jueves, 15 de junio de 2017

en la Plaza del Horno de San Nicolás

1933. Plaza San Nicolás número 5, Valencia


Entre 1891 y 1894 V. Blasco Ibáñez vivió en la Plaza del Horno de San Nicolás número 5.

V. Blasco Ibáñez y María Blasco del Cacho
 18 de noviembre de 1891, en Valencia

El 18 de noviembre de 1891, a la edad de 24 años, el escritor valenciano se casó con María Blasco del Cacho. Muchos años más tarde, Libertad, la hija del matrimonio, relataba que:
A la vuelta del viaje de novios, la pareja fijó su residencia en un entresuelo de la plaza del Horno de San Nicolás, propiedad de don Gaspar.1
Según datos más recientes, se dice que la vivienda estaba situada en el último piso, abajo del ático. Falta por confirmarlo con la documentación original.
Los contemporáneos de Blasco afirmaban que la primera residencia del joven matrimonio estaba ubicada allá.
En la prensa de los años treinta se menciona que hasta 1894, cuando fundó el periódico El Pueblo, Blasco vivió en aquella casa,
... casa de sus padres, sita en la Plaza del Horno de San Nicolás, número 5, precisamente encima del horno que aún existe. Esto ya era otro barrio: silente, con replacitas melancólicas, con grandes portales de mansiones nobiliarias... Buen barrió para las serenas horas nupciales. Aquí le nació alguno de sus hijos. Aquí — en este sitio tranquilo — escribió alguno de sus libros más inflamados.2

Vicente Blasco Ibáñez en 1891


También Julio Just, al referirse a aquella época, en 1929 escribió:
La entrada de Blasco en aquel barrio tranquilo, de gente aristocrática y de dinero, muy apegada a la iglesia, produjo verdadera consternación. Las viejas devotas cuando pasaban por delante de la casa, se santiguaban [...] 
Su paso despertaba grandes murmullos. Nadie le saludaba, y si salía al balcón para descansar después de largas horas de escribir detrás de los cristales, los vecinos que como él estaban en el balcón se apresuraban a meterse dentro, cerrando con estrépito para que él se diera cuenta.
Aun así, no podían menos de reconocer que la apariencia de aquel hombre era verdaderamente atractiva. Tenía las mejillas llenas y el perfil aguileño, con unos ojos muy grandes y una barba fina, rizada como el cabello. [...]

El único del vecindario con quien se saludaba, era el abogado Borso di Carminati, nieto o hijo del general italiano del mismo nombre que había combatido a los carlistas al frente de una tropa de voluntarios, durante la primera guerra civil.3



Durante ese periodo de sólo tres años, el joven Blasco tuvo una intensa actividad política; participó  en numerosos mítines, se presentó por primera vez como candidato de la Unión Republicana - en 1893, por el distrito de Sueca, pero no triunfó -, y siguió dirigiendo La Bandera Federal, el semanario que había fundado en 1889, una de sus primeras armas como periodista4  defensor el republicanismo federal. Precisamente por sus artículos, en mayo del 1893, La Bandera Federal fue denunciada y Blasco Ibáñez encarcelado. Casi un año más tarde, vuelve a estar preso por una semana en la cárcel de San Gregorio de Valencia, por participar en los disturbios de abril del 1894.


Al mismo tiempo, el joven escritor, recién instalado en la Plaza de San Nicolás número 5, continuaba su incesante labor literaria. Allá vieron la luz dos novelas que denotan el compromiso del autor con su realidad política y social, pero a cuales, años más tarde, él mismo repudiaba; decía: Esos libros fueron obras de propaganda republicana.
A comienzos del 1892 aparecía su novela anticlerical «La araña negra», de genero folletinesco, editada por Seix de Barcelona, en dos tomos (1892-1893) con las ilustraciones de Eusebio Planas.
En 1893, en Valencia, se publica la novela «¡Viva la República!» en La Propaganda Democrática, la editorial recién fundada por Blasco y Miguel Senent.
En marzo del mismo año, la Casa Editorial de M. Senent había publicado también «París (Impresiones de un emigrado)», la recopilación de los artículos que Blasco escribió durante su estancia en la capital francesa (desde julio de 1890 hasta julio de 1891), para El Correo de Valencia.
Entre 1890-1892, en Barcelona se publicaba la «Historia de la Revolución Española», obra escrita por Blasco Ibáñez en París con epílogo de Pi y Margall.
Durante el último año que vivió en la casa situada encima del Horno de San Nicolás, el novelista escribió su única obra de teatro, el drama titulado «El juez» que se estrenó en el Teatro Apolo de Valencia, el día 12 de mayo de 1894; en la misma noche fallecía la madre del autor.
Además, en aquella primera vivienda de la joven pareja nacieron sus primeros dos hijos: el 4 de octubre del 1892, la primogénita, que sólo vivió trece días, y 9 de noviembre del 1893, Mario, el primer hijo varón.

De los sitios donde V. Blasco Ibáñez ha vivido en Valencia, probablemente este es el único inmueble que se ha conservada hasta ahora...
Hoy, allá no hay nada que lo recuerde ...  

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