383" height="418" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhIwPNJALnmUUvsF8YkQWv7-NHu3k44SdCw4roY-bP2FdYiMdcEWnr_IvAvBO1op27wVGk5bm0gUW7d7SrNQF_vDCGjpHT2PZurqgu-Xl4Vm6sG5VDoMPEDYTrRMLSSXU28Pyz9VrfBhuI/s640/Argentina+-blasco+iba%25C3%25B1ez-.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
<i>Una familia de
inmigrantes españoles a los pocos años de residir en Argentina</i>. Imagen:
«Argentina y sus grandezas» de Vicente Blasco Ibáñez, 1910.<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhfOeozeZbu3UrQifkEhWGKJy9_ex34a_1SwvBSAtBQSvJ6MiBEf2K8LdB12b9I60TFEtugVNBqGbNlX6ZXquLLJMII-awiryQWeTspYorqqKzzb2UYxSn-XO-P02sYBD6Y3ftv56O-_zM/s1600/Blasco+iba%25C3%25B1ez-+argentina+1910.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1268" data-original-width="1396" height="362" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhfOeozeZbu3UrQifkEhWGKJy9_ex34a_1SwvBSAtBQSvJ6MiBEf2K8LdB12b9I60TFEtugVNBqGbNlX6ZXquLLJMII-awiryQWeTspYorqqKzzb2UYxSn-XO-P02sYBD6Y3ftv56O-_zM/s400/Blasco+iba%25C3%25B1ez-+argentina+1910.jpg" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
<i>En un «conventillo» de</i>
<i>Buenos Aire. El abuelo inmigrante y el
nieto argentino.</i></div>
<div class="MsoNormal">
Imagen: «Argentina y sus grandezas» de Vicente Blasco
Ibáñez, 1910.<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgSdMPA3lhZMsJJLo05ix56-ulXh9fLWF71MADyBKJH6rvJyWFdTrLf6jKt1R0dde5exrwq897zuvflLoKVxQLcRIug5MRJ77JVRbadVWpjsUBmhCuDwcw4ZRcZmdTsE6-DdGXR9CyXIwk/s1600/Blasco+Iba%25C3%25B1ez-argentina-m-.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1183" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgSdMPA3lhZMsJJLo05ix56-ulXh9fLWF71MADyBKJH6rvJyWFdTrLf6jKt1R0dde5exrwq897zuvflLoKVxQLcRIug5MRJ77JVRbadVWpjsUBmhCuDwcw4ZRcZmdTsE6-DdGXR9CyXIwk/s400/Blasco+Iba%25C3%25B1ez-argentina-m-.jpg" width="295" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
<i>Calle antigua en
Buenos Aires</i> - dibujos de Leon D´Emo<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
Hay otras naciones mucho más próximas al viejo mundo, a
mitad del camino y a menos de la mitad; pero los europeos se dirigen
naturalmente hacia la región del continente sudamericano que corresponde a su
país de origen por los grados de latitud, las condiciones medias del clima, la
vegetación y el género de vida.</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
La producción de otros países sudamericanos es más
esplendorosamente rica que la de la Argentina, pero no tan útil y necesaria. El
tabaco, el café, la goma y otros artículos preciosos no son necesarios para la
existencia. En cambio Argentina es la segunda nación productora de trigo en
todo el mundo (la primera es los Estados Unidos) y la primera productora de
carne. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
</div>
<div class="MsoNormal">
Y el pan y la carne son artículos que nunca pasarán de moda.<o:p></o:p><br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgc2b9rnmnAk48C2EIpHQNUE8ozdLh-r-ejxOzy3sMa__uvHbrSXZk2Y2dS3sUryu0_wct5ciNrqbIBovuVxbSogDyQnP2m1Whas7dt93WQfSOq02B0tQcjygAdrjuloMTUuD1NRSUcViY/s1600/Argentina%252C+blasco+iba%25C3%25B1ez+1910.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1009" data-original-width="1600" height="402" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgc2b9rnmnAk48C2EIpHQNUE8ozdLh-r-ejxOzy3sMa__uvHbrSXZk2Y2dS3sUryu0_wct5ciNrqbIBovuVxbSogDyQnP2m1Whas7dt93WQfSOq02B0tQcjygAdrjuloMTUuD1NRSUcViY/s640/Argentina%252C+blasco+iba%25C3%25B1ez+1910.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
<i>Graneros en el muelle
de Buenos Aires.</i> Foto: Unión
Pan-Americana</div>
</td></tr>
</tbody></table>
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="MsoNormal">
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhs5QEJZn6nJ0pvreRPigIjFxe1jjlZon_HKs5HUrvJTuGpPJmKc0KaEL4ExgqawRwCM-rZWLIoJytqu3RbTlg2tS1CctDNq81tSiPXfZXnmpnDS25LkhTlXnsmTOMm-d0CruWBhnWD_Q0/s1600/Puerto-cr.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="856" data-original-width="1600" height="342" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhs5QEJZn6nJ0pvreRPigIjFxe1jjlZon_HKs5HUrvJTuGpPJmKc0KaEL4ExgqawRwCM-rZWLIoJytqu3RbTlg2tS1CctDNq81tSiPXfZXnmpnDS25LkhTlXnsmTOMm-d0CruWBhnWD_Q0/s640/Puerto-cr.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
<i>Buenos Aires:
elevadores de trigo en Puerto Madero</i>. <i> </i>Imagen: «Argentina y sus grandezas» de Vicente
Blasco Ibáñez, 1910.<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEixtLzrFoBggFbjZROrNJe7UYMdFuMwV66v4gSFs1JW8ubFrWfypgoPsqSRD-ONLXp1EyakrBZ01PTogByoyITZk-mwy50vhO0u96exJ-OdcrNislJCmA3pjx4lFp1yjwM3oWpEyNMILJc/s1600/BA-+1%252C.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="789" data-original-width="1600" height="314" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEixtLzrFoBggFbjZROrNJe7UYMdFuMwV66v4gSFs1JW8ubFrWfypgoPsqSRD-ONLXp1EyakrBZ01PTogByoyITZk-mwy50vhO0u96exJ-OdcrNislJCmA3pjx4lFp1yjwM3oWpEyNMILJc/s640/BA-+1%252C.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
<i>Buenos Aires:
desembarcadero en el puerto.</i> Imagen:
«Argentina y sus grandezas» de Vicente Blasco Ibáñez, 1910.<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<div style="text-align: left;">
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjUxYiqXOo9pbx229rSZm4XLCIO9ZLeFKAvNzSJ_NfmBp2wm35C4Zfr7w8jFqHWh3TmbIOen3Cc_GSpEh3IKQzmFurod26LBzRAy1D2VJGFTn0_JyuEhNtYOsakI3_rB1t5qOmj9jqT_w4/s1600/trigo%252C+blasco+iba%25C3%25B1ez.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="785" data-original-width="923" height="340" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjUxYiqXOo9pbx229rSZm4XLCIO9ZLeFKAvNzSJ_NfmBp2wm35C4Zfr7w8jFqHWh3TmbIOen3Cc_GSpEh3IKQzmFurod26LBzRAy1D2VJGFTn0_JyuEhNtYOsakI3_rB1t5qOmj9jqT_w4/s400/trigo%252C+blasco+iba%25C3%25B1ez.jpg" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
<i>Puerto de Colastiné.
Sacos de trigo en el muelle.</i> </div>
<div class="MsoNormal">
Foto: «Argentina y sus grandezas» de Vicente Blasco
Ibáñez, 1910<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<br />
Argentina, aunque menos extensa que los Estados Unidos, es
también de una enorme grandeza geográfica.</div>
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
España o Francia son menos extensas que algunas provincias
argentinas. Dentro del territorio de esta república caben desahogadamente la
mayor parte de las naciones de Europa.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Tres millones de kilómetros cuadrados suma aproximadamente
la extensión de este país; y sin embargo su población apenas llega a siete
millones de habitantes. De éstos hay que descontar cerca de millón y medio que
constituyen el vecindario de Buenos Aires. ¿Que queda para el campo y las
poblaciones de las provincias? Puede calcularse que Argentina, descontando el
gran amontonamiento humano de su capital, sólo tiene en el campo un habitante y
medio por kilómetro cuadrado.<br />
Y con tan reducida población, proporciona al mundo una suma
de productos (trigo y carne) superior a la de otros estados que cuentan con
muchos millones de habitantes.<br />
<br /></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg6dcR6HctzZR6bpk_XmNOsN_HZKAieFggsbnJJ2UlvqbTo1gNq2yfhT9XnRVx3K3GmesrpvhFe3eagMBhAduE3NfY_iNNIRDQP9jQDEjStl3Tf2WbkOzW1Kt76ExN9sEjYMWhmEUClF0c/s1600/campo+argentina-+blasco+iba%25C3%25B1ez.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="849" data-original-width="1600" height="338" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg6dcR6HctzZR6bpk_XmNOsN_HZKAieFggsbnJJ2UlvqbTo1gNq2yfhT9XnRVx3K3GmesrpvhFe3eagMBhAduE3NfY_iNNIRDQP9jQDEjStl3Tf2WbkOzW1Kt76ExN9sEjYMWhmEUClF0c/s640/campo+argentina-+blasco+iba%25C3%25B1ez.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
<i>Una trilladora
trabajando</i>. Imagen: «Argentina y sus
grandezas» de Vicente Blasco Ibáñez, 1910<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal">
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjQ-sVpJEyNbdXgSrD3vfjmV8swdqH7p4VhO2cvzYcqAV-XJQcQOPAJuXqX6Ycd_tAEjnpJYzOu-a0_hxuXhzGGdQaPtaz4gqkoBu8IQb9337zYPoR-4HqVCcI-yu5ptRo96nN8PmYmJFs/s1600/prado-.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="589" data-original-width="1600" height="234" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjQ-sVpJEyNbdXgSrD3vfjmV8swdqH7p4VhO2cvzYcqAV-XJQcQOPAJuXqX6Ycd_tAEjnpJYzOu-a0_hxuXhzGGdQaPtaz4gqkoBu8IQb9337zYPoR-4HqVCcI-yu5ptRo96nN8PmYmJFs/s640/prado-.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
<i>Un prado argentino</i>. Imagen: «Argentina y sus grandezas» de
Vicente Blasco Ibáñez, 1910<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<br />
Su extenso territorio es utilizable casi por completo. Son
muy contados los pedazos de su suelo que resultan inútiles para la labor. Todo
él ofrece cómoda vivienda a una parte enorme de la humanidad.</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Cuando tenga la misma población por kilómetro cuadrado que
cualquier estado importante de Europa, será uno de los pueblos más grandes de
la tierra.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Si llega a poseer como Francia 73 habitantes por kilómetro
(lo que no es mucho, teniendo en cuenta la riqueza del suelo argentino) su
población será de 219 millones. Cuando en un día no lejano alcance a tener 9
habitantes por kilómetro como Suecia y Noruega, su población constará de 27
millones. Y si con menos de siete millones de habitantes produce tanto su suelo
¡cuán grande no será su riqueza con una población de 27 millones!<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
El crecimiento de la República Argentina ha sido rapidísimo
en los últimos años. La guerra europea de 1914 lo paralizó cuando estaba
tomando unas proporciones vertiginosas.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
</div>
<div class="MsoNormal">
Mientras Australia desarrollaba su población anualmente en
un 18 por 1000, y los Estados Unidos en un 20 por 1000, la República Argentina
iba creciendo todos los años a razón de 30 por 1000 y en algunos hasta 50 por
1000.<o:p></o:p><br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjyDhl1VaFsy5E2pVf0oyJvRR2aRJATcRJOPxsL94t9nip_U3btUErJPJdjMLHvQNLwHWcCFfNSqImc-8QDeQvZUJ6YNY5HQBO7vQENWeGjr4PNQw6TAHUuF-uAi4I3-NstGwlUd-teeOo/s1600/polll-.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="933" data-original-width="1600" height="372" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjyDhl1VaFsy5E2pVf0oyJvRR2aRJATcRJOPxsL94t9nip_U3btUErJPJdjMLHvQNLwHWcCFfNSqImc-8QDeQvZUJ6YNY5HQBO7vQENWeGjr4PNQw6TAHUuF-uAi4I3-NstGwlUd-teeOo/s640/polll-.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
<i>Preparándose para «El
Pericón»</i>. Imagen: «Argentina y sus grandezas» de Vicente Blasco Ibáñez,
1910.<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjrYJeYVJzUsfFnaHyYlLcsRk-N1719_bnO7JTUGBg2WatSVl9b_TEoDb2gx71aW6VPaKXZjRSvUzzgiceLGK2xmOGQbCmGATA3NgXjiOxUT65GISScB_3iqtoL326SVGaU27Q3Mh2h5Nc/s1600/pobl-.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="791" data-original-width="1377" height="366" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjrYJeYVJzUsfFnaHyYlLcsRk-N1719_bnO7JTUGBg2WatSVl9b_TEoDb2gx71aW6VPaKXZjRSvUzzgiceLGK2xmOGQbCmGATA3NgXjiOxUT65GISScB_3iqtoL326SVGaU27Q3Mh2h5Nc/s640/pobl-.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
<i>Una tertulia en la
pampa</i>.<i> </i>Imagen: «Argentina y sus
grandezas» de Vicente Blasco Ibáñez, 1910.<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<br />
La Argentina es dueña de una gran parte de los Andes, pero
los habitantes de Buenos Aires y de muchas provincias viven y mueren sin haber
visto una montaña. La vida más intensa de la nación se desarrolla en las
infinitas llanuras, limpias de ondulaciones.</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Por esto muchos viajeros que al visitar la Argentina sólo
ven las regiones del litoral y del centro, donde están las mayores ciudades, se
llevan al regresar a su país la imagen de una tierra lisa, y sin alturas.<br />
En
todas partes al hablar de la República Argentina, la gente ve con su
imaginación la pampa, una llanura igual y sin límites como el mar, en la que
pacen miles de animales y en la que corren los gauchos a todo galope de sus
caballos.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgdIIa-ap1AJvSdP5mH7p4rM7oRChNQTtK7YNevni3WP8MJ6cLB4AoyNbpX5itMTmSyrKfmPQhxU-O0VNa6ZTQJO1ihKLMw3N5skbkJBitHbYnwnw07wntrSgLAvRPH_ECMOSjUGbsWIZc/s1600/Pampa-.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="911" data-original-width="1403" height="414" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgdIIa-ap1AJvSdP5mH7p4rM7oRChNQTtK7YNevni3WP8MJ6cLB4AoyNbpX5itMTmSyrKfmPQhxU-O0VNa6ZTQJO1ihKLMw3N5skbkJBitHbYnwnw07wntrSgLAvRPH_ECMOSjUGbsWIZc/s640/Pampa-.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
<i>Junto al pozo, en la
pampa</i>. <i> </i>Imagen: «Argentina y sus grandezas» de Vicente
Blasco Ibáñez, 1910.<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjL-aHYsXnPVFsicnG7CtvImuyyoQSvGJaPFsao8WvbA05zPHg-9WI2arWWnEKc6Ji6N7bYMCRWC9GG0UYDx2SV_d35wvQufWM2mnpcRu8TaTGjDw4vx1BfSLR97zpEiZer_fy1oDVBCVk/s1600/paisaje+ar-.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="845" data-original-width="1600" height="338" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjL-aHYsXnPVFsicnG7CtvImuyyoQSvGJaPFsao8WvbA05zPHg-9WI2arWWnEKc6Ji6N7bYMCRWC9GG0UYDx2SV_d35wvQufWM2mnpcRu8TaTGjDw4vx1BfSLR97zpEiZer_fy1oDVBCVk/s640/paisaje+ar-.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
<i>Paisaje argentino</i>.
<i> </i>Imagen:
«Argentina y sus grandezas» de Vicente Blasco Ibáñez, 1910.<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<o:p></o:p><br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhNfzixOFIFDTvTy9BjLmdyXxyWBET7lFNd8WKowbKROoOB4uFpssJGJwqRJmaY5NS264VAGaIl3r2DDpe0GGDaFBwdxM7ZUF_2mpIyTixixGe9ikneXWBpFEgHQfITathmg6_JH6TrnbQ/s1600/reba%25C3%25B1o-.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="829" data-original-width="1600" height="330" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhNfzixOFIFDTvTy9BjLmdyXxyWBET7lFNd8WKowbKROoOB4uFpssJGJwqRJmaY5NS264VAGaIl3r2DDpe0GGDaFBwdxM7ZUF_2mpIyTixixGe9ikneXWBpFEgHQfITathmg6_JH6TrnbQ/s640/reba%25C3%25B1o-.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
<i>Un rebaño de la
Argentina Austral</i>. <i> </i>Imagen: «Argentina y sus grandezas» de Vicente
Blasco Ibáñez, 1910.<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<br />
Error. Este país es de llanuras en su parte central, pero al
norte y al oeste posee las montañas más altas de toda América, y las mayores
del mundo después de los picos del Himalaya. Las cumbres del Tupungato y el
Aconcagua miden más de 7000 metros de altura y están en su territorio.</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
La enorme muralla de los Andes forma también en la vertiente
argentina una serie de lagos, de gran belleza, entre ellos el Nahuel-Huapi
vecino a Chile.<o:p></o:p><br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEieCgsl37MWpigSOtHoWDBoKn2WAauSyiw7K5Dcb92SiQTsyc_ECCg3li24ENRN1z7KoLlgN3WsmE2juVbAQTDgxRYO20dZ_gHeyFEdp4Z1PgHQd3qglX0PuYHTpwfQN3pN1fk9PGnPPFA/s1600/Aconcagua-.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="909" data-original-width="1343" height="432" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEieCgsl37MWpigSOtHoWDBoKn2WAauSyiw7K5Dcb92SiQTsyc_ECCg3li24ENRN1z7KoLlgN3WsmE2juVbAQTDgxRYO20dZ_gHeyFEdp4Z1PgHQd3qglX0PuYHTpwfQN3pN1fk9PGnPPFA/s640/Aconcagua-.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
<i>El Aconcagua visto
desde la Argentina</i>. <i> </i>Imagen: «Argentina y sus grandezas» de Vicente
Blasco Ibáñez, 1910<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjaLT8hQyBXSdXIKjyv5IED-MRH5qUDYq534gqJM51u43xLeTQXcdUhTRB97r0RoS5f1n4GgECptpRRNrvh0KJruYojWvTQvZRN_Ee-PCCuDkBHarnZ0_dGyHzttyqsXXD0hEjvy9nv1oI/s1600/Nahuel-Huap-vistasi-1.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="461" data-original-width="1600" height="184" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjaLT8hQyBXSdXIKjyv5IED-MRH5qUDYq534gqJM51u43xLeTQXcdUhTRB97r0RoS5f1n4GgECptpRRNrvh0KJruYojWvTQvZRN_Ee-PCCuDkBHarnZ0_dGyHzttyqsXXD0hEjvy9nv1oI/s640/Nahuel-Huap-vistasi-1.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
<i>Panorama del lago Nahuel-Huapi,
visto desde la Península</i> <i>de San Tadeo</i>. </div>
<div class="MsoNormal">
Imagen:
«Argentina y sus grandezas» de Vicente Blasco Ibáñez, 1910<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiM35UMn8mKGeWsTYj6jRr4OncnOqIeVPctdi3Z6aEe6dp6b6w2eoojvA46HkcrOoL8eV_eaQdP4GRiYOuymQvREio3_tjBncAze33bJypskteZEVaqRkzCemNIf7_GEuTACMsGcq9mzVk/s1600/Nahuel-Huapi-p.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="483" data-original-width="1600" height="192" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiM35UMn8mKGeWsTYj6jRr4OncnOqIeVPctdi3Z6aEe6dp6b6w2eoojvA46HkcrOoL8eV_eaQdP4GRiYOuymQvREio3_tjBncAze33bJypskteZEVaqRkzCemNIf7_GEuTACMsGcq9mzVk/s640/Nahuel-Huapi-p.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
Nahuel-Huapi - <i>El lago
argentino y sus ventisqueros</i>. <i> </i></div>
<div class="MsoNormal">
Imagen: «Argentina y sus grandezas» de Vicente
Blasco Ibáñez, 1910<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgCDL5K9hvJxLPbGEshbAVAppCeSmAVCY7svfLbOfv0cjgr2RdGKQ6JdsvUyXLrX655kbsKwSNwMOFUmYFnZ_5REKuzhmoIVLEuBC_G2mU2Ov11t9M4l1b3tUK9GfGPTAY1pzZRDkOHy18/s1600/Nahuel-Huapi-.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="508" data-original-width="1600" height="202" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgCDL5K9hvJxLPbGEshbAVAppCeSmAVCY7svfLbOfv0cjgr2RdGKQ6JdsvUyXLrX655kbsKwSNwMOFUmYFnZ_5REKuzhmoIVLEuBC_G2mU2Ov11t9M4l1b3tUK9GfGPTAY1pzZRDkOHy18/s640/Nahuel-Huapi-.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
<i>Navegando por el Nahuel-Huapi </i></div>
<div class="MsoNormal">
Imagen: «Argentina y sus grandezas» de Vicente Blasco Ibáñez, 1910<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
En el tesoro geográfico de la Argentina la principal riqueza
son los ríos. Las costas de tierra adentro tienen una extensión mayor que las
costas marítimas; sus puertos más importantes, Buenos Aires y Rosario, no dan
al mar, pues están en el río de la Plata y el río Paraná.<o:p></o:p><br />
Otros cursos fluviales de importancia ayudan poderosamente
al desarrollo del país, poniendo en comunicación directa con el mar sus
ciudades del interior.</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Una de las curiosidades hidrográficas es el famoso salto del
Iguazú, en el alto Paraná.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgys763f7R_vq6h58R0G6Qwezg_EPMTQVtayhCIIxQVbZ2peFvhsM_UaTUs9ZeRVJGujMXYb72ehpY-tcvdEKIjplgTwLEhPZSxZp5A9PzpuwVWuVol9x1znHcfGjVSl00QJJOvvtVLVTw/s1600/alto+parana.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1075" data-original-width="1600" height="430" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgys763f7R_vq6h58R0G6Qwezg_EPMTQVtayhCIIxQVbZ2peFvhsM_UaTUs9ZeRVJGujMXYb72ehpY-tcvdEKIjplgTwLEhPZSxZp5A9PzpuwVWuVol9x1znHcfGjVSl00QJJOvvtVLVTw/s640/alto+parana.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
<i>Vista del Alto Paraná</i>.
<i> </i>Imagen:
«Argentina y sus grandezas» de Vicente Blasco Ibáñez, 1910<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
Esta catarata es mucho mayor que la del Niágara, y de
aspecto más imponente.</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
La gran catarata del Niágara mide cerca de 49 metros de
caída en su punto más alto; y su anchura máxima, incluyendo la isla de las
Cabras que queda entre las dos secciones de la gran sábana de agua, es de 1600
metros.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
El Iguazú tiene 60 metros de altura en los dos saltos
seguidos que dan sus aguas (cada uno de 30 metros), y el desarrollo total de su
anchura es de 4000 metros. Resulta de esto que el Iguazú aventaja al Niágara en
11 metros de altura y 2400 metros de anchura; o lo que es lo mismo, que la gran
cascada argentina tiene media legua más de ancho que la de los Estados Unidos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Pero el Niágara puede visitarse con gran facilidad y en
cualquier época del año, mientras que para ir al Iguazú hay que hacer un viaje
de doce o quince días desde Buenos Aires, con escasas comodidades. Además,
cuando llega el verano resulta imposible ir hasta allí, a causa de los insectos
y de los peligros que ofrece en tal época la selva tropical.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
</div>
<div class="MsoNormal">
Sin embargo la gran catarata argentina ofrece el atractivo
de mantenerse en su estado natural, rodeada de bosques, casi lo mismo que era
cuando lo vieron por primera vez los descubridores españoles.<o:p></o:p><br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiJtqEjFX2vvBkWRTKkZUXbXu98Sc_UjBLwpxVf-pA9E2oWOUpcVt3_iWYohWC2DWEIyobnyPUbZ1mSVbHhyphenhyphenna2xTiRR1ifoWruSzh7ZdG_48EBDFGQoF45LgWAEx1x34qqcTG_DWED56g/s1600/Iguazu-+Blasco+iba%25C3%25B1ez+Argentina+1910.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1185" data-original-width="1600" height="474" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiJtqEjFX2vvBkWRTKkZUXbXu98Sc_UjBLwpxVf-pA9E2oWOUpcVt3_iWYohWC2DWEIyobnyPUbZ1mSVbHhyphenhyphenna2xTiRR1ifoWruSzh7ZdG_48EBDFGQoF45LgWAEx1x34qqcTG_DWED56g/s640/Iguazu-+Blasco+iba%25C3%25B1ez+Argentina+1910.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
<i>Cataratas del Iguazú. </i>Imagen:
«Argentina y sus grandezas» de Vicente Blasco Ibáñez, 1910<i><o:p></o:p></i></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<br />
Yo he explicado en otro libro cómo la grandeza de la
República Argentina se realizó rápidamente casi en nuestros días, gracias a
cuatro factores; el riel de ferrocarril, el buque de vapor, el fusil Remington
y el alambre.</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Las diversas provincias argentinas llevaron una existencia
aislada entregándose cada una a una serie de revoluciones interiores hasta el
punto de que la república como estado homogéneo fuese una mentira geográfica.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Vista desde fuera presentaba el aspecto de una nación;
interiormente sólo era un conglomerado de estados inquietos, un hervidero de
ambiciones y odios provinciales. El Gobierno central se veía desobedecido y
vejado continuamente.<br />
El día en que los ferrocarriles se extendieron por la
Argentina, la unidad nacional empezó a ser algo positivo. Escasearon las
guerras civiles y ya no fueron posibles las insurrecciones de provincias.
Ciudades que estaban situadas a dos meses de marcha de la costa quedaron a una
distancia de veinticuatro horas.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhP5cCpDynfp8oBya7m_UqNqWduCB4HLp_alJH_Jr9q7c8Rw5m89_pi-8N5Jaa7rAnEAJK2zPhoALFA3nKBphOFoLxVvA8_Do_E9uwPg4UxvpCRhb1e4n5s2bJbTuZ3mxs4GVp6kKYWoPk/s1600/tren+argentina+-+blasco+iba%25C3%25B1ez-.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="783" data-original-width="1600" height="312" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhP5cCpDynfp8oBya7m_UqNqWduCB4HLp_alJH_Jr9q7c8Rw5m89_pi-8N5Jaa7rAnEAJK2zPhoALFA3nKBphOFoLxVvA8_Do_E9uwPg4UxvpCRhb1e4n5s2bJbTuZ3mxs4GVp6kKYWoPk/s640/tren+argentina+-+blasco+iba%25C3%25B1ez-.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
<i>Ferrocarriles
argentinos. Un tren expreso</i>.<i> </i>Imagen:
«Argentina y sus grandezas» de Vicente Blasco Ibáñez, 1910.<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgCYo0sA52FdNGxEB_pje8AqvkH32OwtNrznUQtYxogVTmXU7B7jKIL2uhj45oAZTSXZJqVIZdAA0kvbT9yusbhXihnOJJ9q2UkAAZDeKBatpcyeW3JYSlob-ZdS8lFX_8nqalGpg8EgIE/s1600/trenn-.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="731" data-original-width="1159" height="402" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgCYo0sA52FdNGxEB_pje8AqvkH32OwtNrznUQtYxogVTmXU7B7jKIL2uhj45oAZTSXZJqVIZdAA0kvbT9yusbhXihnOJJ9q2UkAAZDeKBatpcyeW3JYSlob-ZdS8lFX_8nqalGpg8EgIE/s640/trenn-.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
<i>Buenos Aires. Un tren
sobre los techos</i>. Imagen: «Argentina y sus grandezas» de Vicente Blasco
Ibáñez, 1910<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEihiE__DBhfOXfMF4JrCYhzVh7yiwiTvtUYXtE1JrGHJ9N_DlnXG-bE1muxAgKg0YwSbsmyty64RlowOqKfVz6CVca89CKzL-wyUpLatCXzLX4OzL0hs0rGFe1TFAypmvvgXDl1f-4bo4o/s1600/tren+argentina-.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="767" data-original-width="1153" height="424" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEihiE__DBhfOXfMF4JrCYhzVh7yiwiTvtUYXtE1JrGHJ9N_DlnXG-bE1muxAgKg0YwSbsmyty64RlowOqKfVz6CVca89CKzL-wyUpLatCXzLX4OzL0hs0rGFe1TFAypmvvgXDl1f-4bo4o/s640/tren+argentina-.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
<i>Puente sobre el río
Cosquín (Provincia de Córdoba). </i>Imagen: «Argentina y sus grandezas» de
Vicente Blasco Ibáñez, 1910.<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
Al terminar las guerras civiles acabó la tiranía de los
caudillos provinciales auxiliados por la barbarie de los gauchos y la rapacidad
de los indios.</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
La vida comercial experimentó también una gran
transformación. La Argentina, a pesar de sus riquezas naturales, vivía en la
mayor pobreza hasta que la locomotora, viniendo de las llanuras del interior,
se detuvo en la orilla de los ríos, junto al buque trasatlántico que lo
esperaba echando humo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Antes que la Argentina conociese el ferrocarril y el buque
de vapor, sus llanuras resultaban un pudridero de carne inservible. Los cuervos
y demás aves de presa eran los únicos que prosperaban con este despilfarro. Se
sacrificaban centenares de miles de toros para aprovechar únicamente sus
cueros. Se mataba una vaca para guisar su lengua, dejando abandonado el resto.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEimlxOxw0DGpTGVqX4RsSaqZd9wTjKJBm-WfhTKgOH-RxP05x7Tb5R2Zefc-nAQNHJ4Ct6UXeMGTz9YakJsjYgqV8iRET3J6l93YeYVzZDpoEOu2JOiHby2OT1LEAP9DOYblqY2QPpaD_w/s1600/poblacion+2p.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1165" data-original-width="1465" height="508" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEimlxOxw0DGpTGVqX4RsSaqZd9wTjKJBm-WfhTKgOH-RxP05x7Tb5R2Zefc-nAQNHJ4Ct6UXeMGTz9YakJsjYgqV8iRET3J6l93YeYVzZDpoEOu2JOiHby2OT1LEAP9DOYblqY2QPpaD_w/s640/poblacion+2p.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
<i>Descanso en la pampa.</i> Imagen: «Argentina y sus grandezas» de
Vicente Blasco Ibáñez, 1910<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhefTjhr8aZXD2mnwCe1o-yuQPUdcZ7xmMsRTHDMGbYBKOFgE7N7gvBHHzjsvuYDcudBdahwqPo2bhUav5cPtm78CFGjvOi0TU4EQs99YIQQNCSJr_YEjIsLIsOHZIL3iTatxrvE_DHpwQ/s1600/poblacion+argentina.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="953" data-original-width="1396" height="436" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhefTjhr8aZXD2mnwCe1o-yuQPUdcZ7xmMsRTHDMGbYBKOFgE7N7gvBHHzjsvuYDcudBdahwqPo2bhUav5cPtm78CFGjvOi0TU4EQs99YIQQNCSJr_YEjIsLIsOHZIL3iTatxrvE_DHpwQ/s640/poblacion+argentina.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
<i>El abuelo «gringo» y el nieto argentino.</i> «Argentina y sus
grandezas» de Vicente Blasco Ibáñez, 1910<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<br />
El
comercio sólo podía traficar con las pieles y el sebo de los anímales,
artículos que por su volumen podían ser transportados en carretas, y aun esto
sólo lograba hacerse a corta distancia de los lugares de embarque para obtener
un buen resultado.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Además, la dificultad en las comunicaciones mantenía a las
provincias sin otros brazos que los que se proporcionaban con el crecimiento
vegetativo de su población.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Los emigrantes escasos y desconfiados se quedaban en los
puertos por miedo a las aventuras de un viaje al interior. La agricultura era
imposible por la escasez de trabajadores.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
El ferrocarril cambió mágicamente esta situación. La pampa
salvaje, con sus matorrales espinosos y sus blancas osamentas de animales, se
convirtió en un campo inmenso de trigo. Hubo agricultura desde el momento en
que fué posible la exportación de las cosechas. El arado despertó el suelo
dormido desde el principio de la vida del planeta. El estanciero pudo ser un
productor de carne en vez de un simple vendedor de pellejos.<o:p></o:p><br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjp_AaOuH6wtNPrOfImQePgLtAQ_-leZYWQbM-b9GxqS-SXgcDYAluPigP1yd96iKy_klExEZx9IWJeQyNTdi1DRXFubJYgf4sSQjoQRfTfQwxEIc_7xwW_Ya7otaJPtxHk_C9QTmkV7MI/s1600/ferrocaril+argentina+-+Blasco+iba%25C3%25B1ez-.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="941" data-original-width="1600" height="376" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjp_AaOuH6wtNPrOfImQePgLtAQ_-leZYWQbM-b9GxqS-SXgcDYAluPigP1yd96iKy_klExEZx9IWJeQyNTdi1DRXFubJYgf4sSQjoQRfTfQwxEIc_7xwW_Ya7otaJPtxHk_C9QTmkV7MI/s640/ferrocaril+argentina+-+Blasco+iba%25C3%25B1ez-.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
<i>Un ferrocarril
argentino (Provincia de Córdoba)</i>.<i> </i>Imagen:
«Argentina y sus grandezas» de Vicente Blasco Ibáñez, 1910.<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjF15I1u9xcKR2617q_fv3Odh9K61rDxgo6qF4kBbwxYhlQmnbXG8AM7j4DNBWkS2521MVIb8euXRsagg5MiVwi0OCnFu0ye4UTqbs5tafTGbRcuo10gcqizJlkxu2Bst1527uhBQHn4Ug/s1600/campo+argentino-.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="999" data-original-width="1600" height="398" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjF15I1u9xcKR2617q_fv3Odh9K61rDxgo6qF4kBbwxYhlQmnbXG8AM7j4DNBWkS2521MVIb8euXRsagg5MiVwi0OCnFu0ye4UTqbs5tafTGbRcuo10gcqizJlkxu2Bst1527uhBQHn4Ug/s640/campo+argentino-.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i style="font-size: 12.8px;">Campo argentino</i><span style="font-size: 12.8px;">. Imagen: «Argentina y sus grandezas» de Vicente Blasco Ibáñez, 1910</span></td></tr>
</tbody></table>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgCo4FytUYkzbq_GGbDPvm_d1VCpok_R-r5DtEga0pKWB5k9DV2CL2c1WfiQgZHu2NA0XkKy6IvGvPXGS6VNV0zSEJXVHUw9WqqfeXZPm1OrukM86AvMktt35oJ5xmpHjyQ1rsU1VuaVSI/s1600/reba%25C3%25B1os+ob-.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="806" data-original-width="1600" height="322" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgCo4FytUYkzbq_GGbDPvm_d1VCpok_R-r5DtEga0pKWB5k9DV2CL2c1WfiQgZHu2NA0XkKy6IvGvPXGS6VNV0zSEJXVHUw9WqqfeXZPm1OrukM86AvMktt35oJ5xmpHjyQ1rsU1VuaVSI/s640/reba%25C3%25B1os+ob-.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
<i>Rebaño con establo en
una estancia. </i>Imagen: «Argentina y sus grandezas» de Vicente Blasco Ibáñez,
1910<i><o:p></o:p></i></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgk8fXKj0VYhiYDNyxn3WlQPzos3Gs2vlJutn-3GdXwP4XPUjRlUlhHG6B8sxU9L5aVNeNh-W43-OCTS7K2QMXzQpdKqFCnZS7UvYvrXuIGW9NpTI1-ExytAlrT4w0rzhWaBeH1dZsINMg/s1600/1910+VBI.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1217" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgk8fXKj0VYhiYDNyxn3WlQPzos3Gs2vlJutn-3GdXwP4XPUjRlUlhHG6B8sxU9L5aVNeNh-W43-OCTS7K2QMXzQpdKqFCnZS7UvYvrXuIGW9NpTI1-ExytAlrT4w0rzhWaBeH1dZsINMg/s640/1910+VBI.jpg" width="484" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
V. Blasco Ibáñez en Argentina con <i>vicuñas
de las antiplanicies andinas (Provincia de Jujuy)</i>. </div>
<div class="MsoNormal">
Imagen: «Argentina y sus
grandezas» de Vicente Blasco Ibáñez, 1910.<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<br />
Los propietarios de leguas y leguas de desierto que habían
vivido hasta entonces en miserable rusticidad, pasaron de golpe a la opulencia
del multimillonario. Los hombres pudieron ir de un lado a otro de la república,
trabajando y realizando sus negocios sin necesitar más del caballo. Dulcificándose
las costumbres y ya no fueron precisos para la vida el puñal llamado <i>facón</i>, las rudas botas, el poncho burdo
y el alimento de carne sanguinolenta.</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Así quedó vencido y muerto por el ferrocarril el demonio de
la distancia.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Otra influencia nefasta fué durante siglos la de la falta de
población.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Los buques de vela, en sus tardos y pesados viajes, sólo
aportaban algunas docenas de nuevos pobladores a las riberas del Plata.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Pero cuando el riel del ferrocarril hubo pacificado y
unificado la tierra argentina, se presentó inmediatamente el buque de vapor,
poniendo las riberas del Plata a veinte días de Europa,<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
La población de la República ha avanzado desde entonces a
saltos. La carne se convirtió en un
artículo tan precioso como el oro; ya no se derrochó ni se perdió. El
frigorífico y la nave de vapor consolidaron la riqueza nacional.<o:p></o:p><br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiVT6LmEx5a9Ft7cfyB4_ZtcrnzfvTIr76yCKr-pr_4OaLjYF15b-Ph0No7yLp7b2MaEfbEK-qvFQCpm-mFAumTDuiqTlIrg-RNtpd1n3_WpLW_IUhGgCjEClUOIMRvPdBfvfGX2OCGtzA/s1600/BA-puertp.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="885" data-original-width="1600" height="352" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiVT6LmEx5a9Ft7cfyB4_ZtcrnzfvTIr76yCKr-pr_4OaLjYF15b-Ph0No7yLp7b2MaEfbEK-qvFQCpm-mFAumTDuiqTlIrg-RNtpd1n3_WpLW_IUhGgCjEClUOIMRvPdBfvfGX2OCGtzA/s640/BA-puertp.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
<i>Puerto Madero: dique
número 2. </i>Imagen: «Argentina y sus
grandezas» de Vicente Blasco Ibáñez, 1910.<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgSUQRmNZdQ0fSrfLHp6RmthnIkxZ5Jg-9G6NzRvMw49xP1PJAUyT2SwhhV_6dfHheFpzcPS0Vcd-rKg1r3dtqTEcPx1Ni95FP5eucwFmouY-bTH7OMLcC_Dc2dhVuhV4S8Mmm1OObhJwI/s1600/puerto+argentinavb.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="773" data-original-width="1600" height="308" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgSUQRmNZdQ0fSrfLHp6RmthnIkxZ5Jg-9G6NzRvMw49xP1PJAUyT2SwhhV_6dfHheFpzcPS0Vcd-rKg1r3dtqTEcPx1Ni95FP5eucwFmouY-bTH7OMLcC_Dc2dhVuhV4S8Mmm1OObhJwI/s640/puerto+argentinavb.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
<i>Puerto Ingeniero
White. Elevadores flotantes de granos, atracados a los vapores de carga</i>.</div>
<div class="MsoNormal">
<i> </i>Imagen: «Argentina y sus grandezas» de Vicente
Blasco Ibáñez, 1910.<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjeVxkwO9OUUVDDIZw88CJqTCFeRAyySbxlg8gztWZAK5X0DLdMk-6R7wayqs4ooS6nf6-dJlYgn_F9o6Qfhft9ZAQKzSwcOHkPZb-IC7g7NNOicR3Ym_lxdnWc_s4_VGXFsiPE-hyzszc/s1600/frigorifico.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="743" data-original-width="1155" height="410" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjeVxkwO9OUUVDDIZw88CJqTCFeRAyySbxlg8gztWZAK5X0DLdMk-6R7wayqs4ooS6nf6-dJlYgn_F9o6Qfhft9ZAQKzSwcOHkPZb-IC7g7NNOicR3Ym_lxdnWc_s4_VGXFsiPE-hyzszc/s640/frigorifico.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
<i>Interior de un
frigorífico</i>.<i> </i>Imagen: «Argentina y
sus grandezas» de Vicente Blasco Ibáñez, 1910.<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
Los trasatlánticos, al remontar los ríos con más facilidad
que los veleros, prolongaron el mar muchas leguas tierra adentro, hasta el
corazón de la República, convirtiendo en puertos oceánicos a muchas ciudades
del interior.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhNCq5xGKqJ-07mEaRP_TXxyZIg7yeFlYmIumihMFrKMeu6cwLmt6qBHCuJRNMQoEYGzQFEyRCE5Dq_SWxp57JlCr6HRT6lr2lhTYncZ7ZT_hp0oQsLaaDnKGmeyCNHKt9D4G5GA8Sgy-E/s1600/vapor+fluvia+2lm.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="859" data-original-width="1299" height="422" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhNCq5xGKqJ-07mEaRP_TXxyZIg7yeFlYmIumihMFrKMeu6cwLmt6qBHCuJRNMQoEYGzQFEyRCE5Dq_SWxp57JlCr6HRT6lr2lhTYncZ7ZT_hp0oQsLaaDnKGmeyCNHKt9D4G5GA8Sgy-E/s640/vapor+fluvia+2lm.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
<i>Un vapor fluvial de Mihanovich.</i> Imagen: «Argentina y sus grandezas» de
Vicente Blasco Ibáñez, 1910.<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; margin-left: 1em; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgRPMPMSaEKQlM1lg5SxTa6tF331nISjkMI25fbQpdUdKQodK4k5gwQ2fCh_HxxcTs7adRU241BVocQHma4Awm-ouN_W9FUmhaKyAoOyaJXqNIiS7aNRdjUUnuxn8B55hYMaEINnrOTI9s/s1600/Blasco+Iba%25C3%25B1ez-argentina-mm-.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="953" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgRPMPMSaEKQlM1lg5SxTa6tF331nISjkMI25fbQpdUdKQodK4k5gwQ2fCh_HxxcTs7adRU241BVocQHma4Awm-ouN_W9FUmhaKyAoOyaJXqNIiS7aNRdjUUnuxn8B55hYMaEINnrOTI9s/s400/Blasco+Iba%25C3%25B1ez-argentina-mm-.jpg" width="237" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
<i>Vendedora indígena</i>
- dibujos de Leon D´Emo<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<br />
El fusil Remington, primera arma de repetición, fué un
instrumento de progreso en las llanuras platenses. Gracias a él se amansó el
indio y pudo avanzar el blanco, convirtiendo el desierto en campos de cereales
y frescas praderas.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Hasta que no fué adoptado el Remington en 1873, la lucha con
el enemigo cobrizo resultó insegura y las más de las veces inútil.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br />
Antes de esto los soldados de Buenos Aires, usando el fusil
que se cargaba por la boca, sólo podían hacer uno o dos disparos. Los jinetes
indios caían sobre ellos y el combate se proseguía cuerpo a cuerpo, usando la
lanza como arma principal y fiándolo todo a la fuerza del brazo.<br />
El gobierno
tenía que transigir y pactar muchas veces con los jefes de las tribus.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Pero un día las masas de indígenas a caballo vieron avanzar
a pie a los cristianos armados de un fusil que disparaba y disparaba
incesantemente.<br />
¡ No más combates de jinetes ¡ ¡No más choques de lanzas y
encuentros singulares como en las guerras de la edad media! Una lluvia de
proyectiles detuvo en su carrera veloz a la horda cobriza y galopante, apagando
sus aullidos.<br />
<br />
Se acabaron desde entonces las terribles correrías de los
indios llamadas «malones»; las tolderías o campamentos indígenas fueron pasto
de las llamas, y las tribus, deshechas para siempre, las repartió y disgregó el
gobierno en los territorios más lejanos.<br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgA39tRPcmCOb-Q7ijN3qeE7mF6isK5frx5IME_rsvf95lQkroFm8e7TD_cx_yCJC-JvA8oRx7qn0Gjxnja0aVkcxDufSld8D2aVcQTIE3iVdovSV_6-9hKyuDMg9HTyzLfCJP1iaon7Z0/s1600/indios-argentinos.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="983" data-original-width="1600" height="392" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgA39tRPcmCOb-Q7ijN3qeE7mF6isK5frx5IME_rsvf95lQkroFm8e7TD_cx_yCJC-JvA8oRx7qn0Gjxnja0aVkcxDufSld8D2aVcQTIE3iVdovSV_6-9hKyuDMg9HTyzLfCJP1iaon7Z0/s640/indios-argentinos.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
<i>Trabajadores indios de
un ingenio del norte. </i>Imagen: «Argentina y sus grandezas» de Vicente Blasco
Ibáñez, 1910</div>
</td></tr>
</tbody></table>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiXgezTOOoREtTK_wfFaREG-dmQj4rhklmDXGA5BOIVY0tie3II7snHKw5dpbFX3_fEv7Haqz9X8ARzV27V4a2suZKmpUE3yTUfwdO0fzE1IZguXArtdQ5Jh11zJYKLIgdDUQrYNtu80Qo/s1600/Blasco+iba%25C3%25B1ez+con+indios+1910-.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="949" data-original-width="1393" height="436" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiXgezTOOoREtTK_wfFaREG-dmQj4rhklmDXGA5BOIVY0tie3II7snHKw5dpbFX3_fEv7Haqz9X8ARzV27V4a2suZKmpUE3yTUfwdO0fzE1IZguXArtdQ5Jh11zJYKLIgdDUQrYNtu80Qo/s640/Blasco+iba%25C3%25B1ez+con+indios+1910-.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
<i>V. Blasco Ibáñez en
Argentina, en una toldería de indios matacos.</i> </div>
<div class="MsoNormal">
Imagen: «Argentina y sus
grandezas» de Vicente Blasco Ibáñez, 1910<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEikvZYvviqBg6-0bjOAo_48hhBpeyZ2foqx04QJGiP2FYeTvC-l7Re4esM4icZwonkDX_zecAV88a0XP5s3mNBxy_dJDFYzridz_vhxGEaSSDn-Y2AgPmM89VWuBzWU5kvtkAsmiut4Mx8/s1600/Blasco+Iba%25C3%25B1ez+argentina+1910i.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1337" data-original-width="981" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEikvZYvviqBg6-0bjOAo_48hhBpeyZ2foqx04QJGiP2FYeTvC-l7Re4esM4icZwonkDX_zecAV88a0XP5s3mNBxy_dJDFYzridz_vhxGEaSSDn-Y2AgPmM89VWuBzWU5kvtkAsmiut4Mx8/s640/Blasco+Iba%25C3%25B1ez+argentina+1910i.jpg" width="468" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
V. Blasco Ibáñez con <i>indios
chunapis. </i></div>
<div class="MsoNormal">
Imagen: «Argentina y sus grandezas» de Vicente Blasco Ibáñez,
1910<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgw-YIQYfrzmxm5urunIEXnaL-R42h8Uohz5t5uYMLwuOvxJpfJz0FbhZvTWY37kK3sDeIIjD77EdUSqWY5IwzSjPE4j66X1yPtvz2M5bG84oICUD5MBbz4nfrUplBMhGSQRRk7TbkQUvE/s1600/polblac-.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="718" data-original-width="948" height="484" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgw-YIQYfrzmxm5urunIEXnaL-R42h8Uohz5t5uYMLwuOvxJpfJz0FbhZvTWY37kK3sDeIIjD77EdUSqWY5IwzSjPE4j66X1yPtvz2M5bG84oICUD5MBbz4nfrUplBMhGSQRRk7TbkQUvE/s640/polblac-.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
<i>La vida en la pampa.
Una moza ofreciendo el «mate» a un gaucho «guitarrero» </i></div>
<div class="MsoNormal">
Imagen: «Argentina y sus grandezas» de
Vicente Blasco Ibáñez, 1910.<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<br />
La mujer blanca pudo vivir tranquila en su casa del campo,
sin miedo a verse esclava de un indio ebrio y feroz. No se repitió más la
vergüenza de que algunas damas de excelente educación y honrosa cuna fueran a
acabar su triste vida en un campamento de salvajes, embrutecidas por el dolor y
la afrenta.</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Los fortines que servían para contener los avances del indio
se transformaron en ricas ciudades. Detrás del soldado avanzó el colono tomando
posesión de 20,000 leguas cuadradas de terreno que hasta entonces habían
existido en poder del salvaje, inútiles para la civilización. El arado rasgó el
suelo y los cereales extendieron su oleaje de oro sobre la antigua tierra
maldita.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
En otros tiempos todo era camino en la República Argentina.
El gaucho tomaba su rumbo en la pampa lo mismo que el piloto en alta mar. Las
caravanas abrían en sus viajes nuevos senderos; el jinete hacía correr a su
cabalgadura por esta inmensidad sin cuidado alguno; los rebaños casi salvajes
galopaban con la cabeza baja y la ceguera del vértigo, seguros de que ningún
obstáculo cortaría su paso en la llanura igual e infinita, sin una depresión,
sin una cumbre.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Hoy no ha cambiado el aspecto de este mar de tierra. Es la
misma llanura sin término: el mismo horizonte sin fondo. Pero el viajero marcha
siempre teniendo a su vista hileras de postes de los que pende algo sutil,
brillante bajo el sol; algo semejante a los hilos de plata que babea la araña. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Es el alambre que limita las propiedades, que marca los
caminos y ha modificado profundamente el campo argentino.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjuv_WPA8LBsiXdd69QbvPJGkADdLXUhCK-kyNfhgex6wJiPLeYrtk9ulIFXpVGvft__QdaRLZTDgeieazD2Dr83YA3WMzZN8GTnWivSbu5rCDY0qVDX8iladK2tWM5ajihDTTxg9FTep0/s1600/campo+argentino-.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="774" data-original-width="1600" height="308" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjuv_WPA8LBsiXdd69QbvPJGkADdLXUhCK-kyNfhgex6wJiPLeYrtk9ulIFXpVGvft__QdaRLZTDgeieazD2Dr83YA3WMzZN8GTnWivSbu5rCDY0qVDX8iladK2tWM5ajihDTTxg9FTep0/s640/campo+argentino-.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
<i>Un coral en el campo</i>. Imagen: «Argentina y sus grandezas» de
Vicente Blasco Ibáñez, 1910</div>
</td></tr>
</tbody></table>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh7SMEpC8ZYf937x3Ts8c1TayVKYIn7LRRM_hGpEDQx33y2HBTGCRMqh56uXy4TO1F-rF06UzUhzwT87kZb-ywJLG6T83MWXfKd4PTQR3VoInO6IjBnrkAgrLj0w1hcyjOlupapbg1vGK8/s1600/C-+argentina%252C+blasco.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="797" data-original-width="1159" height="440" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh7SMEpC8ZYf937x3Ts8c1TayVKYIn7LRRM_hGpEDQx33y2HBTGCRMqh56uXy4TO1F-rF06UzUhzwT87kZb-ywJLG6T83MWXfKd4PTQR3VoInO6IjBnrkAgrLj0w1hcyjOlupapbg1vGK8/s640/C-+argentina%252C+blasco.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
<i>Un coral en una
exposición agrícola</i>. Imagen: «Argentina y sus grandezas» de Vicente Blasco
Ibáñez, 1910<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
La agricultura se desarrolla más esplendida al otro lado de
estos hilos casi invisibles, que dejan pasar el aire y la luz, pero detienen el
paso a los hombres y las bestias.<br />
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
</div>
<div class="MsoNormal">
El alambre ha contribuido casi tanto como el riel a suprimir
las guerras civiles, modificando la vida en las campiñas y acabando para
siempre con el gaucho errante y bandolero. Al cerrar los campos ha creado el
camino, y donde hay camino y el jinete no puede marchar a su antojo, es
imposible la vida de bandolerismo con sus escapadas y sorpresas, así como las
interminables guerras civiles.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Las naciones europeas, especialmente Inglaterra, han
invertido enormes capitales en las industrias agrícolas y ganaderas de la
Argentina. Los Estados Unidos figuran en un lugar muy secundario si se les
compara con los países europeos que explotan los ferrocarriles de la Argentina,
la exportación de sus cereales y de sus carnes. Solamente algunas casas de
Chicago intervienen en la elaboración de carnes en conserva.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhZJcrl_k0VxdBUOCaQDhyrX8O8GuockIRyOI4WqSoEwzDXoSgjS6M-9vtjDz0c_02hqusygv0s0ZaFz_v32MLhp4gHroke4Wp4RW6kirqLQqXKq8dTUIQdvcoWEzjpAIcC1NA4eQkewJY/s1600/fabrica+argentina.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="969" data-original-width="1257" height="492" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhZJcrl_k0VxdBUOCaQDhyrX8O8GuockIRyOI4WqSoEwzDXoSgjS6M-9vtjDz0c_02hqusygv0s0ZaFz_v32MLhp4gHroke4Wp4RW6kirqLQqXKq8dTUIQdvcoWEzjpAIcC1NA4eQkewJY/s640/fabrica+argentina.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
<i>Buenos Aires. Una fábrica
de cerveza</i>. Imagen: «Argentina y sus grandezas» de Vicente Blasco Ibáñez,
1910<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi0H12d3DunpRuTNLi-Kv709cdWKVxiQLqPkHEnuKoZrWljQrzJPMoqWHQDp4Ln0r_XAAq6O1UEjoSjlL7zehAD4aQ7Ld9ny0STwkBwR2ooukuRVZCoNDaTxnwkLWiu5qgbKibJfvkSGcA/s1600/talleres+ferrocarril.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="761" data-original-width="1168" height="416" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi0H12d3DunpRuTNLi-Kv709cdWKVxiQLqPkHEnuKoZrWljQrzJPMoqWHQDp4Ln0r_XAAq6O1UEjoSjlL7zehAD4aQ7Ld9ny0STwkBwR2ooukuRVZCoNDaTxnwkLWiu5qgbKibJfvkSGcA/s640/talleres+ferrocarril.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
<i>Talleres del
ferrocarril del sur</i>. Imagen: «Argentina y sus grandezas» de Vicente Blasco
Ibáñez, 1910<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<br />
La cantidad de toneladas de cereales y de carnes que
proporciona la Argentina al consumo del mundo es enorme y cada vez va en
aumento.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
La nación argentina como casi todas las del continente
americano sólo tiene un siglo de existencia.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Este siglo, aprovechado únicamente en su último tercio, ha
sido el de la ganadería y la agricultura por extensión; viviendo confiado el
hombre a la magnanimidad del suelo y a la oportunidad de la lluvia.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
El segundo siglo, que ahora empieza, va a ser el del cultivo
intensivo y el del riego generosamente propagado.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEinPLvY1uEoPfeluSgcYE4AEsJOrBuvy3eE8jUj0y0PQaQMPDks8ZsSZtdSdywLzhc0rZE8gmso8T1kCuFIL4zPRfDSxsX84vFLcGJVh1kyifjs4sHHthL3AbVclUSfqiJ5WXNYlaVMNs0/s1600/Blasco+Iba%25C3%25B1ez%252C+Argentina-.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="285" data-original-width="449" height="406" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEinPLvY1uEoPfeluSgcYE4AEsJOrBuvy3eE8jUj0y0PQaQMPDks8ZsSZtdSdywLzhc0rZE8gmso8T1kCuFIL4zPRfDSxsX84vFLcGJVh1kyifjs4sHHthL3AbVclUSfqiJ5WXNYlaVMNs0/s640/Blasco+Iba%25C3%25B1ez%252C+Argentina-.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
V. Blasco Ibáñez durante su proyecto agrícola en
Argentina (1910-1912)<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjt90AAIFwe9oSFjyJYll70y7v2RyCiK1SEW3O9rXuNRMNxK1q04m4ygrEv8VAgGCMLM-iXwWWfOMpxLOeV7eP0Z1HxqUXtv605aeTDgyiWR61QMR9Vt4uTzS5UVNXvSsKVXGOTE6VgyS8/s1600/Blasco+iba%25C3%25B1ez-+trj-.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="340" data-original-width="635" height="342" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjt90AAIFwe9oSFjyJYll70y7v2RyCiK1SEW3O9rXuNRMNxK1q04m4ygrEv8VAgGCMLM-iXwWWfOMpxLOeV7eP0Z1HxqUXtv605aeTDgyiWR61QMR9Vt4uTzS5UVNXvSsKVXGOTE6VgyS8/s640/Blasco+iba%25C3%25B1ez-+trj-.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
V. Blasco Ibáñez en Argentina, durante los trabajos de
bombeo en su colonia Cervantes (1910-1912)<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
</div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh4j1M5XSqpuBsFYaO3haxaM6fKCcaZBcB4KHoetv2SboOzL0R14Ziu6zNlXGpaUgWeByiU41gvyKtOGwLDynrn-PNQNSIs9toECBMu4EY5QhOeTLtNlgue7HJ1dHjltF2Hz3gsMzOtrXo/s1600/corrientes-.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="907" data-original-width="1600" height="362" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh4j1M5XSqpuBsFYaO3haxaM6fKCcaZBcB4KHoetv2SboOzL0R14Ziu6zNlXGpaUgWeByiU41gvyKtOGwLDynrn-PNQNSIs9toECBMu4EY5QhOeTLtNlgue7HJ1dHjltF2Hz3gsMzOtrXo/s640/corrientes-.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
<i>Corrientes. Vista de
la ciudad (En primer término, el Palacio de Gobierno</i>.<br />
Imagen: «Argentina y sus grandezas» de
Vicente Blasco Ibáñez, 1910.<br />
En la provincia de Corrientes, Blasco fundó el
pueblo <i>Nueva Valencia</i><o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<div class="MsoNormal">
Hasta el presente la escasez de población ha permitido vivir
a la buena de Dios, pues por poco que se trabajase, la riqueza natural daba con
creces para el progreso del país. Pero su población aumentará cada vez más y lógicamente
la actividad humana acudida de todos los extremos de la tierra se verá forzada
a repetir los mismos milagros que se realizaron en los Estados Unidos hace
medio siglo.<o:p></o:p></div>
<br />
<br />
<div style="text-align: center;">
<b><span style="color: #660000; font-size: large;">CHILE</span></b></div>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg1pbcavdEuVv8mGiaEQfq8_joSF709LzLhiMzrLw0-DRQVT4mkEzfDjoFj7L-HLdlcw3Sov4VJZ-tZXw21FxhMKKJOxnezVzzPklrInywNEyQncwnKeuPQ_b9MNgk943lpv8e8bjwu5pA/s1600/Blasco+Iba%25C3%25B1ez+y++Pedro+Montt%252C+presidente+de+en+diciembre1909.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="599" data-original-width="595" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg1pbcavdEuVv8mGiaEQfq8_joSF709LzLhiMzrLw0-DRQVT4mkEzfDjoFj7L-HLdlcw3Sov4VJZ-tZXw21FxhMKKJOxnezVzzPklrInywNEyQncwnKeuPQ_b9MNgk943lpv8e8bjwu5pA/s400/Blasco+Iba%25C3%25B1ez+y++Pedro+Montt%252C+presidente+de+en+diciembre1909.jpg" width="396" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
Blasco Ibáñez con Pedro Montt, el presidente de Chile, en
diciembre de 1909<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<div class="MsoNormal">
En la historia política de las repúblicas hispanoamericanas,
Chile figura como una excepción.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Todos estos pueblos antes de llegar a constituirse pasaron
por largas y dolorosas crisis, que han retardado su desarrollo. Algunos todavía
a estas horas no han salido del período de revoluciones y guerras civiles.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Chile en todo un siglo no ha tenido más que una revolución,
la que arrojó del poder al presidente Balmaceda; y este suceso más que
revolución fué una guerra civil.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Lo que ha distinguido pues a Chile de los otros países del
mismo origen es su vida ordenada, su horror a la política de antagonismos
personales; una tendencia especialísima a mantener la disciplina nacional y
cierta separación entre las diversas clases sociales.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Algunos tienen a Chile por una oligarquía, que durante un
siglo desde los tiempos de la independencia ha sido gobernada por unas cuantas
familias.<o:p></o:p><br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiHeRFiBXCJ-QWFGAilHvEnRBmI3YlUJqgl5HKq-l64DRHD1T-WLQxNy1mj5Hgn_I0UQIQxm87ML0TvssuvWeVvIfBYw95CsqcR00pqgDxw675sj6MvyFfXr6gjJDIFtWYBU7W7tZmcAzY/s1600/aristocracia+chilena+1915-.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="468" data-original-width="747" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiHeRFiBXCJ-QWFGAilHvEnRBmI3YlUJqgl5HKq-l64DRHD1T-WLQxNy1mj5Hgn_I0UQIQxm87ML0TvssuvWeVvIfBYw95CsqcR00pqgDxw675sj6MvyFfXr6gjJDIFtWYBU7W7tZmcAzY/s640/aristocracia+chilena+1915-.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Aristocracia chilena en 1915</td></tr>
</tbody></table>
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
En realidad es una república aristocrática. Apenas si existe
en ella la clase media. Los individuos de esta clase de origen reciente son
designados con el apodo de <i>siúticos</i>. La
gran masa del pueblo ostenta con orgullo en las ciudades el apodo que se ha
dado a sí misma. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
A semejanza de los antiguos holandeses que adoptaron por
altivez el título de <i>mendigos</i> que les
daban sus enemigos, los hombres del pueblo en Chile se llaman los <i>rotos</i>.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
La aristocracia, o
sea los <i>caballeros</i>, está formada por
las familias procedentes de la época colonial.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Hay que reconocer que estas familias conservadoras y
tradicionalislas se han mostrado dignas del poder que vienen ejerciendo durante
un siglo. De su seno han salido los gobernantes que engrandecieron el país, los
agricultores y los industriales que han creado su riqueza, los generales que
aumentaron sus territorios.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Además, estos gobernantes que pudiéramos llamar de casta
resultan respetables por su estrecha moralidad. No existe en la historia de
Chile un solo presidente de la república, un solo ministro que haya sido
tachado de ladrón ni aún por sus mayores enemigos.<o:p></o:p><br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg8dVG-h7nlpQLrJTzBlGgDaLRoLd6yNO-A2sWT_m42lXjQ_9o_zhlvQOtXvdzD759XiGXHFf4CGeHe5x5c5WzvDOXrZdPfxVTHrC2R2tUbOiw73eM4nOD0L_7IrPWalzi147D7EP1WJqs/s1600/s.+chile+-1914ap.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="600" data-original-width="918" height="418" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg8dVG-h7nlpQLrJTzBlGgDaLRoLd6yNO-A2sWT_m42lXjQ_9o_zhlvQOtXvdzD759XiGXHFf4CGeHe5x5c5WzvDOXrZdPfxVTHrC2R2tUbOiw73eM4nOD0L_7IrPWalzi147D7EP1WJqs/s640/s.+chile+-1914ap.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
Grupo de diplomáticos y autoridades chilenas en 1914<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Los ha habido de carácter tiránico, de procedimientos
arbitrarios, de espíritu exageradamente estrecho y tradicionalista; pero en
punto a moralidad y a sentir interés por la grandeza de su patria todos han
sido iguales. A ello se debe indudablemente el que esta aristocracia se haya
mantenido siempre en el poder, aunque sea con diversos títulos políticos, y
conservando su popularidad.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Un individuo de familia antigua y conocida ejerce allí una
verdadera influencia social aunque se haya empobrecido. En cambio los «nuevos
ricos», los millonarios improvisados, tardan mucho en abrirse paso a través de
los prejuicios nacionales. Sólo sus hijos o sus nietos llegan a conseguir una
categoría social.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
El <i>roto</i> y el <i>caballero</i> marchan juntos con una
simpatía que data de los tiempos coloniales. El habitante del campo, llamado <i>huaso</i>, tiene los mismos sentimientos que el <i>roto</i>;
los dos son la base del ejército chileno que los inteligentes en la materia
consideran el mejor de la América del Sur y uno de los más interesantes del
mundo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
No hay en toda la esfera terrestre un pueblo cuya
configuración geográfica se asemeje ni remotamente a la de Chile.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Estrecho y larguísimo, su territorio evoca la imagen de una
acera que se extendiese frente al Océano Pacífico, a lo largo de la cordillera
de los Andes que equivale a una hilera de edificios.<o:p></o:p><br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhwIVQrXbpTMYBcCfBvxpgad5nYz1oRW_c4SlrgjCVhmA2d3-VJtYabSB8TtqFCDciL6n63qPJ1B3i3GNSdm1SK94rydR0l01XYO6UJBgHb7cxKA3mhQmH67gn1Qa29ulSxeNNDf8vJEwE/s1600/Blasco+en+la+frontera+andina+entre+Argentina+y+Chile.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="403" data-original-width="341" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhwIVQrXbpTMYBcCfBvxpgad5nYz1oRW_c4SlrgjCVhmA2d3-VJtYabSB8TtqFCDciL6n63qPJ1B3i3GNSdm1SK94rydR0l01XYO6UJBgHb7cxKA3mhQmH67gn1Qa29ulSxeNNDf8vJEwE/s640/Blasco+en+la+frontera+andina+entre+Argentina+y+Chile.jpg" width="539" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">V. Blasco Ibáñez en la frontera andina entre Argentina y Chile, en 1909</td></tr>
</tbody></table>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhRPBjGEvWjQ3Q2ngI7ZNS6I-lR-q7k0Inb79e5ex57IeH-JKm4Gt8kmB4r808vJwAjt0CvAlY9Enn1hEVsz6Zm_G49dx55SHCQYHMKBogJFw8kJsuFfA6GjD2S-07DsZDGUUiF3YTXz3A/s1600/Andes+Arg-Chile-.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1064" data-original-width="1600" height="424" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhRPBjGEvWjQ3Q2ngI7ZNS6I-lR-q7k0Inb79e5ex57IeH-JKm4Gt8kmB4r808vJwAjt0CvAlY9Enn1hEVsz6Zm_G49dx55SHCQYHMKBogJFw8kJsuFfA6GjD2S-07DsZDGUUiF3YTXz3A/s640/Andes+Arg-Chile-.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
<i>Los Andes. Peones
limpiando el camino entre Argentina y Chile. </i></div>
<div class="MsoNormal">
Imagen:<i> </i>«Argentina y sus grandezas»
de Vicente Blasco Ibáñez, 1910<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
En algunos lugares la estrechez de Chile es tal que un
viajero puede abarcar con su vista el espacio entre la cordillera y el mar. En
cambio su longitud resulta enorme. Si se colocase Chile sobre el viejo mundo se
extendería desde las regiones más septentrionales de Europa hasta el centro de África.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Chile es simplemente una costa; todas sus ciudades
importantes, a excepción de la capital Santiago, están sobre el mar.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiRaaeYe9fPs2dAqK_WztHNGgWDkEIS1Zb_KZcHpulrc2YBqqEzkyvMnXflxWnMQnv_aLvxNnGynugc0JunwWSwu5a70Bz4xGNGLkFkmBe6tVedMDL-d4pspwOeDuslCFH9eD-wRVsLMjk/s1600/chile-+st%252C.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1117" data-original-width="1600" height="446" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiRaaeYe9fPs2dAqK_WztHNGgWDkEIS1Zb_KZcHpulrc2YBqqEzkyvMnXflxWnMQnv_aLvxNnGynugc0JunwWSwu5a70Bz4xGNGLkFkmBe6tVedMDL-d4pspwOeDuslCFH9eD-wRVsLMjk/s640/chile-+st%252C.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
Vista parcial de Santiago de Chile desde Santa Lucia, la
antigua fortaleza. Foto: hacia 1900<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEixctd_pTYJlxvxAUhpWP4WPsmS5if97Kg7DtegfsKMA3uKuCwtifMdzt6LTqRsH-7MEmv0S2k4G_b9oTPgUvywbnVTySZMIp5mxKnd-sKexpsAtCMc47aFLnMcctLhiBFkWsBbjL_-9Z4/s1600/Puerto+Valparaiso+Chile1914.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="639" data-original-width="1066" height="382" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEixctd_pTYJlxvxAUhpWP4WPsmS5if97Kg7DtegfsKMA3uKuCwtifMdzt6LTqRsH-7MEmv0S2k4G_b9oTPgUvywbnVTySZMIp5mxKnd-sKexpsAtCMc47aFLnMcctLhiBFkWsBbjL_-9Z4/s640/Puerto+Valparaiso+Chile1914.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
El puerto de Valparaíso, Chile en 1914<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<br />
Es por lo
tanto la primera nación marítima de la América del Sur, y sus navegantes están
reputados como los más audaces y duros para el trabajo. Muchos de ellos se
dedican a la caza de la foca y de la ballena en los mares australes y los
restantes hacen la navegación de cabotaje a lo largo de toda la costa del Pacífico.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Esta nación tan extensa que posee la tierra del Fuego,
límite del mundo habitado, se prolonga hasta el trópico y conoce todos los
climas y todos los cultivos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
La gran cordillera de los Andes, que es como su madre, le
proporciona las inmensas riquezas de sus entrañas. Las minas de cobre de Chile,
famosas desde los tiempos de la colonización española, están hoy en plena
explotación y figuran entre las más ricas del mundo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Además otra de sus fuentes de riqueza es la explotación del
salitre en la parte norte de la república, que ha adquirido las proporciones de
un comercio de importancia universal.<o:p></o:p><br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi-qhNjwTGecJN3sLbpCplYAt_JbhLqrnejymmi9iSZb2UcrjuASc2fv_sBIlv3zGIU05rITL-2UQWFB-QtQm8o_ol2yiApyOlbgb4oFHIeVcqzZJsoITFWongl4bUZUaWKLhgdpL5o6hg/s1600/Antofagasta+salitre.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="353" data-original-width="699" height="322" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi-qhNjwTGecJN3sLbpCplYAt_JbhLqrnejymmi9iSZb2UcrjuASc2fv_sBIlv3zGIU05rITL-2UQWFB-QtQm8o_ol2yiApyOlbgb4oFHIeVcqzZJsoITFWongl4bUZUaWKLhgdpL5o6hg/s640/Antofagasta+salitre.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">La industria del salitre en Antofagasta, Chile</td></tr>
</tbody></table>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg8OFyoV3OZgTOyJv4sJIWBDSw1Rqsq6CR6Oh8g4QJR-FWDKK2cVvOJ87XEx-xS_y5pBJ_Py2CyZ8lycVbatNCOgNAkr7BX-UTDN7QSgQryNHlF9uCq7r-LzRA2Yv7IhoLPUK13pB0HFgE/s1600/mineros+de+la+pampa+salitrera+1906.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="366" data-original-width="571" height="410" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg8OFyoV3OZgTOyJv4sJIWBDSw1Rqsq6CR6Oh8g4QJR-FWDKK2cVvOJ87XEx-xS_y5pBJ_Py2CyZ8lycVbatNCOgNAkr7BX-UTDN7QSgQryNHlF9uCq7r-LzRA2Yv7IhoLPUK13pB0HFgE/s640/mineros+de+la+pampa+salitrera+1906.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption">Mineros de la pampa salitrera de Chile, 1906 </td></tr>
</tbody></table>
</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Un error corriente en los Estados Unidos y en gran parte de
Europa es imaginarse a los países de la América del Sur poblados por gentes de
diversos colores, en su mayor parte negros.</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
En cualquiera calle de Nueva York se pueden ver mayor
cantidad de negros que en toda la Argentina, y más especialmente que en todo
Chile.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Se cuenta en Buenos Aires que cuando llegó cierto personaje
de los listados Unidos y salió al balcón del palacio del presidente de la
república, para saludar al público que le aplaudía, exclamó asombrado al
fijarse en los rostros de la inmensa masa popular<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
— ¡Pero todos son blancos!<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Efectivamente a la Argentina se importaron negros en otros
siglos, pero hoy no queda rastro de ellos, pues desaparecieron hace años. Sólo
por una tradición los más humildes empleados de la Cámara de Diputados y del
Senado Argentino pertenecen a la raza africana. Estos son los únicos negros que
existen en Buenos Aires. Todas las gentes del país son de pura raza blanca en
su gran mayoría, con una minoría de mestizos indios productos de antiguos
cruzamientos de los españoles con las indígenas.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
En Chile ni siquiera hay negros para el servicio de los
diputados. Cuando por casualidad aparece un negro en las calles de Santiago
llama más la atención y excita más la curiosidad de los chiquillos que en una
capital europea.<br />
El chileno del campo es a veces mestizo y ostenta históricos
y sonoros apellidos de la época de la colonización española.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgNwPz1hp4FLa7Q2R_6UdubVzW8ZznpLauGfuuF70WKrtPeOmSyAY1Tydf82kCyXZ0uLWQ_RMDmUJJM5_m9x2UJRg6sDNkCeov6BsYSppqXf3k4t4q0rWVaINhvxVZsKmGJCqUlb3vqfeU/s1600/Chile-+tipicos+1914.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="655" data-original-width="1065" height="392" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgNwPz1hp4FLa7Q2R_6UdubVzW8ZznpLauGfuuF70WKrtPeOmSyAY1Tydf82kCyXZ0uLWQ_RMDmUJJM5_m9x2UJRg6sDNkCeov6BsYSppqXf3k4t4q0rWVaINhvxVZsKmGJCqUlb3vqfeU/s640/Chile-+tipicos+1914.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Habitantes típicos de Chile en 1914</td></tr>
</tbody></table>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjrF1xdkM6rMEgju6I8fJDu8nXIwXZHKX3AzIZCf60aTMELp7P9zoiJXOZLq_As093QAeME8svFRLa2X3PlVeJjA5szcXOjm4fltxtxJCX6dBq80i7-Vek4Zz1CGm-QY2_y1qx7lWvN82c/s1600/Campesinos+chilenos.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="559" data-original-width="837" height="426" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjrF1xdkM6rMEgju6I8fJDu8nXIwXZHKX3AzIZCf60aTMELp7P9zoiJXOZLq_As093QAeME8svFRLa2X3PlVeJjA5szcXOjm4fltxtxJCX6dBq80i7-Vek4Zz1CGm-QY2_y1qx7lWvN82c/s640/Campesinos+chilenos.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Campesinos chilenos</td></tr>
</tbody></table>
Muchos de ellos
son descendientes ilegítimos de los héroes de la conquista que llegaron solos
de España. Pero los blancos forman la gran mayoría del país y muchos son rubios
y con ojos azules por proceder sus abuelos de las vascongadas y otras provincias
del norte de España.</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Chile debe su grandeza y su prosperidad al propio esfuerzo.
No ha necesitado de la inmigración europea, como la Argentina, para su desarrollo y su
progreso. Por esto las colonias extranjeras residentes en Chile son poco
numerosas. El comercio pertenece a los extranjeros, en gran parte; pero la
agricultura, la ganadería, la industria están en manos de los hijos del país,
que muestran una gran afición al trabajo y un espíritu progresivo. La
agricultura chilena rivaliza con la de los Estados Unidos. Sus sistemas de
irrigación son notables y los ha construido el hijo del país desde hace muchos
años.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
El chileno es un trabajador incansable y con grandes
iniciativas. Su audacia no reconoce obstáculos. Estas mismas virtudes de su
enérgica personalidad le hacen resultar sobradamente atrevido y algo peligroso
para los que están en contacto con él.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Todos los pueblos de la América del Sur son belicosos; pero
el único pueblo verdaderamente militar es Chile.</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
En las otras repúblicas el campesino muestra con frecuencia
cierta predilección por las revoluciones y las luchas civiles, haciendo la
guerra en bandas que cambian de jefe y no reconocen una disciplina seria.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
El chileno sólo comprende la guerra a estilo de soldado,
vistiendo un uniforme, aleccionándose en un cuartel, obedeciendo ciegamente a
sus superiores.<o:p></o:p><br />
Tal vez este espíritu militar y disciplinado es una herencia
de sus abuelos españoles.</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
España sólo tuvo guerras en América durante los primeros
cincuenta años posteriores al descubrimiento. Luego envió a los países
conquistados mercaderes, agricultores, mineros y religiosos, limitándose a
mantener la seguridad de sus colonias al otro lado del mar con milicias locales
y escasos contingentes de tropas de la península.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
El único país americano donde no cesó nunca la guerra fué
Chile. Los indomables indios araucanos mantuvieron su resistencia durante tres
siglos y únicamente en el segundo tercio del siglo XIX la república chilena consiguió
dominarlos para siempre.<o:p></o:p><br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjUggdwcEEHNCIeiVAhXgy1wh_S0h_99h2URbXafSWTQCuFmK1X-SqDuFUkTAVu7T5hNzQPh2MXx6hDsKW-ueLgnk5T9TDu5a8n6k_coJ0ezJFLM-s5MG6JcXCsJwTqw5Y30fPrjS_dDd4/s1600/indios+ar.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="371" data-original-width="639" height="370" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjUggdwcEEHNCIeiVAhXgy1wh_S0h_99h2URbXafSWTQCuFmK1X-SqDuFUkTAVu7T5hNzQPh2MXx6hDsKW-ueLgnk5T9TDu5a8n6k_coJ0ezJFLM-s5MG6JcXCsJwTqw5Y30fPrjS_dDd4/s640/indios+ar.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Indios chilenos</td></tr>
</tbody></table>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiiVumhjsXNK0aQsgyAqTQmi_k1U867ihYz5TezBL-aM0ipSYvY7ldjN28YLsDs04T4q69CEP9RsGi0KymjMnRuCKLLEePxkW-OGyehd_rDW8LK6Gewry0x2_w_aStgUKLw66LTD4BkpcQ/s1600/selknam.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="324" data-original-width="493" height="420" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiiVumhjsXNK0aQsgyAqTQmi_k1U867ihYz5TezBL-aM0ipSYvY7ldjN28YLsDs04T4q69CEP9RsGi0KymjMnRuCKLLEePxkW-OGyehd_rDW8LK6Gewry0x2_w_aStgUKLw66LTD4BkpcQ/s640/selknam.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption">Indios Selknam del sur de Chile</td></tr>
</tbody></table>
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
A causa de esto, durante todo el período de la colonización
España estuvo enviando soldados a Chile para que guarneciesen y defendiesen la
frontera con el valle del Arauco. Producto del cruzamiento de estos soldados de
los tercios españoles nobles y aventureros con las indígenas del país son en
gran parte los mestizos actuales, que muestran una predisposición especial a la
vida militar y su disciplina.<o:p></o:p><br />
La mujer chilena ha merecido siempre grandes elogios de todos los que visitaron el país.<br />
Las chilenas son por lo general de un tipo de belleza criolla, con la tez pálida, los ojos y la cabellera negros, y una gran distinción en sus maneras suaves y graciosas.<br />
<br /></div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; margin-left: 1em; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgTPXHtnqsFPll52_o6kUb1nctOk4uHMBalx-HRcoJzZZsoiROAmSW-4MAe2MMka3pAwbMxBGnokCwTc2JsR8T2b13foUmZFLGe1cDp31TXJZSCesMdKjnAm4bHlQoRhOnsjKp7UdHf0j0/s1600/Elena+Ortuzar%252C+joven.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="580" data-original-width="427" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgTPXHtnqsFPll52_o6kUb1nctOk4uHMBalx-HRcoJzZZsoiROAmSW-4MAe2MMka3pAwbMxBGnokCwTc2JsR8T2b13foUmZFLGe1cDp31TXJZSCesMdKjnAm4bHlQoRhOnsjKp7UdHf0j0/s400/Elena+Ortuzar%252C+joven.jpg" width="293" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
Mujer chilena joven: Elena Ortúzar </div>
<div class="MsoNormal">
Fue la segunda esposa de
V. Blasco Ibáñez<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal">
Pero también se ven entre ellas
muchas rubias de ojos azules por ser de origen vasco-español o hijas de matrimonios
de ingleses con damas del país.</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
De todas las mujeres de la América del Sur, la chilena es la
que se asemeja más por su modo de vivir a las americanas del norte.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Guarda de las costumbres tradicionales todo lo que puede
embellecerla, proporcionándole el atractivo del misterio. Por las mañanas va a
la iglesia envuelta en el famoso «manto» negro, especie de mantilla que le
cubre la cabeza y el busto, arreglado en artísticos pliegues, y que realza los
encantos de su belleza criolla.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Pero aquí termina su adhesión a las antiguas costumbres
coloniales. Las jóvenes se educan en liceos que han sido organizados desde hace
muchos años por profesoras norteamericanas. Rompiendo con una preocupación que
es casi general en la América del Sur, las señoritas van solas por las calles.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Muchos empleos en las oficinas públicas, el servicio de los
tranvías y otras funciones están confiados a las mujeres, que pueden de tal
modo ganar su vida con cierta independencia. Esta relativa emancipación femenil
es desconocida en las otras repúblicas hispanoamericanas.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
La mujer se interesa con más asiduidad que el hombre por la
literatura y las artes lo mismo que ocurre en los Estados Unidos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
El chileno robusto, vigoroso, parco en palabras y
generalmente serio, sólo piensa en su
trabajo, con centrando en él todas sus energías.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
La mujer lee por él en la mayor parte de los casos y
embellece la vida del hogar con sus conocimientos y sus gustos artísticos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
</div>
<div class="MsoNormal">
<br />
<br /></div>
<div style="text-align: center;">
<b><span style="color: #660000; font-size: large;">LA AMÉRICA ESPAÑOLA</span></b></div>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhHOjDZNcxPEbHV1m_Vckgd2nmmfcxkFXtNfarr4O5kBMJZaa2DMSd7gMLo4WlT4szTN6iv_Md5_JLeWlee_0vk3XfFXGkPQx07zVJn27YEupefQ5vUw1E4ldyWMCj72QxDVha87pSFGjY/s1600/mtv1.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1067" data-original-width="1600" height="426" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhHOjDZNcxPEbHV1m_Vckgd2nmmfcxkFXtNfarr4O5kBMJZaa2DMSd7gMLo4WlT4szTN6iv_Md5_JLeWlee_0vk3XfFXGkPQx07zVJn27YEupefQ5vUw1E4ldyWMCj72QxDVha87pSFGjY/s640/mtv1.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
<i>Calle de 25 de Mayo,
Montevideo. </i>Foto: Unión Pan-Americana<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Serían necesarios muchos volúmenes para describir las
diversas fisonomías de tantas repúblicas americanas de origen español.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Hay que darse cuenta de la variedad y la importancia de tan
numerosos y diversos pueblos: el Uruguay de dilatadas llanuras cubiertas de
rebaños, con su capital Montevideo de refinada civilización; el Paraguay de
bosques paradisíacos; Bolivia, llamada en otro tiempo el alto Perú, que posee
minas de casi todos los metales conocidos y tiene sus ciudades en alturas donde
parece imposible que pueda vivir el hombre normalmente; el Perú que fué en los
tiempos de la colonización española el centro de toda la vida de la América del
Sur, que poseyó riquezas incalculables y llama la atención de todos los que le
visitan por la aristocracia de sus costumbres, la elegancia de sus mujeres y la
distinción de sus familias, restos históricos de un pasado glorioso; Ecuador con
su gran puerto de Guayaquil en plena zona tórrida y su capital Quito en una
altura fría, más arriba de las nubes; Colombia, la docta, patria de
universitarios; Venezuela, la cuna de la libertad hispanoamericana; las seis
repúblicas que forman la América Central; Cuba y Puerto Rico emergiendo sobre
el mar de las Antillas como dos jardines de riqueza eternamente renovada; y
Méjico, que a pesar de los conflictos e incidentes de su desarrollo político,
tiene una vida industrial semejante a la de las naciones más civilizadas y un
porvenir económico halagüeño y seguro.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiiZZpXJoN3gkccy8NObrQGnaefkyi0o31ZNPXWvHhkAqqak0_JjJXnryqbEmXc6l2kumElptAJoAj3EoSmtwxxs-iyuVlB20xmBye7Bjptfsxtbdt4CULwyiZCoxBuSLQcXFaDyOf9o8c/s1600/mtv3.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1065" data-original-width="1600" height="424" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiiZZpXJoN3gkccy8NObrQGnaefkyi0o31ZNPXWvHhkAqqak0_JjJXnryqbEmXc6l2kumElptAJoAj3EoSmtwxxs-iyuVlB20xmBye7Bjptfsxtbdt4CULwyiZCoxBuSLQcXFaDyOf9o8c/s640/mtv3.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
<i>Plaza Cagaucha,
Montevideo. </i>Foto: Unión Pan-Americana<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjdTpYl_vDJnasOfQw-gIKXTAqVu6pIKaoz6-eW4Wpml7hmqrly8gNeGHCe0LDgmBrS4exGIES1F-keMLKv5XvP2UbFSWFy19Nf8z3wGfGVPb1LFtA-xDzPzhgTsum5cnyx0WMQ5PkiFmc/s1600/mtv2.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1017" data-original-width="1600" height="406" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjdTpYl_vDJnasOfQw-gIKXTAqVu6pIKaoz6-eW4Wpml7hmqrly8gNeGHCe0LDgmBrS4exGIES1F-keMLKv5XvP2UbFSWFy19Nf8z3wGfGVPb1LFtA-xDzPzhgTsum5cnyx0WMQ5PkiFmc/s640/mtv2.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
<i>Palacio del presidente.
</i>Foto: Unión Pan-Americana<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><img border="0" data-original-height="1021" data-original-width="1600" height="408" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjuLCMu3nKo1dGKYaSmMZBGJ-LC7C8pEL52mQOoTAg_2MSPmCPaxsVbXnEa5v4E38MpAPXWerDUwtI2H8__ucDcST36J8cn46rXIFXDxBuIOc9XdaZOLEW565tenni4ncI8Cbg1DPG8be8/s640/colombia.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;" width="640" /></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
<i>Palacio del gobierno,
Bogotá, Colombia. </i>Foto: Unión Pan-Americana<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjuLCMu3nKo1dGKYaSmMZBGJ-LC7C8pEL52mQOoTAg_2MSPmCPaxsVbXnEa5v4E38MpAPXWerDUwtI2H8__ucDcST36J8cn46rXIFXDxBuIOc9XdaZOLEW565tenni4ncI8Cbg1DPG8be8/s1600/colombia.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"></a></div>
<div class="MsoNormal">
Todos estos pueblos son comparables a los hijos de una misma
familia que no pueden tener nunca una edad igual ni encontrarse en un estado
idéntico de desarrollo.</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Los mayores han llegado ya a la madurez de una existencia
próspera y tranquila; los menores están aún en las crisis de la pubertad, en el
desequilibrio del crecimiento.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Llegará un día en que igualándose todos alcanzarán una
existencia armónica y regular, y la llamada América española obtendrá el mismo
grado de progreso que ha obtenido desde hace muchos años la América del Norte.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Los países hispanoamericanos necesitan gente. «No será el
humo de las batallas — dijo el argentino Alberdi — sino el humo de las
locomotoras el que liberte a Sud América de su principal enemigo, que es el
desierto.»<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
La población excedente y ansiosa de fortuna de las naciones
de Europa ha emprendido la marcha hacia la América del Sur, «país de esperanza»
en el que todos radican sus ilusiones y ensueños.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
El ansia de mejorar de posición, la fiebre de aventuras,
arrastran por igual lo bueno y lo malo, lo útil y lo inservible; de aquí que no
toda la corriente inmigratoria quede en América del Sur, y que un sobrante
vuelva a Europa. Arraigan en los países sudamericanos las gentes sobrias,
trabajadoras y fuertes; son repelidos como elementos incapaces de asimilarse
los viciosos, los indolentes y los débiles.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
En la América del Sur hay que trabajar mucho más que en
Europa. Los que se imaginan que allá van a llevar una vida de regalada
holganza, están destinados a sufrir las más crueles desilusiones. En cambio, a
los animosos y fuertes les aguardan gratas sorpresas, pues en ninguna parte del
mundo consigue el trabajo mayores ganancias ni se ofrecen ocasiones más favorables
para ejercer la actividad.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Los tres factores de la riqueza sudamericana son: la
agricultura, la ganadería y el comercio. A ellos hay que añadir la industria,
que en estos momentos empieza a desarrollarse.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
El agricultor, el hombre de pastoreo, el dependiente de
comercio, el obrero hábil en las artes manuales, puede embarcarse sin temor con
rumbo a la tierra sudamericana. Hay en ella espacio, trabajo abundante y
bienestar para todos, Estos son los hombres que necesitan las jóvenes
repúblicas.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Los que jamás tuvieron una profesión determinada y carecen
de energía para improvisarla en el Nuevo Mundo, ésos, fatalmente, están
destinados a engrosar la muchedumbre inútil amontonada en Buenos Aires y otras
grandes ciudades, sin pan y sin tranquilidad, como un sedimento de la corriente
inmigratoria.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Vayan allá labradores, comerciantes y obreros manuales.
Quédense en sus países abogados, médicos y empleados, si es que no se sienten
con valor para cambiar de profesión.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Las comarcas poco pobladas de la América del Sur necesitan
brazos e iniciativas. En sus ciudades hay de sobra doctores y aspirantes a
empleos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Los pequeños capitalistas del viejo mundo que viven
estrechamente del producto de una renta módica, conocerán la abundancia y la
verdadera fortuna trasladándose a estos países, donde tantas cosas hay todavía
por hacer.</div>
<div class="MsoNormal">
Un pequeño capital, por exiguo que sea, en manos de un
hombre activo, es en el Nuevo Mundo algo semejante a la vara legendaria de
Moisés, que hacía surgir agua de las peñas. Allí donde toque le contestará la
riqueza natural de estas tierras privilegiadas, surgiendo a borbotones.</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<br />
<br />
<br />
<br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
Marga Predahttp://www.blogger.com/profile/07698563453867139965noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-2820100463319832693.post-89642379442684068442017-04-30T15:04:00.000-07:002019-05-10T04:07:11.336-07:00Domingo de homenaje, en 1900<br />
<div class="MsoNormal">
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgG8G_3mxOYE9SRR-X67S2I8O8hSzmUIfxojsUpvN_FgYDYgO3jcggrxT8EHsIzVj8tp3ZEl8OdpkLThhkaeT9k7NqOZbSF4jkcd7gIrGT2NAoRrcSENTcp10Mz5LQg7ExNsGEKxLky3_0/s1600/1900+Homenaje+a+Blasco+Iba%25C3%25B1ez+en+el+Retiro+de+Madrid+-9+diciembre.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="408" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgG8G_3mxOYE9SRR-X67S2I8O8hSzmUIfxojsUpvN_FgYDYgO3jcggrxT8EHsIzVj8tp3ZEl8OdpkLThhkaeT9k7NqOZbSF4jkcd7gIrGT2NAoRrcSENTcp10Mz5LQg7ExNsGEKxLky3_0/s640/1900+Homenaje+a+Blasco+Iba%25C3%25B1ez+en+el+Retiro+de+Madrid+-9+diciembre.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
<i>El escenario del
Teatro de los jardines durante el banquete celebrado en honor de Blasco Ibáñez</i>.
</div>
<div class="MsoNormal">
Foto: C. Franzen. Madrid, 9 de diciembre de 1900. <o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
</div>
<div style="text-align: center;">
<i style="color: #990000; font-family: verdana, sans-serif; font-size: xx-large; text-indent: -24px;">EL BANQUETE EN HONOR A BLASCO IBÁÑEZ</i></div>
<div style="text-align: center;">
<div style="text-align: right;">
<span style="text-align: left;"><br /></span><span style="text-align: left;">por Alfredo OPISSO</span><br />
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit; text-align: left;"><span style="text-align: right;">Él domingo, 9 del corriente, tuvo efecto en los Jardines del Retiro el banquete que en honor al insigne escritor D. Vicente Blasco Ibáñez organizaron sus amigos y admiradores para celebrar el brillante éxito alcanzado por su última novela </span><i style="text-align: right;">Entre naranjos</i><span style="text-align: right;">, digna hermana de </span><i style="text-align: right;">La Flor de Mayo </i><span style="text-align: right;">y </span><i style="text-align: right;">La Barraca</i><span style="text-align: right;">.</span></span></div>
<div style="text-align: center;">
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; margin-left: 1em; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi03WUzL_8KRXEwiDoePjJsd7E2UsuRUXT0_rhJqnDZUdeJqmR26LcvG4HRI97U1BBYyXuwn84kYyRTwjQGtQxW_Cnjx2W9pjR4XeACmEetko6obAeuvfUyFF13yR_gvVL6gGO90vfbQXc/s1600/1900+VBI+-diciembre+1900+-Homenaje.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi03WUzL_8KRXEwiDoePjJsd7E2UsuRUXT0_rhJqnDZUdeJqmR26LcvG4HRI97U1BBYyXuwn84kYyRTwjQGtQxW_Cnjx2W9pjR4XeACmEetko6obAeuvfUyFF13yR_gvVL6gGO90vfbQXc/s400/1900+VBI+-diciembre+1900+-Homenaje.jpg" width="311" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
Vicente Blasco Ibáñez en el año 1900<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<div style="text-align: left;">
<span style="text-align: right;"><br /></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="text-align: right;">Con decir que el local
estaba decorado bajo la dirección de Benlliure y Sorolla queda hecho su mayor elogio.
Las mesas estaban colocadas en el patio del Teatro; las galerías altas estaban adornadas
con banderas valencianas que en la parte media formaban un magnífico pabellón
rodeando el escudo de España y en el escenario aparecía reproducida una de las
descripciones hechas por Blasco Ibáñez de escenas de la vida rural valenciana:
dos casitas, la una con el típico emparrado y la otra una barraca fielmente
copiada del natural, ambas entre naranjos, mientras dos parejas con sus correspondientes
tamborilero, dulzainero, banda de guitarras y charanga animaban la fiesta. Así
las parejas como dos </span><i style="text-align: right;">llauraors</i><span style="text-align: right;"> que
cantaron la jota y varias </span><i style="text-align: right;">albaes</i><span style="text-align: right;">
vestían el traje del país.</span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: left;">
La distinguida concurrencia, compuesta de paisanos del
eminente escritor; periodistas, compañeros del valiente director de <i>El Pueblo</i>, y literatos admiradores del
gran novelista, en número de doscientas personas, tomó asiento en torno de seis
largas mesas, ocupando el sitio de honor Blasco Ibáñez, que tenía á su derecha
á una preciosa niña de ocho ó nueve años, hija del artista valenciano Simó, y á
ambos lados los hermanos Benlliure, Sorolla y los representantes americanos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: left;">
El menú se componía de platos típicos del país, luciendo sus
habilidades durante la comida los dulzaineros, guitarristas y demás. <o:p></o:p><br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg35fpwskF1AqzLE3GE_cMXNHM2Sb76Upz-wT5iTEi2oH8KwdGVTVZ2mPplDSV28Ocpa2YBefvf3dcukGXFFqmKfE-G2FusPZwmZk6bi2LVRBxyvkk604sqwUx4LiPEwIaJCGBGKQ-j3i4/s1600/1900+VBI+-diciembre+1900+-Homenaje+-+Retiro+-3a.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="380" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg35fpwskF1AqzLE3GE_cMXNHM2Sb76Upz-wT5iTEi2oH8KwdGVTVZ2mPplDSV28Ocpa2YBefvf3dcukGXFFqmKfE-G2FusPZwmZk6bi2LVRBxyvkk604sqwUx4LiPEwIaJCGBGKQ-j3i4/s640/1900+VBI+-diciembre+1900+-Homenaje+-+Retiro+-3a.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
<i>El escenario del
Teatro del Retiro, convertido en paisaje de la huerta valenciana</i>.<br />
Foto:
Calvet y Amador. Madrid, 9 de diciembre de 1900</div>
</td></tr>
</tbody></table>
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: left;">
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjJUVFnRggQ0ud03dNY-FqJh_-ITrgLhDwWQ51pR_tgQmr3puo70yug5MRB2yhybVdgGmrn41Xr1gYybbcQl9ALkm-wwOebUDoMzqc-E5pvZ79jzQlbvBIPIMuBeDcEwBl6i_zdVYN7oeY/s1600/Amalio+Jimeno+-+1906.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjJUVFnRggQ0ud03dNY-FqJh_-ITrgLhDwWQ51pR_tgQmr3puo70yug5MRB2yhybVdgGmrn41Xr1gYybbcQl9ALkm-wwOebUDoMzqc-E5pvZ79jzQlbvBIPIMuBeDcEwBl6i_zdVYN7oeY/s320/Amalio+Jimeno+-+1906.jpg" width="193" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
Amalio Jimeno en el año 1906</div>
<div class="MsoNormal">
(1852–1936)<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<br />
Al descorcharse el champagne, levantóse el brillante orador
y catedrático de medicina D. Amalio Jimeno para cumplir el encargo que se le había
conferido de saludar y felicitar á Blasco Ibáñez, lo cual hizo en un admirable
discurso, tan sentido como oportuno , encareciendo la constancia y laboriosidad
de Blasco, que le han llevado á conquistar la fama de que hoy goza en toda
España.<br />
Muy conmovido el ilustre autor á quien se festejaba, contestó
agradeciendo profundamente el espléndido agasajo con que se le obsequiaba y que
consideraba como elocuente manifestación de amor al Arte.<br />
El Sr. Blasco Ibáñez,
de cuya personalidad es difícil separar al artista del político dio muestras de
finísima discreción al dirigirse á un auditorio en que figuraban hombres de
todas las opiniones.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: left;">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: left;">
Al final del banquete llegó el Sr. Pérez Galdós, que abrazó
con efusión á su digno amigo y compañero, en medio del mayor entusiasmo de la
concurrencia. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: left;">
<br />
La fiesta terminó con
el disparo de una gran traca, que medía 500 metros y daba tres vueltas á los paseos
circulares que rodean el kiosko de la música. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: left;">
Figuraban entre los comensales los músicos Bretón, Chapí y
Serrano; Sorolla y Mariano Benlliure; Sánchez Pérez, Laserna, Villegas, Arimón,
López Allué; Celio Lucio, Alvarez y Paso; Palomero, Lustonó y Manrique de Lara;
Lope Silva; Ramiro Maeztu; Cavia, Nakens, Lerroux, López Ballesteros, Moróte,
Loma, Ovejero, Moya, Ortega Munilla, Francos Rodríguez, <i>Kasabal</i>; Canalejas, Capdepon, Aguilera, Gutiérrez Más, Mencheta,
Herrero, Ruiz Jiménez, Morayta y casi toda la minoría republicana; Salmerón y
García, Menéndez Pallares, Cánovas, Martos, Prieto y Caules, Pulido, Sánchez
Ortiz (D.Gerardo), Muro Azcárate, etc., etc. No se dirá que la cantidad
perjudicasen nada la calidad, pues más que difícil hubiera sido reunir á tantas
y tan ilustres personalidades para un acto cualquiera. <o:p></o:p><br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj_7FVk31rukrQJjSHg_A3vucH2vKPtjOF7551jlCMFojjemYgyL-4OJe753VQlnWvs6S_YPOp4dQnS67uGF3ofcbxi2icu54eiBdTFsDJY1CkL5KaNO7fVf9mdNjhTvzHWYXBjmHIcvyo/s1600/Homenaje+a+VBI%252C+1900+diciembre+9.Madrid-+c.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="288" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj_7FVk31rukrQJjSHg_A3vucH2vKPtjOF7551jlCMFojjemYgyL-4OJe753VQlnWvs6S_YPOp4dQnS67uGF3ofcbxi2icu54eiBdTFsDJY1CkL5KaNO7fVf9mdNjhTvzHWYXBjmHIcvyo/s640/Homenaje+a+VBI%252C+1900+diciembre+9.Madrid-+c.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
<i>Grupo de comensales</i>. </div>
<div class="MsoNormal">
Foto: Calvet y Amador. Madrid, 9 de diciembre de 1900<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: left;">
A la lista de notables personalidades que asistieron al
banquete y quedan enumeradas, aunque no todas, más arriba, hay que añadir las
que, por diversos motivos, no pudieron concurrir y enviaron expresivas cartas ó
telegramas de adhesión. Citemos entre otros á los ilustres Pérez Galdós, Picón
y Llórente. «La cariñosísima, paternal epístola de D. Teodoro, - dice Roberto Castrovido,- en la que recuerda
con legítimo orgullo haber sido el primero que adivinó en Blasco Ibáñez un gran
novelista, fue objeto de una grande ovación que demostró la admiración que en
este Madrid, tachado un tanto gratuitamente de ligero, se rinde al respetable
patriarca de las letras valencianas.» <o:p></o:p><br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhc4W6fmjx5tAJiGyBC5r56-xeoO_0f7CDfBr1NE4GYcQg05pcBjCWSyqI54dtsKnyRBRd6RunCieS_nJN2aLrflDm4UCqaK9Y6HSfG3tNfyo_Bp8rajFc413kKu3SUkf2IfKIfZor1rlI/s1600/1900+VBI+diciembre+1900+-Homenaje+-+Retiro.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="394" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhc4W6fmjx5tAJiGyBC5r56-xeoO_0f7CDfBr1NE4GYcQg05pcBjCWSyqI54dtsKnyRBRd6RunCieS_nJN2aLrflDm4UCqaK9Y6HSfG3tNfyo_Bp8rajFc413kKu3SUkf2IfKIfZor1rlI/s640/1900+VBI+diciembre+1900+-Homenaje+-+Retiro.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Homenaje a V. Blasco Ibáñez en El Retiro de Madrid, 9 de diciembre 1900</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjKpvX94FDEzo6F3QmRS6yhSrTdZBKTdhOmHNK5hKR4Sgq-EP4NuDNtMhzAytkvAquro9Dm2L4Kq9VkcddPtHSWylWRg3dkqS8G6UCxnvlrEuJTXvWHFmNw067Ieph7fPvipKn_GeHwaJQ/s1600/1900+VBI+-dic+Homenaje+a+Blasco+El+Retiro+de+Madrid%252C+diciembre+1900%252C+con+Benito+P%25C3%25A9rez+Gald%25C3%25B3s..jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="382" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjKpvX94FDEzo6F3QmRS6yhSrTdZBKTdhOmHNK5hKR4Sgq-EP4NuDNtMhzAytkvAquro9Dm2L4Kq9VkcddPtHSWylWRg3dkqS8G6UCxnvlrEuJTXvWHFmNw067Ieph7fPvipKn_GeHwaJQ/s640/1900+VBI+-dic+Homenaje+a+Blasco+El+Retiro+de+Madrid%252C+diciembre+1900%252C+con+Benito+P%25C3%25A9rez+Gald%25C3%25B3s..jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Homenaje a V. Blasco Ibáñez con la participación de B. Pérez Galdós, en El Retiro de Madrid, 9 de diciembre 1900</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
La verdad sea dicha no era muy difícil la adivinanza para
cuantos teníamos el placer y el honor de conocer algo íntimamente á Blasco
Ibáñez. De ahí que cuando publicó la <i>Flor
de Mayo</i> hubiese quienes no se aviniesen á considerar aquello como una <i>revelación</i>; no era más que otro paso en
la senda recorrida desde que Blasco Ibáñez comenzó á escribir. Porque todo lo
que ha escrito Blasco revela aquel poderoso talento, aquella vasta ilustración
y aquel brío que constituyen su inconfundible y gloriosa personalidad.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: left;">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: left;">
Porque no es solamente en la novela donde Blasco Ibáñez ocupa
un lugar entre los primeros sino también en la historia. Su grande obra sobre
la <i>Revolución Española</i> es suficiente
por sí sola á labrar una reputación y no precisamente por su vibrante estilo y
la valiente libertad con que se narran y aprecian los hechos sino aun por la
abundancia de datos y noticias, la maestría de la composición y la multitud de
nuevos puntos de vista que contiene. Allí está ya el Blasco Ibáñez observador,
sagaz y elocuentísimo de las novelas posteriores, que en suma son verdaderas
historias novelescas. Por lo mismo entienden muy mal los que suponen que Blasco
adelantó mucho en sus viajes al extranjero. No le eran menester para ser lo que
es, sin negar que pueden haber contribuido más ó menos al desarrollo de algunas
de sus facultades. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: inherit; text-align: left;"><span style="text-align: right;">IRIS se honró en asociarse al homenaje tributado al gran
novelista y al amigo queridísimo, estando representado por nuestro redactor D.
J. F. Sanmartín y Aguirre.</span></span><br />
<span style="font-family: inherit; text-align: left;"><span style="text-align: right;"><br /></span></span>
<span style="font-family: inherit; text-align: left;"><span style="text-align: right;"><span style="text-align: left;"><span style="color: #0c343d; font-family: "verdana" , sans-serif;">El artículo fue publicado por la revista semanal ilustrada <i>IRIS</i> de Barcelona, el 22 de diciembre de 1900</span><span style="color: #0c343d; font-family: "verdana" , sans-serif;">.</span></span><span style="color: #0c343d; font-family: "verdana" , sans-serif; text-align: left;"> </span></span></span></div>
</div>
</div>
Marga Predahttp://www.blogger.com/profile/07698563453867139965noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2820100463319832693.post-40346362585159297442017-04-27T03:19:00.001-07:002017-04-28T03:48:37.216-07:00Recordando a Sonnica la cortesana<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi7XbqKUqCVllffq3aAeYlYsueaWLLQOEoZGhlgqLY5UoCnS9Pgch2jJ2Vcn75A7VXX7EMR-LcEHD55s4QONMs14_Bpu4sI2e9Oo9CSTy4OXywIObOd5Mlq2HxDJjknWwSR6JAdJejhZcg/s1600/S%25C3%25B3nnica+la+cortesana.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi7XbqKUqCVllffq3aAeYlYsueaWLLQOEoZGhlgqLY5UoCnS9Pgch2jJ2Vcn75A7VXX7EMR-LcEHD55s4QONMs14_Bpu4sI2e9Oo9CSTy4OXywIObOd5Mlq2HxDJjknWwSR6JAdJejhZcg/s640/S%25C3%25B3nnica+la+cortesana.jpg" width="407" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
«Sonnica la cortesana», Editorial Prometeo, Valencia. 1923. Ilustrador:
Enrique Ochoa<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
<span style="font-family: inherit;">Vicente Blasco Ibáñez escribió su novela «<b>Sonnica la cortesana</b>» entre julio y septiembre
de 1901, en la Playa de la Malvarrosa; la </span>definia como la novela “<i>sobre Sagunto y su desesperada resistencia</i>”.<br />
<span style="font-family: inherit;">La primera edición del libro se publico en aquel
mismo año, por <i>F. Sempere y C</i></span><sup style="font-family: inherit;"><i>a</i></sup><span style="font-family: inherit;"><i>. Editores</i> de Valencia.</span><br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhR9gWLx6iZNEjnlOTTa-0CPTO2MjToU_4rFgIX0lR6OHOhB4_OEAqmUO8wsXQDzd995zvIEswEAEmsseCdciXIy45mxH3wqwfPxR7nsPLpEYJ1Sa2KN8FWu-RAy2SRP8susVKokSo4EwE/s1600/Sonnica%252C+Sempere-.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhR9gWLx6iZNEjnlOTTa-0CPTO2MjToU_4rFgIX0lR6OHOhB4_OEAqmUO8wsXQDzd995zvIEswEAEmsseCdciXIy45mxH3wqwfPxR7nsPLpEYJ1Sa2KN8FWu-RAy2SRP8susVKokSo4EwE/s400/Sonnica%252C+Sempere-.jpg" width="298" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
<i>Sonnica la cortesana</i>
- primera edición, 1901.</div>
<div class="MsoNormal">
F. Sempere y Ca. Editores. Valencia<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
<span style="font-family: inherit;">Muchos años más tarde, en 1923, cuando Blasco se había convertido en el más exitoso escritor español de su época a nivel internacional, y era un famoso personaje del mundo cinematográfico de </span>Hollywood, se publicaba en <i>Prometeo</i> de Valencia una nueva edición de «<b>Sonnica la cortesana</b>», con un prologo donde el autor confesaba como nació aquella obra:</div>
<div class="MsoNormal">
<br />
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: center;">
<i style="color: #990000; font-family: verdana, sans-serif; font-size: xx-large; text-indent: -24px;">AL LECTOR</i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: right;">
<div style="text-align: center;">
por <span style="color: #0c343d; font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><b>VICENTE BLASCO IBÁÑEZ</b></span><o:p></o:p></div>
</div>
<span style="font-family: inherit;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: right;">
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
</div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiki150O97sXU7W7BdswearFgPc5E93dYyX-TrZ3FwwErvOKGcEHCxizFRDeo05gWgb0O_3ked6QYFO1l_MfmWcalbRuJrIBdOA8sFItaDV79rulWOj_z5Zqd7aILtgGLOt6iALlZ8dPlU/s1600/Blasco+Iba%25C3%25B1ezl-r-+.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="287" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiki150O97sXU7W7BdswearFgPc5E93dYyX-TrZ3FwwErvOKGcEHCxizFRDeo05gWgb0O_3ked6QYFO1l_MfmWcalbRuJrIBdOA8sFItaDV79rulWOj_z5Zqd7aILtgGLOt6iALlZ8dPlU/s400/Blasco+Iba%25C3%25B1ezl-r-+.jpg" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">V. Blasco Ibáñez en su chalet de la Malvarrosa.</td></tr>
</tbody></table>
Esta obra la escribí en 1901, para completar con ella la
serie de mis novelas que tienen por escenario la tierra valenciana.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Había publicado ya <i>Arroz
y tartana</i>, <i>Flor de Mayo</i>, <i>La barraca</i> y <i>Entre naranjos</i>, que son la novela de la vida en la ciudad, de la
vida en el mar, de la vida en la huerta y de la vida en los naranjales. Tenía
entonces el proyecto de escribir <i>Cañas y
barro</i>, y para ello estudiaba la existencia de los habitantes del lago de la
Albufera. Pero antes de producir esta última obra sentí la imperiosa necesidad
de resucitar el episodio más heroico de la historia de Valencia, sumiéndome
para ello en el pasado, hasta llegar á los primeros albores de la vida nacional.
Y abandonando la novela de costumbres contemporáneas, la descripción de lo que
podía ver directamente con mis ojos, produje una obra de reconstrucción arqueológica
más ó menos fiel, una novela de remotas evocaciones. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br />
<br />
Con esto realicé un deseo de mi adolescencia, cuando empezaba
á sentir las primeras tentaciones de la creación novelesca. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Siendo estudiante, en vez de entrar en la Universidad huía
de ella las más de las mañanas para vagar por los campos ó por la orilla
mediterránea, encontrando á esto mayor seducción que al conocimiento de las
verdades muchas veces discutibles del Derecho. Al caminar por los senderos de
la huerta valenciana se ve siempre en el horizonte, por encima de las
arboledas, una colina roja que es la estribación más avanzada, de la sierra de Espadán,
el último peldaño de las montañas que se escalonan en descenso hasta el mar.
Sobre su cumbre, como amarillentas y sutiles pinceladas, se columbran los muros
de un vasto castillo. Allí está Sagunto. <o:p></o:p><br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjTBjpw95DRP7oM3f16Nd_klemS3-zwi8yNWkHvdgknyx3TAbwzw0X_Ag7pv8ylEmeaG9yb5D8t72kgmXoQa28mhva_8aAoEnPdINsPtOmrckioLF6We4CGV8dASK8g6B-7nm8HQzAmIN4/s1600/Sagunto+1905-3.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="436" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjTBjpw95DRP7oM3f16Nd_klemS3-zwi8yNWkHvdgknyx3TAbwzw0X_Ag7pv8ylEmeaG9yb5D8t72kgmXoQa28mhva_8aAoEnPdINsPtOmrckioLF6We4CGV8dASK8g6B-7nm8HQzAmIN4/s640/Sagunto+1905-3.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Vista
del Castillo de Sagunto "<i>desde las eminentes
troneras del “Eco”. Al fondo limita la fortaleza sobre las últimas
estribaciones de la Sierra de Espadán</i>.<br />
Año 1905. Fotógrafos: Hoyos y Lita</td></tr>
</tbody></table>
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; margin-left: 1em; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhjQEhdYmKCeYcG6-0hY1mgDfEtWfJpUtNYGey3Ysy5FnTns-Al-lyq_ZLLkUgiaDCCWOzvRKXy3JjgXO6tVvBTPknVgDHXsQvMn9_D-yuctc2RteNh5cKnyBdTE1bcXiVq9yk_Lhyphenhyphen8UGY/s1600/Blasco+Iba%25C3%25B1ez%252C+Malvarrosa%252C+1901-2.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhjQEhdYmKCeYcG6-0hY1mgDfEtWfJpUtNYGey3Ysy5FnTns-Al-lyq_ZLLkUgiaDCCWOzvRKXy3JjgXO6tVvBTPknVgDHXsQvMn9_D-yuctc2RteNh5cKnyBdTE1bcXiVq9yk_Lhyphenhyphen8UGY/s400/Blasco+Iba%25C3%25B1ez%252C+Malvarrosa%252C+1901-2.jpg" width="280" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
Vicente Blasco Ibáñez en la Malvarrosa. <o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<br />
También al vagar por la playa, ante la llanura del Mediterráneo,
azul á unas horas, verde á otras ó de color violeta, pensaba en todos los
personajes interesantes que dominaron este mar, saltando sobre él en sus
caballos de leño, desde los navegantes homéricos hasta los corsarios cristianos
y los piratas berberiscos que sostuvieron una guerra milenaria.<br />
Y muchas veces
me dije, con mi entusiasmo de novelista aprendiz, que algún día, escribiría dos
novelas: una sobre Sagunto y su desesperada resistencia; otra que tendría por
héroe al Mediterráneo. Esta última novela tardé muchos años en producirla, y es
<i>Mare nostrum</i>.<br />
Mi novela de Sagunto
nació antes.<br />
Tal era mi deseo de hacerla, que, como ya he dicho, interrumpí mis novelas valencianas contemporáneas para que pasase delante de <i>Cañas y barro</i>.</div>
<div class="MsoNormal">
<br />
Al poco tiempo de haber empezado á escribir SONNICA LA CORTESANA casi me arrepentí de este trabajo. Tuve que realizar vastos y monótonos estudios para no desistir de mi empeño.<br />
Casi siempre, en libros de esta clase, el éxito responde con parquedad á las grandes labores preparatorias que exigen. Necesité rehacer mis estudios latinos del bachillerato para leer algunas obras antiguas que tratan de la heroica resistencia de Sagunto y su destrucción.<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiCCy1QvtRuidLokM5TMaRksjb_GtdxXMiV-NQTbNjVZDLYqQuB2FUWAB_J-hly2GNbZz-XXdQTNwn2972sPndwfJxkXHf_IoZ9aKt7fOwWUUz1fXHsGo5mHiOEEhcMe8ifj89uYvfVF9A/s1600/Sagunto+1905-1.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="466" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiCCy1QvtRuidLokM5TMaRksjb_GtdxXMiV-NQTbNjVZDLYqQuB2FUWAB_J-hly2GNbZz-XXdQTNwn2972sPndwfJxkXHf_IoZ9aKt7fOwWUUz1fXHsGo5mHiOEEhcMe8ifj89uYvfVF9A/s640/Sagunto+1905-1.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
<i>Detalles de las ruinas
del Teatro Romano y cumbres de la montaña donde está emplazado el Castillo</i>.
</div>
<div class="MsoNormal">
Año 1905. Fotógrafos: Hoyos y Lita<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg3FpoHvITp9jYNVn-OiedGTMAUyFIAxUTjSVhgNW42-Q-asoTjLWhQCelqqxuiZzPQ2kIW_r1k3SFVEbxBrsntRIFPmMCl3wfDuWckOK2K7lL1VYO36e1aoVD5RI88gYgT6i9KcaO6JIg/s1600/Sagunto+1905-5.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg3FpoHvITp9jYNVn-OiedGTMAUyFIAxUTjSVhgNW42-Q-asoTjLWhQCelqqxuiZzPQ2kIW_r1k3SFVEbxBrsntRIFPmMCl3wfDuWckOK2K7lL1VYO36e1aoVD5RI88gYgT6i9KcaO6JIg/s640/Sagunto+1905-5.JPG" width="452" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
<i>Una calle de Sagunto,
por la cual se sube al Castillo</i>. Año
1905. Fotógrafos: Hoyos y Lita<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjlFkueBkOK7mFXaQRZI9nxiIHqjnVb6Qgryw7hVu2YY0uJYJMafsim9koOQ0Wgcf57H2pKGKhvmhqH8yr3M4LKc0sgWAI10XsapvZ4uEO1tbLwTeoAT5WZ1fD_yBgkchS59EJZ_adC88w/s1600/Sagunto+1905-2p.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjlFkueBkOK7mFXaQRZI9nxiIHqjnVb6Qgryw7hVu2YY0uJYJMafsim9koOQ0Wgcf57H2pKGKhvmhqH8yr3M4LKc0sgWAI10XsapvZ4uEO1tbLwTeoAT5WZ1fD_yBgkchS59EJZ_adC88w/s640/Sagunto+1905-2p.jpg" width="468" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
<i>Subida al Castillo de Sagunto</i>. Año 1905. Fotógrafos: Hoyos y Lita<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
Al llegar aquí considero necesario hacer dos
manifestaciones.</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Siempre ha existido una crítica ligera, que juzga los libros
muchas veces sin leerlos y emite sin embargo su juicio con la gravedad del que
da una sentencia irrevocable. Á esta crítica le basta una semejanza de títulos ó
una identidad de ambiente entre dos novelas, para declarar que la una procede
de la otra, aunque examinadas por alguien que verdaderamente las ha leído no presenten
ningún parentesco común. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Como en SÓNNICA LA CORTESANA uno de los personajes principales,
tal vez el de mayor relieve, es Hannibal, y se habla de la llamada «guerra
inexorable» que Cartago sostuvo con sus mercenarios, algunos, cuando apareció la
presente novela, hicieron alusiones (pero con timidez) á <i>Salambó</i>, la obra inmortal de Flaubert. <o:p></o:p><br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgz_prFUj4DPkOBCtmN1Mmp_HsmdoZfuKJaEA7NqJpBfI1d2gMURU05CKwHUKV28SV080HVYCh4R2XOJAV2-gAY8PT08eiFabRu5QNssDeVOaiR5O_zo5d83zBtyI1oNQFm56tLyA2lpEI/s1600/Sagunto+1905-6.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="468" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgz_prFUj4DPkOBCtmN1Mmp_HsmdoZfuKJaEA7NqJpBfI1d2gMURU05CKwHUKV28SV080HVYCh4R2XOJAV2-gAY8PT08eiFabRu5QNssDeVOaiR5O_zo5d83zBtyI1oNQFm56tLyA2lpEI/s640/Sagunto+1905-6.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
<i>Únicos restos que se
conservan de la muralla saguntina por ser el lugar que sirvió a Anibal de
entrada</i>. </div>
<div class="MsoNormal">
Año 1905. Fotógrafos: Hoyos y Lita<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
No es necesario insistir en esto. Los que hayan leído ambas
novelas saben á qué atenerse. Pero yo aprovecho la ocasión para declarar
lealmente que SÓNNICA es una novela que debe mucho á otro libro. Para
escribirla me inspiré en el poema sobre la segunda guerra púnica del poeta
latino Silvio Itálico, autor romano del principio de la decadencia, nacido en
España. Esto no lo ha dicho ningún crítico, y tal vez no lo habría dicho nunca,
pues son contados los que se acuerdan de leer el citado poema. Yo, como he
manifestado antes, tuve que repasar mi latín para conocer la obra de Silvio
Itálico, y algunos de mis personajes secundarios los he sacado de ella, así
como determinadas escenas. <o:p></o:p><br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiaShAnn0G7QMkjpBKWZEjLwlA2AioRAV1AsQPv3HjQpc65nnQ2FHcpMdm1B9NmxJzLCajZS15K-Uo7K8SniJ-NENiTDCRkARsIVngkKW5MtkpODB4uPmb_je3jdpiaj_JWRP5rlVuol1Y/s1600/Sagunto+1905-4.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="420" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiaShAnn0G7QMkjpBKWZEjLwlA2AioRAV1AsQPv3HjQpc65nnQ2FHcpMdm1B9NmxJzLCajZS15K-Uo7K8SniJ-NENiTDCRkARsIVngkKW5MtkpODB4uPmb_je3jdpiaj_JWRP5rlVuol1Y/s640/Sagunto+1905-4.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
<i>Puerta meridional del
Circo saguntino</i>. Año 1905. Fotógrafos: Hoyos y Lita<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Dicho poeta no fué contemporáneo de la trágica resistencia de
Sagunto, pero la cantó pocos siglos después, pudo conocer todavía frescas las
tradiciones orales de famoso suceso, y por ello le seguí con una preferencia especial
sobre otros autores de consulta. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
También debo decir que como SÓNNICA LA CORTESANA se publicó
cuando la novela histórica tenía muchos cultivadores, á consecuencia del gran
éxito momentáneo de <i>Quo vadis</i>, del
polaco Sienkiewicz, y <i>Afrodita</i>, de Pierre
Louis, algunos creyeron que escribí la presente obra por seguir una moda
literaria. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Ya he manifestado que esta novela la pensé en mis años de
estudiante. Luego vi en ella un complemento de mi obra sobre la tierra natal. <o:p></o:p><br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhMO2v7Mt1vXMDUvQaFXB7RXrYn-rHVHXkCHo11W_1W_vMX7OCfotur197G3d-rNYHwGjzjuCnYNUUDsjrFIRHn9dmCuTMtYuiXncfkv970Zowm6Cc_VkGrMXE42-xK5dmcMlmvelntnE8/s1600/1909-Sagunto-p.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="412" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhMO2v7Mt1vXMDUvQaFXB7RXrYn-rHVHXkCHo11W_1W_vMX7OCfotur197G3d-rNYHwGjzjuCnYNUUDsjrFIRHn9dmCuTMtYuiXncfkv970Zowm6Cc_VkGrMXE42-xK5dmcMlmvelntnE8/s640/1909-Sagunto-p.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div class="MsoNormal">
Postal de Sagunto. Año 1908<o:p></o:p></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Había descrito ya la vida valenciana tal como puede verse
directamente, y necesité realizar esta excursión por su pasado más remoto. Las
promesas entusiásticas hechas en nuestra juventud nos acompañan siempre como un
remordimiento si no las cumplimos. Muchas veces, tendido en la playa á la
sombra de una barca ó en los cañares que bordean las acequias de la huerta, al
ver sobre el azul del horizonte la colina roja de Sagunto y sus baluartes
amarillos, prometí á la ciudad heroica que escribiría una novela describiendo su
sacrificio... cuando llegase á ser un novelista. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Y cumplí mi palabra.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: right;">
V. B. I.<o:p></o:p></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: right;">
1923<o:p></o:p><br />
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="text-align: right;">Hoy, </span><span style="text-align: right;"> </span><span style="text-align: right;">la novela<a href="http://bdh-rd.bne.es/viewer.vm?id=0000048077&page=1"> «Sonnica la cortesana» </a>se puede leer online:</span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="text-align: right;">http://bdh-rd.bne.es/viewer.vm?id=0000048077&page=1</span></div>
</div>
<div style="text-align: center;">
<b style="color: #660000;"><span style="font-size: large;"><span style="font-family: "georgia";">* </span><span style="font-family: "georgia";">*</span><span style="font-family: "georgia";"> </span><span style="font-family: "georgia";">*</span></span><span style="font-family: "georgia"; font-size: medium;"> </span></b></div>
<b>ANEXO</b>:<br />
<div class="MsoNormal">
En octubre de 1905, Blasco iniciaba en Madrid un nuevo
proyecto editorial: la colección titulada <b><i>La Novela ilustrada</i></b>. Según se
publicitaba en la prensa de la época, la publicación, <i>de cuya dirección literaria está en cargado el conocido novelista
Blasco Ibáñez, se propone dar al público obras de los mejores autores españoles
contemporáneos junto con otros que serán traducidas por primera vez al español.<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i>La finalidad de este
diario es publicar las novelas en tales condiciones de baratura, que estén al
alcance a todos los lectores, perdiendo la gran masa popular el gusto por las
narraciones disparatadas y tremebundas para solazarse con obras de verdadero
arte</i>.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Desde enero de 1906, en la colección «<b><i>La</i></b> <b><i>Novela ilustrada</i></b>» se
comenzaba la publicación de «<i><b>Sonnica la
cortesana</b></i>» con las ilustraciones realizadas por Losé Pedraza. <o:p></o:p></div>
A continuación se reproducen las imágenes de aquella publicación:<br />
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj78CuLBBfepI0adtRddz-6LIIzqyWjR87V_8NG-iwMJ_ki-JUuogmKB8cvZ3_tdV4GYIwYg2kJiflEu2XqREEozarBdBEp8GaGCjT2RgVfwP1s1iPJ3j0wBzkWLT3Fnk5xF34-k2V23DE/s1600/Sonnica%252C+la+cortesana%252C+Blasco+Ib%25C3%25A1%25C3%25B1ez-05.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj78CuLBBfepI0adtRddz-6LIIzqyWjR87V_8NG-iwMJ_ki-JUuogmKB8cvZ3_tdV4GYIwYg2kJiflEu2XqREEozarBdBEp8GaGCjT2RgVfwP1s1iPJ3j0wBzkWLT3Fnk5xF34-k2V23DE/s640/Sonnica%252C+la+cortesana%252C+Blasco+Ib%25C3%25A1%25C3%25B1ez-05.jpg" width="416" /></a></div>
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi6xcT2V508oOoAdTYBidfp-TQF1xw-hDXrh26boSR8Y7msZqgAypLZXTGzuA6czItVKL4BVOEtFMsKyQ4Eegv3hb77di_sllvWX7_oTt_Kv1xLE9jnDe76VEgYi-KwG6qmdzaT4FY3cTA/s1600/Sonnica+1906+F.+Pedraza+-1.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi6xcT2V508oOoAdTYBidfp-TQF1xw-hDXrh26boSR8Y7msZqgAypLZXTGzuA6czItVKL4BVOEtFMsKyQ4Eegv3hb77di_sllvWX7_oTt_Kv1xLE9jnDe76VEgYi-KwG6qmdzaT4FY3cTA/s640/Sonnica+1906+F.+Pedraza+-1.jpg" width="418" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEggY0Jbb7vwO4GukPR3HU1zUIAm5x_0ODKNF43zJnT9U0vnXFgn1CRCJCGr05l_pGwnvZrAgGn4AsyOt6emWQ9MpAkcu9VZlQ3-JGMYhvPXMd0IUzpzg5IzlaCI8fesaIDf7FiJWJbxsaQ/s1600/Sonnica+1906+F.+Pedraza+-2.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEggY0Jbb7vwO4GukPR3HU1zUIAm5x_0ODKNF43zJnT9U0vnXFgn1CRCJCGr05l_pGwnvZrAgGn4AsyOt6emWQ9MpAkcu9VZlQ3-JGMYhvPXMd0IUzpzg5IzlaCI8fesaIDf7FiJWJbxsaQ/s640/Sonnica+1906+F.+Pedraza+-2.jpg" width="432" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj7dFiIlFm1e3Vn_yL_YArk-0xw0nCF3C3lLMei6o5V7o4_BehqcK1qohBzgznjb3jIhSIN-07joO2KFiGnQwH5Yn_oInA7QKWVkXtDJGG_DsqK6Y4-Oi9dQ63gdVdPHZaAZSciuwI80lA/s1600/Sonnica+1906+F.+Pedraza+-3.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj7dFiIlFm1e3Vn_yL_YArk-0xw0nCF3C3lLMei6o5V7o4_BehqcK1qohBzgznjb3jIhSIN-07joO2KFiGnQwH5Yn_oInA7QKWVkXtDJGG_DsqK6Y4-Oi9dQ63gdVdPHZaAZSciuwI80lA/s640/Sonnica+1906+F.+Pedraza+-3.jpg" width="424" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgSnH3u5BfxUjTWGfcj0fNbccvFDcgkb96LKlDmp-K4A694Mgf1nPMN7uYvmedjXzJDQt9qb0UUA7AWP1sKEGsn1YqfKjbnWvv1yVjlPfPK_GnyezNOA_0lAunkmFELVSbv3xk77zG5Krs/s1600/Sonnica+1906+F.+Pedraza+-4.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgSnH3u5BfxUjTWGfcj0fNbccvFDcgkb96LKlDmp-K4A694Mgf1nPMN7uYvmedjXzJDQt9qb0UUA7AWP1sKEGsn1YqfKjbnWvv1yVjlPfPK_GnyezNOA_0lAunkmFELVSbv3xk77zG5Krs/s640/Sonnica+1906+F.+Pedraza+-4.jpg" width="428" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg2DYxkND_sr-UNqCiJCsy8E_KrSLt8daHfXVLGwF-nZ5pznqA7MQBgRP1cIe6wLxVhvxum_chIrdKqEe2QvOSgpOBWnSmLWbIHeZosV1Zygb0Ry95HQWGA5aa_cAU1gyCfVRvU3_QN3G0/s1600/Sonnica+1906+F.+Pedraza+-5.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg2DYxkND_sr-UNqCiJCsy8E_KrSLt8daHfXVLGwF-nZ5pznqA7MQBgRP1cIe6wLxVhvxum_chIrdKqEe2QvOSgpOBWnSmLWbIHeZosV1Zygb0Ry95HQWGA5aa_cAU1gyCfVRvU3_QN3G0/s640/Sonnica+1906+F.+Pedraza+-5.jpg" width="424" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgQV8kjxFkbco5PkC67LvZipCRJ6766346X1oj8EZvdHWp9_KnYrct2vj9smfntYwvta9p6ydmC4au7RYpxy7UaQ2Q0rgUbi9bDEoX3LF0qffmvuzYbbxERNcA6A4RpLAlzVg04oegvsU0/s1600/Sonnica+1906+F.+Pedraza+-6.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgQV8kjxFkbco5PkC67LvZipCRJ6766346X1oj8EZvdHWp9_KnYrct2vj9smfntYwvta9p6ydmC4au7RYpxy7UaQ2Q0rgUbi9bDEoX3LF0qffmvuzYbbxERNcA6A4RpLAlzVg04oegvsU0/s640/Sonnica+1906+F.+Pedraza+-6.jpg" width="422" /></a></div>
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<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
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</div>
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<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiK_PNdMs8YmG0mVyiUyt_IkThuhodceDKR3z3myd5U2U3pvTt1q7BBsYGnur825uqqQWOlWLh40qDrPF-U1hD7JEeYp-C6GJsiXAUB_TwcWTIJs1G0042O4O9m-RNwq0wrTatsKS2S65k/s1600/Sonnica+1906+F.+Pedraza+-9.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiK_PNdMs8YmG0mVyiUyt_IkThuhodceDKR3z3myd5U2U3pvTt1q7BBsYGnur825uqqQWOlWLh40qDrPF-U1hD7JEeYp-C6GJsiXAUB_TwcWTIJs1G0042O4O9m-RNwq0wrTatsKS2S65k/s640/Sonnica+1906+F.+Pedraza+-9.jpg" width="424" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
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<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjCPvhrF8U8LOrzLkFPeb4YmXmMK7XCzGHq0bDin5WTpHfZA0Om6GLMI2QBIJY5h6JF8aDNospk4tK9gqQ1BC3vWA9_kbI1mAWeVIlipLwxzGkOpOPSQvod_33_TNzRK96NEjZoLB3SZwE/s1600/Sonnica+1906+F.+Pedraza+-11.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjCPvhrF8U8LOrzLkFPeb4YmXmMK7XCzGHq0bDin5WTpHfZA0Om6GLMI2QBIJY5h6JF8aDNospk4tK9gqQ1BC3vWA9_kbI1mAWeVIlipLwxzGkOpOPSQvod_33_TNzRK96NEjZoLB3SZwE/s640/Sonnica+1906+F.+Pedraza+-11.jpg" width="428" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
Marga Predahttp://www.blogger.com/profile/07698563453867139965noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2820100463319832693.post-43521949191401255692017-04-24T03:04:00.000-07:002017-04-24T03:11:12.620-07:00LA PARED - lectura dominical<div style="text-align: center;">
<i style="color: #990000; font-family: verdana, sans-serif; font-size: xx-large; text-indent: -24px;">LA PARED</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i style="color: #990000; font-family: verdana, sans-serif; text-indent: -24px;"><span style="color: black; font-family: "times new roman"; font-style: normal; text-align: right; text-indent: 0px;"><span style="font-size: medium;">CUENTO VALENCIANO</span></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: right;">
por <span style="color: #0c343d; font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><b>VICENTE BLASCO IBÁÑEZ</b></span><o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: right;">
Dibujos: <span style="text-align: start;">Méndez Briga</span><br />
<div>
<span style="text-align: start;"><br /></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: inherit;">Siempre que los nietos del tío <i>Rabosa</i> se encontraban con los hijos de la viuda de <i>Casporra</i> en las sendas de la huerta ó en
las calles de Campanar, todo el vecindario comentaba el suceso. ¡Se habían
mirado! ¡Se insultaban con el gesto!... Aquello acabaría mal, y el día menos pensado
el pueblo sufriría un nuevo disgusto. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: inherit;">El alcalde con los vecinos más notables predicaban paz á los
mocetones de las dos familias enemigas, y allá iba el cura, un vejete de Dios,
de una casa á otra recomendando el olvido de las ofensas.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<span style="font-family: inherit;">Treinta años que los odios de los <i>Rabosas</i> y <i>Casporras</i>
traían alborotado á Campanar. </span><br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiLn7U4FQ385tpaaozzeCC63GR1zqzW79R7QlmZ2P8sljWoOgZHnX1yAzHSECdTI-46OXr1FzSHynwNt6HBloWSPX4BUwnCycWqRRh7v5uBvka949tRkckKxbbygoxuXAgedpm4a7yAGO8/s1600/la+pared1-P.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiLn7U4FQ385tpaaozzeCC63GR1zqzW79R7QlmZ2P8sljWoOgZHnX1yAzHSECdTI-46OXr1FzSHynwNt6HBloWSPX4BUwnCycWqRRh7v5uBvka949tRkckKxbbygoxuXAgedpm4a7yAGO8/s400/la+pared1-P.jpg" width="281" /></a></div>
<span style="font-family: inherit;">Casi en las puertas do Valencia, en el risueño pueblecito que desde la orilla del río miraba á la ciudad con los redondos ventanales de su agudo campanario, repetían aquellos bárbaros, con un rencor africano, la historia de luchas y violencias de las grandes familias italianas en la Edad Media.</span><br />
Habían sido grandes amigos en otro tiempo; sus casas, aunque situadas en distinta calle, lindaban por los corrales, separados únicamente por una tapia baja.<br />
<span style="font-family: inherit;">Una noche, por cuestiones de riego, un <i>Casporra</i> tendió en la huerta de un escopetazo á un hijo del tío <i>Rabosa</i>, y el hijo menor de éste, porque
no se dijera que en la familia no quedaban hombres, consiguió, después de un
mes de acocho, colocarle una bala entre las cejas al matador. </span><br />
<span style="font-family: inherit;">Desde entonces las
dos familias vivieron para exterminarse, pensando más en aprovechar los
descuidos del vecino que en el cultivo de las tierras. Escopetazos en medio de
la calle; tiros que al anochecer relampagueaban desde el fondo de una acequia ó
tras los cañares ó ribazos cuando el odiado enemigo regresaba del campo; alguna
vez, un <i>Ribosa</i> ó un <i>Casporra</i> camino del cementerio con una
onza de plomo dentro del pellejo, y la sed de venganza sin extinguirse, antes
bien extremándose con las nuevas generaciones, pues parecía que en las dos
casas los chiquitines salían ya del vientre de sus madres tendiendo las manos a
la escopeta para matar a los vecinos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: inherit;">Después de treinta años de lucha, en casa de los <i>Casporra</i> sólo quedaba una viuda con tres
hijos, mocetones que parecían torres de músculos. </span><br />
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
<span style="font-family: inherit;">En la otra estaba el tío <i>Rabosa</i>, con sus ochenta años, inmóvil en
su sillón de esparto, con las piernas muertas por la parálisis, como un arrugado
ídolo de la venganza ante el cual juraban sus dos nietos defender el prestigio
de la familia.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: inherit;">Pero los tiempos eran otros. Ya no era posible ir á tiros
como sus padres en plena plaza á la salida de misa mayor. La Guardia civil no
les perdía de vista; los vecinos les vigilaban, y bastaba que uno de ellos se
detuviera algunos minutos en una senda ó en una esquina, para verse al momento
rodeado de gente que le aconsejaba la paz. Cansados de esta vigilancia que
degeneraba en persecución y se interponía entre ellos como infranqueable
obstáculo, <i>Casporras</i> y <i>Rabosas</i> acabaron por no buscarse, y
hasta se huían cuando la casualidad les ponía á frente.<o:p></o:p></span><br />
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi7Qv9b_HuKv89E1YHOZmCdVvv51UTz5MK7RmPJEQJPOj08YesyD-0A9l-3-7lSm6QjCJHOW8VA8QhMPPrMNqxdBb49LmPK7sYYM7RlVJEdxyJQb_2nNnQ35CKtJTLQVK4jqkYKleopzCk/s1600/la+pared+2p.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="371" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi7Qv9b_HuKv89E1YHOZmCdVvv51UTz5MK7RmPJEQJPOj08YesyD-0A9l-3-7lSm6QjCJHOW8VA8QhMPPrMNqxdBb49LmPK7sYYM7RlVJEdxyJQb_2nNnQ35CKtJTLQVK4jqkYKleopzCk/s400/la+pared+2p.jpg" width="400" /></a></div>
<span style="font-family: inherit;">Tal fué su deseo de aislarse y no verse, que les pareció
baja la pared que separaba sus corrales. Las gallinas de unos y otros, escalando
los montones de leña, fraternizaban en lo alto de las bardas; las mujeres de
las dos casas cambiaban desde las ventanas gestos de desprecio. Aquello no
podía resistirse; era como vivir en familia, y la viuda de <i>Casporra</i> hizo que sus hijos levantaran la pared una vara. Los vecinos
se apresuraron a manifestar su desprecio con piedra y argamasa, y añadieron
algunos palmos más a la pared. Y así, en esta muda y repetida manifestación de
odio, la pared fue subiendo y subiendo. Ya no se veían las ventanas; poco después
no se veían los tejados; las pobres aves de corral estremecíanse en la lúgubre
sombra de aquel paredón que las ocultaba parte del cielo, y sus cacareos
sonaban tristes y apagados a través de aquel muro, monumento del odio, que
parecía amasado con los huesos y la sangre de las víctimas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: inherit;">Así transcurrió el tiempo para las dos familias, sin
agredirse como en otra época, pero sin aproximarse: inmóviles y cristalizadas
en su odio. <o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-family: inherit;">Una tarde sonaron á rebato las campanas del pueblo. Ardía la
casa del tío </span><i style="font-family: inherit;">Rabosa</i><span style="font-family: inherit;">. Los nietos
estaban en la huerta; la mujer de uno de éstos en el lavadero, y por las
rendijas de puertas y ventanas salía un humo denso de paja quemada. Dentro, en
aquel infierno que rugía buscando expansión, estaba el abuelo, el pobre tío </span><i style="font-family: inherit;">Rabosa</i><span style="font-family: inherit;">, inmóvil en su sillón. La nieta
se mesaba los cabellos, acusándose como autora de todo por su descuido; la
gente arremolinábase en la calle asustada por la fuerza del incendio. Algunos,
más valientes, abrieron la puerta, pero fué para retroceder ante la bocanada de
denso humo cargada de chispas que se esparció por la calle.</span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: inherit;">—<i> ¡El agüelo! ¡ El
pobre agüelo!</i> gritaba la de los <i>Rabosas</i>
volviendo en vano la mirada en busca de un salvador. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: inherit;">Los asustados vecinos experimentaron el mismo asombro que si
hubieran visto el campanario marchando hacía ellos. </span><br />
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjSXlR-XaPiuhg8b-jlbCYrtTWShDlP6w-18_ea93UEKizXy9N8kdkuxsvM4AW1CEIv7PMgoDkyaVbR-mdHXzJ33_0tcJrc4do6OJsfEBFBGh2Ts4W97EeD7y9z53uoluUOsE_ms46xMYg/s1600/la+pared+3ps.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjSXlR-XaPiuhg8b-jlbCYrtTWShDlP6w-18_ea93UEKizXy9N8kdkuxsvM4AW1CEIv7PMgoDkyaVbR-mdHXzJ33_0tcJrc4do6OJsfEBFBGh2Ts4W97EeD7y9z53uoluUOsE_ms46xMYg/s400/la+pared+3ps.jpg" width="286" /></a></div>
<span style="font-family: inherit;">Tres mocetones entraban
corriendo en la casa incendiada. Eran los <i>Casporras</i>.
Se habían mirado cambiando un guiño de inteligencia, y sin más palabras se arrojaron
como salamandras en el enorme brasero. La multitud les aplaudió al verles
reaparecer llevando en alto, como á un santo en sus andas, al tío <i>Rabosa</i> en su sillón de esparto. Abandonaron
al viejo sin mirarle siquiera, y otra vez adentro.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: inherit;"> — ¡No, no! gritaba la
gente.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: inherit;">Pero ellos sonreían siguiendo adelanto. Iban á salvar algo de
los intereses de sus enemigos. Si los nietos del tío <i>Rabosa</i> estuvieran allí, ni se habrían movido ellos de casa. Pero
sólo se trataba de un pobre viejo al que debían proteger, como hombres de
corazón. Y la gente les veía tan pronto en la calle como dentro de la casa,
buceando en el humo, sacudiéndose las chispas como inquietos demonios,
arrojando muebles y sacos para volver a meterse entre las llamas. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: inherit;">Lanzó un grito la multitud al ver á los dos hermanos mayores
sacando al menor en brazos. Un madero, al caer, le había roto una pierna.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: inherit;">— ¡Pronto, una silla!<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: inherit;">La gente, en su precipitación, arrancó al viejo <i>Rabosa</i> de su sillón de esparto para
sentar al herido.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: inherit;">El muchacho, con el pelo chamuscado y la cara ahumada,
sonreía, ocultando los agudos dolores que lo hacían fruncir los labios. Sintió
que unas manos trémulas, ásperas con las escamas de la vejez, oprimían las
suyas.<o:p></o:p></span><br />
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: inherit;">— <i>¡Fill meu! ¡fill meu!</i>
gemía la voz del tío <i>Rabosa</i>, quien se
arrastraba hacia él.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: inherit;">Y antes quo el pobre muchacho pudiera evitarlo, el paralítico
buscó con su boca desdentada y profunda las manos que tenía agarradas y las
besó, las besó un sin número de veces, bañándolas con lágrimas.<o:p></o:p></span><br />
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiKYY3WH4XsyEcXL6TSnPz7gbaJXLORO8rCx1Ib0YAXcZ3ipzae5zpFAXpejcM0DjmNQNwjK6oyoBSvyoq24l-KV8EStsR9FL1jt6BpNwdMX3-6xRNjhw3Z3gfuwldktt2y1Jfq8MR2yE8/s1600/la+pared-4ps.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="502" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiKYY3WH4XsyEcXL6TSnPz7gbaJXLORO8rCx1Ib0YAXcZ3ipzae5zpFAXpejcM0DjmNQNwjK6oyoBSvyoq24l-KV8EStsR9FL1jt6BpNwdMX3-6xRNjhw3Z3gfuwldktt2y1Jfq8MR2yE8/s640/la+pared-4ps.jpg" width="640" /></a></div>
<br />
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: inherit;">Ardió toda la casa. Y cuando los albañiles fueron llamados
para construir otra, los nietos del tío <i>Rabosa</i>
no les dejaron comenzar por la limpia del terreno cubierto de negros escombros.
Antes tenían que hacer un trabajo más urgente: derribar la pared maldita. Y empuñando
el pico, ellos dieron los primeros golpes.</span><o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
</div>
<div class="MsoNormal" style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: medium; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; orphans: 2; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; widows: 2; word-spacing: 0px;">
<div style="text-align: right;">
</div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="font-weight: normal; letter-spacing: normal; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<div style="text-align: right;">
<div style="margin: 0px;">
<span style="color: #0c343d; font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">Publicado el 26 de agosto de 1899, en la revista </span><i style="color: #134f5c; font-family: verdana, sans-serif; font-style: normal;">Blanco y Negro</i><i style="font-style: normal;">, </i><span style="color: #134f5c; font-family: "verdana" , sans-serif;">numero 434</span><i style="font-style: normal;">.</i></span></div>
</div>
</div>
Marga Predahttp://www.blogger.com/profile/07698563453867139965noreply@blogger.com0