Los cuatro jinetes del Apocalipsis, novela escrita por V. Blasco Ibáñez en París y publicada por la Sociedad Editorial Prometeo de Valencia, fue puesta a la venta en España en los primeros días del mes de abril de 1916, y unos 200 ejemplares se enviaron a Argentina.
El libro, además
de la presentación en rústica, probablemente fue publicado con el nuevo encuadernado que
Blasco había solicitado a la Editorial, «en
tela blanca, empleando el oro en los adornos y una tinta azul para los
títulos» y «a la inglesa o sea encuadernados en tela, con forro
igual a la cubierta de rústica» 1 según lo había especificado el novelista.
La ilustración
de la cubierta, la impactante imagen que en su momento dio la vuelta al mundo apareciendo en las paginas de la prensa que publicitaba o comentaba el libro, se puede considerar un ejemplo más del ingenio de Blasco y de su gran pasión por transmitir a través de las imagenes.
Los cuatro jinetes del Apocalipsis
Alberto Durero, 1498
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Francisco Povo, el artista valenciano que había sido elegido para ilustrar la cubierta de la nueva novela, enviaba sus bocetos al escritor a través de la correspondencia que este mantenía con la Editorial Prometeo. A finales de febrero, cuando estaba terminando su novela, Blasco acepta los últimos bocetos de Povo pero no antes de enviar nuevas sugerencias e indicaciones. La pasión de Blasco Ibáñez por la ilustración es evidente a lo largo de su intensa actividad como director artístico y socio de las empresas editoriales. Consideraba que un artista debe ser pluripersonal y «un escritor, aunque no sea dibujante puede aconsejar algo en materia de ilustraciones de libros»2.
Los cuatro jinetes del Apocalipsis, el nuevo libro de la guerra, fue traducido al italiano, francés y holandés,
y la publicación de las respectivas versiones fue bien recibida por la critica y el publico lector pero sin exceder las expectativas del novelista, según lo comentaría más tarde su autor: «En todas partes declararon algunos críticos que era
la mejor novela sobre la guerra. En España, como en Francia, Italia, Holanda,
al publicarse las traducciones, esto se dijo. Pero como venta, poco más menos, como otras novelas mías. Nada que se
saliese de los límites ordinarios»3.
Los cuatro Jinetes del Apocalipsis, Cubierta de los dos tomos de la edición en italiano
de 1918
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Los cuatro Jinetes del Apocalipsis, la edición en italiano
de 1918
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Los cuatro Jinetes del Apocalipsis. Una de las ediciones en
holandés de los años 20.
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Los cuatro Jinetes del Apocalipsis
La edición en francés
de Calmann-Levy
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«En francés se han publicado Los cuatro jinetes
muy amputados por exigencias editoriales…
…En los Estados Unidos, en Italia, en todos los
países de lengua española han hablado con entusiasmo de mi esfuerzo como
propagandista….menos en Francia. Mi esfuerzo lo conocen en los centros
oficiales; lo conoce Poincaré y todos los que gobernaron bajo su presidencia.
Pero el pueblo francés apenas lo sabe, porque lo he hecho en silencio y para el
exterior, sin buscar quien se encargase en París de decirlo, una vez terminada
la guerra.
Durante esa guerra, he llegado yo a escribir hasta 18 horas diarias.
Escribía para muchos periódicos de España y América y no me pagaban, porque mis
escritos eran de propaganda y suponían que me los pagaba Francia.
Escribía la Historia de la guerra, un cuaderno todas las semanas de 32 páginas a dos columnas. Tres cuadernos representaban un volumen como cualquiera de mis novelas. ¡Y esto ha durado cuatro años! … Como obra histórica, no vale nada; pero como obra de propaganda, la creo única. …Y todavía tuve ánimos para escribir Los cuatro jinetes, Mare Nostrum, Los enemigos de la mujer. No creo que escritor alguno haya hecho más por Francia; a lo menos que yo sepa»4.
El gran éxito de Los cuatro jinetes del Apocalipsis llegaría casi tres años más tarde, cuando menos se lo esperaba su autor; fue lo que Blasco llamó «…mi enorme y hasta absurdo triunfo en los
Estados Unidos» y confesaba que «...casi estoy avergonzado de este éxito demasiado grande y fructífero. Yo nunca llegué a soñar esto, ni aun en los
momentos de mayor ilusión»7.
En 1918, antes del final de la Gran Guerra, se publicaba la versión inglesa de la novela, traducida por Charlotte Brewster y editada por E.P. Dutton en Estados Unidos. Charlotte Brewster Jordan (1862 - 1945), una modesta escritora y traductora estadounidense, se había radicado definitivamente en Argentina a fines de 1915. Con el propósito de perfeccionar su español, viajó en octubre de 1916 a España, viviendo en Madrid hasta fines de julio de 1918. Probablemente, fue durante este tiempo cuando contactó con Blasco y le compró los derechos para editar Los cuatro jinetes del Apocalipsis en Estados Unidos.
En una carta, el novelista comentaba:
«Una traductora, Charlotte Brewster, me compró en mil dólares el derecho a traducir Los cuatro jinetes del Apocalipsis. Yo creí hacer un negocio bueno. Ya no me ocupé más del libro»8.
Según relata C. Pitollet, en aquella época, Blasco estaba pasando por una situación económica crítica pero además «veía en tal acto, ante todo, lo que significaba para la propaganda á favor de los aliados en una América vacilante y tanto tiempo retenida en la pendiente de la intervención por las intrigas alemanas. La idea de ejercer en el espíritu del pueblo americano una influencia, cualquiera que fuese, que beneficiara á Francia, regocijaba de tal modo á Blasco, que al punto dio su asentimiento y firmó un papel donde cedía á la traductora, á cambio de sus trescientos dólares, todos los derechos de autor sobre la novela para todos los países de lengua inglesa, sin poder jamás alegar el menor pretexto para percibir otra cantidad, fuera cual fuera el éxito del libro en ultramar »9.
La misma casa editorial neoyorquina que en 1918 lanza The Four Horsemen of the Apocalypsis, había publicado en 1897 Sphinx Lore, el primer libro de Charlotte Brewster, y en 1909, The Shadow of the Cathedral - la versión en inglés de La catedral - considerada la primera novela de Blasco editada en Estados Unidos.
El 30 de junio del 1918, el periódico The sun de Nueva York anunciaba la próxima publicación de E.P. Dutton & Company:
The Four Horsemen of the Apocalypsis, la nueva novela de Blasco Ibáñez. Presentando el libro como el drama de la guerra, lo recomendaba tanto a los lectores familiarizados con las dos obras de Blasco publicadas anteriormente, en versión inglesa - La Catedral y Sangre y Arena - como a todos los demás, interesados en conocer la reacción española frente a la guerra.
En aquella época, Blasco Ibáñez no era un desconocido para el público norteamericano. «Mi situación allá era la de otros novelistas extranjeros. Me habían traducido varios libros; los diarios me habían tratado bien; se habían vendido de mis novelas unos cuantos miles; las personas cultas conocían mi nombre»8.
Un mes más tarde, el 27 de julio, el New-York Tribune también anunciaba la publicación de la traducción del powerful war romance de Blasco Ibáñez.
El 1 de septiembre The Sun dedicaba una pagina completa a la presentación de la novela donde publicaba un amplio articulo acompañado por la imagen de la ilustración de Povo y un retrato representando al novelista. Más tarde, Blasco comentaba: «Los periódicos quisieron publicar mi retrato, y, como no los había, sacaron fotografías del retrato al óleo que hace trece años pintó mi fraternal amigo Sorolla, y que figura en la Sociedad Hispanoamericana de Nueva York, fundada por el multimillonario y célebre hispanófilo Mr. Huntington»3.
En Estados Unidos las ventas del libro aumentaban rápidamente y los periódicos publicitaban los numerosos elogios de la crítica a la novela, anunciando constantemente la publicación de nuevas ediciones. En septiembre se habían publicado las dos siguientes ediciones y al final de año, la editora contaba ya con cincuenta ediciones lanzadas. El éxito era arrollador. Mientras que en Europa la guerra finalizaba, en
el país norteamericano aumentaba el interés de la prensa y del público por el fascinante relato del conflicto bélico, escrito por un autor neutral cuyo
prestigio se extendía de forma sorprendente.
En aquel octubre, ajeno al gran triunfo de su novela, Blasco continuaba con su incesante actividad editorial en la Casa Prometeo de Valencia donde, recientemente había lanzado una nueva colección de publicaciones: La novela literaria. Aunque vivía en Francia, mantenía un permanente contacto epistolar con sus socios de la editorial valenciana. En una carta, escrita en París, cuando, convaleciente de una congestión pulmonar, preparaba su regreso a la Costa Azul – donde se había instalado a comienzo de año –, el novelista comentaba sus futuros propósitos:
La guerra, aunque le impedía desarrollar nuevos proyectos editoriales, estimulaba su inspiración y excitaba su pasión por escribir. Pero, al mismo tiempo, las carencias y penurias generadas por aquel prolongado evento bélico, el exceso de trabajo y una precaria situación económica que no lograba mejorar, afectaron notablemente el estado de salud del novelista. Anos más tarde, en 1923, así lo recordaba:
Esta ultima fotografía, junto con el retrato del novelista
tomado por Novella, fueron las imagenes que un año más tarde presentarían a Blasco Ibáñez al público norteamericano; ilustraban numerosos artículos publicitarios, aparecerían
en los comentarios de la prensa, eran dibujadas por los mejores ilustradores y además, el original look del escritor valenciano, la blanca camisa de anchas alas, a lo
marinesco, será el nuevo estilo de moda en los Estados Unidos: "la camisa
Ibanez".
Hacia el otoño de 1918, cuando se publicaron las primeras ediciones de The four horsemen of the apocalypse, Blasco Ibáñez estaba viviendo en Monte Carlo y probablemente fue allá donde el autor recibió el libro, a poco tiempo del lanzamiento, según lo comentaría más tarde, en una entrevista de marzo de 1919:
«Pasaron meses y un día recibí un fajo enorme de cartas de los
Estados Unidos, de misses, que pedían mi retrato y me preguntaban si yo era yo...Creí que
aquello sería broma, pero el correo aumentaba semanalmente. En la
correspondencia llegan cartas de españoles establecidos allá, de Sociedades
españolas, que son muchas en los Estados Unidos, de hispanoamericanos residentes
en la América del Norte, todos muy contentos de que un compatriota hiciese
hablar tanto de él en un país que se acuerda poco de España. Recibí centenares
de periódicos y de anuncios a la americana, enormes, ruidosos, en los que
aparecía mi nombre en grandes caracteres y con el elogio de “la novela de la
guerra”, como la llaman allá por antonomasia. En octubre habían salido veinte
ediciones, y desde entonces la venta es de 20 ó 30 mil ejemplares por mes.... Mi
éxito es fulminante, si se quiere brutal, que, como ves, me tiene aturdido…»3.
NOTA:
Las primeras ediciones de The Four Horsemen of the Apocalypse probablemente todas tenían la sobrecubierta ilustrada con la clásica imagen ideada por Blasco y dibujada por Francisco Povo, la ilustración de la cubierta del libro original.
Fuentes e imagenes: archivo del autor
Los cuatro Jinetes del Apocalipsis
La edición clandestina de
1916, en Chile.
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Mientras tanto, lejos de la guerra europea, en varios países sudamericanos se comercializaban ediciones clandestinas de Los cuatro Jinetes del Apocalipsis. Unos años más tarde, al viajar a Estados Unidos,
Blasco comprobaría esta realidad que comentaría luego:
«Estas ediciones clandestinas circulan por todas las naciones de América mejor que las nuestras, y llegan hasta los Estados Unidos…
«Estas ediciones clandestinas circulan por todas las naciones de América mejor que las nuestras, y llegan hasta los Estados Unidos…
“Los cuatro jinetes” se han vendido de las
ediciones clandestinas americanas unos 150.000 ejemplares, mucho más que de la
edición española »5.
«La razón porque se hicieron en América tantas ediciones clandestinas de “Los cuatro jinetes del Apocalipsis”, fue porque con motivo de la guerra y sus dificultades en las comunicaciones pasaron muchos meses entre la primera remesa de dicha novela y los pedidos que fueron llegando muchos meses después. Solamente en Chile se hicieron tres ediciones diferentes por tres editores distintos, y uno de ellos confesó haber vendido doce mil ejemplares»6.
«La razón porque se hicieron en América tantas ediciones clandestinas de “Los cuatro jinetes del Apocalipsis”, fue porque con motivo de la guerra y sus dificultades en las comunicaciones pasaron muchos meses entre la primera remesa de dicha novela y los pedidos que fueron llegando muchos meses después. Solamente en Chile se hicieron tres ediciones diferentes por tres editores distintos, y uno de ellos confesó haber vendido doce mil ejemplares»6.
En 1918, antes del final de la Gran Guerra, se publicaba la versión inglesa de la novela, traducida por Charlotte Brewster y editada por E.P. Dutton en Estados Unidos. Charlotte Brewster Jordan (1862 - 1945), una modesta escritora y traductora estadounidense, se había radicado definitivamente en Argentina a fines de 1915. Con el propósito de perfeccionar su español, viajó en octubre de 1916 a España, viviendo en Madrid hasta fines de julio de 1918. Probablemente, fue durante este tiempo cuando contactó con Blasco y le compró los derechos para editar Los cuatro jinetes del Apocalipsis en Estados Unidos.
Sphinx Lore de C. Brewster, 1897 |
«Una traductora, Charlotte Brewster, me compró en mil dólares el derecho a traducir Los cuatro jinetes del Apocalipsis. Yo creí hacer un negocio bueno. Ya no me ocupé más del libro»8.
Según relata C. Pitollet, en aquella época, Blasco estaba pasando por una situación económica crítica pero además «veía en tal acto, ante todo, lo que significaba para la propaganda á favor de los aliados en una América vacilante y tanto tiempo retenida en la pendiente de la intervención por las intrigas alemanas. La idea de ejercer en el espíritu del pueblo americano una influencia, cualquiera que fuese, que beneficiara á Francia, regocijaba de tal modo á Blasco, que al punto dio su asentimiento y firmó un papel donde cedía á la traductora, á cambio de sus trescientos dólares, todos los derechos de autor sobre la novela para todos los países de lengua inglesa, sin poder jamás alegar el menor pretexto para percibir otra cantidad, fuera cual fuera el éxito del libro en ultramar »9.
La misma casa editorial neoyorquina que en 1918 lanza The Four Horsemen of the Apocalypsis, había publicado en 1897 Sphinx Lore, el primer libro de Charlotte Brewster, y en 1909, The Shadow of the Cathedral - la versión en inglés de La catedral - considerada la primera novela de Blasco editada en Estados Unidos.
La versión inglesa de La Catedral, de 1909 |
The Four Horsemen of the Apocalypsis, la nueva novela de Blasco Ibáñez. Presentando el libro como el drama de la guerra, lo recomendaba tanto a los lectores familiarizados con las dos obras de Blasco publicadas anteriormente, en versión inglesa - La Catedral y Sangre y Arena - como a todos los demás, interesados en conocer la reacción española frente a la guerra.
En aquella época, Blasco Ibáñez no era un desconocido para el público norteamericano. «Mi situación allá era la de otros novelistas extranjeros. Me habían traducido varios libros; los diarios me habían tratado bien; se habían vendido de mis novelas unos cuantos miles; las personas cultas conocían mi nombre»8.
Un mes más tarde, el 27 de julio, el New-York Tribune también anunciaba la publicación de la traducción del powerful war romance de Blasco Ibáñez.
En julio, E.P. Dutton
& Company de Nueva York imprimía la
primera edición de The Four Horsemen of
the Apocalypse y desde agosto, la editorial iniciaba
una intensa campaña publicitaria de la nueva novela en la prensa estadounidense,
principalmente en el periódico The sun.
Artículo de The Sun
Nueva York, 1 de septiembre de 1918
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En España, parece que el evento pasaba desapercibido. La única
publicación que comentaba el caluroso y unánime
elogio de la crítica norteamericana sobre
la versión inglesa de la novela era la revista La Lectura, que en su número de
septiembre resumía así los comentarios de la prensa norteamericana:
«"Ahora, por vez primera —declara el crítico de The New York Times,
septiembre, 1918—, un autorizado maestro de la novela, que pertenece a una
nación que hasta la fecha ha mantenido su neutralidad, ha elegido la guerra
como tema, y nos ha dado en varios respectos una novela que, en interés
descriptivo, en conocimiento del carácter nacional, en el conflicto de las
pasiones y motivos nacionales, merece un lugar de honor junto a las mejores
novelas contemporáneas."
Otro crítico, en The
World, concede también a esta novela del escritor valenciano la preeminencia
entre cuantas novelas han aparecido últimamente con la guerra por tema.
Celebra, en particular, el magistral estudio de los caracteres, considerando la
pintura de uno de los personajes, Madariaga, como clásica.
En otra importante
publicación neoyorquina, The Sun (I°
septiembre 1918), leemos la más entusiasta de cuantas críticas se han dedicado
a esta novela en la Prensa norteamericana. A juicio de este crítico, Blasco
Ibáñez "ha escrito una novela histórica que, por su puro genio, aventaja a
cuantas han aparecido en nuestros días"; una obra "poderosa y
magistral, que, por su sobriedad, coloca al autor entre los primeros
novelistas". La creación de Madariaga parécele un estudio de carácter que
debe servir de modelo a los jóvenes novelistas, "un maravilloso estudio de
carácter", y la obra, en conjunto, una producción estupenda y una triunfal
tentativa de traducir con la pluma los horrores de la guerra.»10
Publicidad en The Sun
Nueva York
13 de octubre de 1918
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Publicidad en New-York Tribune,
19 de octubre de 1918
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En aquel octubre, ajeno al gran triunfo de su novela, Blasco continuaba con su incesante actividad editorial en la Casa Prometeo de Valencia donde, recientemente había lanzado una nueva colección de publicaciones: La novela literaria. Aunque vivía en Francia, mantenía un permanente contacto epistolar con sus socios de la editorial valenciana. En una carta, escrita en París, cuando, convaleciente de una congestión pulmonar, preparaba su regreso a la Costa Azul – donde se había instalado a comienzo de año –, el novelista comentaba sus futuros propósitos:
«Yo llevo en la cabeza
muchas cosas editoriales buenas y prácticas como la novela literaria, pero las
guardo para después de la guerra, cuando baje el precio del papel y todo sea
más fácil. El resto de mi vida pienso dedicarlo a la cuestión editorial y ya
sabe que yo invento cosas.»11
Publicidad en El Fígaro, 22 de octubre de 1918
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«En 1918, casi al final
de la guerra europea, caí repentinamente enfermo por exceso de trabajo.
Durante cuatro años
trabajé doce horas diarias, sin ningún día de descanso. Hubo semanas
extraordinarias en las que aún fué más larga mi jornada. Á esta tarea excesiva
y abrumadora, que lentamente iba agotando mis fuerzas, había que añadir las
privaciones é inquietudes de la vida anormal que llevábamos los habitantes de
París…El frío de dos inviernos crudos, pasados casi sin calefacción, y el
exceso de trabajo, acabaron con mi salud, y por consejo de los médicos me
trasladé á la Costa Azul. No por tal cambio de ambiente dejé de trabajar. Como
en París escaseaba el combustible, fuí en busca del calor del sol que nunca falta
á orillas del Mediterráneo. Me instalé en Niza, por unas semanas nada más. Como
necesitaba seguir trabajando, me sentí atraído por la soledad bravía del
Cap-Ferrat, península que avanza en el mar su lomo cubierto de pinos. Durante
unos meses viví en el Gran Hotel del Cap Ferrat como en un convento abandonado…
Al fin me trasladé al Principado
monegasco, que veía diariamente desde mis ventanas, avanzando su doble ciudad
de Mónaco y Monte-Carlo sobre la llanura azul del mar.»12
V. Blasco Ibáñez en la playa de Niza. Marzo de 1918
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Vicente Blasco Ibáñez en la mesa de
trabajo de su residencia de Niza. Marzo de 1918
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New-York tribune. 16 de noviembre 1919 |
«Recibí dos ejemplares de la traducción, con el título The Four Horsemen of the
Apocalypse, hermosa edición, elegantemente impresa y encuadernada, a dos
dólares ejemplar»3.
Y el escritor continuaba con sus actividades cotidianas desconociendo por completo el éxito de la versión inglesa de su novela y sin poder imaginar el apoteósico triunfo que pronto llegaría.
Y el escritor continuaba con sus actividades cotidianas desconociendo por completo el éxito de la versión inglesa de su novela y sin poder imaginar el apoteósico triunfo que pronto llegaría.
1918 La primera edición de The four horsemen of the
Apocalypse
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(Continuará...)
NOTA:
Las primeras ediciones de The Four Horsemen of the Apocalypse probablemente todas tenían la sobrecubierta ilustrada con la clásica imagen ideada por Blasco y dibujada por Francisco Povo, la ilustración de la cubierta del libro original.
The four horsemen of the Apocalypse. La sobrecubierta de una
edición del año 1921
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Posteriormente, el tema de la novela Los
cuatro jinetes del apocalipsis inspiro
a los artistas gráficos de la época para la ilustración de próximas ediciones o de anuncios publicitarios y además, la novela llegó varias veces al cine.
Los cuatro jinetes - Ernst Ludwig Kirchner - 1917 |
Cubierta de Los cuatro jinetes del Apocalipsis - Ilustrador: Arturo Ballester |
Cubierta de Los cuatro
jinetes del Apocalipsis – Editorial: Constable&Co. 1923
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Cubierta de
The Four Horsemen of the Apocalypse.
Ilustrador: Paul Quinn. 1930
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Los cuatro jinetes del
Apocalipsis traducida en alemán y publicada en 1922
|
El libro de Blasco Ibáñez, el best seller del año 1919, fue traducido
en varios idiomas y publicado por las editoriales de todo el mundo. A través de
las numerosas ediciones lanzadas a lo largo del último siglo, la obra del
escritor valenciano fue ampliamente difundida y su autor conocido por varias
generaciones de lectores.
Fuentes e imagenes: archivo del autor
Magnífico reportaje sobre este libro del genio de Blasco Ibáñez.
ResponderEliminarGracias, Ramón !!! y bienvenido a mi blog.
ResponderEliminarSobre este tema me falta por publicar varias entradas relacionadas con el triunfo de VBI en EE.UU y sus consecuencias, a lo largo del tiempo...pero todavía no las he terminado.
Un saludo desde Valencia!!!
Marga